jueves, 30 de abril de 2020

Nota de la Comisión Ejecutiva ante el inicio de la salida del confinamiento

La Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Española quiere expresar al Pueblo de Dios y a toda la sociedad española:
1. Nos alegra y damos gracias a Dios, de que la enfermedad vaya siendo controlada y pueda iniciarse, aún con reservas y precauciones, la recuperación de las actividades habituales de nuestra vida común. Tras este tiempo de dolor y sufrimiento a causa del fallecimiento de seres queridos y de los graves problemas sanitarios, sociales, económicos y laborales, hemos de afrontar esta situación con esperanza, fomentando la comunión y sintiéndonos llamados a ejercer la caridad personal, política y social.
2. Compartimos el dolor de miles de familias ante los fallecimientos causados por esta pandemia. Hemos orado por su eterno descanso y por el consuelo de familiares y amigos; queremos expresar nuestro deseo de celebrar en las próximas semanas las exequias con quienes lo soliciten en cada parroquia, y, más adelante, en una celebración diocesana para manifestar la esperanza que nos ofrece el Resucitado.
3. Agradecemos de nuevo el trabajo realizado con generosa entrega por tantas personas de los servicios sanitarios y de numerosas actividades que hacen posible la vida cotidiana en nuestra sociedad. De forma especial, reconocemos la disponibilidad y el servicio de los sacerdotes, consagrados y laicos en estas semanas.
4. Continuaremos impulsando con las personas que se ven afectadas por la crisis económica y social, el trabajo de Cáritas y de otras instituciones eclesiales para paliar estas consecuencias de la pandemia. Ofrecemos los principios de la Doctrina Social de la Iglesia y la acción de los católicos en la reconstrucción de la vida social y económica, siguiendo el “plan para resucitar” del papa Francisco.
5. Después de semanas sin expresar comunitariamente nuestra fe en templos y locales parroquiales, queremos recuperar progresivamente la normalidad de la vida eclesial. En esta fase de transición, mantenemos la propuesta de dispensar del precepto de participar en la Misa dominical y sugerimos a personas de riesgo, mayores y enfermos, que consideren la posibilidad de quedarse en casa y sigan las celebraciones por los medios de comunicación. Pedimos a los sacerdotes y colaboradores que hagan un esfuerzo por facilitar la celebración y la oración, cuidando las medidas organizativas e higiénicas. Las personas que acudan a la iglesia para las celebraciones o para oración personal, deben hacerlo siguiendo las pautas y recomendaciones que unimos a esta nota, siempre a expensas de las normas de las autoridades sanitarias.
6. Instamos a las autoridades de las diversas administraciones públicas, a los partidos políticos y organizaciones empresariales y sindicales, a otras asociaciones e instituciones, así como a todos los ciudadanos, al acuerdo y colaboración en favor del bien común. Todos estamos llamados a ser responsables en la convivencia para evitar en lo posible la expansión de la enfermedad y ayudar a los pobres y a quienes más padezcan las consecuencias de esta pandemia.
7. Nos unimos en la oración común que afianza la fraternidad, suplicamos la gracia del Señor y la luz del Espíritu Santo para discernir lo que Dios nos quiere decir en esta circunstancia; pedimos especialmente por los investigadores a fin de que alcancen un remedio a la pandemia. Nos ponemos bajo la  protección materna de la Inmaculada patrona de España.
Madrid, 29 de abril de 2020


MEDIDAS DE PREVENCIÓN PARA LA CELEBRACIÓN DEL CULTO PÚBLICO EN LOS TEMPLOS CATÓLICOS DURANTE LA DESESCALADA DE LAS MEDIDAS RESTRICTIVAS EN TIEMPO DE PANDEMIA
El coronavirus continúa propagándose por España. Dada la grave responsabilidad que supone, para todos, prevenir el contagio de la enfermedad, proponemos estas disposiciones, aconsejando máxima prudencia en su aplicación que cada Diócesis habrá de concretar. Será necesaria una evaluación continuada que permita valorar su puesta en práctica y modificación en las situaciones que sea necesario, teniendo en cuenta lo que la autoridad sanitaria disponga en cada momento.
