jueves, 13 de junio de 2013

Domingo XI del Tiempo Ordinario (C)



16-6-2013                               DOMINGO XI TIEMPO ORDINARIO (C)
                         2Sam. 12, 7-10.13; Slm. 31; Gal. 2, 16.19-21; Lc. 7, 36-8, 3

Homilía del Domingo XI del Tiempo Ordinario (C) from gerardoperezdiaz on GodTube.

Queridos hermanos:
            En 2010, al predicar sobre estas mismas lecturas, me detenía en la figura de la mujer que bañó los pies de Jesús con sus lágrimas, que los secó con sus cabellos, que los ungió con perfume y que los besó con sus labios. En aquella homilía, que os invito a repasar en el blog, terminaba de la siguiente manera: Sería muy interesante profundizar en el personaje de Simón, el fariseo que invitó a comer a Jesús en su casa y que juzgó a María Magdalena, pero hoy no nos da tiempo. Hacedlo vosotros. A ver qué os dice Dios de él. Pues bien, vamos a fijarnos en la homilía de hoy en el fariseo llamado Simón.
            - Fue Simón quien rogó “a Jesús que fuera a comer con él”. ¿Por qué? ¿Cuáles son los motivos por lo que alguien invita a otro a comer en su propia casa? 1) Principalmente puede ser por amistad y por cariño. 2) También puede ser por gratitud hacia esa persona ante algún bien recibido de la persona invitada. 3) Asimismo puede ser para conseguir algo del invitado o de un conocido del invitado; es decir, en este último caso se le invita por interés.
De estas tres razones que he apuntado, ¿cuál pensáis que es la más correcta en el caso de Simón, el fariseo? Está claro que Jesús no era para Simón su amigo ni le tenía un cariño especial. Se puede concluir esto de las mismas palabras de Jesús al contar el recibimiento que le dio Simón al entrar en su casa: “Cuando yo entré en tu casa, no me pusiste agua para los pies; ella, en cambio, me ha lavado los pies con sus lágrimas y me los ha enjugado con su pelo. Tú no me besaste; ella, en cambio, desde que entró, no ha dejado de besarme los pies. Tú no me ungiste la cabeza con ungüento; ella, en cambio, me ha ungido los pies con perfume”. Tampoco creo que Simón hubiera invitado a Jesús para agradecerle algo, pues su recibimiento, como acabamos de escuchar, fue más bien correcto, pero frío y distante.
            Entonces sólo nos queda la última razón: Simón invitó a comer a Jesús por algún interés personal, para sacar algo. ¡Vamos a ver si lo averiguamos! Si leemos los capítulos anteriores del evangelio de San Lucas, vemos cómo Jesús se había convertido en un hombre famoso por sus curaciones, por sus milagros y por sus predicaciones. Una gran cantidad de gente lo seguía. De Jesús se hablaba por todo el país e incluso fuera de él. Las razones interesadas o ‘bastardas’ por las que Simón pudo haber invitado a Jesús a comer podían muy bien ser éstas: a) Para presumir en el pueblo en que vivía de que el famoso ‘profeta’ Jesús había estado en su casa. Lo mismo que hay gente hoy que colecciona autógrafos de famosos o se hace fotos con famosos[1], también Simón quería su momento de gloria… a costa de Jesús. De hecho, el evangelio alude a otros invitados a la comida para que fueran testigos del momento de gloria de Simón. Estos invitados serían, por un lado, ‘de la cuerda’ de Simón y, por otro, serían también ‘las fuerzas vivas del lugar’. b) Otra razón podía ser el que Simón lograra adquirir información de primera mano de Jesús para luego transmitirla a otros fariseos. ‘Aquel galileo atraía a demasiada gente y no era de los nuestros’. Había que tratar de controlar y espiar a Jesús. Él no era manejable ni sobornable y eso traía nerviosa a mucha gente, como se puede comprobar en la lectura de los evangelios.
            - Yo me quedo más con la última de estas dos razones que acabo de decir, aunque sin descartar la primera. ¿Por qué digo esto? Pues por lo que sucede durante la comida: al entrar la mujer pecadora y lavar los pies a Jesús y tocarlo, en Simón se produce el siguiente pensamiento: “Al ver esto, el fariseo que lo había invitado se dijo: ‘Si éste fuera profeta, sabría quién es esta mujer que lo está tocando y lo que es: una pecadora’. Jesús tomó la palabra y le dijo: ‘Simón, tengo algo que decirte’. Él respondió: ‘Dímelo, maestro’”. Fijaros en la respuesta de Simón: “Dímelo, maestro”. Interiormente Simón está juzgando a Jesús, pero por fuera se muestra sumiso y complaciente con Jesús. En sus palabras parece entenderse: ‘Dime lo que quieras, Jesús, que yo estoy aquí para escucharte. Además, reconozco que tú eres mi maestro y yo con gusto aprenderé de lo que me digas’. Nada de esto era verdad; por eso Simón actuaba y hablaba como un fariseo, en el sentido más peyorativo, es decir, con hipocresía, con fingimiento y con falsedad[2].
            - El retrato que nos queda de Simón no es demasiado agraciado: 1) un hombre que actuaba por el propio interés y el de su grupo fariseo, 2) que usaba a los demás para sus fines y egoísmos, 3) que juzgaba a los otros y les miraba por encima del hombro, 4) que hablaba y actuaba con doblez y simulación. En definitiva, fue un hombre que estaba cerrado a la gracia de Dios. Pasó por su casa el Hijo de Dios y no lo acogió. El Hijo de Dios pudo perdonarle, salvarle, amarle…, pero no aceptó nada de esto. Simón creía no necesitar nada de ese Jesús, que embaucaba a los ignorantes y paletos del país, pero… a él NO. Simón ya sabía todo lo que debía saber y nadie podía enseñarle nada nuevo, ni siquiera ‘ese Jesús’.
            Simón, el fariseo, por desgracia, no es muy diferente de nosotros y de nuestras palabras y actuaciones en tantas ocasiones. Sí, muchas veces nosotros, de cara a Dios y de cara a los demás, hablamos y actuamos buscando nuestros intereses, usamos a los demás, somos egoístas con Dios y con los demás, utilizamos la falsedad y la hipocresía y no queremos ser enseñados-perdonados-salvados por el mismo Jesús.
La homilía de este mismo domingo del año 2010 la terminaba con una frase, que vendría bien repetir ahora: “¿A quién me parezco yo más en mi vida ordinaria en la relación con Dios y con los demás: a Simón, el fariseo, o a la mujer pecadora?



