jueves, 26 de enero de 2012

Domingo IV del Tiempo Ordinario (B)

29-1-2012 DOMINGO IV TIEMPO ORDINARIO (B)
Dt. 18, 15-20; Sal. 94; 1 Co. 7, 32-35; Mc. 1, 21-28
Homilía de audio en MP3
Queridos hermanos:
El evangelio de hoy nos narra una situación con la que Jesús se halló en muchas ocasiones durante los tres años de su vida pública: el encuentro con hombres poseídos por espíritus inmundos u hombres endemoniados. Los entendidos en la Biblia tienden a interpretar estos endemoniados como personas con enfermedades misteriosas como la epilepsia, la histeria, las esquizofrenia, etc. Serían muy pocos –según estos estudiosos de la Biblia- los que realmente habrían estado poseídos por Satanás, tal y como se concibe hoy dicha posesión.
- Para entender mejor el relato que hoy se nos hace en el evangelio hemos de tener la misma visión (o lo más parecida posible) a la que tenían los judíos del tiempo de Jesús sobre los enfermos y los endemoniados: 1) Estos eran hombres dejados a su suerte, estaban incapacitados para ganarse el sustento, vivían en la mendicidad y, por tanto, en la miseria y el hambre. 2) Eran abandonados por sus familias, pues para los judíos la enfermedad y la posesión diabólica era un castigo de Dios por los propios pecados. 3) Estas personas eran una carga para sus familias, que no podían atenderlos ni con medicinas ni con médicos; también eran una carga, porque gastaban los pocos recursos familiares y no producían ni aportaban nada. 4) Eran un estigma por sus pecados y porque Dios les había castigado, y ello contagiaba y avergonzaba a sus familiares. Por eso, eran expulsados en muchos casos de sus familias o ya se iban ellos solos: pensemos en el caso de los leprosos.
Los enfermos y endemoniados padecían varios sufrimientos: sus dolencias físicas que no les dejaban dormir o les incapacitaban para llevar una vida normal; el abandono de su familia y de sus amigos, y así no podían participar en las actividades normales de su aldea: trabajo, fiestas, reuniones de vecinos, peregrinaciones…; sus crisis de fe y el verse alejados de Dios, pues todo el mundo les decía y ellos habían aprendido desde muy pequeños que la enfermedad y la posesión diabólica eran signo del castigo y abandono por parte de Dios por los pecados de la persona.
En el caso propiamente dicho de los endemoniados su situación era muy lastimosa. San Marcos nos da algunos datos de ello: hablo del endemoniado de Gerasa (Mc. 5, 1ss). 1) El endemoniado “corría por los montes” en un estado de soledad total; 2) “vivía en los sepulcros” excluido del mundo de los vivos; 3) estaba “atado con grillos y cadenas” por una sociedad aterrorizada por su presencia; 4) vivía “lanzando alaridos” en su incapacidad para comunicarse con los demás; 5) “se hería con piedras” víctima de su propia violencia.
- Jesús encontraba a estas personas tirados por los caminos, a la entrada de los pueblos o de las sinagogas tratando de conmover el corazón de las gentes. La respuesta de Jesús es ésta: 1) Se para ante ellos y los escucha. Les escucha la narración de sus miserias y, si no se las dicen, él las ve por sí mismo. 2) Jesús les acoge, se conduele de su situación, les toca. Les trata como personas dolientes y no como apestados o castigados de Dios. 3) Jesús les habla, les cura y les libera de su situación.
- No obstante, hemos de ser realistas. Con la curación de Jesús no se acaba la historia, no pone ‘fin’ la película, no es el ‘colorín colorado, este cuento se ha acabado’. ¿Qué pasa después con estas personas sanadas por Jesús? En la mayoría de los casos no se nos dice nada en el evangelio de lo que pasó tras la intervención milagrosa de Jesús. En otros casos –pocos- nos dice el evangelio algo: que si el curado quería permanecer al lado de Jesús y éste le dijo que se quedara por su pueblo anunciando el Reino de Dios, que si fuera el curado a presentarse al sacerdote para que constase su curación y pudiese ser plenamente admitido en la sociedad, ya que el castigo de Dios le había sido levantado. Pero vuelvo a preguntar: ¿qué fue de aquellas gentes al volver a sus casas, a sus familias, a sus pueblos? ¿Los recibirían bien o serían considerados como un estorbo al no creer del todo en su liberación de Satanás? Algunos en la familia puede que los recibieran bien, pero otros no tanto. Recuerdo el caso de una chica que era monja y venía por su casa en algunas ocasiones y todos la recibían con gran alegría. Pero un día esta monja dejó de serlo y volvió a la casa paterna y ya no fue recibida con la misma alegría: la cuñada la veía como un estorbo, el hermano como alguien que le iba a quitar la herencia, la sobrina como la tía que le obligaría a compartir su habitación que hasta entonces era para ella sola… Digo lo mismo cuando alguien se separa en su matrimonio y ha de volver a la casa paterna: solo o con hijos, y esto crea, vamos a decir, problemas de logística en la casa. Si esto pasa en la actualidad, no es raro pensar que pudiera pasar algo parecido con los enfermos y endemoniados curados por Jesús al volver a sus casas, a los entornos y ambientes que tenían antes de su enfermedad o posesión diabólica.
Por todo ello creo que unos recibirían con gran alegría la curación de Jesús, pero otros lo verían como un fastidio para su comodidad y para sus intereses.
- Termino: ¿Qué enseñanzas podemos sacar del evangelio de hoy para nosotros?
1) Sólo Dios es el que cura y libera al hombre de modo completo: en su físico, en su psicología y en su espíritu. En Él está nuestra salud y nuestra salvación. Por eso, le pido a Jesús en mi oración que increpe a los malos espíritus que hay dentro de nosotros y que los mande callar, pues nos atormentan y no nos dejan tener paz, y también le pido a Jesús que les ordene que se marchen de nosotros.
2) Nosotros hemos de aprender de Jesús a la hora de tratar a los hombres, tanto sanos como enfermos: pararnos ante ellos y escucharlos, acogerlos y hablarles, y, en la medida de nuestras posibilidades, liberarles de su situación.
3) Ser generosos y acoger a las personas que han sido liberadas por Jesús y no pensar egoístamente en nuestros intereses y comodidades.