1. Fases de aplicación
Fase 0: Mantenemos la situación actual. Culto sin pueblo. Atención religiosa personalizada poniendo atención especial a los que han perdido a seres queridos. Preparamos en cada diócesis y parroquias las fases siguientes.
Fase 1: Se permite la asistencia grupal, pero no masiva, a los templos sin superar el tercio del aforo, con eucaristías dominicales y diarias. Quizá con preferencia al acompañamiento de las familias en su duelo.
Fase 2: Restablecimiento de los servicios ordinarios y grupales de la acción pastoral con los criterios organizativos y sanitarios –mitad del aforo, higiene, distancia– y medidas que se refieren a continuación.
Fase 3: Vida pastoral ordinaria  que tenga en cuenta las medidas necesarias hasta que haya una solución médica a la enfermedad.
2. Disposiciones de carácter general
  1. Ante esta circunstancia, prorrogamos la dispensa del precepto dominical, invitando a la lectura de la Palabra de Dios y a la oración en las casas, pudiendo beneficiarse de la retransmisión a través de los medios de comunicación para quien no pueda acudir al templo. También, se invita las personas mayores, enfermas o en situación de riesgo a que valoren  la conveniencia de no salir de sus domicilios.
  2. Se establece el aforo máximo de los templos (1/3 en la primera fase y 1/2 en la segunda) y respetar la distancia de seguridad.
  3. En las Eucaristías dominicales, allí donde sea necesario y posible, procurar aumentar el número de celebraciones cuando haya mayor afluencia de fieles, a fin de descongestionar los templos.
  4. Se recomienda que los fieles hagan uso de mascarilla con carácter general
  5. Las pilas de agua bendita continuarán vacías.
  6. Las puertas de las iglesias se mantendrán abiertas a la entrada y salida de las celebraciones para no tener que tocar manillas o pomos.
3. A la entrada de la celebración
  1. Organizar, con personas responsables, la apertura y cierre las puertas de entrada al templo,ladistribución los fieles en el templo, el acceso a la hora de comulgar y  la salida de la iglesia al finalizar, respetando la distancia de seguridad
  2. Ofrecer gel hidroalcohólico o algún desinfectante similar, a la entrada y salida de la iglesia.
4. A tener en cuenta durante la liturgia
  1. Evitar los coros en la parroquia: se recomienda mantener un solo cantor o algunas voces individuales y algún instrumento. No habrá hoja de cantos ni se distribuirán pliegos con las lecturas o cualquier otro objeto o papel.
  2. El cestillo de la colecta no se pasará durante el ofertorio, sino que el servicio de orden lo ofrecerá a la salida de la misa, siguiendo los criterios de seguridad señalados.
  3. El cáliz, la patena y los copones, estarán cubiertos con  la “palia” durante la plegaria eucarística.
  4. El sacerdote celebrante desinfectará sus manos al empezar el canon de la misa, y los demás ministros de la comunión antes de distribuirla.
  5. El saludo de la paz, que es facultativo, se podrá sustituir por un gesto evitando el contacto directo.
  6. El diálogo individual de la comunión (“El Cuerpo de Cristo”. “Amén”), se pronunciará de forma colectiva después de la respuesta “Señor no soy digno…”, distribuyéndose la Eucaristía en silencio.
  7. En el caso de que el sacerdote fuera mayor, establecer ministros extraordinarios de la Eucaristía para distribuir la comunión.
5. A la salida de la celebración
  1. Establecer la salida ordenada de la iglesia evitando agrupaciones de personas en la puerta.
  2. Desinfección continua del templo, bancos, objetos litúrgicos, etc.
6. Otras celebraciones
  1. La celebración del Sacramento de la reconciliación y los momentos de escucha de los fieles: además de las medidas generales, se ha de escoger un espacio amplio, mantener la distancia social asegurando la confidencialidad. Tanto el fiel como el confesor deberán llevar mascarilla. Al acabar, se aconseja reiterar la higiene de manos y la limpieza de las superficies.
