18-1-2015 DOMINGO II TIEMPO ORDINARIO (B)
LA SEXUALIDAD (I)
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Homilía de audio en MP3
Queridos hermanos:
Homilía de audio en MP3
Queridos hermanos:
Antes
de entrar en el fondo de la homilía de hoy, quisiera comentar dos cosas:
1)
En la segunda lectura san Pablo nos habla de la fornicación. Quisiera destacar
estas palabras suyas: “El cuerpo no es
para la fornicación, sino para el Señor […] Huid de la fornicación. Cualquier
pecado que cometa el hombre queda fuera de su cuerpo. Pero el que fornica peca
en su propio cuerpo. ¿O es que no sabéis que vuestro cuerpo es templo del
Espíritu Santo? […] Por tanto, ¡glorificad a Dios con vuestro cuerpo!”
2)
Antiguamente los curas hablábamos mucho de la sexualidad. Parecía que todos los
pecados quedaban reducidos al sexto mandamiento de la Ley de Dios. Sin embargo,
ahora no decimos nada de esto. No es ‘políticamente correcto’, y se opina que
todo está permitido en este ámbito en la sociedad en la que vivimos
actualmente.
Pues
bien, en dos homilías quisiera tratar del tema de la sexualidad. Comprendo que
hay fieles que pueden considerar que la Misa no es el mejor lugar para hacerlo
(sería mejor dedicarle unas charlas de formación), pero, como acudiría poca
gente, lo haré en la homilía para que llegue a más fieles. Con ello lo que intento es dar una formación para
los católicos: ¿qué dice la fe y la doctrina cristiana sobre la sexualidad?
Hablaré de la sexualidad, no tanto
desde un punto de vista físico o médico, sociológico…, sino desde unos
principios antropológicos, bíblicos y teológicos. Por supuesto, no pretendo
agotar el tema y dejo muchas cosas en el tintero.
1)
La sexualidad ha sido creada por Dios y es buena
La
sexualidad en el ser humano es buena y ha sido creada por Dios. Esta es la
afirmación básica de la que hemos de partir. En efecto, en el relato de la
creación que nos hace la Biblia, en el primer capítulo del Génesis, se dice a
cada paso y a cada acción creadora de Dios: “Y
vio Dios que era bueno” (Gn. 1, 10.12.18.21.25). Y termina el relato de
este modo: “Vio entonces Dios todo lo que
había hecho, y todo era muy bueno”
(Gn. 1, 31). No sólo “era bueno”, sino que “era muy bueno”. Y en ese “todo”
también viene comprendida la sexualidad humana. En efecto, algunos versículos
atrás, al describir la creación del hombre, lo hace de este modo: “Y creó Dios a los hombres a su imagen; a
imagen de Dios los creó; varón y hembra
los creó. Y los bendijo Dios diciéndoles: ‘creced y multiplicaos’” (Gn.
1, 27-28). Si hemos sido creados a imagen de Dios y si hemos sido creados
“varón y hembra”, entonces es que, como decía el Papa Juan Pablo I, Dios es
Padre, pero también es Madre. Dios tiene el componente masculino, pero también
el femenino.
Por tanto, para la Iglesia y para
los cristianos la comprensión del sexo ha de ser siempre muy positiva. El sexo
se ha de entender como algo maravilloso. Sí, maravilloso, porque Dios lo pensó
como FUENTE DE AMOR Y DE VIDA. Dios inventó el sexo, podríamos
decir; de Él procede y tiene ante Él una enormemente importancia, ya que Dios
es también Amor y Vida. Por ello, el sexo no puede ser malo en absoluto. Si
Dios quiso añadir a la unión corporal entre hombre y mujer un intenso placer
físico no es para ponernos piedras de tropiezo, sino para encender y aumentar
el amor de los esposos y, como fruto de ese amor, originar nuevas vidas.
2) El pecado también influye
en la sexualidad
Pero
esta realidad maravillosa: la sexualidad, fue desordenada por el pecado.