[1] En varias ocasiones he entrado en algún bar o restaurante en donde figuran en las paredes fotografías de famosos artistas, o de toreros, o de políticos, o de deportistas… con el dueño del local.
[2] A este respecto vienen muy bien unas palabras del Papa Francisco de principios de este mes. Dijo que la hipocresía es la lengua de los corruptos y que un verdadero cristiano no usa un lenguaje “socialmente educado”, sino que habla de manera sencilla, con amor, “con la misma transparencia que los niños, que no son hipócritas porque no son corruptos”. Denunció el Papa a aquellos que, “con palabras suaves, bonitas, demasiado dulzonas intentan presentarse como amigos, pero todo es falso, ya que esa gente no ama la verdad, sólo a sí mismos, e intentan engañar, implicar al otro en su mentira. Tienen un corazón mentiroso y no pueden decir la verdad”. El Papa advirtió a los cristianos sobre la vanidad y dijo que, aunque “nos gusta que se digan cosas bonitas de nosotros”, hay que tener cuidado, “ya que los corruptos lo saben y con ese lenguaje intentan debilitarnos”. El Papa pidió a los fieles que piensen bien qué lenguaje usan y si hablan con amor “o con ese lenguaje social con el que se dicen cosas bonitas, pero que no sentimos”. “Que nuestro lenguaje sea evangélico. Los hipócritas comienzan con la lisonja, la adulación y acaban acusando a los que han adulado. Pidamos al Señor que nuestro lenguaje sea sencillo, que hablemos como los niños, como hijos de Dios, con verdad y amor”.

6 comentarios:

  1. Al leer la homilía del 2010 como nos recomiendas, Andrés y la del domingo, me quedo con dos cosas:

    Fijarme en Jesús, seguir su ejemplo, mirar con sus ojos a los demás, desinteresadamente, con amor, con limpieza de corazón. Es el ejemplo que me da Jesús en el relato de la prostituta que se acerca a Él con amor auténtico, arrepentimiento de sus pecados porque supo ver a Dios, porque sólo lo auténtico y lo verdadero atrae y Jesús la corresponde con su misericordia, con su amor infinito.
    El que más sufre, es el que más ama, porque el sufrimiento te da capacidad de amar de verdad.

    Me quedo con la advertencia del Papa de tener cuidado con la vanidad. La petición que le hace a Dios y a la que me uno: "Que nuestro lenguaje sea sencillo, que hablemos como los niños, como hijos de Dios, con verdad y amor".

    Que sepa ver a los demás con los ojos de Dios aunque a veces sienta que no encajo en este mundo tan materialista, sólo con Dios viviré el amor verdadero y alcanzaré la paz.

    Un abrazo para todos.



