jueves, 30 de mayo de 2013

Domingo del Corpus Christi (C)



2-6-2013                                            CORPUS CHRISTI (C)
Homilía de audio en MP3
Queridos hermanos:
            * Celebramos hoy el Cuerpo y la Sangre de Cristo. ¿Qué es, quién es? Parece algo de sobra conocido entre nosotros y, sin embargo, es muy desconocido, tanto a nivel de experiencia como de conocimiento teórico. Pongo algunos ejemplos de este desconocimiento; reales como la vida misma:
            - Hace unos años, en un templo parroquial, un chico preparaba el lugar colocando flores para la celebración de una boda. Estando en la sacristía, el sacerdote le dijo al chico que pusiera un florero al lado del sagrario. Como vio este sacerdote que el chico tardaba en regresar a la sacristía para preparar otro florero, fue el sacerdote hasta el templo y se encontró al chico, con el florero en la mano y en medio de los bancos, buscando el sagrario. El chico no sabía qué era un sagrario ni, por supuesto, dónde podía estar ‘ese sagrario’. Cuando unos días más tarde el sacerdote comentó este incidente con otro chico, éste dijo que él sí sabía qué era el sagrario y dónde estaba, pues él había sido monaguillo durante algunos años. Este segundo chico dijo: ‘¡¡El sagrario es donde el cura guarda el vino de la Misa!!’
            - Hace un tiempo impartí el sacramento de la Confirmación en una parroquia de Gijón. Como llegué con tiempo, me puse a orar antes de la Misa. Esta sentado en un banco y enfrente tenía el presbiterio, el altar y el sagrario. Durante el tiempo que estuve allí veía cómo entraban los confirmandos en la sacristía, a través del presbiterio, para llevar los pinchos y las bebidas para el convite después de la celebración, pero ninguno de ellos saludaba a Cristo que estaba presente en el sagrario. Sí se saludaba al párroco, a los catequistas, al resto de confirmandos, pero no al Cristo eucarístico. Y no lo saludaban por desprecio, sino por no conocerlo; es decir, los que se iban a confirmar no sabían que allí, en el sagrario, estaba Cristo Jesús, el que les enviaría en breves instantes su Santo Espíritu.
- Hace ya un tiempo me pasó el siguiente episodio en la catedral de Oviedo. Estaba ayudando a dar la comunión en la Misa de doce. La última persona que vino a comulgar por mi fila fue un chico sucio y desgreñado; tenía cara de no haber dormido y la lengua azul. Me extrañaron sus formas y su presencia, pero le di la comunión. Luego pensé que quizás ni siquiera se habría confesado. Terminada la Misa de doce, salí al altar para preparar la Misa de una, que yo iba a celebrar. En esto vino el chico anterior con otro vestido de negro y tuvo lugar la siguiente conversación: me dijo el chico de negro ambos habían estado toda la noche de juerga y que, pasando por la plaza de la catedral, le dijo al otro que por qué no entraban en la catedral, ya que nunca habían estado en ella. Así lo hicieron y se colocaron atrás del todo. Estaban en plena Misa de doce y el de negro le preguntó al otro que si ha hecho la 1ª Comunión; éste dijo que no y el de negro le indicó que si quería hacerla que se pusiera a la cola y que comulgase. Y así lo hizo. Todo esto me lo dijeron muy ufanos, porque habían hecho algo bueno y quisieron decírselo al cura. El de negro me dijo que él sí que había hecho la 1ª Comunión con 9 años y que había ido a Misa cuando habían muerto familiares o amigos, pero que no había vuelto a comulgar. Yo les dije que hicieron dos cosas mal (y se quedaron cortados): una fue comulgar sin prepararse y otra comulgar sin confesarse. Les dije también que, si el de negro se confesó para hacer la 1ª comunión y tenía pecados entonces, con 9 años, cuántos más tendría el que hizo la 1ª Comunión con 24 años. Y me dieron la razón (‘Puf, ¡tenemos una cantidad de pecados!’). Les dije que ambos podían hacer la 2ª Comunión y se asustaron porque no sabían que había ‘una 2ª Comunión’; les dije que sí, y que esta vez se preparasen y confesasen. ATENTCION: Entonces le pregunté al que ‘había hecho la 1ª Comunión’ qué había sentido y me dijo que había experimentado una cosa muy buena dentro de sí, pero que no sabía muy bien cómo explicarlo. Al contármelo, sus ojos se llenaron de lágrimas de la emoción. Para terminar me dijeron que se iban a ir por ahí a celebrar que uno ha hecho la 1ª Comunión y no hacían más que darme la mano agradecidos, sobre todo “el de la 1ª Comunión”. Cuando comenté este hecho en la homilía con la gente en la Misa de una, algunos se escandalizaron, pero les dije que se fijaran más bien en la acción de Dios que actuó cuando quiso, en quien quiso y como quiso.
