Homilía del viernes III de Cuaresma
Homilía del funeral de María, niña de 20 meses, en Serantes
Homilía del funeral de María, niña de 20 meses, en Serantes
28-3-14 Funeral
de Serantes (María, niña de 20 meses)
Queridos
hermanos:
El 22 de julio de 2012 nacía en
Oviedo María Brugos Flórez. Fue bautizada en esta parroquia de Serantes el 6 de
abril de 2013. Parece ser que hacia agosto de 2013 tuvo una serie de molestias.
Fue llevada al médico y… se descubrió su mal, su enfermedad.
Durante unos meses ella, sus padres: Héctor y Mª Teresa, y toda la
familia lucharon por salir adelante y encontrar la salud. También luchó Pablo,
su hermano, que no entendía cómo se le dedicaba tanta atención a María y a él
no. Pablo pensaba que lo tenían un poco de lado.
Después de esta lucha, María moría sin que se pudiera hacer nada más por
salvar su vida.
¿Por qué tuvo que morir? ¿Por qué Dios, que dicen que es bueno y que
todo lo puede, no hizo nada por curarla? ¿Por qué? No lo sé.
El año pasado, hacia finales de junio, me dijeron que tenía que venir
como párroco para estas parroquias. En aquellos mismos días murió de modo
inesperado un sobrino mío de 30 años. Se me quedó grabado cuando me encontré
con mi hermana y mi cuñado y lo único que pudimos hacer fue abrazarnos y llorar
juntos. Mi cuñado me decía: ‘¡Cómo duele, Andrés, cómo duele!’ Nada supe
decirles. Nada pude decirles.
Cuando ayer, me vinieron a decir que había muerto María con 20 meses
de edad y que había poner hora a su funeral, yo me quedé bajo ‘schock’ durante
todo el día. Se amontonan las preguntas, se amontona el dolor, se amontona el
sufrimiento, el desconcierto, la pena, el aturdimiento y, a veces, hasta la
rabia.
¿Mereció la pena tanto dolor, en ella y en su familia? ¿No hubiera
sido mejor que María no hubiera nacido, que no la hubiéramos conocido para
tener que separarse ahora de ella así?
Y ahora, si me permitís, voy a tratar de ver las cosas desde la perspectiva de María. Porque todo lo
que he dicho anteriormente era desde nuestra perspectiva. Lo que diré a
continuación sólo puede ser comprendido y aceptado desde la fe en Dios. Si no
hay esa fe en Dios, no se puede entender ni aceptar nada de lo sucedido.
También es verdad que, con la fe en Dios, resulta complicado entender y aceptar
esto que voy a decir.
María ha nacido hace casi dos años. Estuvo rodeada del amor de su
familia. Sufrió mucho, sí, pero ahora descansa. Ya no más dolores, ya no más
pinchazos, ya no más molestias, ya no más lloros, ya no más no comprender.
Ahora pasó de los brazos de Mª Teresa a los brazos de la Virgen María, que la
cuidará muy bien. Ahora pasó de los brazos de Héctor a los brazos de Dios
Padre, que la cuidará muy bien. Ahora ríe, ahora es feliz, ahora trata de
hablar al corazón y al oído de su papá Héctor, de su mamá Mª Teresa, de su
hermano Pablo, de sus abuelos Eliseo, Laurentina, Luis y Mª Carmen, de sus
tíos, de toda su familia, de todos los que la quisieron, besaron y abrazaron
aquí, en la tierra, y les dice: ‘Estoy bien. No os preocupéis ya por mí. Todo
esto es muy bonito. Me cuidan y me quieren, y yo estaré siempre a vuestro lado.
Os quiero’.
Pido la Fe para estos padres, abuelos, y de forma especial para Pablo para que no se aparte de Dios por no tener a su lado a su hermanita María.