7 comentarios:

  1. Que buena ha sido tu palabra Andres .. y en estos dias vemos a muchas personas que parecieran tuvieran el demonio dentro ( eso diria mi abuela ) pues andan con el seño fruncido .. contestan mal .. estan lo que se dice histericos ¡¡¡ se que las situciones de los paises no es la mejor .. que hay problemas en todas partes ... pero no es la solucion crear un demonio dentro de nuestro corazon .. sino pedir al Señor que dia a dia nos de una sonrisa para poder ayudar al otro a sacar ese demonio y volverlo luz ... Solo el Señor nos puede ayudar en estos momentos .. no dejarnos vencer por el rencor .. el egiosmo .. la soberbia y la indiferencia .. pues con ellas invitamos al demonio a habitar en nuestro cuerpo ... si permitirnos que la bondad .. el buen modo .. la sonrisa .. el amor y la paz habiten .. es una señal que Jesus esta cada uno .. y con El todo se puede ...pues es la luz del camino
    Buena semana hermanos con paz ya armonia..

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  2. Enhorabuena D. Andrés por este púlpito en la Red. Premio muy merecido.

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  3. Gracias Andres, yo tambien me siento enferma y quiero que Dios tambien me libere de forma completa, y poco a poco estoy sintiendo esa curación.... y mucho es gracias a todas las personas que tengo alrededor

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  4. Eché un vistazo por encima a la homilía y me fijé en: "Solo Dios lo cura todo, lo calma todo" Así es.

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  5. Me alegro un montón por el premio “San Pancracio” que te han dado, Andrés. Está visto que “Dios esta haciendo su obra...”. ¡Enhorabuena!

    La homilía del domingo me hizo poner los pies en la tierra, y todo lo comentas es muy actual, ‘el espíritu inmundo’ sigue haciendo estragos entre nosotros y, por otra parte, el Señor Jesús nos sigue tendiendo su mano.

    Su palabra libera a TODA PERSONA de la esclavitud, de cualquier mal que la oprima. ¿Cuál es el mal (el espíritu inmundo) que más daño hace a la gente que vive en el mundo? Sin duda alguna, el mal que más daño hace es el ‘Relativismo moral’, es decir, el bien y el mal dependen de la voluntad, del criterio de cada uno. Es bueno lo que me FAVORECE A MÍ y malo lo que me PERJUDICA A MÍ. Pensar que el bien y el mal dependen de cada uno lleva a consecuencias muy graves.

    Algunas de estas consecuencias las expresas en la segunda parte de la homilía y podíamos seguir poniendo cantidad de ejemplos de mucha más gravedad. Voy a poner uno solamente: la ley del aborto, la señora Bibiana Aido, ex-ministra de Igualdad, se otorga el derecho de la última palabra sobre la vida y la muerte de un ser humano, y vemos que hay cantidad de gente que la apoya, incluso entre los cristianos. ¿Cómo se puede entender eso?

    Decía, en el segundo punto, que el Señor Jesús sigue tendiendo su mano, actuando en el mundo, por medio de ciertas personas de una manera sorprendente. Nos dice Andrés en la homilía que la respuesta de Jesús ante todas aquellas miserias era esta: “se para ante ellos y los escucha, escucha sus miserias, los acoge, se conduele de su situación... Jesús les habla, les cura y les libera de su situación”. ¿No tenéis la sensación de haber vivido, en nosotros, estos mismos pasos? Yo sí.

    Estoy totalmente de acuerdo contigo: sólo Dios cura y libera al hombre en todos los aspectos. Gracias Andrés por estas homilías tan actuales que nos hacen despertar y estar más atentos a los signos.
    El salmo de este domingo nos invita a escuchar la voz del Señor y a no endurecer el corazón, para acoger y ayudar a toda persona que encontremos en nuestro caminar.
    Un abrazo para todos y feliz semana.

