27-4-14 DOMINGO
II DE PASCUA (domingo de la
Misericordia) (A)
Homilía en vídeo. HAY QUE PINCHAR EN EL ENLACE ANTERIOR PARA VER EL VIDEO.
Homilía de audio en MP3
Queridos hermanos:
El
evangelio de hoy nos cuenta nuevas apariciones de Jesús resucitado a sus
discípulos. En la Vigilia Pascual del Sábado Santo Jesús se apareció a dos
mujeres; hoy el texto de nos habla de las apariciones a sus apóstoles. Es un
escrito muy rico y variado en significados. En el día de hoy hablaré de la fe.
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Ante todo Jesús hace lo posible para ser reconocido por los apóstoles. No basta
que vean su rostro. Para que tengan la total certeza de que es Él, Jesús “les enseñó las manos y el costado”: las
manos, que aún tenían los agujeros de los clavos de la cruz; y el costado, que
aún tenía la abertura hecha por la lanza romana. Jesús estuvo un tiempo con los
diez apóstoles. Eran diez y no doce, porque Judas se había ahorcado y Tomás no
estaba en la casa en aquel momento. Cuando Jesús se marchó y luego entró Tomás
en la casa, ya le contaron lo que había pasado. El evangelio sólo nos dice esto:
“Y los otros discípulos le decían: ‘Hemos
visto al Señor’”. Pero, seguramente, que también le contaron que Jesús les
había mostrado el costado y las manos, y que por eso se habían asegurado de que
realmente era Él. Mas Tomás no podía creer que un muerto había resucitado.
Ciertamente Tomás había sido testigo de cómo Jesús había devuelto la vida al
hijo único de la viuda de Naín, cuando lo iban a enterrar; también había visto
cómo Jesús había devuelto la vida a la hija de Jairo; y, finalmente, había
visto cómo Jesús había devuelto la vida a Lázaro, pero, aún así, Tomás no creyó
en el testimonio de sus compañeros, lo mismo que no creyó a aquellas mujeres que
muy de mañana habían hablado de apariciones de ángeles, de tumbas vacías y de
que habían visto y tocado al mismo Jesús. Por eso, dijo aquella frase tan
famosa: “Si no veo en sus manos la señal
de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano
en su costado, no lo creo”. Tomás
exige tres pruebas: 1) Ver los agujeros de los clavos en las manos de Jesús. 2)
Meter el dedo por aquellos agujeros. 3) Meter la mano por el costado. Si no
tiene esas tres pruebas, él no creerá que Jesús ha resucitado.
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Hace unos años en el País Vasco se hicieron unas entrevistas a diversas personas
preguntándoles si eran creyentes o no. Algunas de sus respuestas fueron éstas:
* ‘Al entrar en la universidad surgió en mí y en mi generación una especie de
gran dicotomía. Por una parte estaba el corazón, y el corazón era la familia, y
por la otra la cabeza, y la cabeza era la racionalización. La pregunta era:
¿Hay Dios o no hay Dios? A partir de
1970 la respuesta fue: «No hay Dios. Dios no se puede explicar. ¿Por qué
tenemos que creer en Dios, si no se puede explicar?»’ * ‘Ahí está toda la parafernalia
que se ha montado de la Trinidad y de la Virgen y todo eso. Como me dedico a la
medicina, lo veo desde un punto de vista biológico y me parece imposible’. *
‘He estado en muchos sitios del mundo. He visto la miseria, la injusticia y
todas esas cosas. Y, entonces, yo creo que no puede existir ese Dios que dicen
que se encarna’. * ‘La religión es algo que no me ha llenado. Yo no noto un
vacío. Mi tiempo creo que lo lleno bien. No echo en falta la religión’.
Otra persona, fuera
de estas entrevistas en el País Vasco, opina así: ‘He
leído la Biblia de principio a fin y no he encontrado vestigio alguno de algo
parecido a Dios; solo he encontrado historias de un ente genocida, egocéntrico
y vengativo; para mí es imposible llamarle Dios, al menos no desde un punto de
vista razonable. Creo que si Dios realmente existiese, no me perdonaría que
creyese que es el Dios de la Biblia [...] Para resumir, no creo en Dios, porque
es imposible tener la certeza absoluta de saber qué quiere; no creo en
milagros, creo en casualidades; no creo en el infierno ni en el paraíso, salvo
aquel que pueda crear yo mismo. Por todo esto me siento más vivo y completo que
nunca’.
