viernes, 30 de marzo de 2007

Domingo de Ramos

1-4-2007 DOMINGO DE RAMOS (C)

Is. 50, 4-7; Slm. 21; Flp. 2, 6-11; Lc. 22, 14-23, 56
Queridos hermanos:
* El evangelio de S. Lucas que hemos leído y escuchado al principio de la celebración, para la bendición de los ramos, nos mencionan tres tipos de personas que están presentes en la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén: los discípulos, los fariseos y el pueblo-la gente. Los discípulos “echando sus mantos sobre el pollino, ayudaron a montar a Jesús. Mientras él avanzaba, extendían sus mantos por el camino. Cerca ya de la bajada del monte de los Olivos, (1) toda la multitud de los discípulos, llenos de alegría, se pusieron a alabar a Dios a grandes voces, por todos los milagros que habían visto. Decían: -‘Bendito el Rey que viene en nombre del Señor! Paz en el cielo y gloria en las alturas.’ Algunos de los (2) fariseos, que estaban entre la (3) gente, le dijeron: ‘Maestro, reprende a tus discípulos.’ Respondió: ‘Os digo que si éstos callan gritarán las piedras.’”
- A diferencia de los otros tres evangelistas (S. Mateo, S. Marcos y S. Juan), al relatar la entrada mesiánica de Jesús en Jerusalén, S. Lucas especifica que solamente el grupo de los discípulos aclamaba a Jesús “por todos los milagros que habían visto”. ¿Quién es discípulo? Discípulo es el que ha visto a Jesús amar (a Lázaro y a sus hermanas), perdonar (a la adúltera), acoger sin importarle la procedencia ni otras circunstancias de la persona (a la samaritana), comprender, acariciar (a los niños, que eran rechazados por todos), curar (al endemoniado de Genesaret, al ciego, al leproso y a tantos y tantos hombres y mujeres y niños), aceptar a los demás como son (a Pedro, tan bocazas y tan impulsivo y a la vez tan amante de Jesús y tan fiel), escuchar con paciencia (a Nicodemo). Discípulo es el que ha compartido el pan, el frío, el calor, los miedos, los ratos largos de oración, los gozos, los fracasos, los triunfos, las soledades y las multitudes con Jesús. Discípulo es el que ha escuchado a Jesús las parábolas y tantas enseñanzas y se ha sentido encandilado (“Jamás nadie ha hablado como habla ese hombre” ([Jn. 7, 46] o aquello de S. Pedro “Señor, ¿a dónde vamos a ir? Sólo tú tienes palabras de vida eterna, y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios.” [Jn. 6, 68s]). Sí, discípulo es el que cree en Jesús como Dios, como Señor, como Rey del Universo. Porque el discípulo acompaña a Jesús en su entrada a Jerusalén, se quita los mantos o los abrigos o todo aquello en que confiaba antes de tener fe (riquezas, títulos, fama, poder, buena vida, rencores, murmuraciones, viajes…) y con todo eso el discípulo alfombra el suelo para que Jesús lo pise subido en un pollino, en un borrico. Sí, un borrico pisa todo aquello a lo que estamos atados, a lo que estábamos atados antes de tener fe. Y todo esto provoca en el discípulo ENTUSIASMO, ALABANZAS A DIOS, GRITOS DE JÚBILO sin importarle que los demás le tengan por un loco.
- Los fariseos son aquellos que no consienten que otro, ni siquiera Jesús, estén por encima de ellos. Los fariseos con sus palabras o con sus obras no reconocen a Jesús como Señor, como Rey, como Dios. Le llaman simplemente “maestro”. Maestro: como si fuera únicamente un título universitario, pero que no compromete a nada. Los fariseos quieren meter cizaña entre Jesús y sus discípulos: “Maestro, reprende a tus discípulos”. Los fariseos no aguantan el entusiasmo y la alegría de los otros, sobre todo si no son ellos quienes provocan esta alegría o si no son para beneficio suyo estas alabanzas. Los fariseos son como el perro del hortelano, que ni comen ni dejan comer.
La diferencia entre los discípulos y los fariseos es la diferencia entre la incredulidad y la fe, el rechazo y la aceptación.
- Las gentes en este pasaje de la entrada de Jesús en Jerusalén son aquellos que asisten como espectadores. No se involucran ni se comprometen. Ni ven ni quieren escuchar. No son ni frío ni caliente, ni arriba ni abajo, ni a la derecha ni a la izquierda. Son mudos asistentes a un espectáculo y, además, gratis. Jesús, para esta gente, es un hombre que pasea subido a un burro y los discípulos no dejan de ser unos exaltados que gritan, y que son talibanes, fundamentalistas, carcas o raros. Recuerdo que en la Semana Santa de 1985 estaba yo celebrando uno de los cultos del Triduo Pascual en la iglesia parroquial de Taramundi y subió por el pueblo una profesora atea, compañera mía del instituto de Vegadeo (en donde yo impartía clase de religión) y, al ver que estábamos más de media hora en la iglesia, decía por el pueblo: ‘Pero, ¿qué hacen tanto tiempo ahí dentro metidos?’ Sí, para la gente sin fe, lo nuestro es un espectáculo decimonónico o medieval, para hacer una foto de turismo, pero nada más.
Vamos a empezar el recorrido de la Semana Santa con esta celebración del Domingo de Ramos. También hoy puede haber una división en tres grupos de personas: los discípulos, los fariseos y la gente. En nuestra mano está el pertenecer esta Semana Santa a uno u otro de estos grupos.
* Cuando los fariseos le dicen en el evangelio a Jesús que mande callar a sus discípulos, El les responde “que si éstos callan gritarán las piedras.” Sí, es tan grande lo que vamos a vivir y celebrar en estos días santos que, si todos los discípulos se callaran, gritaría la creación entera. Recuerdo un hecho milagroso atribuido a S. Antonio de Padua. El estaba predicando a la gente, les hablaba de Dios y nadie le quería escuchar. Entonces S. Antonio dijo a la gente que, si no querían oír hablar de Dios, que entonces les hablaría de Dios a los animales de la creación. Así, S. Antonio se puso a predicar el evangelio a los pájaros que revoloteaban por allí y a los peces de un río cercano. Y los peces asomaban sus morros de entre el agua para escuchar al santo y los pájaros se pararon sobre las ramas de los árboles y alrededor del santo para escucharlo. Y así se cumplió la palabra de Jesús: “si éstos callan gritarán las piedras.”