También otras realidades humanas fueron desestabilizadas por el pecado: el
trabajo humano (“con fatigas comerás sus
frutos… con el sudor de tu frente comerás el pan” [Gen. 3, 17.19]), las
relaciones entre hermanos (“Caín se lanzó
contra su hermano Abel y lo mató” [Gen. 4, 8]), etc. Veamos cómo se nos
cuenta en el Génesis las consecuencias del pecado en las relaciones entre un
varón y una mujer:
-
Cuando Adán ve a Eva por vez primera, exclama: “Ella es hueso de mis huesos y carne de mi
carne” (Gn. 2, 23). ¡Qué piropo más bonito! Pero, cuando Eva le dio a Adán
a comer del fruto prohibido y él comió, y luego se vio pillado ante Dios, Adán
dijo aquello de: “la mujer que me diste por compañera me ofreció
el fruto del árbol y comí” (Gn. 3, 12). Es decir, Adán pone distancia con
Eva y encima Adán se excusa y se justifica acusándola a ella y echándole toda
la culpa.
-
“A la mujer
(Dios) le dijo: multiplicaré los dolores de tu preñez, parirás a tus hijos con
dolor; desearás a tu marido, y él te
dominará” (Gn. 3, 16).
-
“Al hombre le
dijo: […] volverás a la tierra, de la que fuiste formado, porque eres polvo y al
polvo volverás” (Gn. 3, 19).
Así, comprobamos claramente cómo del primer
pecado viene la muerte, la rivalidad, las iras, los rencores, las rencillas...
en todos los órdenes de la vida humana, también en el sexual, en la relación de
pareja, en el matrimonio. Pero igualmente es cierto que la salvación que Dios
ofrece a los hombres alcanza, no sólo al alma, sino de igual modo al cuerpo,
comprendiendo la sexualidad. Y ésta que era buena, por ser creada por Dios,
antes del pecado, después de éste sigue siendo algo bueno.
3) Una aproximación a la
definición de la sexualidad
a) Al crear al
hombre como varón y mujer, Dios quiso que el ser humano se expresase de dos
modos distintos y complementarios, igualmente bellos y valiosos.
Pero, ¿por qué
nos ha hecho diferentes? La procreación no puede ser la única razón. La
sexualidad humana significa una clara disposición hacia el otro. Manifiesta que
la plenitud humana reside precisamente en la relación, en el ser-para-el-otro.
Impulsa al ser humano a salir de sí mismo, a buscar al otro y alegrarse en su
presencia. Es como el sello del Dios del amor en la estructura misma de la
naturaleza humana.
Aunque cada
persona es querida por Dios «por sí misma» y llamada a una plenitud individual,
no puede alcanzarla sino en comunión con otros. El ser humano está hecho para
dar y recibir amor. De esto nos habla la condición sexual que tiene un inmenso
valor en sí misma. Por tanto, el amor de pareja, el
amor conyugal, sólo puede florecer en dos seres a la vez distintos y
complementarios. Por ello, Dios ha unido
el amor y la sexualidad en una íntima comunión. No pueden existir, para Dios,
uno sin la otra o viceversa.
Ambos sexos
están llamados por el mismo Dios a actuar y a vivir conjuntamente. Ésa es su
vocación. Se puede incluso afirmar que Dios no ha creado simplemente al hombre
varón y mujer para que engendren nuevos seres humanos, sino que, justo al
revés, el ser humano tiene la capacidad de engendrar para perpetuar la imagen
divina que él mismo refleja en su condición sexuada. El otro día me comentaba
una persona que recordaba una frase de su madre, ya difunta, sobre el
matrimonio: Decía que la relación matrimonial es vivir ya el paraíso en la
tierra.
b)
Por otra parte, no podemos caer en la identificación
de “sexualidad” y “genitalidad”. La sexualidad se expresa a través del
cuerpo, el cual manifiesta el amor que viene de Dios y que conduce a Dios. No
se ha de pensar exclusivamente en el gesto genital de las relaciones completas,
sino también en todas aquellas expresiones afectuosas que se intercambian las
personas y que poseen cierto tono sexual. El gesto, la mirada, la palabra, el
tono, el abrazo y el beso son expresiones de los cinco sentidos del hombre; el
elemento sexual no se manifiesta de modo exclusivo entre los esposos: también
las actitudes del padre o de la madre respecto a sus hijos están codeterminadas
por el sexo respectivo. Esto se aplica igualmente a las amistades entre
personas de distinto sexo, a las que es ajena, sin embargo, cualquier expresión
genital o una intención de aprovechamiento sexual o de vínculo erótico. El
hombre expresa su personalidad en su condición corporal[1].
