29-12-2013 SAGRADA FAMILIA (A)
LA EDUCACION CRISTIANA
(I)
Homilía en audio. HAY QUE PINCHAR EN EL ENLACE ANTERIOR PARA VER EL VIDEO.
Homilía de audio en MP3
Queridos
hermanos:
-
Hace unos tres años celebré la boda de unos amigos. Después de la celebración
del sacramento estábamos los invitados en el aperitivo y se me acercó un
matrimonio de mediana edad. Me preguntaron cosas de la homilía y me decían que
había cosas, de las que yo había dicho, con las que no estaban de acuerdo. Se
estableció un diálogo y en un determinado momento les pregunté: ‘Sabiendo lo
que sabéis ahora, si pudierais volver
atrás, ¿os casaríais de nuevo entre vosotros?’ La mujer se quedó
pensativa un momento y enseguida contestó que lo había pasado bastante mal en
el matrimonio, pero que sí se casaría de nuevo con su marido. Luego ella y yo
miramos para el hombre y éste, de modo inmediato y firme, contestó que no se
casaría en modo alguno. No se casaría ni con ella ni con ninguna mujer.
En
bastantes ocasiones hay matrimonios, o maridos y/o mujeres que afirman estar
pesarosos de diversas cosas sucedidas en su matrimonio, o con la educación de
sus hijos, o por haber tenido menos hijos o por haber tenido de más, etc.
Sabiendo lo que sabéis ahora –os pregunto
yo-, ¿os casaríais con vuestro marido o con vuestra mujer? ¿Por qué sí o por
qué no? (Yo no necesito saberlo; os lo planteo para que reflexionéis y os
contestéis vosotros mismos).
Sabiendo lo que sabéis ahora, ¿os
habríais comportado con vuestros cónyuges como lo hicisteis? ¿Diríais lo que
dijisteis? ¿Callaríais lo que callasteis?
Sabiendo lo que sabéis ahora, ¿os
habríais casado u os habríais quedado solteros?
Sabiendo lo que sabéis ahora,
¿tendríais más hijos o menos hijos?
Sabiendo lo que sabéis ahora,
¿educaríais a vuestros hijos como lo habéis hecho? ¿Qué cosas cambiaríais?
-
Con esta última pregunta quiero entrar propiamente en el núcleo de la homilía
de hoy, es decir, quiero hablaros de la educación que se da o que se debe dar
en una familia cristiana y, desde mi punto de vista, en toda familia. Pero no
se ha de entender la educación simplemente como aquella que dan los padres a
los hijos, sino como aquella que viven, recrean y buscan todos los miembros que
forman parte de la familia, padres incluidos. Para ello la Iglesia nos propone
hoy que nos miremos en el espejo de la Sagrada Familia formada por S. José, por
la Virgen María y por Jesús.
Llegados a este punto creo
necesario decir una palabra sobre lo que se ha de entender por educación, pues,
de otro modo, podemos hablar en los mismos términos, pero de cosas muy
distintas. Entiendo por educación aquello que viene contenido en el Concilio
Vaticano II, concretamente en el número 1 de la Declaración “Gravissimum
educationis” y que recogió posteriormente el Código de Derecho Canónico en su
canon 795: “Como la verdadera educación debe procurar la
formación integral de la persona humana, en orden a su fin último y,
simultáneamente, al bien común de la sociedad, los niños y los jóvenes han de
ser educados de manera que puedan desarrollar armónicamente sus dotes físicas,
morales e intelectuales, adquieran un sentido más perfecto de la
responsabilidad y un uso recto de la libertad, y se preparen a participar
activamente en la vida social.” Es muy importante que la educación sea integral, no sólo en
conocimientos académicos, sino también en el ámbito físico, en el moral y en el
espiritual. En caso contrario tendríamos monstruos que, sabiendo mucho o siendo
muy fuertes o siendo muy espiritualistas, carecerían de los otros aspectos
necesarios para el correcto crecimiento de toda la persona. Además, en esta
definición se destacan los fines de la
educación en los hombres: 1) el bien común de toda la sociedad y 2) su
objetivo último, o sea, la salvación o lo que es lo mismo la entrada en el
Reino de Dios.
Para aterrizar más este tema, pienso que es
muy importante que los matrimonios y las familias eduquen en valores, pero
valores que nos hagan crecer como personas, como ciudadanos y como cristianos o
personas de fe. Pienso que nunca es tarde para empezar a vivirlos personalmente
primero, y para comenzar a transmitirlos a los demás después.