  2. Bautismo: Rito breve. En la administración del agua bautismal, hágase desde un recipiente al que no retorne el agua utilizada, evitando cualquier tipo de contacto entre los bautizandos. En las unciones se puede utilizar un algodón o bastoncillo de un solo uso, incinerándose al terminar la celebración.
  3. Confirmación:   En la crismación se puede utilizar un algodón o bastoncillo, como se ha indicado en el caso del bautismo. Obsérvese la higiene de manos entre cada contacto, cuando haya varios confirmandos.
  4. Matrimonio: Los anillos, arras, etc., deberán ser manipulados exclusivamente por los contrayentes. Manténganse la debida prudencia en la firma de los contrayentes y los testigos, así como en la entrega de la documentación correspondiente.
  5. Unción de enfermos: Rito breve. En la administración de los óleos puede utilizarse un algodón o bastoncillo como se ha indicado anteriormente. Los sacerdotes muy mayores o enfermos no deberían administrar este sacramento a personas que están infectadas por coronavirus. En todo caso, obsérvense las indicaciones de protección indicadas por las autoridades sanitarias correspondientes.
  6. Exequias de difuntos: Los funerales y las exequias seguirán los mismos criterios de la misa dominical. Aunque sea difícil en esos momentos de dolor, insistir en evitar los gestos de afecto que implican contacto personal y la importancia de mantener distancia de seguridad.
7. Visitas a la Iglesia para la oración o adoración del Santísimo
  1. Seguir las pautas generales ofrecidas, evitando la concentración y señalando los lugares para la oración y la adoración
  2. No permitir visitas turísticas en la fases 1 y 2 de la desescalada.
8. Utilización de dependencias parroquiales para reuniones o sesiones formativas
  1. En la segunda fase las reuniones en dependencias parroquiales seguirán las pautas utilizadas para las reuniones culturales previstas por el ministerio de sanidad que consiste en un máximo de 1/3 de aforo en lugares cuyo aforo habitual es de 50 personas, respetando la distancia de seguridad y la utilización de mascarillas.
  2. En la tercera fase el aforo pasa a ser de 1/2 en lugares de un aforo habitual de 50 personas y de 1/3 en lugares de un aforo habitual de 80 personas en las mismas condiciones de distancia y utilización de mascarillas.
9. Propuesta de inicio de puesta en marcha de estas medidas
Según las indicaciones recibidas, se comenzará la aplicación de estas medidas desde el lunes 11 de mayo, para que en las celebraciones del domingo 17 de mayo, tengamos una evaluación y una experiencia suficiente de los días anteriores.

Domingo IV de Pascua (A)


3-5-20                                     DOMINGO IV DE PASCUA (A)
            En el día de hoy coinciden dos celebraciones: por una parte, hoy es el día del Buen Pastor y, por otra, hoy es la Jornada Mundial de oración por las vocaciones.
            - Sí, hoy es el día del Buen Pastor. ¿Quién es el Buen Pastor? Pues está clarísimo: para nosotros el Buen Pastor es Jesús. Los obispos, los sacerdotes, los diáconos, los religiosos, los catequistas, los padres de familia… somos la encarnación en la tierra del único Buen Pastor: de Jesús. Dios Padre ha puesto en nuestras manos a sus hijos (las ovejas). A unos les ha puesto en sus manos los fieles de una diócesis, a otros los de unas parroquias, a otros los de unos colegios o asilos de ancianos, a otros los niños o jóvenes de primera comunión o confirmación, a otros los hijos que han engendrado con su amor… Pero estos hijos, estas ovejas pertenecen primeramente y sobre todo a Dios Padre, y hemos de atenderlos como nos enseña el mismo Jesús, el Buen Pastor por excelencia.