7 comentarios:

  1. En esta homilía, donde D.Andrés, describe tan gráficamente el perfil de los asistentes en la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, me queda muy claro el papel de los discípulos, entusiasmados por las obras de Jesús, testigos de sus prodigios, y receptores de sus enseñanzas.
    La postura de los fariseos, teniendo en cuenta, que eran los observadores fieles de la Ley y los que pagaban sus impuestos, parece chocar con estos discípulos y su Maestro, que lo mismo curaba en sábado que hablaba con una samaritana o atendía a una prostituta, saltándose todo convencionalismo. Para los fariseos, esta, debía de ser una conducta claramente provodadora por parte de Jesús y sus seguidores, y además, peligrosa por las consecuencias que pudiese tener en el futuro. Los fariseos, se cuidaban muy bien de que sus conductas al márgen de la Ley, no trascendieran, y por lo tanto, tenían a la hipocresía instalada permanentemente en su vida, como muchos de nosotros los hombres. En resumen, les faltaba valentía para reconocer que las enseñanzas de Jesús, no solo eran respetuosas con la Ley, sino que además, las impregnaba de misericordia y generosidad, aspectos que ellos solo practicaban " determinados días de la semana ". ¡ Qué pena ! De todas formas, a los fariseos, les veo todavía, con capacidad para reflexionar sobre su actuación, y la posibilidad de enmendar su vida, pero...
    El pueblo o la gente que asiste indiferente al espectáculo, sin ningún tipo de compromiso, me preocupa muchísimo, porque, yo me veo reflejado muchas veces en este tipo de conducta, mucho más peligrosa, desde mi punto de vista que la de los fariseos. Yo he sido indiferente muchas veces a los mensajes de la vida, unas veces en forma de dolor, de ayuda, de fe. He " pasado " de incontables situaciones, para evitar el compromiso de asumir trabajos extras, he sido espectador sin comprometerme con el espectáculo, me ha faltado la - valentía - de gritar al Maestro ",lo que sí, hicieron los fariseos, demostrando al menos, una actitud, un interés, en cambio, cuando nos volvemos - gente -, indiferentes, nuestras posibilidades de conectar con el mensaje de Jesús, disminuyen alarmantemente, porque no solo estamos ciegos ante la existencia de Dios y de su Creación, sino también, ante nuestra propia existencia, que se convierte simplemente en un vagar por la vida.
    Personalmente intento ser discípulo, lo que sucede, es que dentro de mi debilidad, soy más veces, - pueblo-gente -, y otras, - fariseo impertinente-.
    Un abrazo para todos.
    Gracias D. Andrés por su homilía.
    Aloya.