* Vuelvo otra vez al principio de la homilía: Celebramos hoy el Cuerpo y la Sangre de Cristo. ¿Qué es, quién es? El Cuerpo y la Sangre de Cristo es Dios mismo que se nos da. Nos dice el evangelio que acabamos de escuchar: “Jesús se puso a (1) hablar a la gente del Reino de Dios, y (2) curó a los que lo necesitaban […] (3) ‘Dadles vosotros de comer’”. En efecto, el Cuerpo y la Sangre de Cristo, es decir, Jesús es aquel que se preocupa por la gente que tiene hambre y pide a sus discípulos que les demos de comer. El Cuerpo y la Sangre de Cristo, es decir, Jesús es aquel que se preocupa de la gente enferma y doliente, y los cura. El Cuerpo y la Sangre de Cristo, es decir, Jesús es aquel que se preocupa de enseñar a la gente el camino hacia Dios.
Enseñar. Pero Jesús enseña desde dentro, y no simplemente metiendo unas ideas nuevas en la cabeza. A este chico de la catedral Jesús le enseñó que había una realidad nueva para quien metía su Cuerpo en su boca. Sí, este chico experimentó algo nuevo en su espíritu cuando comulgó, y un gozo saltó en su corazón y unas lágrimas asomaron por sus ojos. A nosotros este hecho del chico de la catedral nos enseña que Dios desborda nuestra imaginación y nuestras normas: un chico sin preparación, sin confesión, lleno de pecados y de modo ‘sacrílego’ (según los parámetros que siempre se nos inculcaron) hizo la 1ª Comunión, sin embargo, percibió en su ser un Algo (Alguien)  maravilloso y seguramente con una fuerza mayor que la mayoría de los que comulgamos aquel día en la catedral de Oviedo, pues muchos pudimos hacerlo de una forma rutinaria y mediocre. De algún modo en este chico se cumplió la parábola de los jornaleros que llegaron a última hora a trabajar y, casi sin esfuerzo, recibieron de Dios el jornal. “Así los últimos serán primeros, y los primeros, últimos” (Mt. 20, 16).
Curar. En esta semana pasada publiqué en el blog la homilía de la Santísima Trinidad y una persona escribió este comentario: Hace tiempo, hablando con D. X de cómo el Señor actuaba en nosotros para que hiciéramos cosas buenas, yo le decía que me resistía a considerar como ‘obra buena’ haber cuidado a una persona muy querida en su enfermedad, ya que en ningún momento me había planteado hacerlo por amor a Dios, sino que lo había hecho por amor a esa persona. La contestación que me dio D. X fue muy bonita: el Señor puso dentro de mí el amor que yo sentía por esa persona y como consecuencia de ese amor que el Señor me regaló, la cuidé. No sé muy bien si ese amor fue un don o un fruto, pero ahora ya tengo claro que TODO es obra de Dios. Una de las formas que tiene Jesús para introducir en nosotros ese amor hacia los demás, por ejemplo, hacia los enfermos es a través de la Eucaristía: por la asistencia a la Misa y por oración-adoración reposada y constante ante el sagrario. Acompañar y amar al enfermo es una forma de sanar al enfermo.
Termino: Decía San Pablo en la segunda lectura: “Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido […] ‘Haced esto en memoria mía’ […] Haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía’”. Celebrar el Cuerpo y la Sangre de Cristo es vivir esta realidad que nos alimenta, que adoramos y que compartimos con los demás cristianos al modo de Jesús: 1) dando de comer y asistiendo a los que no tienen de qué vivir, 2) acompañando y sanando con nuestro cariño y presencia a los que están enfermos, y 3) mostrando-enseñando a los que nos rodean la alegría de la salvación de Dios en nosotros. Si lo hacemos así, entonces en verdad estaremos haciendo lo que nos mandó Jesús ‘en memoria suya’.

