Querido Andrés: Me están gustando mucho sus homilías sobre las Moradas. Hace tiempo intenté leer el libro, y no pude, me resultó demasiado complicado. Pero estas explicaciones tan sencillas y claras, me están ayudando a entender la mística y el pensamiento de Santa Teresa.
Ya sé que Dios nos llama a todos, y Cristo a cada uno de nosotros, que tenemos que seguirlo de verdad, descubrir su gloria, morir a nosotros mismos, aprender a amar a Dios y participar de la Resurrección del Señor, y de la nuestra.
Y que la puerta de entrada en el Castillo es la oración. (vocal, de meditación, afectiva, de quietud, de unión, de la mirada...). Tenemos que andar en verdad, perseverar, estar preparados para las tentaciones, no errar el camino de Dios, crecer en humildad, confiar en el amor de Dios, tener más miedo de ofenderle que de ir al infierno, dejar que ladren los perros... y transformarnos como el gusano de seda, para ir siendo personas creyentes, buenas, piadosas y fervientes.
Algunas moradas las voy reconociendo al escucharlas, en otras todavía no entré, pero tengo una determinada determinación de no obrar, no pensar, y estar bien arrimada a Dios, para dejar que Él me lleve donde quiera, cuando quiera y como quiera. Gracias por su trabajo y su ayuda. Un abrazo.
Querido Andrés:
ResponderEliminarMe están gustando mucho sus homilías sobre las Moradas. Hace tiempo intenté leer el libro, y no pude, me resultó demasiado complicado. Pero estas explicaciones tan sencillas y claras, me están ayudando a entender la mística y el pensamiento de Santa Teresa.
Ya sé que Dios nos llama a todos, y Cristo a cada uno de nosotros, que tenemos que seguirlo de verdad, descubrir su gloria, morir a nosotros mismos, aprender a amar a Dios y participar de la Resurrección del Señor, y de la nuestra.
Y que la puerta de entrada en el Castillo es la oración. (vocal, de meditación, afectiva, de quietud, de unión, de la mirada...). Tenemos que andar en verdad, perseverar, estar preparados para las tentaciones, no errar el camino de Dios, crecer en humildad, confiar en el amor de Dios, tener más miedo de ofenderle que de ir al infierno, dejar que ladren los perros... y transformarnos como el gusano de seda, para ir siendo personas creyentes, buenas, piadosas y fervientes.
Algunas moradas las voy reconociendo al escucharlas, en otras todavía no entré, pero tengo una determinada determinación de no obrar, no pensar, y estar bien arrimada a Dios, para dejar que Él me lleve donde quiera, cuando quiera y como quiera.
Gracias por su trabajo y su ayuda.
Un abrazo.
¡Profundo comentario! Ánimo D. Andrés es usted un pastor estupendo.
ResponderEliminarMe gustaría conseguir sus homilías en audio sobre "las Moradas"
ResponderEliminarMe gustaría conseguir las homilías en audio sobre las moradas
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