    ResponderEliminar
  2. ¡Me has esponjado el corazón, Pater! También el de Aloya,creo percibir en su testimonio; porque nuestra participaciones,mas que comentarios casi todas son testimonios importantes, que nos ayudan y enseñan a todos. Por ejemplo veo que Aloya se acusa de ser fariseo ó gente, en este marco evangélico que tan bonitamente nos has presentado.Yo me atrevo a replicarle, que alguien con su sinceridad-como la ha expresado- no puede ser HOY, fariseo; y tampoco la consideraría entre personas sin comprometerse, pues en estos momentos la veo muy metida en esta escena con Jesús y estando cerca de Él, es imposible no amarle. Nuestro HOY es lo único que le podemos presentar y vivir, hemos sido -pasado, que vive en Su Misericordia- ¡¡tantos personajes!!. Hoy, como reviviremos el Domingo, si somos capaces de acercarnos a los discípulo quienes:"echando sus mantos sobre el pollino, ayudaron a montar a Jesús. Mientras él avanzaba, extendían sus mantos por el camino"; si como lo discípulos, nos quitamos los mantos y cuánto nos apegue a alguien ó algo que nos sea el Señor; si permitimos que un borrico pise todo aquello a lo que estamos atados, y no nos permite-Permanecer en Su Amor-; entonces nuestra Alabanza hacia nuestro Dios y Señor, no la podrá para nada ni nadie...Allí nos encontraremos los del BLOG,ocupando un lugar del camino que Jesús va a recorrer, preparados para alabarle, bendecirle y glorificarle,extendiendo nuestro MANTOS ante Su mirada misericordiosa. ¡¡¡qué hermosa forma de entrar en JERUSALÉN!! No olvidemos ninguno llevar nuestra pancarta, porque "..nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios.”
    ¡¡Santa Semana para todos!!

    ResponderEliminar
  3. Estimado Don Andrés:

    JESUCRISTO entra en la etapa final, EL sabe a lo que va, a morir a Jerusalén, podía haber entrado en un caballo o en una carroza engalanada, pero no, no había lugar para circo y pantomima, EL no iba al sacrificio como una estrella de Hollywood, con toda vanidad y soberbia, sino con humildad, el iba a ser tratado y morir sin honor según la muerte que recibiría y ahí está su grandeza.

    A la Gloria Eterna montado sobre la humildad, a la Gloria de ser el forjador del hecho más fundamental de toda la HISTORIA UNIVERSAL y que cambiará todo, la SALVACION DEL HOMBRE. EL HIJO DE DIOS a realizar "El hecho de hechos" sobre un pollino.

    ¡BENDITOS SEAN DIOS Y JESUCRISTO!