12 comentarios:

  1. Buen dia ¡¡¡que hermosas palabras las tuyas Andres y que didactico eres en tus palabras todo parece facil de comprender .. de apreciar ...Gracias por estar cada semana en mi vida y ayudarme a crecer en la Fe ...Les dejo unas palabras de San Francisco de Asis

    "El hombre debería temblar, el mundo debería vibrar, el Cielo entero debería conmoverse profundamente cuando el Hijo de Dios aparece sobre el altar en las manos del sacerdote". (San Francisco de Asís)

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  2. Hoy, doy garcias a Dios y usted. Dios anhela personas que se autodenominen cristianos, que sigan a Jesús como ejemplo.
    Se que estos años nunca los volveré a vivir, hice cosas que me llenaron de satisfacción delante de Dios y otras me avergüenzo delante de ÉL." Examina la senda de tus pies, y todos tus caminos seran rectos. Proverbios.

    Hace una referencia al anónimo sobre su escrito. El Señor ha puesto mucho Amor dentro de ella, es una persona única, distinta, especial, que me da vida en los momentos de fatiga, es mi amiga, mi hermana en Cristo, me ha demostrado su amor.
    Tomo prestadas las palabras de S. Agustín de Hipona. " Si no quieres sufrir, no ames. Pero si no amas, ¿para qué quieres vivir.?
    El Amor no es tomar, arrancar, capturar, forzar, ganar o perder.
    Resumiendo el amor es hacer el bien a los demás.

    Un abrazo y mi cariño

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  3. Me gustó mucho la historia del chico que hizo la primera comunión, y sus conclusiones: Dios actuó cuando quiso, en quien quiso y como quiso. Dios desborda nuestra imaginación y nuestras normas.
    También me gustó que usted en vez de escandalizarse (nunca se escandaliza) o reñirle, le preguntó qué fue lo que sintió, le hizo valorar la emoción que experimentó, y la importancia de haber comulgado. Si, Jesús enseña desde dentro, pero muchas veces necesitamos que alguien nos lo explique para entenderlo.

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  4. Dices Andrés, “que Jesús enseña desde dentro” claro que sí, así actuó con el “chico de la catedral” pero para llegar ha revivir aquello que sintió dentro de él, en el día de su 1ª comunión, necesitó una mano que lo guiara, tú has sido capaz de ayudarle a recordar lo que había sentido hacia tanto tiempo, por eso, cuando se siembra en cualquier memento puede florecer.

    En cuanto al comentario del anónimo, me llena de gozo la respuesta que le dio D. X, “el Señor puso dentro de ti el amor que sentías por esa persona”, un hecho similar lo he vivido yo aunque de distinta manera.

    Yo quise cuidar una persona enferma, que no podía querer a pesar de desearlo, la quise atender por amor a Dios, pienso que lo hice bien en cuanto al cuidado y dedicación, yo sabía que a esa “dedicación esmerada” le faltaba algo muy importante, con frecuencia le pedía al Señor que me ayudara a quererla. Cada vez que la miraba o me acercaba a ella para atenderla buscaba a Jesús, era a Él a quien estaba dedicando todos aquellos cuidados. Al cabo de cuatros años, sin saber como empecé a sentir por esa persona un cariño especial. Después de esto esa persona vivió varios años, en mi interior todo cambió, la quería mucho. No cabe duda que la acción de Dios es tan sorprendente, tan silenciosa y tan maravillosa que no se explica, es un misterio.
    Gracias Señor por ponernos a nuestro lado a alguien que hace el camino con nosotros y nos ayuda e ver y entender, para superar los obstáculos en el camino hacia Dios.