La
expresión sexual es tanto más sana y noble cuanto más supera la esfera física y
sensible y, asumiéndola, se convierte en el auténtico testimonio del amor fiel.
Ella profundiza y presupone la amistad humana personal y, según la doctrina de
la Biblia, exige el pacto indisoluble de amor. La unión corporal está destinada
a participar del diálogo total y de la comunidad vital. Al significado unitivo
del amor sexual genital le es inherente otro trascendente: la unión conyugal
significa apertura a la transmisión de la vida. La misma unión, si es
auténtica, es creadora de valores espirituales y enriquece a los cónyuges de
suerte que pueden extender su amor a los demás y, por ello, participa de la
acción creadora de Dios trayendo nueva vida a este mundo. El amor conyugal
transmite vida en el sentido corporal, pero también en educación a la plena
estatura humana.
[1] Recuerdo que, en cierta ocasión, siendo
yo formador del Seminario, y estando con un seminarista de unos 16 años y más
alto que yo, le hice una broma y le pasé mi brazo por sus hombros como para
pedirle disculpas. De repente, él puso su cabeza sobre mi hombro y se quedó muy
pegado a mí. Este
chico tenía una historia
detrás de mucho sufrimiento familiar y estaba falto de cariño. Yo le abracé,
porque comprendí que necesitaba ternura y contacto físico. Necesitaba el abrazo
de alguien que lo quisiera y lo protegiera. Esto es un ejemplo de sexualidad no
genital, es decir, de expresión corporal de cariño, simplemente de cariño.
En el matrimonio,la sexualidad es una parte muy importante de la pareja,pero hacen falta a parte de eso, muchas más cosas,mucho amor,admiración, respeto,y de vez en cuando alguna riña,porqué después, para volver amigar,uno se quiere más. Digo esto,porqué si lo mas importante fuese el sexo que quedaría al pasar los años de matrimonio.pues el amor, la ternura,la admiracion ,y lo más bonito la familia que formamos .entre los dos.
ResponderEliminarBuenos días ..y como siempre que claro has sido .... Hoy en día escuchas y ves cada cosa que da miedo ...pues se ha perdido el sentido de la sexualidad .. Todo vale ...y todo lo toman como algo light ....
ResponderEliminarComparto lo que dice Feli .. Si solo fuese sexo que seria de los matrimonios ..de las perdonas mayores .... De la amistad ..del camino juntos ........
Muy buen homilia ...... Tengan una linda semana .... Un abrazo
Mary dijo...Después de leer la homilia,quisiera comentar: que pena que estas cosas no se nos hayan explicado así hace años; pues a mí concretamente, me hicieron bastante daño las que se daban por entonces.
ResponderEliminarAsí que le doy las gracias,Andrés porque como siempre ha estado maravilloso.¡QUE DIOS LE BENDIGA!
Mary dijo...Después de leer la homilia,quisiera comentar: que pena que estas cosas no se nos hayan explicado así hace años; pues a mí concretamente, me hicieron bastante daño las que se daban por entonces.
ResponderEliminarAsí que le doy las gracias,Andrés porque como siempre ha estado maravilloso.¡QUE DIOS LE BENDIGA!
ResponderEliminarANGELES DIJO... HE LEIDO LA HOMILIA
POR PRIMERA VEZ EN ESTE BLOG, Y ME HA PARECIDO GENIAL.CREO QUE HAY QUE EXPLICAR LAS COSAS COMO SON Y MENOS MAL QUE YA SE HACE.
FELIZ SEMANA!
Nunca escuché hablar sobre la sexualidad como tu lo haces, Pater. Me pregunto si es porque no hay información suficiente sobre ello, incluso en sacerdotes... Porque si la teoría se sabe, ¿cómo es posible que no lo hagan llegar a los laicos? ¡cuánta desinformación sobre el tema! He de reconocer que hasta que te lo escuché, hace años -gracias a Dios-,ni sabía sobre ello, ni me lo había planteado; y, ¡cuánto bien me ha hecho!