ResponderEliminarCuando muere alguien cercano o por cuya pérdida siento dolor,pienso que Dios se lo ha llevado consigo porque sólo Él sabe, y "ese" precisamente era su mejor momento. Dios lo sabe nosotros no sabemos cuál es el mejor momento para nadie, para llevarnos con Él.Seguimos sin comprender la muerte, pero nuestra Fe nos dice que es el último paso para llegar a la Vida.Dios nos de Fe, la aumente, la haga recia y madura y de forma especial en la familia de María. Pasado su duelo, aunque no pase nunca el dolor, la sonrisa de esta niña desde Dios, será el consuelo para sus padres.
La muerte que viene como una sombra, hoy en María, es una hermosa luz, por su sufrimiento y por tanto amor como recibió de cuántos la rodearon.
Un día Dios nos dirá el por qué...y entonces comprenderemos lo que ahora solo por la fe aceptamos y nos trae algo de consuelo.
hacia muchos que no escuchaba a una persona precupandose de los problemas de sus fligreses, me encanta tenerte como sacerdote de mi parroquia y ojalá que hubiera muchos como tú, ahora que te voy conociendo me doy cuenta que hay personas muy buenas en este mundo, gracias por existir
ResponderEliminarCuando me enteré del fallecimiento de María,a la cual yo no conocí, como tampoco conozco a su familia, sentí dolor por la nena, y mas aún por sus padres.
ResponderEliminarUniéndome a las palabras de D. Andrés en la homilía, yo tampoco comprendía, no se puede entender que, una pequeñina que comienza su vida, tenga que pasar por el sufrimiento, y se vaya tan rápido; ¿Quién lo puede entender?
Sigo con la homilía; para que nació, porqué sufrió, a que vino a este mundo? yo tampoco tengo respuestas, pero la único que se me ocurre es que, en el poco tiempo que estuvo con su familia, pudo disfrutar del amor de sus padres, hermanos, abuelos etc. y también su familia gozó de ella, luchó por ella, y se volcó en ella; y sobretodo, si no hubiese nacido no podría ahora estar gozando dichosa y feliz, en el cielo, conocer a su Padre que la habrá acogido con el mas grande de los amores, y tener la seguridad de que, de ahora en adelante, siempre será así. Desde allí podrá devolverles a su familia, a su hermanito, todo el amor que ellos le ofrecieron, así como los cuidados y desvelos.
Disfruta María de la dicha eterna, que bién te mereces, y que El Señor te procurará, y tu cerca de El te encargarás de cuidar de tus papás, de tu hermanito y abuelos; te podrán sentir cercana siempre, y su consuelo ha de ser que se acabó el sufrimiento, y que eres un ángel mas en la familia celestial.
BENDITO SEA DIOS.
ResponderEliminarDices el martes al finalizar la plática: " y nada mas, hoy es .
una homilía muy teológica".
Mi querido Andrés, y digo yo, y "nada menos".
Gracias, como siempre.
Un abrazo
Estos últimos días hemos sentido y vivido la muerte de Mónica y de María, como personas cercanas, percibiendo los sentimientos de tristeza y a la vez de confianza en Dios de nuestro párroco en las palabras de sus homilías..ante esto, siento agradecimiento hacia Dios y tambien hacia D. Andrés, que tanto unifica esta comunidad de Tapia y su entorno.
ResponderEliminarComparto con vosotros esta anécdota que ha llegado a mis manos electrónicas.
TRAS LA MUERTE
Un hombre enfermo se preparaba para salir del consultorio del médico que le estaba examinando y dijo:
"Doctor, me asusta la muerte...dígame que hay al otro lado"
Muy suavemente el doctor dijo: "No lo se."
Usted no sabe? Usted es cristiano y no sabe que hay del otro lado?!!!
El doctor tomó la perilla de la puerta.....
Del otro lado se sentían como rasguños y gemidos y...cuando se abrió la puerta, un perro entró en el cuarto, saltó sobre el médico y con gran alborozo le lamía lleno de contento
El médico se volvió hacia su paciente y dijo:
"Vio lo que hizo mi perro? ...Él nunca había estado en este cuarto antes. No sabía que había adentro. Solo sabía que su dueño estaba allí y cuando se abrió la puerta, saltó sin ningún temor"
Yo poco se de lo que hay del otro lado de la muerte... pero si se una cosa: Que mi Dueño estará allí y eso me basta!!!
