viernes, 27 de noviembre de 2009

Domingo I Adviento (C)

29-11-2009 DOMINGO I DE ADVIENTO (C)
Jr. 33, 14-16; Slm. 24; 1 Tes. 3, 12-4, 2; Lc. 21, 25-28.34-36

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Queridos hermanos:
Como os decía el otro domingo, en el día de hoy comenzamos un año litúrgico nuevo y lo abrimos con el tiempo de Adviento.
Habitualmente, al comenzar el tiempo de Adviento, siempre os propongo que elaboréis un plan de acción personal para prepararse a la Navidad, es decir, UN PLAN DE ADVIENTO. No podemos ser como los paganos, que sólo se quedan en lo externo y todo lo más celebran en Navidad “los días de la familia”. Nosotros no celebramos unos días de familia, sino que celebramos la Navidad, es decir, la venida y el nacimiento del Hijo de Dios. Para acogerlo en nuestros corazones, en nuestra Iglesia y en nuestro mundo hemos de prepararnos, y lo hacemos con este tiempo de Adviento, y el plan que yo os propongo puede ser un buen instrumento.
Las lecturas que hoy nos propone la Iglesia nos muestran algunos caminos o pautas a seguir en esta preparación de la Navidad. Vamos a examinar estos caminos con detalle y asumir aquellos que mejor nos vengan a nosotros. Cada uno, desde su circunstancia personal, escogerá aquel camino o caminos que mejor le ayuden a preparar el nacimiento de Jesús. Bien, dicho esto os doy algunas propuestas sacadas de las lecturas de hoy:
1) En nuestro plan de Adviento puede haber una súplica confiada al Dios para librarnos de todos los peligros, de todas las necesidades y llevarnos al Reino de su Hijo querido. Por eso, en el salmo de hoy oramos : “Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas, haz que camine con lealtad; enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. El Señor es bueno y recto, y enseña el camino a los pecadores; hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes”. Y es que nos damos cuenta a lo largo de nuestra vida que sólo Dios puede todo, mientras que nosotros fallamos una y otra vez, pues somos débiles e inconstantes.
2) La súplica confiada a Dios la hemos de hacer mediante la oración. Por eso, Jesús en el evangelio nos dice: “Estad en vela, orando en todo tiempo para que tengáis fuerza […] y podáis estar en pie delante del Hijo”. Recordad las palabras de Satanás a Jesús, cuando lo tentaba: “todo esto te daré, si te postras y me adoras” (Mt. 4, 9). Satanás y las cosas materiales nos piden que nos humillemos y que nos echemos al suelo ante ellos. Sólo Jesús me levanta y me hace estar de pie ante El. Jesús me ensalza, me pone a su altura y me trata de igual a igual. A este trato amistoso se llega a través de la oración constante, “en todo tiempo”. Por lo tanto, la oración debe tener una parte importante en mi plan de Adviento y en todos los momentos de mi vida. De hecho, yo siempre digo que, quien no ora, no es cristiano.
3) También podemos subrayar, suplicar y trabajar en este Adviento para que se cumpla en nosotros el camino marcado por la segunda lectura: “que el Señor os haga progresar y sobreabundar en el amor de unos con otros, y en el amor para con todos”. Quizás podemos marcarnos de una manera especial en este tiempo de Adviento un trato más amistoso y cariñoso con alguna persona en particular: marido, mujer, hijos, suegros, cuñados, yernos, nueras, primos, vecinos, compañeros de trabajo… Creo que ya os conté en varias ocasiones lo que hacía un hermano lego jesuita que estuvo destinado en la ‘Iglesiona’ de Gijón: estaba de portero en el templo y en la comunidad, y él