Sí, los cristianos hemos de identificarnos cada vez más con Cristo Jesús, para que Su Voz sea nuestra voz, Sus Manos sean nuestras manos, Sus Ojos sean nuestros ojos, Sus Sentimientos sean nuestros sentimientos, Su Fe sea nuestra fe, Su Amor sea nuestro amor… y así, de este modo, cuando hablemos a los demás de Dios, nos escucharan porque… reconocerán la Voz de Jesús, nuestro verdadero Pastor.
            * Mirando a Jesús, Buen Pastor ¿cuáles son algunas de las cualidades que nosotros hemos de tener como pastores?
1) El buen pastor es aquel que respeta la libertad de cada oveja, de cada hijo de Dios. Hay una parte que me maravilla de la parábola del hijo pródigo, y es cuando el padre (Dios) respeta la decisión errónea del hijo pequeño: “El menor de ellos dijo a su padre: ‘Padre, dame la parte de herencia que me corresponde’. Y el padre les repartió sus bienes” (Lc. 15, 12). Si Dios respeta la libertad de sus hijos, incluso en camino hacia el pecado, ¿quién somos nosotros para no respetar la libertad de nuestras ovejas? Pero, ¿qué significa ese respeto de la libertad?:
- Respetar la libertad no significa simplemente dejar que hagan lo que quieran. NO.
- Respetar la libertad de los demás significa, a mi entender, DEJAR QUE ASUMAN LAS CONSECUENCIAS DE SUS ACTOS, QUE APRENDAN Y PRACTIQUEN LA RESPONSABILIDAD.
- Además, respetar la libertad también significa NO MANIPULAR DESDE LA POSICIÓN DOMINANTE DEL PASTOR (obispo, párroco, padre de familia…) o desde la mayor sabiduría o mayor poder económico.
2) El buen pastor perdona las debilidades y cura las enfermedades de las ovejas. Esto se hace sobre todo desde el cariño, desde la cercanía constante, desde el respeto, desde la experiencia de haber sido el propio pastor perdonado por Jesús en sus debilidades y curado en sus enfermedades. Afirmo categóricamente que nadie puede perdonar debilidades, si antes no ha percibido la experiencia de haber sido perdonado por Dios él mismo en sus debilidades; nadie puede curar a los demás, si antes no ha percibido la experiencia de haber sido curado por Dios uno mismo en sus enfermedades. “Lo que gratis habéis recibido, dadlo gratis” (Mt. 10, 8).
3) El buen pastor pierde de sí mismo para que las ovejas ganen. Pierde su tiempo, sus fuerzas, su dinero y sus bienes, su descanso, su fama, su salud, su familia, sus aficiones, su vida para que las ovejas (feligreses de las diócesis, de los colegios, de las parroquias, de los catecismos, los hijos de su sangre) ganen tiempo, fuerzas, dinero, bienes, descanso, fama, salud, familia, aficiones, VIDA. Dice Jesús: “yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante (Jn. 10, 10).
4) El buen pastor sabe dónde está el peligro, las aguas turbias y los pastos dañinos y los evita.
5) El buen pastor se atreve con los lobos.
6) El buen pastor da seguridad y confianza, sus ovejas no temen.
7) El buen pastor colma a sus ovejas de riqueza y seguridad.
8) El buen pastor lava a las ovejas y las sienta a su mesa.
9) El buen pastor no quiere separarse de sus ovejas, y las lleva a la Casa del Padre, donde “habitarán por años sin término” (Slm. 23, 6).
* Pero lo mismo que existen buenos pastores, también hay malos pastores.
1) El mal pastor ve su labor como una profesión, no como una vocación. Por eso, simplemente ‘cumple’ con su ministerio de obispo, de párroco, de profesor, de catequista, de padre…, pero sin unción ni apasionamiento.
2) El mal pastor se ama más a sí mismo que a las ovejas. Esto conlleva que ese pastor busca su interés, su comodidad, su conveniencia, y no lo que necesitan las ovejas. Y es que este mal pastor usa las ovejas para medrar y adquirir prestigio. Es un mercenario.
3) El mal pastor ama a las ovejas para que estas le amen. Es decir, se está buscando a sí mismo y, cuando las ovejas no le amen, o no le sirvan para sus intereses, o sean un estorbo, simplemente las apartará de su lado y las dejará en la estacada.
