jueves, 25 de enero de 2018

Homilías semanales EN AUDIO: semana III del Tiempo Ordinario











Domingo IV Tiempo Ordinario (B)



28-1-2018                              DOMINGO IV TIEMPO ORDINARIO (B)
Homilía en vídeo.
Homilía de audio
Queridos hermanos:
            Después del Bautismo de Jesús en el Jordán, vemos que Él empie­za a actuar en varios frentes:
            - Primero, Jesús sabe que no le queda mucho tiempo de vida y procura rodearse de unos discípulos a los que, con más profundi­dad y más tranquilidad, va enseñando. Les explica el sentido de las parábolas, les anuncia varias veces su próxima muerte y los envía a ellos también a predicar. Los va preparando para que sigan anunciando su mensaje cuando Él falte.
            - Pero Jesús no se dedica sólo a los apóstoles, sus discípulos más cercanos. También Jesús enseña a toda la gente, en las ciudades y en las aldeas. Anuncia que el Reino de Dios está cerca y como signo de ello cura a muchos enfermos. De esto tenemos un ejemplo en el evangelio de hoy.
            - ¿Por qué dirá el evangelio de hoy: “se quedaron asombrados de su enseñanza, porque no enseñaba como los letrados, sino con autoridad”?
¿Quiénes eran los letrados? Los letrados, en los tiempos de Jesús, eran los que sabían leer y escribir, mientras que el pueblo llano era analfabeto.
Los letrados interpretaban la Palabra de Dios para el pueblo llano y estos, si querían salvarse y seguir con seguridad a Dios, tenían que obedecerles en todo. Por eso, enfrentarse a un letrado o desobedecer a un letrado, para aquellas gentes sencillas de Israel en el tiempo de Jesús, era igual que enfrentarse a Dios y desobedecer a Dios.
Los letrados decían que para salvarse había que cumplir unas determi­nadas normas o leyes y, por eso en sus predicaciones, se esforzaban en enumerarlas y explicarlas.
Cuando aparece Jesús, resulta que Éste no habla a las gentes del pueblo de Israel ni de normas ni de leyes; tampoco les da consejos o modos de comportarse; tampoco Jesús les habla de ritos. Esto es lo que hacían los letrados con el pueblo de Israel. Cuando llega Jesús y empieza a hablar a las gentes…, les habla de Dios. Y les presenta un Dios con una imagen nueva. No es el Dios que está mirando a ver quién se equivoca o quién no cumple sus leyes para descargar sobre él su castigo.
            Jesucristo:
* Presenta a aquellas gentes y, por tanto, nos presenta a nosotros un Dios que ante todo es Padre. Que nos ama mucho más de lo que pueden amarnos nuestros padres carnales. Jesús nos muestra un Dios que guía nuestros pasos, que nos ayuda y que nos cuida en todo momento, aunque nosotros no lo sepamos o no nos demos cuenta.
* Jesús presenta a aquellas gentes y, por tanto, nos presenta a nosotros un Dios que ama a todos los hombres y, por tanto, también a nuestros enemigos y nos pide que igualmente nosotros les amemos.
* Jesús presenta a aquellas gentes y, por tanto, nos presenta a nosotros un Dios amigo, cercano, que siempre nos escucha, que sabe lo que más nos conviene. No es el Dios que está allá arriba en su ‘chalé de verano’. Él está aquí con nosotros y entre nosotros.
            - Por todo esto extrañó tanto a la gente la predicación de Jesús. A ellos siempre les habían enseñado que Dios estaba muy lejano y para relacionarse con Él había que hacerlo a través de las normas. Y viene Jesús y les dice que, para relacionarse con Dios, sólo hace falta el amor.
            ¿Cuál es nuestro Dios hoy, el de los letrados o el de Jesús? ¿Me relaciono con Jesús a través de las normas: oraciones que no me dicen nada, esperando acumular méritos para salvarme o busco el encuentro personal?
- Vamos a ver un ejemplo concreto y práctico de esto que acabo de decir. Lo tomé de un periódico (DIARIO DE ÁVILA Digital-18 de septiembre de 2017).
El chef que se emociona al comulgar.
 Pepe Rodríguez está considerado uno de los mejores cocineros de España y así se lo han reconocido brillantemente con dos estrellas Michelín. Pero la fama le llegó con el popular programa de Televisión Española, “Masterchef”, en el que actúa de jurado y en el que, en cada temporada, se ha ganado, con su naturalidad, el cariño de millones de espectadores. Es un personaje público que ha entrado de lleno en los hogares de muchos españoles. Pero son muy pocos los que conocían que es un católico practicante que va a Misa todos los domingos y que intenta vivir su fe de manera coherente.
Fue entrevistado para la revista Misión y Pepe Rodríguez explicó allí el papel que juega, en su día a día, la fe y cómo unos Cursillos de Cristiandad le cambiaron absolutamente la vida.
Pepe Rodríguez está casado y es padre de tres hijos. Profesionalmente dirige “El Bohío”, restaurante que fundó su abuela y del que su madre era la cocinera. Centró su vida en la cocina hasta convertirse en uno de los chefs más reconocidos del país.
Sobre sus vivencias de fe, Pepe afirma: ‘Siempre he sido un cristiano de Misa y vermú. Pero, en los tres días de un Cursillo de Cristiandad me di cuenta de lo que significa ser cristiano y de quién es Dios’. Desde entonces nos dice: ‘Me reconozco dentro de la Iglesia’.
‘Pepe ¿Y quién es Dios para ti?’ ‘Él es la fuerza, el motor de todo, el que te hace estar en lo bueno, en lo malo y en lo regular. No sé si a veces me quedo demasiado detrás y no explico que soy cristiano; pero es que no me veo dando explicaciones, sino demostrándolo en lo que hago’.
En su pueblo, la localidad toledana de Illescas, nadie se sorprende de verle en Misa, aunque sí genera sorpresa cuando está de viaje. Pepe Rodríguez nos asegura: ‘Comulgar es lo que más me alimenta. La Eucaristía es algo más que un complemento en mi vida’.
Nos cuenta distendidamente que a veces hay gente que, después de comer, le dice: ‘Me has emocionado, casi levito’. Y yo pienso: ‘A éste que le pasa’. Nos sigue contando que a él le encanta comer y que lo ha hecho en los mejores restaurantes, pero que nunca se ha emocionado al comer. Y que al comulgar, sí. Nos explica: ‘El alimento espiritual no tiene comparación’. También comenta que, en ciertos ambientes, si explicas las cosas no te entienden, pero el ejemplo la gente lo capta. No hay solo una manera de evangelizar.
Y junto a la fe, la familia es el otro gran pilar en la vida de Pepe: ‘Es lo más bonito del mundo. Nosotros nos entendemos y, además de la familia, hay un amor que nos une mucho’”.