procuraba ver a Jesús en cada persona que se le acercaba. A la ‘Iglesiona’ venían muchos transeúntes a pedir comida y él les daba un bocadillo. Cuenta una persona que fue testigo de un hecho: resultó que llegó un día un transeúnte a la ‘Iglesiona’ y de malas maneras exigió un bocadillo al jesuita y se marchó con la comida sin dar las gracias. El testigo oyó al hermano lego diciendo para sí: “¡Ay Señor, hoy venías tan disfrazado que casi no te reconocí!” Es decir, si nos proponemos en nuestro plan amar a cada una persona concreta, nos puede ayudar el procurar ver en esa persona al mismo Jesús. El jesuita lo hacía así y no le iba tan mal.
4) En el plan podemos esforzarnos por practicar el derecho y la justicia en nuestros ambientes, tal y como nos lo recuerda la primera lectura. Procuremos en estos días (del 29 de noviembre al 24 de diciembre) ser honestos y honrados con los demás, independientemente de lo que hagan los demás. Aunque quedemos como tontos. Este día me contaban el caso de un chico joven que estaba al frente de un organismo y le hicieron una propuesta para aprobar una propuesta de una empresa. Si lo hacía así, le daban una importante cantidad de dinero, que le venía muy bien en ese momento. Pero el chico dijo que no; es decir, renunció a algo en provecho propio por querer ser honrado. El empresario le dijo que en su ambiente era todo así: para conseguir un contrato había que entregar una cantidad importante de dinero, que luego se aplicaba al presupuesto y ganaban el empresario, el intermediario, aunque perdían otros empresarios más honrados y sobre todo los ciudadanos que tenemos que pagar esas faltas de moral y de honestidad.
5) El evangelio de hoy nos indica que hemos de huir y guardarnos del libertinaje que, en definitiva, no es más que hacer nuestra propia voluntad y seguir nuestros caprichos y gustos, incluso a costa de los demás. Por lo tanto, dejemos de lado todo capricho egoísta y pensemos más en los demás, aunque sea sólo por estos días de Adviento. Igualmente, nos guardamos del libertinaje cuando guardamos nuestra vista y evitamos la curiosidad por saber, por ver, por escuchar. Evitemos preguntar por cosas que no nos interesan y que nos llevan a emitir juicios y murmuraciones sobre otras personas. En definitiva, seamos dueños de nosotros mismos y no dejemos que lo que nos rodea nos esclavice.
6) Hemos de evitar la embriaguez, que no significa simplemente no emborracharnos o no beber de más, sino que hemos de procurar evitar que nuestro dios sea el vientre, con lo que comemos y bebemos: probar de todo, atiborrarnos de todo, aunque ya no tengamos hambre.
7) Evitaremos que las preocupaciones de la vida, que es algo legítimo, nos aparten de la preocupación de buscar a Dios, pues importa más esto que aquello, ya que, como bien dice Cristo a Satanás en sus tentaciones, “no sólo de pan vive el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios” (Mt. 4, 4). Es decir, confiemos más en Dios, que es Padre bueno y sabe lo que nos conviene y lo que necesitamos.
Estas son algunas ideas que la Palabra de Dios nos pone hoy delante, pero podemos coger otras cosas para nuestro plan de Adviento.
Jesús en el evangelio de hoy nos da el sentido de este tiempo de Adviento. El nos dice: “cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación”. A estas palabras de Jesús toda la Iglesia responde: “¡Ven, Señor Jesús!” Con este plan de Adviento personal queremos decir a nuestro modo: “¡Ven, Señor Jesús!” Pues bien, digamos todos a una voz: “¡VEN, SEÑOR JESUS!”