¿Qué pruebas de la existencia de Dios
tendría Jesús que dar a estas personas que piensan así? (Esto que voy a
decir a continuación sólo vale –por supuesto- para los que tenemos fe). * Dios
no tiene explicación y por eso no existe, dice uno. Sin embargo, cuando un día
Dios se le muestre (no tengo duda que en algún momento lo hará). ¿Qué dirá esta
persona?, pues seguirá sin haber explicación racional para la existencia de
Dios. * A aquel que se dedica a la medicina, cuando Dios le muestre tantas
cosas que, desde la biología, no pueden ser y, sin embargo, son… ¿Qué dirá
cuando compruebe –y no biológicamente- que la parafernalia de la Trinidad y de
la Virgen existe? * Al que ve tantas injusticias y, por ello, no puede creer en
la existencia de un Dios que permite todo eso… ¿Qué dirá cuando compruebe que
esas injusticias y miserias existen, no por obra y/o permiso de Dios, sino por
obra de los hombres, y que es Dios quien actúa, directamente y a través de
hombres, para atenuar y sanar esas miserias e injusticias? * Un hombre sólo
nota el vacío en que vive, cuando puede comparar su vida de ahora con la
plenitud que Dios nos da. ¿Qué dirá ese hombre al sentir la PLENITUD de su vida
con Dios y lo pueda comparar con la ‘plenitud’ de su vida de ahora? * ¿Qué dirá
ese otro hombre cuando comprenda que no leyó la Biblia de cabo a rabo, sino que
leyó palabras, pero no profundizó en ellas, ni se dejó profundizar por ellas?
¿Qué dirá cuando vea claramente que tuvo un tesoro en sus manos y lo despreció
por no darle el justo valor?
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Una semana después de la conversación entre Tomás y sus compañeros, Jesús se
presentó de nuevo ante todos ellos y, ya dirigiéndose sólo a Tomás, le ofreció
sus manos y su costado. Ésas eran las pruebas que buscaba…, ésas eran las
pruebas que Jesús le dio. ¿Y ahora qué? ¿En dónde estaban todas sus seguridades
y sus explicaciones de que un muerto no vuelve a la vida? Todas sus palabras,
sus seguridades se deshicieron como un azucarillo en el café. Ese tiempo de no
creencia en Tomás duró una semana. Pero, ¿qué hubiera pasado si Jesús nunca le
hubiera mostrado aquellas pruebas que exigió? ¿Qué hubiera pasado si Jesús
hubiera tardado cinco años o veinte en dárselas? Pues hubiera sucedido que él
no habría recibido el Espíritu Santo de Pentecostés, que se hubiera apartado de
sus compañeros y de la naciente comunidad de cristianos, que muchos no hubieran
nacido a la fe por su medio en la zona de la India y en otros países remotos,
que no hubiera muerto mártir de la fe, sino en cama por ancianidad, que ahora
no sería Santo Tomás… Por eso, Jesús le dijo a Tomás y nos dice a nosotros: “¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto”.
¿Qué
pruebas tiene que darnos el Señor para que creamos en Él? Dichosos los que creamos sin haber visto.
¿Qué
pruebas tiene que darnos el Señor para que confiemos en Él? Dichosos los que confiemos sin haber visto.
¿Qué
pruebas tiene que darnos el Señor para que amemos? Dichosos los que amemos sin haber visto.
Querido cura de Tapia,
ResponderEliminarLa homilía que nos presentas es muy densa y con mucho contenido. La he leído despacio y con mucho interés pero me falta capacidad para engullirla. Me quedo un poco preocupada con los interrogantes que nos planteas porque no tengo respuestas, supongo que no me ayuda el hecho de que es viernes y últimamente las semanas son bastante duras. Aunque sólo hay una cosa que tengo por cierta y es que si no fuera porque El, a ratos, me lleva en sus brazos sería mucho más dura la travesía.
Espero tus palabras que seguro me darán sustento para hacer frente a esta larga temporada de infortunios.
Feliz fin de semana y un abrazo para cada un@.
D. Andrés, tengo los mismos interrogantes del comentario anónimo.
ResponderEliminarFe= creer en lo que no podemos ver, a mi me ayuda el pensar que mi fe es creer en lo que siento, aun que no lo pueda ver, sin más, no quiero plantearme ir más lejos, no lo necesito. Yo también experimento en muchas ocasiones que EL vela mi camino, eso me tranquiliza, con eso basta.
D. Andrés, sus homilías son la síntesis de un trabajo exhaustivo, para que los laicos podamos crecer en el conocimiento de nuestra fe cristiana y se lo agradezco profundamente.
Un abrazo en el Señor para todos y Feliz Pascua de Resurrección.
Mary DF
VERDADERAMENTE CRISTO HA RESUCITADO. ALELUYA
ResponderEliminarHoy nos presentas un tema apasionante del cual depende nuestra dicha o, nuestra desdicha. LA FE.
En el antiguo catecismo del P. Astete decía así: Que es fe? fe es creer lo que no vimos. Esa era la respuesta simple y concisa.
En consecuencia Tomás no parecía tener ni un poquito de fe; es mas, tampoco se fiaba de sus compañeros que sí habían visto a Jesús resucitado, y es de suponer que se lo contarían con pelos y señales.
Y es que todo queremos pasarlo por nuestra razón, y si hay algo a lo que no podemos encontrar una explicación, llegamos a la conclusión de que no puede haber ocurrido.
¡¡ Que afortunados somos de que el Señor en su misericordia, nos haya regalado, al menos un poquito, de esa virtud!!