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  6. Gracias D. Andrés por esta explicación del Evangelio. Reconozco que lo llevo escuchando toda mi vida, pero es a través suyo cómo voy aprendiendo a desgranar los detalles, a fijarme y a entender lo que hacía Jesús con las gentes que se le acercaban, y muy especialmente con los desfavorecidos, los marginados, las "prubitinas flores" que diría un tío mío, cuando se refería con cariño a los pobres, a los ignorados...

    Estos días he recibido un e-mail que me impactó y que guarda relación con el amor y la generosidad. Se trata de un hombre de color, Hamilton Naki, nacido en Sudafrica en pleno apartheid. Este hombre dotado de una inteligencia especial, trabajaba oficialmente como "jardinero" en el hospital de Ciudad del Cabo, dónde el Dr. Barnard hizo su primer transplante de corazón. Un negro en aquel contexto social, no podía aspirar a mas. La historia nos relata que ese "jardinero", aprendió en los servicios de anatomía del Hospital, precisamente esa disciplina, con tan alto grado de perfección, que el corazón de la donante de ese primer transplante, lo extrajo él, siendo una labor delicadísima, y se constató que actuó como cirujano "en la sombra" dentro del equipo del Dr. Barnard durante años, sin pedir nada a cambio. No podía salir en los medios, pues en una sociedad tan elitista como la sudafricana, un negro no tenía cabida.
    Durante casi 40 años impartió clases de medicina a los alumnos del Hospital y de la Facultad y su capacitación fue tan alta que se le otorgó el Doctorado Honoris Causa. Hasta aquí es una linda historia de superación, ya que el "jardinero" nunca se doctoró, y por lo tanto no era cirujano oficial, pero si trabajó como tal gozando del reconocimiento de toda la clase médica de Ciudad del Cabo,(siempre entre bastidores) pero este "jardinero" tenía un don muy especial, mucho más extraordinario que su brillante inteligencia, tenía el don de amar a su prójimo, necesitaba hacer el bien y entregarse a los demás y trabajar por mejorar a cientos de pacientes que pasaron por su manos invisibles, manos negras en un mundo blanco con el corazón endurecido y aunque jamás pudiera ser recompensado por ello, y de hecho así fue. El Dr. Naki, se jubiló con la modesta paga de jardinero, al límite de la supervivencia, no vivió en cómodas casas como sus colegas, sino que lo hizo fuera del apartheid, en una chabola a dónde iba todos los días con su familia, y allí falleció con 78 años, pero su trabajo con los enfermos ha sido y será una lección magistral de perfección, de humildad, de caridad y de superación dificilmente igualables. ¡Qué suerte tuvieron en ese hospital, Jesús y el Dr. Naki juntos!

    Les pido una oración por este maravilloso ser, el Dr. Naki.

    Siento una gran alegría por las buenas noticias que van llegando del estado de Pablo. Hay esperanza, así que estos meses que vienen son cruciales para la regeneración medular. Sigamos orando por su curación, y por sus padres para que sigan teniendo la fortaleza que Pablo necesita.

    D. Andrés, un fuerte abrazo, extensivo a los hermanos del blog.
    Feliz y santa semana.
    Aloya.

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  7. Al comienzo del evangelio nos dice Marcos que: “se quedaron asombrados de su doctrina, porque no enseñaba como los escribas, sino con autoridad.” Esta autoridad siempre la he traducido como “coherencia” entre su decir y su actuar; entre la Palabra que Jesús expresa y el hacerla vida. Por ello se ganó el respeto y confianza de tantos, aunque otros temieran cobardemente seguirle. Por eso creo que no dice el texto que se asombren del milagro, sino que lo ven como la consecuencia de sus palabras y gestos, siempre llenas de misericordia, de la que hablaba y mostraba de mil modos en su trato hacia los demás, particularmente los más necesitados.
    Parece que seguimos viviendo en la época de Jesús. Después de la descripción tan clara que nos haces, Pater, sobre los enfermos y endemoniados, sus situaciones, sufrimientos, soledades y tras esos testimonios de casos tan reales..¡no hemos aprendido casi nada!; y es que, a pesar de existir una Seguridad Social, cuántos enfermos físicos, síquicos y con dolencias espirituales viven entre nosotros y…. ¡que poco les ayudamos en ocasiones! Huimos de ellos porque nos molestan, o bien, simplemente les acompañamos en un corto trecho de su camino y luego…seguimos a lo nuestro.
    Por supuesto, “Sólo Dios es el que cura y libera al hombre”, pero tras su acción en él, ese mismo Dios cuenta con nosotros….sigue contando con nosotros para que como Él, nos detengamos ante el otro, le escuchemos, le acojamos y actuemos como el mismo Jesús lo haría.
    Intereses, comodidades, egoísmos, perezas….son malos espíritus que hoy viven entre nosotros, igual que lo hacen tantos que necesitan de nosotros.
    Pidamos al Señor que se acerque, nos mire, nos toque, nos cure…para seguir nosotros sus huellas, viviendo Su Palabra y sus gestos hacia los demás con la coherencia que Él lo hizo.
    Buena semana amigos.

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