9 comentarios:

  1. Muy buena la homilía de hoy Andrés. No me dices nada nuevo que yo no sepa ya de memoria pero lo dices muy bien dicho y me sirve para recordar.
    En esta época de Adviento es muy importante prepararnos bien para la Navidad. Éfectivamente lo que tenemos que celebrar no es el encuentro familiar sino el nacimiento de Jesús. Por eso, un poco más intensamente desde le 29 de noviembre hasta el 24 de Diciembre debemos de concienciarnos y prepararnos para recibir a Jesús en las condiciones que él se merece. Mucho ánimo en el camino para tratar de dar ejemplo a los demás.

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  2. Hoy vierens estaba preparando mi velas para la corona que estara en casa al comenzar el adviento... y reocrde a todos los hermanos que domingo tars domingo nos juntamos en este blog .. por ello le doy la oracion que yo prepare hace un tiempo .. para preparame para otra nueva Navidad ...dia a dia
    Juntos preparamos la navidad con esperanza!!!!!!

    PAZ: para el mundo
    ILUSION: que nos acompañe siempre, como cuando éramos niños.
    ALEGRIA: para compartir
    AMOR: para dar
    PERDON: para no tener rencor y agrandar el corazón
    ESPERANZA: para vivir plenamente
    CONSUELO: para el que sufre
    AMISTAD: para el que está solo
    ASOMBRO: por las pequeñas cosas
    FE: para saber que nunca estarás solo
    MILAGRO: ¡¡eso es la vida!!
    COMPROMISO: para con los demás
    COMPARTIR: para abrir nuestro corazón
    FELICIDAD: para dar
    LUZ: para iluminar el camino
    SONRISA: para contagiar
    EMOCIÖN: ante la vida
    HUMILDAD: para reconocernos pequeñas criaturas
    BENDICION: ¡¡todos las necesitamos!!
    FUERZA: para superar los obstáculos
    REENCUENTRO: con los seres que a veces dejamos en el olvido
    ENTREGA: no solo para nuestra familia sino para todos los seres que nos necesiten
    PIEDAD: para los que sufren


    Si todos los hombres cumpliéramos con estas pequeñas cosas todos los días seria navidad en nuestros corazones.
    Un abrazo

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  3. Ven Señor Jesús!!! Y para que cuando vengas estemos preparados tenemos que hacer el plan de adviento. Efectivamente en Navidad no celebramos una reunión familiar, aunque también, sino que celebramos el nacimiento de Jesús. Muy buena la homilía Andrés. No dices nada nuevo, pero lo dices muy bien. Muchas gracias y pido a Dios que me ayude a prepararme para recibir a Jesús en Navidad.

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  4. Ven Señor Jesús! Y que cuando vengas estemos preparados para recibirte. Para eso tenemos que hacer el plan de Adviento. Muy buena la homilía Andrés. No dices nada nuevo, pero lo dices muy bien. Yo pido a Dios que me ayude a prepararme para recibir a Jesús.
    Margarita

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  5. En esta Homilía de D. Andrés, hay mucho camino por recorrer, al menos en mi caso. El éxito de un plan están en finalizarlo, y ahí es donde se puede fracasar, así voy a intentar que mi plan personal para esta Navidad sea en primer lugar factible, dada mi débil condición, lo que no va a excluirme de gran trabajo, optaré por erradicar lo más que pueda de mi vida el EGOISMO, y a partir de los posibles progresos, confio se vayan abriendo más ventanas de mi personalidad que a buen seguro se beneficiarán de esta primera "hoja de ruta " para la Navidad.
    Espero que este nuevo plan de mi vida, me acerque mucho más a Dios, y me permita también contemplar a mis hermanos, como Rostros del Señor.
    Gracias D. Andrés por esta magnífica propuesta de celebrar el Nacimiento de Jesús, alejada de esa comercialización feroz de una Fiesta, que en nada tiene que ver con lo que nos venden.
    Un abrazo para los hermanos del bloh.

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  6. Feliz Adviento para todos.
    Me gustó mucho la anecdota del lego de la Iglesiona y comparto totalmente su pensamiento, ¡Ay Señor a veces qué disfrazado vienes y cómo me cuesta reconocerte!. Ese será mi plan para este Adviento, intentar verle todos los dias en todos mis semenejantes.
    Querida Any que oración tan bonita, muchas gracias.
    Aunque no estés físicamente en la Misa de once estás en el corazón de muchos de nosotros.