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  5. Es curioso,uno de estos días pensaba en la niña que va hacer su 1ª comunión este domingo.No se por que me vino a la cabeza,trate de recordar la mía y me preguntaba si con tan pocos años, unx es capaz de entender la verdadera dimensión de la eucaristía,desde luego yo no lo hice,no en aquel momento,tuvo que pasar algunos años.Ojala ella no tenga que esperar tanto tiempo para entender que este es el acto de fe mas hermoso que se pueda imaginar,un acto que si bien es cierto que contrae compromisos,tambien es la fuente que nos lleva a la gracia ,la culminación que da sentido a la vida de un cristiano y no digamos de un católico. Dios, que bonito es sentir las palabras de Jesús (Juan 6,48-58)como la mayor de las certezas.Aunque le falle,aunque siempre este pidiéndole perdón y comenzando de nuevo,en la eucaristía siento que merece la pena.Pidamos mañana para que esa misma certeza se inflame en el corazon de esta niña y nunca la abandone
    Un gran abrazo para todo y feliz semana.Que Dios os bendiga. C.

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  6. Eran las doce de la noche. Los Adoradores, salíamos de la iglesia de San Pedro de Gijón, tras dos horas de celebración y adoración en la Vigilia del Corpus Christi…No pude evitar recordar dos párrafos de la homilía del pater; uno de la del domingo pasado y otro de esta última..Aquellas dos horas acompañando al Señor, nos hizo comprender –al menos a mi- que Su presencia entre nosotros Nos salva, y que “la alegría de la salvación de Dios en nosotros” es real y tiene la eficacia de llevarnos a la comprensión y a la caridad hacia los demás. Lo percibíamos en actitudes. Tuve la impresión de “haber hecho lo que nos mandó Jesús “EN MEMORIA SUYA”. Y mi gozo era aún mayor.
    A la salida, la palabras del evangelio nos llenaban; la alegría que respirábamos compartiendo momentos de la Eucaristía hizo realidad aquellas palabras de Pablo y Juan Crisóstomo de la homilía pasada: "Por lo demás, hermanos míos, mante¬neos alegres, como cristianos que sois" (Flp. 3, 1). Decía San Juan Crisóstomo: “Los seguidores de Cristo viven contentos y alegres, y se gozan de su pobreza más que los reyes de su corona”. Éramos tan diferentes, incluso en la espiritualidad que vivimos, pero estábamos unidos en un mismo Cuerpo, el de Cristo Jesús. En lo esencial.
    Esa -“alegría es uno de los indicativos más fuertes de la presencia del Espíritu Santo en nosotros” - y la experimentábamos unos y otros; el Señor nos había escuchado en nuestra oración: “Quédate con nosotros”. Él sigue entre nosotros y con nosotros y continua llamándonos e invitándonos a ser “adoradores en espíritu y en verdad”.
    Como dice el salmista: ¡El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres!
    Buen día para todos amigos: ¡nuestro Dios es grande con nosotros! Vivamos esa alegría y sea ésta nuestro testimonio público hoy en el día del Corpus Christi.

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  7. HOY hemos recibido una invitación…
    ¿No puedes velar una hora Conmigo?
    “La única vez que Nuestro Señor pidió algo a Sus apóstoles fue la noche de Su agonía. Y desde esa vez se ha visto
    frecuentemente, en la historia de la Iglesia, que el mal ha estado siempre despierto y los discípulos dormidos.
    Por esta razón es que surgió de Su angustiado y abandonado corazón el gemido ‘¿No pueden velar una
    hora Conmigo?'.
    El no suplicó por una hora de actividad, sino por una hora de compañía”.
    La diferencia entre pasar un tiempo con Jesús en el Santísimo Sacramento expuesto en la
    custodia, a pasarlo ante un Sagrario, es la misma diferencia que existe entre conversar con
    un amigo cara a cara en lugar de hacerlo separados por una puerta cerrada. Ver a Jesús
    expuesto en la Sagrada Eucaristía es más conducente a la intimidad y a la oración personal
    que mirar al Sagrario.