ResponderEliminarOjalá haya sido mucho el público de Tapia que te escuchara; se habrán enriquecido enormemente.
Buena semana amigos.
Puede haber mucha felicidad o mucho sufrimiento en el matrimonio. Las explicaciones de D. Andrés sobre la sexualidad y el amor en la relación conyugal aclaran y ayudan mucho. Es cierto que hace bastantes años estos temas, además de ser tabúes, se explicaban o enfocaban de forma un tanto oscurantista; y claro que hacía daño. A mí también me pareció genial la homilía de D. Andrés.
ResponderEliminarHace años que un cura hablase de sexualidad...,era impensable. qué afortunados/as somos poder escuchar esta y otras homilías de Andrés.
ResponderEliminarLa distinción entre sexualidad y genitalidad la explicas TAN BIEN que tenía que publicarse en todas las redes.Analizo mi matrimonio y llego a la conclusión que también fracasó ya en el viaje de novios, hay mucho egoísta por el mundo y una cosa que me parece importantísima: si el amor humano no está basado en el divino... fracaso seguro. Espléndida homilía.GRACIAS
Vaya por delante mi mas sincera felicitación, por abordar este tema, y por la forma tan delicada en que lo has hecho.
ResponderEliminarSí, es necesario que se nos de mas información sobre esta cuestión; porque parece que, la sexualidad es algo malo, nos lleva a pensar, casi siempre, en otro tipo de relación.
Yo también pienso que si Dios la ha creado, no puede ser mala, por el contrario ha de ser buena, y muy buena.
Dios que es Amor, nos ha creado para amar y ser amados, necesitamos dar y recibir amor, que como muy bien dices, podemos manifestar de muy distintas maneras.
¡¡Que bonito es el poder manifestar mediante gestos afectuosos y delicados, ese amor que nace en nuestro interior, hacia otra persona; así mismo poder recibirlos; y sentir de ese modo la dulzura del amor!!
Precioso y necesario.
Que Dios te bendiga.
Admiro tu empeño en darnos formación a todos los niveles, para así poder conocernos, y conocer en profundidad el Amor de Dios. Que todo lo hizo muy bueno, lo mejor, para aquellos que ama profundamente.
Como siempre somos los hombres los que estropeamos y destruímos su creación maravillosa.
Feliz semana hermanos.
B.S.D.
ResponderEliminarFantástica Homilía, la he leído, pero aparte añado, que la que hizo en Mántaras fue estupenda con algún ejemplo que puso. Me emocionó. Totalmente de acuerdo. Que Dios lo deje entre nosotros. LO NECESITAMOS. GRACIAS.
Al recibí la homilía la leí, y me encantó que Andrés abordara este tema. MUCHO MAS ME ¡GUSTÓ, ME ENCANTO! Al escucharla (tuvo otro matiz).
ResponderEliminarLas diferentes formas de manifestación de la sexualidad, la amplitud, la riqueza de manifestar todos en sus diferentes estados de vida algo tan lindo y precioso que Dios ha creado en la relación entre los seres humanos.
Cuando habló de Jesús y de Mateo los dos monaguillos de la Roda, las respuestas que cada uno dio sobre lo que significaba la “fornicación”, recordé o se me vino a la mente las diferentes versiones o modos de hablar de la “sexualidad” en épocas atrás, nuestros padres, los educadores de ese tiempo respondían al estilo de Mateo. “De eso hablamos otro día” y quienes se querían enterar de las diferentes formas de la sexualidad recibían una respuesta ya menos real y de personas que no eran competentes para ello y no formaban sino que DEFORMABAN.
• ¡Qué precioso escuchar! “No sabéis que vuestro cuerpo templo es templo del Espíritu Santo, por tanto glorificad a Dios con vuestro cuerpo!
• “Sexualidad humana significa una clara disposición hacia el otro, el ser humano está hecho para “DAR Y RECIBIR AMOR”.
Gracias Andrés por abordar este tema, por profundizarlo. Sin formación muy difícil llegar a la espiritualidad y a la comprensión, se puede caer en muchos “Mitos Dañinos”.
GRACIAS TAMBIÉN POR QUE UNA VEZ MAS VALORO LO QUE ES LA VERDADERA AMISTAD.
Un abrazo para todos.