jueves, 9 de mayo de 2013

Domingo de la Ascensión del Señor (C)



12-5-2013                               DOMINGO DE LA ASCENSION (C)

Homilía de audio en MP3
Queridos hermanos:
            Hoy celebramos una de las afirmaciones del Credo: Jesús “subió a los cielos”. Es decir, celebramos la ascensión de Jesucristo, en cuerpo y alma, a los cielos. ¿Y qué significa esto? ¿Nos afecta a nosotros de alguna manera? Hemos de escuchar atentamente todo lo que Jesús nos dice y ver lo que hace, pues de Él aprendemos a cada instante.
            - Supongo que os acordáis del cuento del patito feo: Una familia de patos había tenido patitos y todos eran blancos e iguales, menos uno. Éste era distinto físicamente a los otros y sus ‘hermanos’ se burlaban de él y le hacían la vida imposi­ble. Este patito feo lo pasaba muy mal al verse desplazado. Los padres del patito feo trataban de darle todo su amor, pero aún así el pobre patito feo sufría mucho al verse despreciado por sus propios ‘hermanos’ y por el resto de la bandada de patos con la que estaba. Pasado el tiempo aquel patito feo creció, como el resto de sus hermanos y como el resto de los otros patitos de la bandada, y se hizo el más hermoso de todos, pues no era verda­deramen­te un pato, sino un cisne.
            A medida que va transcurriendo la vida me estoy dando cuenta que nuestra existencia, en tantas ocasiones, se parece a este cuento del patito feo: podemos llevar palos o sentir desprecios o indiferencia de los demás en diversos momentos de nuestra vida. En sí mismo, no es bueno recibir esos desprecios o indiferencia de otros (y mucho menos es bueno el hacerlo sobre los demás), pero sí es cierto que estos hechos forman parte de nuestra vida y de la vida de quienes nos rodean. Por lo tanto, hemos de aprender a integrarlos en nuestras personas: no con complejos de inferioridad, ni con resentimientos o amarguras, ni tampoco con la ira de la venganza[1]. Si logramos integrar -no digo que sea fácil- esos desprecios e indiferencias con los que nos encontramos en cada momento de nuestra existencia y no devolver mal por mal, o desprecio por desprecio, entonces podremos romper la espiral y la cadena de maldad en nosotros y en los que nos rodean. Podremos ser personas sanas interiormente y no buscar venganza ni transmitir amargura o resentimiento.
            Hace un tiempo me encontré con una oración a Dios que hizo el general Mc. Arthur (el cual combatió en la segunda Guerra Mundial) y viene bien para el tema que estamos comentando. Dice así: “Dadme ¡oh Señor¡ un hijo y que sea lo bastante fuerte para saber cuándo es débil y lo bastante valeroso para enfrentarse consigo mismo cuando sienta miedo. Dadme un hijo que nunca doble la espalda cuando debe erguir el pecho; un hijo que sepa conocerte a Ti y conocerse a sí mismo, que es la piedra fundamental de todo conocimiento. Condúcelo, te lo ruego, no por el camino fácil, sino por el camino áspero, aguijoneado por las dificultades y los setos. Allí déjale aprender a sostenerse firme en la tempestad y a sentir compasión por los que fallan […] Entonces, yo, su padre, me atreveré a murmurar: ‘no he vivido en vano’”.