4) El mal pastor guía a las ovejas desde arriba, desde lejos y no huele a oveja.
5) El mal pastor abandona las ovejas cuando barrunta cercanía de lobos.
6) El mal pastor no nota ni siente la pérdida de una oveja.
7) El mal pastor agobia y tiraniza a las ovejas.
8) El mal pastor no escucha a las ovejas ni les da oportunidades de participación.
9) El mal pastor piensa que el rebaño es suyo y trata de suplantar a Jesús.
* Ya para terminar quería compartir con vosotros que, durante este confinamiento por el Covid-19, me dediqué a preparar unas catequesis sobre san Francisco de Sales y, entre otras cosas, descubrí estás frases suyas que os copio a continuación por si os pueden ayudar, como me ayudaron a mí. Este santo es un modelo del único Buen Pastor: Jesús.
            “No nos enojemos en el camino unos contra otros; caminemos con nuestros hermanos y compañeros con dulzura, paz y amor; y te lo digo con toda claridad y sin excepción alguna: no te enojes jamás, si es posible; por ningún pretexto des en tu corazón entrada al enojo”.
“Aprendamos a abandonar actitudes de juez y volvernos más misericordiosos”.
“El deseo de la represalia – el origen de tanta violencia en el mundo – cede espacio al perdón. Nos hacemos hacedores de paz en el hogar y en la sociedad”.
“Las palabras duras que callamos, son nuestras esclavas.  Las palabras indebidas que decimos son nuestras tiranas. Que nuestro hablar sea poco y amable, dulce, lleno de bondad”.

 “Solo confía en Él y Él continuará conduciéndote seguramente a través de todo. Donde no puedas caminar, Él te cargará en los brazos”.
“No te preocupes por lo que pueda ocurrir mañana,  el mismo Padre eterno que cuida de ti hoy, se encargará de ti mañana y todos los días.  Te protegerá del sufrimiento, o te dará la fuerza infalible para soportarlo. Quédate pues en paz, y aleja todos los pensamientos de angustia”.

jueves, 23 de abril de 2020

Domingo III de Pascua (A)


26-4-20                                   DOMINGO III DE PASCUA (A)

Homilía en vídeo
Homilía de audio
Queridos hermanos:
            El evangelio de hoy nos narra el episodio de los discípulos que huían de Jerusalén a Emaús. Jesús había muerto de mala manera y estos dos discípulos tenían miedo que a ellos también les tocara algún golpe. Por eso escapaban de aquella zona…
            Hoy, el evangelio tiene varias claves, pero yo me voy a fijar solo en estas: 1) Desilusión y frustración de los dos discípulos: “Nosotros esperábamos que él fuera el futuro liberador de Israel. Y ya ves: hace dos días que sucedió esto”. 2) La explicación de Jesús hace que sus corazones ‘ardan’ de emoción: “Ellos comentaron: ¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?” 3) Al reconocer a Jesús, regresaron inmediatamente a Jerusalén y se convirtieron en mensajeros de lo que habían visto y oído.
            También hoy quiero buscar si estas claves del relato evangélico se dan en nuestros días. Y voy a hacer esta tarea de la mano de los Papas que hace pocos años fueron canonizados: Juan XXIII y Juan Pablo II. A ellos les tocó vivir en épocas muy duras: la segunda guerra mundial, millones de muertos, odios, hambre, divisiones, persecución…, y fueron capaces de hacer ‘arder’ los corazones y los espíritus de tantos seres humanos dándoles un sentido a sus vidas y haciéndoles sentir amados y queridos de Dios. Estos Papas fueron mensajeros de Cristo, de Dios con sus palabras y con sus hechos. Vamos a recordar algunos de ellos para que también ‘arda’ ahora nuestro corazón y nuestro espíritu y tengamos ilusión, ganas de vivir y de hacer vivir a otros hombres a nuestro lado.