Leyendo este último comentario me sonrio, no hace mucho que leí en Internet un "cuento" sobre dos bebes que hablaban en el vientre de su madre, uno, esceptico, decia que fuera de aquel "su mundo" no habia nada; el otro le decia que seguto que habria luz y cosas hermosas y otra forma de vivir, y que estaria Mama. El exceptico decia que no se creia nada y que nunca habia visto a esa tal Mama, que no existia. Eso nos pasa a nosotros también, algunos creemos y otros nunca lo haran. Por ellos es por quien rezo esta noche.
ResponderEliminarSoy familiar de María...tengo que decir que hace mucho que dejé de creer en Dios...fue de una manera silenciosa y progresiva....Todos pensamos que ahora María ya no sufre y eso supone alivio...si está o no con Dios eso ya no es algo que podamos "certificar"...lo importante es que es muy querida, que es una luchadora y que no sentirá más dolor....el resto está en la fe de cada uno.
ResponderEliminarMe gustaría abrazar a este familiar de María. Rezo por vosotros pues tengo presente el sufrimiento de esta pequeña y el vuestro. El hecho de que al hablar de ella como lo haces desde el cariño y sobretodo desde el presente utilizando el verbo ES,hace ver que para ti, aunque has asistido probablemente a su funeral y a su entierro, sigue Viva a pesar de su muerte física.María, es muy querida, es luchadora y no sufre, dices...Creo que Dios igual que un día "de una manera silenciosa y progresiva" desapareció de tu horizonte, aunque no tu del suyo, vuelve silencioso a tu vida, precisamente desde el dolor vivido y la presencia de alguien que aunque "ha muerto Vive" y así lo reconoces. Es parte de nuestra fe, una de las que mas nos consuela, porque la presencia de los nuestros con Dios y de Dios con los nuestros, que ya no están...pero, con quien los percibimos como su felicidad, nos hace volvernos a Él como el Señor de la Vida y el Dios Amor. En esos brazos está María..Es mi fe, como tu dices, la de cada uno, pero creo que la tuya y la mia es la misma, amiga/o.
ResponderEliminarPerdona tantas palabras que han ido saliendo..solo deseaba darte un abrazo.
Te acepto y agradezco el abrazo. Lo de mi fe ha sido "sin querer", antes creia y me producia felicidad, ahora no siento eso, ni me siento en casa si voy a una iglesia. No pasa nada :) lo importante para mi es no ser hipócrita.
EliminarUn beso grande
No te conformes, querida amiga anónima, con no ser hipócrita, y Pide, Busca, Llama...al corazón de Jesús quien en estos dias nos dirige Su mirada desde la Cruz, esa que habeis saboreado recientemente con la ausencia de María sus seres mas queridos. Y deja que ese Jesús, que tanto nos ama, a Tí y a mi, te encuentre con el corazón dócil y lloroso para abrazarte y...simplemente, Estar a tu lado. Porque Él desea hacerte feliz y sabe cuánto le necesitas.Yo rezaré por ti y desde esa oración te acompañaré.
ResponderEliminarLa parábola que cuenta D. Andrés en la homilía de hoy, describe muy bien nuestras actitudes y comportamientos. Creo que la pregunta con que finaliza la historia es para ti, amiga. Dice:"¿Van a perder la fe mis hermanos pequeños porque no encuentran explicaciones?". Quizás tus explicaciones no sean sobre la muerte de una niña pequeña e inocente, sino sobre tu fe. Esa que sin tu quererlo y silenciosa y progresivamente desapareció de tu vida. Piénsalo y vuelve, vuélvete al Señor, ahí en la Cruz.Si nos encontramos con Él en la Cruz, también estaremos junto a Jesús en la Pascua de Resurrección.Y viviremos con la felicidad y alegría de creer y sabernos muy muy amados por Dios, en su Hijo Jesús.
Mi cariño.
Buena semana