- En definitiva, de lo que os estoy hablando es de la resiliencia: una virtud muy necesaria para vivir y convivir. Creo que este concepto surgió al constatar cómo algunas personas que habían sufrido muchísimo (por ejemplo, en los campos nazis de concentración o niños que habían pasado por orfanatos horrendos) eran, sin embargo, capaces de sobreponerse y llevar después una vida normal y equilibrada. La resiliencia sería, por tanto, la capacidad para afrontar la adversidad y lograr adaptarse bien ante las tragedias, los traumas, las amenazas o el estrés severo. Ser resiliente no significa no sentir malestar, dolor emocional o dificultad ante las adversidades. La muerte de un ser querido, una enfermedad grave, la pérdida del trabajo, problemas financieros serios, etc., son sucesos que tienen un gran impacto en las personas, produciendo una sensación de inseguridad, incertidumbre y dolor emocional. Aún así, hay personas que logran sobreponerse a esos sucesos y adaptarse bien a lo largo del tiempo. Pero, ¿cómo lo hacen?
El camino que lleva a la resiliencia no es un camino fácil. La resiliencia no es algo que una persona tenga o no tenga, sino que implica una serie de conductas y formas de pensar que cualquier persona puede aprender y desarrollar. Las personas resilientes poseen tres características principales: 1) saben aceptar la realidad tal y como es; 2) tienen una profunda creencia en que la vida tiene sentido; y 3) tienen una inquebrantable capacidad para mejorar. Además, estas personas presentan las siguientes habilidades: * Son capaces de identificar de manera precisa las causas de los problemas para impedir que vuelvan a repetirse en el futuro. * Son capaces de controlar sus emociones, sobre todo ante la adversidad y pueden permanecer centrados en situaciones de crisis. * Saben controlar sus impulsos y su conducta en situaciones de alta presión. * Tienen un optimismo realista. Es decir, piensan que las cosas pueden ir bien, tienen una visión positiva del futuro y piensan que pueden controlar el curso de sus vidas, pero sin dejarse llevar por la irrealidad o las fantasías. * Se consideran competentes y confían en sus propias capacidades. * Son empáticos. Es decir, tienen una buena capacidad para leer las emociones de los demás y conectar con ellas. * Son capaces de buscar nuevas oportunidades, retos y relaciones para lograr más éxito y satisfacción en sus vidas.
            - Para los que somos creyentes sabemos que la resiliencia es una tarea, pero sobre todo es un don-regalo de Dios. Sin Él nada podemos. Jesús es nuestro modelo y maestro en todo, y en esto también: En la última etapa de la vida de Jesús todo el mundo se burlaba de él, le escupían, le mal­trataban, le tenían por un malhechor y, finalmente, fue ajusticiado en una cruz. Al cabo de tres días resucitó y 40 días después de su resurrección ascendió a los cielos. Dios Padre lo atrajo hacia sí y lo sentó a su derecha. A nuestros ojos, aquel espantajo de hombre colgado de la cruz, se nos presenta, como en el cuento, como ese patito feo despreciado por los hombres, pero al que Dios convirtió en un hermoso cisne, el más hermoso de todos. En efecto, Jesús, como el cisne del cuento, no se ensaña desde su situación privilegiada (desde el cielo) para machacar ni vengarse de los hombres que no le hicieron caso, que le hicieron daño, sino que extiende sus alas grandes y fuertes para recogernos a todos y llevarnos con Él. Los cristianos debemos ser personas con esperanza en todas las ocasiones.
            La persona resiliente, o hablando en cristiano, la persona que ha sido redimida y resucitada y en esta vida por Jesús es inmune a todo deseo de venganza, a toda amargura y a todo resentimiento. Es más, el cristiano transfigurado por Cristo Jesús ya en esta vida es un hombre lleno de la alegría del mismo Jesús. Por eso nos decía el salmo que acabamos de escuchar: Pueblos todos batid palmas, aclamad a Dios con gritos de júbilo”. Y en el mismo evangelio se nos habla de la alegría de los apóstoles después de la Ascensión de Jesús a los cielos: “Ellos se postraron ante Él y se volvieron a Jerusalén con gran alegría”.