    Invitación a la hora de Adoración al Santísimo Sacramento convocada por el Papa Francisco

    Por InfoAzulDiario
    Con motivo del Año de la Fe, el Papa Francisco ha convocado a toda la Iglesia a un gesto único: “Que el día domingo 2 de junio, jornada en que celebramos la solemnidad del Corpus Christi, y a la misma hora -las 17:00 hora de Roma-, todos los católicos del mundo nos unamos en un gesto unánime de comunión con el Señor, y también de comunión con el Vicario de Cristo, con todo el Colegio Episcopal, y con toda la Iglesia extendida por toda la tierra, en una hora de adoración al Santísimo Sacramento”. En Argentina la hora es de 12:00 a 13:00.
    En España el horario es de 17:00 a 18:00h.
    Con el lema «Un solo Señor, una sola fe», durante una hora el mundo permanecerá unido en la oración y en la adoración del Santísimo Sacramento, en unión con el Obispo de Roma. Se invita a los fieles de Azul, a unirse al Santo Padre, y a toda la Iglesia universal, a la Adoración que se realizará en la Iglesia Catedral, a la hora mencionada.
    Además, se compartirá esta Hora Santa de Oración, en las distintas parroquias y capillas de toda la Diócesis.
    Por lo que, siguiendo la invitación del Papa, se rezará por “la Iglesia difundida en todo el mundo, que el Señor la haga cada vez más obediente a la escucha de su Palabra y que esta Palabra que salva pueda resonar brindado misericordia, consuelo, alegría y serenidad”.
    El Santo Padre pide también que se rece por “cuantos en diversas partes del mundo sufren las nuevas esclavitudes y son víctimas de las guerras, trata de personas, narcotráfico y del trabajo esclavo, por los niños y mujeres que padecen todo tipo de violencia, así como por los que viven en la precariedad económica, sin empleo, ancianos, inmigrantes, sin techo, encarcelados y marginados”.

    También en nuestro pueblo o ciudad estamos invitados a esta HORA DE ADORACIÓN.

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  8. Durante un tiempo, fui a Misa con una persona que por sus circunstancias personales no podía comulgar. Nos sentábamos juntas, y yo veía que esta persona seguía la Misa con mucha más fe y devoción que yo. En el momento de la Comunión yo iba a comulgar, y ella quedaba sentada en el banco con una tristeza terrible, con mucho más deseo y necesidad de comulgar que la que yo tuve nunca.
    Que el resto de los fieles fueran o no a comulgar,a mi me dejaba indiferente, pero que esta persona no pudiera ir, me hizo valorar realmente la importancia de recibir al Señor, y la suerte que yo tenía de poder hacerlo. ¡Cuántas veces recibimos al Señor de cualquier manera, con rutina y sin emocionarnos por lo que estamos haciendo!
    Desde entonces, siempre voy a comulgar con toda la devoción que tengo. No puedo menospreciar el regalo tan grande que el Señor me hace.

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  9. El Evangelio de este domingo yo lo llamo el de “Dios proveerá”.
    La gente se fue a escuchar a Jesús pero no iban provistos de comida para todo el día, lo que me hace suponer que estaban pensando en volverse pronto a casa pero se les echó la tarde encima.
    Los apóstoles estaban atentos a Jesús pero también estaban preocupados por cómo darles comida y cobijo, se sentían obligados a corresponder en vista de que nadie hacía ademán de irse.
    Pero el asunto fue solventado de la mejor manera ya que no sólo hubo comida para todos sino que, de las sobras, recogieron 12 cestos.
    Esta semana me quedo con tres puntos para la reflexión personal: ponerme en manos de Dios; preocuparme de los demás y, si algo sobra, recogerlo.