            - El Papa Juan XXIII fue un hombre que siempre se fijó más en lo bueno que en lo malo de las gentes y de las situaciones; se fijaba más en lo que unía que en lo que separaba. En cierta ocasión, cuando era nuncio en Francia tuvo que asistir a una comida y para ponerlo a prueba lo sentaron al lado de un hombre de izquierdas y anticlerical acérrimo. Todos los miraban de reojo y esperaban que, en cualquier momento, ‘saltaran chispas’ entre ellos. Pero todo el mundo se quedó muy sorprendido, porque estuvieron en animada conversación durante toda la comida. Al terminar y despedirse el futuro Juan XXIII del compañero de mesa, le dijo a este: ‘Total, que lo único que nos separa es la fe, porque en todo lo demás estamos Vd. y yo de acuerdo’.
- En otra ocasión, siendo nuncio en París, lo llevaron a un campamento militar a bendecir unas instalaciones. Luego le presentaron a un grupo de paracaidistas a quienes les habló un rato, terminando con estas ingeniosas palabras: No quisiera, muchachos, que olvidaran esto: que a fuerza de bajar del cielo, se olvidaran de subir a él...’
- Pero no pensemos que el futuro papa era un hombre simple. Al contrario, al llegar de nuncio a Francia tuvo que enfrentarse a una situación muy dura. El país había salido de la ocupación militar alemana, que había durado casi cinco años. Había habido muchas muertes, sufrimiento, traiciones, colaboraciones con los nazis. Incluso se acusaba por parte de mucha gente a unos 80 obispos que habían sido muy complacientes con los nazis. Ahora se exigía su destitución. El nuncio tuvo que mediar con caridad y firmeza entre unos y otros y, al final de su estancia en Francia, su labor fue reconocida por ambos bandos. Había sido un hombre de paz y de reconciliación en la Francia dividida y herida
            - Era el Papa Juan XXIII un hombre muy humano y sensible a las necesidades y problemas de los demás. Regresaba un día al Vaticano con su secretario después de haber visitado un asilo de ancianos y de haberles obsequiado algunos regalos. Al pasar por delante de una casa, el secretario, señalándola, le dijo: ‘Santidad, en esta casa vive el profesor Lolli, redactor de L´Osservatore Romano (el periódico del Vaticano). Tiene a su mujer muy enferma. ¿No podría enviarle una bendición?’ El papa le contestó: ‘Es difícil mandar una bendición por el aire, don Loris. ¿No es mejor llevársela personalmente?’ Sin avisar, como tantas veces hacía, estaba llamando a la puerta del redactor del diario para llevarle la bendición en persona...
            - Su sentido del humor eran de sobra conocidos y, a diferencia de sus antecesores, le gustaba ser cercano y bromear con la gente a la que conocía. Hijo de campesinos, a menudo bromeaba con sus orígenes. Solía decir: ‘Hay tres maneras de perder el dinero en la vida: mujeres, apuestas y la agricultura. Mi padre eligió la más aburrida de las tres’.
- Una de las características del Papa fue su cercanía con el hombre común. Un hombre que no se acostumbraba a su posición. Según cuentan, durante sus primeros días como Papa, solía despertarse durante la noche con un problema en mente. Entonces, se decía a sí mismo ‘Lo hablaré con el Papa’, pensando que seguía siendo cardenal. Hasta que se daba cuenta: ‘¡Pero si soy yo el Papa! Muy bien, entonces lo hablaré con Dios’.
- Una sencillez que se reflejó en otra ocasión, cuando un niño le dijo que de mayor quería ser o policía o Papa. Juan XXIII le dijo ‘Si yo fuera tú, me metería a policía. Pueden nombrar Papa a cualquiera, ¡mírame a mí!’