[1] He leído que, con frecuencia, los más dañinos con las novatadas que se hacen en el ejército o en el tiempo de estudios podían ser aquellos que más sufrieron con ellas.

14 comentarios:

  1. Como en tantas ocasiones me sirve para reflexionar y hacer mas viva y personal la oracion.
    ¿Quién no se ha sentido patito feo alguna vez?Y es que las diferencias nos hacen especiales a los ojos de otras personas y sobre todo a los ojos de Dios.
    De pequeña me encantaba este cuento y ahora que soy maestra les transmito a mis peques este clasico para ensalzar valores como el respeto,el amor,la solidaridad,la toletancia al distinto.
    Tambien se que debo enseñarles a no juzgar a nadie por su exterior,a que todos tenemos virtudes y debemos potenciarlas,que ser diferente no es nada malo,no hay que rechazarlo ni tener miedo de ello sino todo lo contrario.
    En cualquier caso,no importa si eres patito o cisne sino que puedas vivir en comunidad.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. Estimado P. Andrés

    Maravillosa homilía, me ha hecho reflexionar sobre lo que debe ser la vida de un cristiano.
    Soportar las dificultades cuando llegan es proceso largo, que no se da de un día para otro, se tarda toda la vida el llegar a la madurez cristiana.
    Debo confesar que en el transcurso de los años, me ha tocado estar en ambos lados de la calle. Digo : tanto haber sido parte de " los normales " como ser el "patito feo " del grupo.

    Sin embargo, Dios siempre estuvo poniendo a mi lado " mamás cisnes " para hacerme notar a quién realmente pertenezco, los aspectos buenos y positivos de mi vida, que en no todo es torpeza ni desacierto en ella, que aún tengo mucho de bueno para dar y que finalmente, siendo como soy, tomada de la mano de Dios es justamente como puedo ser de bendición para los demás.

    Patos y cisnes son realmente torpes en tierra, pero hábiles nadadores en el agua.

    Dios : eres el viento que me empuja hacía tus cálidas y mansas aguas....

    Un abrazo fraterno.

    ResponderEliminar
  3. ¡ay Andres del alma! qué facil parece todo leyendote y cómo cuesta afrontar la realidad y no responder del mismo modo cuando me hacen sentir patito feo, aunque se que a los ojos de Dios soy un cisne.

    Ya se tu respuesta, "esa es la tarea".

    Buena semana y un abrazo para cada un@

    ResponderEliminar
  4. Buen día .... He leído la homilía y me hace como cada una de ellas reflexionar .... Y pensar en lo que he vivido .... Como decía uno de los comentarios .... Quien no se ha sentido un patito feo ...... O fuera del lugar ... Yo lo he vivido ... Quien no se ha caído una y otra vez ..... Cuando eso me pasa recuerdo y siento la palabra de mi abuela Servanda ...diciéndome Levántate ..... Que sí tienes a Jesús dentro nada te hará caer pues El te ha creado única ... Ale arriba ..... Y así sintiendo que el me ampara y Ama .... Logro levantarme ..me quedo con esta hermosa frase que escribió anónimo ....Dios eres el viento que me empuja hacia tus cálidas y mansas aguas ....Andrés tus palabras son una caricia al alma ...y haces que todo se vea más claro !,
    Buen fin de semana para todos .......

    ResponderEliminar
  5. Gracias por enviarme las homilias,que me son siempre de gran ayuda, pero en especial hoy te felicito por esta, que con tanto tacto unes la religión y la psicologia hoy tan en boga. Un saludo

    ResponderEliminar
  6. Una semana más me sorprendes con la homilía, Andrés, muchas gracias. Nos das la posibilidad de estar en una constante búsqueda para saber o intentar, al menos, superar las pruebas no solo cuando me toca hacer de “patito feo”, sino también cuando inconscientemente o por despiste, sea causa de que otras personas, ‘muy queridas’, recibieran cargas innecesarias por culpa mía, porque, también en este caso lo paso muy, pero que, muy mal. Me anima lo que me decía una de ellas hace poco: “No te preocupes. No hay bien que por mal no venga”.

    Que importante sería el poder hacer vida la oración del general Mc. Arthur, entonces si que sería fácil vivir la virtud de la resiliencia, y una gozada el vivir y convivir con nuestros semejantes, de todas formas por intentarlo, que no quede.

    Efectivamente “Jesús es nuestro modelo, maestro en todo” al que debemos aspirar, tenemos que ir comparando nuestra vida con la vida de Él, Él pasó por el mundo devolviendo el bien por mal y aliviando toda clase de sufrimientos...
    Un fuerte abrazo y buena semana.