    ResponderEliminar
  4. Siento mas que un impulso, una exigencia muy grande de decirles a todos, pero hoy de una manera especial al anónimo de la semana anterior “Gracias”, cuánto bien me hizo su reflexión siguiente: (Quiero dejar que los demás me sorprendan con su ser y no ir yo por delante poniendo etiquetas, encasillando posturas, enjuiciando)
    Gracias nuevamente a todos.

    No soy consciente en los años que tengo de haber escuchado en ninguna Homilía o explicación sobre este Evangelio, la interpretación que hoy nos describe Andrés. Siempre las homilías y lo que yo había escuchado eran en torno a la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, o sobre la realeza de Jesús, también concretamente sobre lo que significaba para Jesús entrar en la ciudad de Jerusalén y tal vez sobre otros aspectos que refleja este Evangelio.
    Es la primera vez que oigo esta preciosa Homilía donde se nos describen los tres tipos de personas que están presentes en la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén: Los discípulos, los fariseos y el pueblo-la gente. A medida que la iba escuchando e iba reflexionando detenidamente sobre los tres tipos de personas que están allí presentes, me doy cuenta y tengo que reconocer que en muchos momentos de mi vida he tenido la posición de la gente: una simple espectadora, mediocre, poco o nada comprometida, muda, asistente a un espectáculo. También he tenido la postura de fariseo: No reconocí a Jesús como Señor, como Rey, como Dios; le he dado muchos títulos como a quien por mero respeto o por educación se le da un título, lo he rechazado y hasta me he creído mejor que los demás con muchas de mis actitudes. Pero también me veo reflejada y he tenido la posición de discípula en la que con su gran BONDAD y MISERICORDIA, Él me ha permitido acercarme a acompañarlo y he sentido con El, el dolor, la tristeza, el “Aparta de mí este Cáliz, mas no se haga mi voluntad sino la tuya”, el miedo, el fracaso, la tentación, los triunfos, largos ratos de oración, me he sentido perdonada, amada, comprendida, acariciada por El, he creído y estoy cada vez mas creyendo y confiando en EL y quiero hoy y siempre arrojar mis mantos, mis abrigos y alfombrar el paso de Jesús para que Jesús los pise subido en el borrico y así pueda cada vez mas gritar con ENTUSIASMO Y CON JÚBILO, ES MI SEÑOR, ES MI DIOS, HASTA DECIRLE CON TODA MI FUERZA ERES “MI AMADO”.
    Finalmente quiero expresar que hace unos días recibí un correo en respuesta a uno que yo había enviado y era el siguiente: “Me parece muy bien que le pidas al Señor la gracia de encontrarte con el Amado.
    Cuando lo veas, dile que le quiero y que no me deje. A mí me dejó reflexionado mucho esto: “Que le pidas al Señor, la gracia de encontrarte con el Amado.
    Señor y Amado. Y me decía a mi misma que mi relación con EL llegué a ser mas que de Señor a “MI SEÑOR, A “MI AMADO” y encuentro que a medida que mi relación sea de discípula es cuando llego a poseerlo como mi “AMADO”.
    Gracias tenemos que darle hoy a EL que a través de Andrés hemos celebrado la Eucaristía, gustado y profundizado en su Palabra, haciéndonos tomar conciencia de ser sus discípulos.
    Que esta Semana Santa la vivamos con esta experiencia.
    Un abrazo y por favor perdonad lo extensa
    Olga