- Ya para terminar con los ejemplos del Papa Juan XXIII escribiré a continuación algunos pensamientos suyos: * ‘Todos los días son buenos para nacer, todos los días son buenos para morir. Yo sé de Quién me he fiado’. * Poco antes de morir Juan XXIII dijo a su secretario particu­lar: ‘Hemos trabajado juntos, hemos servido a la Iglesia. No nos hemos parado a recoger las piedras que, de una y otra parte, nos lanza­ban, y no las hemos vuelto a lanzar a ninguno’. * ‘Solo por hoy trataré de vivir exclusivamente el día, sin querer resolver el problema de mi vida todo de una vez. Solo por hoy dedicaré diez minutos de mi tiempo a una buena lectura; recordando que, como el alimento es necesario para la vida del cuerpo, así la buena lectura es necesaria para la vida del alma. Solo por hoy haré una buena acción y no lo diré a nadie.  Solo por hoy haré por lo menos una cosa que no deseo hacer; y si me sintiera ofendido en mis sentimientos procuraré que nadie se entere’.
            - El Papa Juan Pablo II, siendo aún el cardenal Wojtyla haciendo la visita pastoral a su archidiócesis, llegó a una parroquia, cuando el párroco estaba explicando el catecismo a un grupo de niños. Después de saludar a Cristo en el Sagrario, se dirigió a los niños y les preguntó: ‘¿Sabéis por qué he venido?’ Y un chavalín de siete años contestó con toda espontaneidad: ‘Sí, yo lo sé. Para aprender algo’. Entonces el cardenal Wojtyla dijo: ‘Tienes razón’. Y se sentó al lado del niño e indicó al sorprendido párroco que continuara con la explicación del catecismo.
            - En otra ocasión el gobierno comunista de Polonia, viendo que muy mayoritariamente los habitantes del país se declaraban católicos y practicaban en un porcentaje muy alto, quisieron impedir o al menos dificultar mucho la fe de los católicos y, entre las varias leyes que sacaron a la luz, una de ellas prohibía hacer procesiones por las calles detrás de imágenes de crucifijos, de la Virgen y de santos, so pena de fuertes multas y cárcel. En Polonia se veneraba con mucho amor a la Virgen Negra de Częstochowa. A los católicos (quizás al cardenal Wojtyla) se les ocurrió sacar en procesión no el cuadro de la Virgen Negra de Częstochowa, que estaba prohibido por el gobierno comunista, sino el marco del cuadro. Eso no estaba prohibido por la ley y en aquella procesión presidida por el futuro Juan Pablo II acudieron muchísimos más fieles que si les hubieran permitido sacar la imagen de la Virgen. 
             - Asimismo sucedió que el gobierno polaco creó una ciudad nueva (Nowa Huta), moderna, con muchas casas nuevas y en donde no figuraba la presencia de ninguna iglesia o parroquia. Querían ejemplificar cómo sería una ciudad atea, sin Dios, y en donde todo funcionara maravillosamente. Allí que llevaron a los nuevos habitantes, quienes, al no ver iglesia alguna, fueron al obispo Wojtyla a comentarle el caso. Este habló con el gobierno, pero estos se mantuvieron firmes en su negativa. Entonces el obispo Wojtyla celebraba cada año la misa de Nochebuena en los campos cerca de Nowa Huta. Obtenida la autorización en 1967, el mismo arzobispo Wojtyla abre la primera zanja de la nueva iglesia, que será edificada por los obreros en sus tiempos libres durante 10 años.

            - Termino con unas palabras del propio Juan Pablo II: “El día 13 de mayo de 1981, el día del atentado al Papa durante la audiencia general en la Plaza San Pedro, la Divina Providencia me ha salvado en un modo milagroso de la muerte. Aquel que es único Señor de la vida y de la muerte, Él mismo me ha prolongado esta vida, en cierto modo me la ha dado de nuevo. Desde este momento -mi vida- le pertenece aún más a Él. Espero que Él me ayude a reconocer hasta cuándo debo continuar este servicio, al cual me llamó el día 16 de octubre de 1978. Le pido que me llame cuando Él mismo lo quiera. 'En la vida y en la muerte pertenecemos al Señor... somos del Señor' (cf. Rm 14, 8). Espero también que, hasta que me sea dado cumplir el servicio de Pedro en la Iglesia, la Misericordia de Dios quiera prestarme las fuerzas necesarias para este servicio”.