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  7. Leyendo esta mañana un texto sobre
    "Beato Juan van Ruysbroeck (1293-1381), canónigo regular-
    Las Bodas espirituales-, se fijaba él en esta frase:
    «Entonces verán venir al Hijo del hombre»
    «¡Que viene el esposo!» (Mt 25,6). Cristo, nuestro esposo, es quien pronuncia esta frase. En latín, la palabra «venit» contiene dos tiempos del verbo: el pasado y el presente; lo cual no priva que apunte también al futuro. Por eso vamos a considerar en nuestro esposo Jesucristo, tres venidas.
    En la primera venida se hace hombre a causa del hombre, por amor. La segunda venida tiene lugar todos los días, a menudo y en muchas ocasiones, en cada corazón que ama, acompañado de nuevas gracias y nuevos dones, según la capacidad de cada uno. La tercera venida, se considera la que tendrá lugar el día del Juicio o en la hora de la muerte..."
    ..........................
    Verdaderamente sólo desde esa Segunda Venida, de la que nos habla, podemos bien AGRADECER la Primera, que volveremos a renovar en Navidad, y Preparar la Tercera, en la Esperanza de que el Esposo nos encuentre con las lámparas encendidas y a punto: donde, cuando y cómo Él lo tenga previsto para cada uno, que seguro será lo mejor.
    Y es en esta Segunda Venida suya donde ubico la homilía de hoy, con el Plan de Adviento, porque..¡qué ENCUENTRO tan maravilloso nos brinda el Señor cada día desde Su Palabra!
    Cuando en la homilía leí:"Las lecturas que hoy nos propone la Iglesia nos muestran algunos caminos o pautas a seguir..", fui nuevamente a las lecturas, para sacar esas pautas y luego hacerme el examen a mi misma desde lo que me planteaba la homilía; pues no me salió mal del todo y me dio alegría.También he de decir, que tras la homilía, he cambiado mi Plan de Adviento; lo he reflexionado mas.
    Ese versículo del evangelio:"los astros se tambalearán",me ha traído a la memoria cuántas personas mas o menos cercanas han muerto esta temporada y la finitud y precariedad de nuestra vida; si no la vemos desde Dios, es para desesperarse, como le ocurre a los que no tienen Fe.
    Pero también el panorama que vivimos: desde la Familia,el aborto,el paro,el quitar símbolos religiosos,falta de formación religiosa a los niños, mala gestión de los gobiernos,la crisis económica que paraliza y angustia tantas vidas..¿no son acaso un signo fiel a esos "astros que se tambalean"? porque en resumidas cuentas,sólo -cobramos ánimo levantando la cabeza y poniéndonos en pie delante del Hijo del Hombre-,dejándonos mirar por un Niño que nace en pobreza dándonos toda Su riqueza, y contemplando en Esperanza al Hijo del Hombre viniendo en gloria y majestad que nos dice: Venid benditos de mi Padre...
    ¡VEN, ven Señor Jesús!! ven cada momento, cada día, cada vez que te pensemos,que te descubramos disfrazado,que te necesitemos, que te busquemos..VEN.
    ¡Ven a nuestro Blog!, que te busca, te necesita, te celebra cada semana! Ven al Padre Andrés, a cada uno de nosotros!¡Ven, Señor Jesús!
    ¡Feliz Adviento a todos!!

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  8. ADVIENTO, un tiempo hermoso que nos pone la iglesia para meditar en la profundidad de este misterio de la encarnación de nuestro Señor.
    Tiempo de espera y de esperanza, de estar despiertos, espectantes, en vela; tiempo de encuentro con Jesús y con mis hermanos.
    Es cierto que cuando esperamos la llegada de alguien querido, procuramos ir preparando todo para que al llegar se encuentre acogido, agusto y feliz en nuestra casa; pues esa es la invitación que hoy se nos hace a través de la predicación. A mi me lleva a pensar que, le gustaría encontrar en "mi casa" al Señor cuando llegue, que le podría agradar mas; y francamente lo encuentro difícil, porque yo se que a mi Señor le agradaría encontrar, todo y mas de lo que aquí se nos ha dicho. Yo me inclino a pensar que lo que mas le gustaría sería, encontrar AMOR, pues recuerdo la cantidad de veces que en la escritura aparece esta recomendación por parte de Jesús, "amaos unos a otros como yo os he amado, esto os mando, que os améis los unos a los otros" también me viene a la mente lo que decía S. Agustín, "ama y haz lo que quieras" pienso que el amor es la base de todo, el Amor nos lleva a la súplica, a la humildad, a la oración, a ser honrados y justos, a no ser libertinos ni embriagarnos, porque sabemos que esto es lo que le agrada al ser amado.
    Lo cierto es que a mi me pasa lo que al fraile de Gijón, ¡Ay Señor, qué difícil es reconocerte tantas veces, ya que te presentas "tan disfrazado" ! por este motivo tengo que rezar y suplicar a mi Dios, que pueda reconocerle y ser amable con el, quiero amar, quiero AMAR A MI DIOS CON TODO MI CORAZÓN, pero esto no es posible si no amo a mis hermanos, ya que Él se encuentra en cada uno de ellos, por mucho que me cueste reconocerle.
    Por eso ruego a mi Dios que me ayude a prepararle el camino, y que me ayude a estar vigilante, saber descubrirlo siempre que llegue a mi puerta.
    Que el Señor nos ayude a vivir este adviento en feliz y anhelante espera, y siempre con esperanza.
    Gracias Andrés, nuevamente me has sido de mucha ayuda, que Dios te bendiga.
    Un abrazo a todos los hermanos, en la esperanza del adviento. VEN SEÑOR JESÚS.
    BENDITO SEA DIOS.
    Chony

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  9. Gracias, Andrés, trataré de seguir estas pautas en estos días de adviento. Especialmente cuando el Señor viene tan disfrazado que no le reconocemos. Un abrazo.

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