*
El primer valor que reseñaría es el del cariño.
El amor debe estar presente en toda familia, pues de otro modo la convivencia
se convierte en un infierno o aquella casa es simplemente ‘la pensión del
peine’. El amor debe de ser del esposo hacia la esposa y de ésta hacia
aquél. El amor debe de ser de los padres hacia los hijos y de éstos hacia
aquéllos. El amor debe de ser entre los hermanos y demás familiares. Recuerdo
que hace unos años una maestra de Oviedo, que ejercía en una escuela de la zona
de La Tenderina, pidió a sus alumnos, de unos 8 años, que hicieran un dibujo
sobre las primeras palabras que oían al despertarse. Uno de ellos se dibujó a
sí mismo en la cama y a su madre entrando en la habitación para despertarlo
mientras ella le decía: “O te levantas o de doy una os…” Cuando la maestra
enseñó el dibujo a la madre, ésta se puso todo colorada. Signo de que debía de
ser cierto.
A continuación voy a leeros una
bonita historia que me vino por Internet y que refleja perfectamente lo que
quiero decir en este punto: “En una junta de padres de familia de cierta
escuela, la directora resaltaba el apoyo que los padres deben darle a los
hijos. También pedía que se hicieran presentes el máximo de tiempo posible.
Ella entendía que, aunque la mayoría de los padres y madres de aquella
comunidad fueran trabajadores, deberían encontrar un poco de tiempo para
dedicar y entender a los niños. Sin embargo, la directora se sorprendió cuando
uno de los padres se levantó y explicó, en forma humilde, que él no tenía
tiempo de hablar con su hijo durante la semana. Cuando salía para trabajar era
muy temprano y su hijo todavía estaba durmiendo. Cuando regresaba del trabajo
era muy tarde y el niño ya no estaba despierto. Explicó, además, que tenía que
trabajar de esa forma para proveer el sustento de la familia. Dijo también que
el no tener tiempo para su hijo lo angustiaba mucho e intentaba redimirse yendo
a besarlo todas las noches cuando llegaba a su casa y, para que su hijo supiera
de su presencia; él hacía un nudo en la punta de la sabana que lo cubría. Eso
sucedía religiosamente todas las noches cuando iba a besarlo. Cuando el hijo
despertaba y veía el nudo, sabía, a través de él, que su papá había estado allí
y lo había besado. El nudo era el medio de comunicación entre ellos. La
directora se emocionó con aquella singular historia y se sorprendió aún más
cuando constató que el hijo de ese padre era uno de los mejores alumnos de la
escuela. El hecho nos hace reflexionar sobre las muchas formas en que las
personas pueden hacerse presentes y comunicarse entre sí. Aquel padre encontró
su forma, que era simple pero eficiente. Y lo más importante es que su hijo
percibía, a través del nudo afectivo, lo que su papá le estaba diciendo.
Algunas veces nos preocupamos tanto con la forma de decir las cosas que nos
olvidamos de lo principal, que es la comunicación a través del sentimiento.
Simples detalles como un beso y un nudo en la punta de una sábana, significaban,
para aquel hijo, muchísimo más que regalos o disculpas vacías.”
El
próximo miércoles, día 1 de enero, continuaré diciendo más valores en los que se
debe de basar la educación familiar.
Muy bonita homilía D. Andrés. Feliz Navidad
ResponderEliminarQuerido Andrés.
ResponderEliminarHe sentido la necesidad de escribir un breve comentario en tu blog. El relato del nudo en la sábana hace, como siempre, que no sólo se ponga otro nudo a mí en la garganta, sino que también hace que se me salgan las lágrimas. Porque hace envidiar tanto a uno como a otro: al padre porque, a pesar de sus limitaciones en el tiempo ha encontrado la forma más efectiva de comunicarse con su hijo y este, a su vez, no sólo es cómplice de ese gesto, sino que, además, no descuida sus otras obligaciones. Quizás es necesario haber pasado por situaciones límite para apreciar más las pequeñas cosas.
Buenos días .. Excelente tu homilia ... Me ha hecho reflexionar y traído a mi recuerdos de la abuela ... Cuando hablaba sobre lo importante que era la familia .... Y los valores que en ella había que inculcar ..y mantener ... Y esta frase siempre la decía Y tu pones aquí .... El amor debe estar presente en toda familia, pues de otro modo la convivencia se convierte en un infierno o aquella casa es simplemente ‘la pensión del peine’.