    ResponderEliminar
  5. Tambiém mi corazón se ha esponjado con esta homilia y con la celebración ayer del domingo de Ramos, pistoletazo de salida para vivir una semana santa: "Santa". Nosotros queriamos llevar a la peqúeña Gema a una misa de niños y asistimos al Cororazón de Maria, la sorpresa agradable fue la bendición de Ramos en la calle y la procesión por la plaza de America con palmas en las manos y cantos de alegria...(con parada de trafico y policias incluida) Por que os cuento esto? porque me emocionó el momento por la gracia de Dios, creo que estos tiempos que vivimos de vez en cuando no viene mal las manifestaciones públicas de fe, son necesarias auqneu parezca algo superficial, de alguna manera damos testimonio de que todavia hay cristianos dispuestos a salir a la calle orgullos de serlo, cantando con palmas en las manos, que Mi Dios y Señor es lo más grande que existe. Asi al menos lo sentí yo, y ruego para que las manifestaciones externas sean autentico fruto del amor de Dios que crece en mi corazón, alejando de mi alma la actitudes autosuficientes y soberbias de los fariseos y las tibias, pasivas y mediocres de la gente...por el contrario me conceda la gracia de crecer como discipulo suyo.
    !BENDITO SEA EL SEÑOR! Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Discípulos, gente, fariseos...
    También yo soy gente cuándo no me comprometo.
    Soy farisea cuándo pienso y actúo de manera diferente, cuándo soy hipócrita.
    Señor, ayudáme a ser discípula...que te siga ciegamente, que te ame ciegamente, que Tú puedas decir a quién me calle:"...si ella calla, gritarán las piedras".

    Perdóname, yo te he entregado.
    Perdóname,yo he sido la causa de Tú sufrimento, de Tú calvario.
    Perdóname, yo te he crucificado.

    Misericordia y perdón...
    Jesús, acuérdate de mi cuándo llegues a Tú Reino...

    Santa semana Santa a todos y feliz Pascua de Resurrección.
    Asun.

    ResponderEliminar
  7. ¡¡Qué testimonios tan preciosos del Amor de Dios!! ¿a qué sí Pater?
    El cariño que te tenemos, nos facilita imaginar tu cara,disfrutando y medio sonriendo cuando lees nuestros comentarios, que seguramente luego incorporarás a tu oración de la noche y a tu eucaristía.
    Releyendo la pasión de S. Lucas completa,no solo la primera parte correspondiente al Dom. de Ramos, iba viendo y orando como Jesús a su paso, iba dando oportunidades a la gente del pueblo con quienes se iba cruzando... y sus actitudes iban cambiando. Así, ¡Simón de Cirene! ¿quién se lo iba a decir a él? de repente ayudando a un sentenciado, obligado...a Convertirse por su cercanía al Nazareno; aquellas mujeres llenas de sentimentalismos por aquella escena tan dura y brutal ante sus ojos, aprendieron a "mirarse a sí mismas" y a compadecerse, pero por sus propios pecados y las consecuencias de estos; veo aquel centurión asustado, ante lo que había hecho y ante la respuesta del Cielo acogiendo la vida de Jesús por el perdón de nuestro pecado y del suyo;¡¡cuántas conversiones más habría a Su paso..!! y en un principio solo había en ellos, indiferencia, pasar el tiempo,quizás acompañar a otro creyente...pero la cercanía del Señor va dejando huella siempre. ¡somos tan ciegos!
    Nos comentas Pater, en tu homilía,que --Cuando los fariseos le dicen en el evangelio a Jesús que mande callar a sus discípulos, El les responde “que si éstos callan gritarán las piedras.”- y leía ayer un texto de S. Efrén refiriéndose a estas palabras, que -- ellos `,los fariseos, prefirieron que gritasen los discípulos y los niños y no las piedras, porque ante el clamor de las cosas, los espíritus ciegos hubieran podido comprender. El clamor de las piedras estaba reservado para el momento de la cricifixión, porque entonces, enmudecieron los que estaban dotados de palabra y fueron las cosas las que proclamaron Su grandeza.-- Hago referencia a esto, porque nunca había unido estas palabras de Jesús a esa manifestación del cielo y la tierra, que parecían postrarse ante Su Dios muerto y luego resucitado. Y esto es una luz importante en el contexto de la Pasión, pero también de nuestra vida, en tantos momentos en los que - aunque no quieran escucharnos
    ¡tantos! hemos de hablar-- aceptando las consecuencias de nuestras palabras- sean estas buenas ó dolorosas para nosostros. La última Palabra siempre la tiene Dios.Él es la VERDAD.

    ResponderEliminar