miércoles, 1 de abril de 2015

Viernes Santo (B)



3-4-2015                                 VIERNES SANTO (B)

Homilía de audio en MP3
Queridos hermanos:
            El día de hoy, Viernes Santo, no es para predicarlo. Es más bien un día para contemplarlo y meditarlo. Yo simplemente voy a daros algunas pistas:
            - Jesús murió para salvarnos a todos nosotros. No sólo murió Jesús por los judíos de su tiempo, sino que también murió por todos nosotros: los que ahora estamos aquí en el templo de Tapia de Casariego, y también por aquellos que no han podido venir o no han querido. Jesús murió para perdonar todos los pecados que hemos cometido los hombres y los que cometeremos hasta el día de nuestra muerte. “El soportó nuestros dolores... nuestro castigo vino sobre él... Lo arrancaron de la tierra de los vivos, por los pecados de mi pueblo lo hirieron”. Esto lo sabía muy bien S. Pedro, del que se dice que tenía profundos surcos debajo de los ojos de tanto llorar por haberle negado.
            - Otro aspecto que se resalta en el evangelio de hoy es la realeza de Jesús. Pero no es un rey cual­quiera: Él no vivía en un palacio, no tenía criados, ni soldados; Jesús era pobre, y hacía y decía cosas raras: por ejemplo, se ponía a lavar los pies a los apóstoles como si Él fuera un esclavo y decía que había que amar a los enemigos. Su reinado tiene dos características que desconciertan a Pilatos y a nosotros: 1) su Reino no es de aquí, está en otro sitio, y 2) para Él, ser rey es decir la verdad. Pilato, en la política en la que estaba metido y en su vida personal, estaba lleno de intrigas y de mentiras. Pilato no sabía lo que era la verdad y, por eso, se lo pregunta.
Las consecuencias para los cristianos son claras, si queremos seguir a Jesús hemos de ser testigos de la verdad, aunque nos duela, aunque se burlen. Podéis preguntar qué es la verdad. La verdad es la que construye aquel joven, que confiesa su fe en Jesús ante sus compañeros y eso le sirve de burla; la verdad es no robar en el negocio o empleo, aunque se gane menos; la verdad es cuidar con amor a esa persona mayor que tenemos en casa, aunque nos dé mucha guerra y sea impertinente. En definitiva, la verdad consiste en vivir nuestra vida de cada día de acuerdo con lo que Jesús nos dice en el evangelio.
            - Jesús nos lo dio todo:
1) Su dignidad, Jesús fue tenido por un bandido, lo ataron; Jesús fue tenido por un loco y se burlaron de Él. Como signo de que no aceptaron su reinado, le pusieron una corona de espinas en vez de oro, le hacían reverencias por burla y no por respeto y veneración; finalmente, con un palo le golpearon la cabeza hasta que las espinas penetraron en su cuero cabelludo. Jesús fue insultado, golpeado, y se mofaron de Él.
            2) Jesús nos dio sus pertenencias: la ropa que tenía, y que era lo único que poseía. Ni siquiera se lo pidieron, Él lo hubiera dado. Simplemente se la arrancaron y lo dejaron desnudo. Desnudo había venido de Dios y nacido del vientre de María, y desnudo moría y volvía a Dios.
            3) Jesús nos dio a su Madre, hasta entonces había sido sólo su madre, desde entonces es nuestra madre: madre de los judíos que condena­ron a Jesús, madre de los romanos que se burlaron y mataron a Jesús, madre de los pecadores que ahora, aquí, con nuestros pecados seguimos matando a Jesús.
            4) Jesús nos dio su vida. Él que, durante su estancia en la tierra, se había preocupado de nosotros, nos había amado…, al final, da su vida por nosotros en un acto violento. ¿Qué más le podemos pedir?
             Yo os pediría a vosotros que reflexionemos esto, aunque sólo sean diez minutos, leyendo en casa la pasión de san Juan y meditan­do en ella.

1 comentario:

  1. Al recibir ésto os he recordado a todos los amigos del Blog. Un santo abrazo.

    SEAMOS GENTE DE JUEVES SANTO

    "....también vosotros debéis lavaros mutuamente unos a otros…
    Si lo sabéis y lo cumplís, seréis dichosos. (Jn. 13,1-17)

    Entre nosotros hay gentes de jueves santo.
    Son aquellas personas que creen que el amor es lo que puede mover la vida entera.
    Gente corriente que cada día comparte el pan del trabajo y el vino de la alegría.
    Son los que deciden hacer de su vida un servicio al otro, en las cosas pequeñas, en el cuidado de los mayores, en acoger a los débiles, en acercarse al hermano, en la atención a los hijos.
    Son los que acogen y alivian y cuidan.
    Son los que crean un clima de convivencia y de cariño.
    Son aquellas personas que hace lo que todo el mundo pero no como todo el mundo.
    Son los que como Jesús aman hasta el fin, hasta el extremo, hasta entregar la vida.
    Somos cada uno de nosotros, que deseamos que nuestra vida esté marcada por la entrega y el servicio.

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