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  2. Don Andrés:
    me he sentido identificado con Simón porque en muchas ocasiones he buscado a Dios sólo por interés. Hemos convertido la religión en un intercambio de promesas basadas en el miedo de un Dios bonachón o en el otro extremo, en un Dios castigador. Me gustaría buscar Jesús de manera transparente y desinteresada. Quizá como la prostituta: con valentía, confianza en el amor misericordioso de Jesús y sobre todo, con la certeza de que Dios siempre está dispuesto a perdonarnos. Dios siempre estará dispuesto a perdonar, venga de quien venga el arrepentimiento, aunque sea de una prostituta. ¿Os parece que haya mejor noticia que la de esta semana?

    Gracias Andrés. Bendito sea Dios en ti.

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  3. Buenos dias ... me quedo con estas palabras para reflexion ..
    “Que nuestro lenguaje sea evangélico. Los hipócritas comienzan con la lisonja, la adulación y acaban acusando a los que han adulado. Pidamos al Señor que nuestro lenguaje sea sencillo, que hablemos como los niños, como hijos de Dios, con verdad y amor”
    pues como decia mi amada abuela .. mucha lisonaj ..mucha sonrisa si son verdaderas ale .. sino a otro lado pero sabe El Señor lo ve todo .. y si hay algo que un cristiano no puede ser es hipocrita ... seamos com o niños .. tratemos de ser purois desde el alma

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  4. ¿Quien soy yo...?Posiblemente una mezcla de ambos personajes.Tan fuertemente fusionados que ya ni se donde puede acabar unx y empezar el otrx.¿Cuantas veces,siendo un poco mas joven, no habré asistido a misa con sueño y resaca después de una noche de juerga!O lo que es peor,¿cuantas no habré juzgado aquel al que le di la paz momentos antes, al percatarme de que se había fijado en mis ojeras?, diciéndome para mi_¡Que coñ...miras! y critique por lo bajo su actitud adoctrinada y sumisa!
    He incluso hoy tengo una relación de ambivalencia con la iglesia(que no con Dios)Si dijera abiertamente lo que pienso en cuanto a la de libertad de conciencia y el derecho y capacidad de decidir de todo ser humano (católico o no)Posiblemente chocaría con aquellos más ortodoxos Seguramente,no faltaría quien me enseñara la puerta con la contrahecha frase de que:obedecer es amar,y si no estoy dispuesta a obedecer la doctrina de la iglesia mi fe tampoco tiene consistencia. En definitiva:ante sus ojos soy una mala católica,lo que dentro de este colectivo es casi lo mismo que decir que mi fe no existe,cuando es todo lo contrario,es lo más consistente que tengo en la vida.En cuanto a ser humano,intento ser coherente con la fe que proceso y es esta misma fe la que me lleva a pensar como pienso e incluso si algo me a enseñado la propia iglesia es a luchar y mantenerme firme en lo que creo.Aunque a veces me sienta hipocrita por no decir en voz alta lo que pienso.
    ¿Sabéis?No creo en la jerarquía de la iglesia;al menos no en esta,aveces me da la sensación de que estamos volviendo a la edad media.
    Mejor lo dejo de este tamaño,no quiero romper el buen ambiente que habéis creado en este blog y que tanto me gusta;pensar lo que queráis,(que soy una mala católica o no).Al menos mientras escribía estas palabras he podido disfrutar de una de las mejores cosas que tiene nuestra iglesia,y es sentirme en comunidad.
    un gran abrazo para todos y bendecida semana. C.

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  5. Esta bien.Hablemos en román paladino. Despojemonos de toda retorica vacía y seamos sinceros como niños.¡Dios,como si fuera tan fácil!_Parece que se nos olvida que a menudo los niños son reprendidos si su conducta no se establece como la apropiada y sus palabras reprimidas o no tenidas en cuenta.
    Ahora recuerdo por que menudo cayo lo que pienso;miedo a ser juzgada,miedo a ofender,miedo al rechazo...miedo,miedo miedo...Y cuando lo traspaso,cuando trato de ser yo misma,esos miedos suelen hacerse realidad,pues me doy de cruces,con el hecho de que solo se acepta la verdad del otro si esta esta en concordancia con la nuestra.
    Hay una palabra que me encanta:¨RESPETO¨ Pero no el de la educación o el que marcan las normas sociales(aunque este tambien es necesario),si no el integro,el humano...el que busca el reconocimiento reciproco ,el que antepone a tu propia moral y reconoce a la otra persona como un valor en si misma , una identidad única con necesidades e intereses propios , aunque se antepongan a los suyos.
    En fin

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  6. Quiero darte las gracias por el esfuerzo que haces para que la Palabra me/nos sea mas fácil y tanto me/nos ayuda a crecer.

    Hoy quiero dar las gracias a la persona que hace posible que no sólo seas voz sino imagen; eso demuestra una gran generosidad y una gran calidad humana, al poner sus manos a disposición de tantas personas que no pudiendo estar presentes en ese lugar te oyen pero también te ven. Gracias a ambos

    Un abrazo para cada un@

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