ResponderEliminarHoy en día creo que por la manera que se esta viviendo muchos dejan con escusas como falta de tiempo etc .. La falta de compromiso etc
..la familia es la base de la sociedad y si esta no esta formada con valores como el amor ..la lealtad ..la tolerancia y la paciencia y el amor diario ..el mundo se va perdiendo .... Y dando la espalda al Dios ....
Al menos 38 personas han muerto y 70 han resultado heridas por la explosión de un coche bomba al lado de una iglesia en el sur de Bagdad.
ResponderEliminarEl atentado tuvo como blanco la iglesia de la Virgen María, en el barrio de Al Dura, coincidiendo con la celebración de la misa de Navidad en el templo.
La mayoría de las víctimas en el ataque de Al Dura, un barrio de mayoría suní pero que cuenta con numerosas iglesias, son fieles cristianos.
También en Al Dura estallaron tres bomba en un mercado, lo que causó la muerte de cuatro personas y heridas a 18, así como destrozos materiales en los comercios.
Irak es un país de mayoría musulmana que cuenta con una importante comunidad cristiana, que en los últimos años ha sido también objetivo de atentados terroristas.
Uno de los atentados más graves fue perpetrado en octubre de 2010 contra una iglesia en Bagdad, donde irrumpió un grupo terrorista y fallecieron cerca de 60 personas.
En la década de 1980, se calculaba que había unos dos millones de iraquíes cristianos de una población de 30 millones de habitantes, pero el número de estos fieles ha bajado debido a que muchos de ellos han emigrado a consecuencia de la violencia sectaria.
Irak sufre un repunte de la violencia confesional y de los atentados terroristas, que causaron durante el mes de noviembre la muerte de 948 personas, la mayoría de ellas civiles, según cifras del Gobierno.
Muy bonita la homilía de hoy, y aplicable a todo el mundo. Nada de lo que hacemos y decimos en el ámbito familiar deja indiferentes a los que conviven con nosotros. Parece sencillo ser generosos y prodigar palabras amables y de cariño, pero todos sabemos que en la práctica ¡es tan difícil encontrar el equilibrio entre los intereses particulares de todos! Lo que me parece esencial es no rendirse de todo y pensar que nunca es demasiado tarde para cambiar el "tono" de la convivencia. También los gestos sueltos, aunque no sean suficientes, se absorben y dejan su huella en la memoria.
ResponderEliminar¡¡Que bonita homilía!! Interesante y necesaria.
ResponderEliminarCada día que pasa soy mas consciente del valor y la importancia que tiene la familia. En ella se gesta lo que será la sociedad.
Hoy quiero pararme en el primer punto: el cariño, el amor.
Es imprescindible que esto exista en el seno de una familia. Los hijos son constantes espectadores del comportamiento de sus padres, y lo que han de ver son, dos personas que se aman profundamente, que se lo demuestran con gestos, palabras, atenciones y un gran respeto mutuo, ayudándose en las distintas labores. Han de ver también que, ese cariño revierte en la prole, que han de sentirse queridos siempre, incluso cuando se les corrige, ya que esto se debe de hacer desde el amor y por el amor que sienten hacia ellos. Así es fácil que en la familia haya paz, alegría, complicidad, necesidad de compartir, diálogo y complacencia de compartir una mesa.
Partiendo de esa base creo que todo lo demás vendrá por añadidura, y se hará extensivo al resto.
Preciosos los ejemplos, en especial el del padre que cada noche se acerca a la cama de su hijo, le besa, y para que sepa que ha estado con él, hace ese nudo en la sábana. una hermosa manera de comunicarse. ¡¡cuanto cariño percibía ese pequeño a través de tan sencillo gesto!!
Este es un tema que da para mucho, así que con este pequeño aporte, por mi parte creo que es suficiente.
Eso sí, quiero dar gracias a Dios por la familia en que nací, en la que he sido muy feliz; porque esto que reseño, lo he vivido; así como la transmisión de la fe, que tanto me ha ayudado, y tantas cosas mas.
Hoy día de la Sagrada Familia, quiero agradecer a mis padres, abuelos y tíos, todo lo que me han enseñado, y todo el amor que he recibido de ellos.
Muchas gracias Andrés, y ya espero la segunda parte.
A todos vosotros, desearos que sepamos poner en práctica todas estas enseñanzas, y con la ayuda de Dios, podamos educar familias cristianas, que ayuden a salvar esta sociedad.
BENDITO SEA DIOS