    ResponderEliminar
  7. Muchas gracias Pater.

    El mensaje del cuento es maravilloso.
    A veces cuando nos sentimos mal de no poder cambiar algo de nuestra vida, tendemos a sentirnos derrotados y con ello a pensar en rendirnos, incluso pensar en alejarse de Dios porque pienso que nunca lo lograré.
    El problema muchas veces no es tropezar, sino que el problema mayor es que al tropezar muchas veces no queremos levantarnos.
    El cristiano está llamado a soportar como Jesús hizo " sin lamentos, soportar en paz " este caminar con paciencia. Soportarnos los unos a los otros con caridad y con amor, si yo te tengo que soportarte a ti seguro que tú me tienes que soportarme a mi y asi vamos hacía adelante en el camino de Jesús.
    Pidamos al Señor la gracia de este soportar cristiano que nos da la paz, de este soportar con el corazón.
    Estoy segura que todos queremos agradar a Dios.

    Un abrazo fraterno.

    ResponderEliminar
  8. Jorge Bergoglio ha despertado la esperanza de que otra Iglesia católica es posible. Su estilo al asumir el pontificado, su lenguaje y su decisión de hacerse llamar Francisco remiten a la pobreza, humildad y sencillez que predicaba Francisco de Asís. HANS KUNG 10 MAY 2013 - 18:30 CET

    ResponderEliminar
  9. En distintos lugares se están creando los bancos de tiempo.

    Son pequeñas organizaciones inspiradas en el trueque. Las persona, según sus cualidades, aptitudes y formación, intercambian servicios: por ejemplo, un electricista intercambia una hora de trabajo por una hora de clase que le da un especialista en inglés.

    Es una oportunodad para sacar la solidadridad que llevamos dentro.

    ResponderEliminar
  10. Muchas gracias.
    Un poco tarde, pero no puedo pasar sin hacer mi pequeña aportación a este blog.
    Lo que quiero deciros es que, esta homilía hoy, parece escrita para mi; ¿porque? porque estoy pasando por esa situación que nos describes, del patito feo. Desde luego ya me ha ocurrido en otras ocasiones, y puedo deciros que no es agradable ni fácil de aceptar, solo el Señor te puede dar la fuerza para seguir adelante sin desfallecer.
    Creo que en esta vida nada sucede por casualidad, así que cuando el Señor permite estas situaciones, me parece importante elevar el pensamiento hacia El, y pensar en como me verá. La respuesta para mi es que, El me ve igual que a los demás, porque me quiere y me escogió desde esa perspectiva de amor inagotable, y que siempre siempre permanece fiel, y me parece sentir esas alas blancas y enormes del cisne, que me acogen con ternura y calor, recordándome su propia situación,cuando estuvo aquí en la tierra, y fue considerado como deshecho de los hombres, y ahora reina a la derecha del Padre. También me recuerda que, sin muerte no puede haber resurrección; así que me invita a ponerme en sus manos, confiando en que un día, cuando El quiera, me convierta en ese cisne maravilloso que avanza con majestad sobre las aguas. Esto puede parecer una presunción, mas nada mas lejos de la realidad, me conozco bien, y se que esto para mi es un quimera, mas para Dios, nada hay imposible; así que a confiar y rogar que se apiade de mi.
    A ti Andrés, gracias nuevamente, por esta homilía y clase de psicología tan oportuna. Que Dios te bendiga.
    Un fuerte abrazo a todos los hermanos; comunidad de la once, amigos del blog, y comunidad de la Peña.
    Pueblos todos batid palmas; aclamad a Dios con gritos de júbilo.
    BENDITO SEA DIOS

    ResponderEliminar
  11. Agradezco mucho a D. Andrés esta homilía sobre la Ascensión del Señor, en un momento en que lo estaba pasando mal y necesitaba de este aliento; agradezco sus reflexiones certeras y esclarecedoras sobre lo que es la resiliencia, la fortaleza, y sobre todo el hecho de que debamos de pedírsela al Señor pues sin su ayuda y su cercanía nada podemos hacer.