    Un abrazo para cada un@

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  10. Perdona Anónimo, pero no estoy de acuerdo contigo cuando dices:"La diferencia entre pasar un tiempo con Jesús en el Santísimo Sacramento expuesto en la custodia, a pasarlo ante un Sagrario, es la misma diferencia que existe entre conversar con un amigo cara a cara en lugar de hacerlo separados por una puerta cerrada".

    Con un amigo sí hay esa diferencia, pero con el Amigo, no. Una hora de adoración o de presencia ante Jesús en el sagrario puede dar, y dá, tanta gracia y tanto consuelo como ante Jesús expuesto en la Eucaristía. Simplemente porque para Dios no existen puertas.
    Un abrazo a todos


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  11. ¡¡¡Que bonita la homilía!!!
    Esta es una fiesta que me gusta mucho, ya que es muy grande lo que celebramos; El Cuerpo y la Sangre de Cristo, que en otro acto de amor, ha querido quedarse con nosotros en un lugar concreto.
    Es muy triste este desconocimiento de esta realidad; y somos afortunados los que sí buscamos el Sagrario en cuanto pisamos una iglesia.
    Para mi es de agradecer con el alma este detalle de Jesús; ese "no os dejaré solos [....] Estaré siempre con vosotros hasta el fin del mundo"
    Es como tener un seguro a todo riesgo, es decir, se, donde se encuentra Jesucristo, en cuerpo, sangre, alma y divinidad; se, que se ha quedado ahí por amor, y para estar mas cerca, y darnos consuelo cuando nos sentimos afligidos, para ayudarnos a levantarnos cuando caemos, para consolarnos, cuando vemos que no podemos, que no damos la talla, que somos débiles, y sentimos angustia y tristeza, etc. etc.
    Lo cierto es que es al médico que acudo, ante todas mis "dolencias", y siempre encuentro la medicina apropiada, en unos brazos abiertos, en un gesto, una palabra, unas lágrimas que El sabe secar con sus dulces besos, su tierna mirada, y su cercanía, o simplemente con estar un rato cerca de El, en silencio, sabiendo que me ve y comprende.
    Esta semana pasada, preparando esta solemnidad, pasamos una noche entera de vigilia ante el Santísimo, ha sido algo estupendo, el poder con la ayuda del Espíritu, dedicarle una noche para darle gracias, adorarle, y contarle todas mis angustias, que tan bien conoce, pero que es preciso que yo las vea y se las presente.
    Hoy estoy contenta, porque ayer la celebración de la Eucaristía fue hermosa de verdad, una pequeña recibió la primera comunión, y fue un acto muy entrañable, en el que participamos todos los que allí nos encontrábamos.
    Por la tarde, también pude acudir a la cita a la que nos había convocado el Papa Francisco. Doy gracias a Dios, porque este año el día del Corpus, ha sido diferente, y el Señor ha estado mas cerca.
    Andrés muchas gracias, de verdad; ¡cuanto nos ayudas, con tus ejemplos y profundizando tanto en la escritura!.
    Muchas gracias a todos los hermanos, y que el Señor nos ayude siempre a ser fieles a su voluntad.
    BENDITO SEA DIOS.

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  12. Gracias Chony, me has animado con las palabras tan bonitas que el Señor ha puesto en ti.
    Para mí, estar delante del Sagrario es una bendición, Dios mismo está allí. Unas veces, me da el regalo de sentirle, nos miramos, nos sonreimos, le canto, le escucho.
    Hay que perder tiempo delante del Sagrario como nos dice Andrés, porque no se pierde el tiempo , sino, que se gana y con muchas gracias y bendiciones. Es la mejor medicina que podemos tener. Podemos tener a grandes amigos que nos ayuden,nos escuchen, consuelen, pero el mejor amigo que tenemos es el Señor.
    Animo a todos a que perdamos tiempo delante del Sagrario, aunque a veces no sintamos nada, Él actúa en nosotros sanando y fortaleciéndonos.

    Gracias Andrés por tus palabras: "Lo más importante de la Iglesia es quién está dentro del Sagrario"

    Un abrazo para todos.

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