    Un abrazo a todos/as

    ResponderEliminar
  12. Gracias D. Andrés por esta gran lección de psicología, casi me atrevo a decirle gracias en el nombre de todos los "patitos feos" del mundo, que son cantidad. Patito feo o cisne es lo mismo a los ojos de Dios, los dos si quieren, pueden extender sus alas y cobijar a sus semejantes, porque todos en nuestras capacidades o limitaciones, siempre podemos hacer algo por los demás.
    Trabajar la resiliencia en mi vida ha sido difícil, pero escuchándole el Domingo, me di cuenta de que en el esfuerzo por salir adelante y avanzar tuve siempre la compañía del Señor, el mejor Maestro en esta forma de afrontar las contingencias de la vida, en fin, he sido y soy resiliente con ayuda, aconsejo que prueben a hacerlo ustedes.

    Un fuerte abrazo D. Andrés y mi agradecimiento para usted que busca constantemente caminos nuevos que nos acerquen a la maravillosa realidad del mensaje de Jesús.

    Feliz semana a todos los hermanos del blog, comunidad de las 11 y feligreses de La Peña.

    ResponderEliminar
  13. Hace unos años, estando en Dirección espiritual, recuerdo que le pregunté al Pater sobre el dogma de la Ascensión de Jesús a los cielos. Aquella explicación, recuerdo que me abrió un horizonte lleno de esperanza, que siempre desde entonces he tenido presente. Saber que Su presencia a la derecha del Padre, no sólo como Dios sino también como hombre, espera por mi humanidad torpe y limitada, para vivir en plenitud, me tuvo mucho tiempo emocionada. Incluso alguna vez me dije: ¿qué pensará ahora la madre de los Zebedeos….¿recordais?; quería aquel puesto para sus hijos.
    Sin Él nada podemos, lo sabemos, lo creemos, lo vivimos en fe; pero también son muchas las mediaciones que Dios pone ante nosotros: sacerdotes, buenos amigos, oportunidades de formación o de compartir en oración comunitaria la fe, Cursillos de Cristiandad..Dentro de todo esto para mi tiene connotaciones especiales el tener un buen Director espiritual o acompañante espiritual, como llaman algunos hoy. Creo que esta figura es muy importante en el cristiano que desea crecer y vivir cada día mejor su fe. Tener ayuda en el discernir, exigencia en nuestra flojera o egoísmo, sostén en los malos momentos, nos va haciendo capaces con la gracia de Dios, de salir adelante de situaciones que de otra forma nos costaría muchísimo. Hoy me quedo, tras esta homilía tan completa, con el aceptar las situaciones que nos tocan vivir en cada momento y hacerlo desde Dios, con mucha oración y con tanta gente bondadosa alrededor que en ocasiones no descubrimos debido a nuestro egoísmo.
    Comparto con vosotros momentos felices que estoy viviendo: acabo de tener el quinto nieto –de mi quinto hijo-; espero una nieta para fines de junio de mi hija mayor, la cuarta (y se casa la pequeña- la sexta- el día 15 de junio). Además el domingo nos anunció el tercero de los chicos, que nos harán abuelos para diciembre. ¡¡Bendito sea Dios!! Estos abuelos oramos para que nuestros nietos e hijos, “Crezcan en gracia y sabiduría ante Dios y ante los hombre”, como lo hizo Jesús.
    “¡Ven Espíritu Santo sobre tu iglesia! ¡Ven sobre cada uno de nosotros, engrandece nuestros corazones y enséñanos a amar!!
    Buena semana para todos amigos.

    ResponderEliminar
  14. Aprovecho la oportunidad que me da este blog, para felicitar a Pepitina, es algo excepcional lo que está aconteciendo en su vida, tantos y tantos acontecimientos extraordinarios y bellos en su familia. Enhorabuena Pepitina, el Señor ha estado grande contigo y los tuyos, que El os siga colmando de bendiciones
    Un fuerte abrazo

    ResponderEliminar