Este hecho consigue que nuestra vida tenga un sentido transcendente, es decir, nuestra meta no está aquí en la tierra, por eso nuestros afanes de tener, acumular, ser, etc. etc. aquí abajo, son baldíos; nuestro destino es otra Tierra, donde nos encontraremos con todos aquellos que nos han precedido en su viaje definitivo; y gozaremos de la presencia de Dios, al cual entonces, sí podremos ver cara a cara.
En consecuencia, con esta perspectiva, creo que hay que mirar hacia nuestro interior, descubrir allí a Cristo, y comprender que hemos llegado aquí con una gran misión, que todos los hombres conozcan a Dios y el amor que El nos tiene; que siempre está a nuestro lado, por lo que aquel que tiene fe, nunca se encuentra solo. ¿y como cumplir este encargo? En el AMOR. cuando el amor de Dios habita en nosotros, nuestra preocupación han de ser los hermanos, aquellos necesitados de atención, cariño, compañía, perdón; responder con amor; en esto verán que Cristo está resucitado; en nuestra forma de vivir, amar y compartir.
La fe es algo que hemos de pedir al Señor, pero nunca exigir pruebas.
Muchas gracias por tus palabras, porque cada día descubrimos un poquito mas de ese Padre que nos ama con todas las consecuencias.
Queridos hermanos, que todos tengáis una feliz cincuentena pascual, y el Señor nos conceda vivir gozosos este triunfo de Jesucristo sobre la muerte.
Muchas gracias a todos los que os habéis interesados por mi, agradezco de corazón, vuestras oraciones y vuestro cariño. Yo también celebro esta victoria del Señor en mi vida.
BENDITO SEA DIOS
Buenos días ....casualmente en esta Semana Santa me encontré con una persona la cual ..no cree en nada ... Y hablando con mi esposo le decía ..Que triste debe ser su vida ..que vacía de contenido espiritual ... Que sólo se debe sentir .... Pues creo ..diría Se pero no quieto ser soberbia que una vida sin Jesús es un camino gris .. Sin esperanzas .... Y ore por El para que encuentre a Jesús en su vida y esa luz se prenda dentro de El ..... Como decía Santa Teresa ...quien a Dios tiene nada le falta ...
ResponderEliminarGracias Andrés por tu palabra ..... Buen fin de semana para todos .
Querido cura de Tapia,
ResponderEliminarcómo sabía yo que me iba a resultar mucho mas esclarecedor oír tu palabra.
Gracias por todo y enhorabuena por tener esa capacidad de ver al Resucitado en tus semejantes.
Un abrazo muy grande
Nos dice D. Andrés: “… ¿Qué dirá (esa persona) cuando vea claramente que tuvo un tesoro en sus manos y lo despreció por no darle el justo valor?
ResponderEliminarTranscribo unas frases del Kempis: “¿Qué puede dar el mundo sin Jesús? Estar sin Jesús es grave infierno; estar con Jesús es dulce paraíso. Si Jesús estuviere contigo, ningún enemigo podrá dañarte. El que halla a Jesús halla un buen tesoro, y de verdad bueno sobre todo bien. Y el que pierde a Jesús pierde muy mucho y más que todo el mundo. Pobrísimo es el que vive sin Jesús, y riquísimo es el que está a bien con Jesús”.
Dejemos nuestras dudas y preguntas a los pies de Jesús y supliquémosle que aumente nuestra Fe. Como Tomás, pues todos tenemos algo de él de desconfianza en el Señor, digámosle: Señor mío y Dios mío. El que una oración tan hermosa halla salido de un corazón dudoso me llena de esperanza.
ResponderEliminarMe atrevo a encender una Luz como en esta meditación, a continuación, nos pide el Papa Francisco. Incluso através de este Blog, que forma una comunidad de Fe, podemos ayudar a muchos hermanos a aumentar la suya, si encendemos nuestra pequeña Luz de Cristo resucitado y unos de otros, como en hicimos en la Vigilia Pascual.
Meditación del Papa Francisco
¿Qué misión tiene este pueblo? La de llevar al mundo la esperanza y la salvación de Dios: ser signo del amor de Dios que llama a todos a la amistad con Él; ser levadura que hace fermentar toda la masa, sal que da sabor y preserva de la corrupción, ser una luz que ilumina. En nuestro entorno, basta con abrir un periódico -como dije-, vemos que la presencia del mal existe, que el Diablo actúa. Pero quisiera decir en voz alta: ¡Dios es más fuerte! Vosotros, ¿creéis esto: que Dios es más fuerte? Pero lo decimos juntos, lo decimos todos juntos: ¡Dios es más fuerte! Y, ¿sabéis por qué es más fuerte? Porque Él es el Señor, el único Señor. Y desearía añadir que la realidad a veces oscura, marcada por el mal, puede cambiar si nosotros, los primeros, llevamos a ella la luz del Evangelio sobre todo con nuestra vida.
Si en un estadio, en una noche oscura, una persona enciende una luz, se vislumbra apenas; pero si los más de setenta mil espectadores encienden cada uno la propia luz, el estadio se ilumina. Hagamos que nuestra vida sea una luz de Cristo; juntos llevaremos la luz del Evangelio a toda la realidad. (S.S. Francisco, 12 de junio de 2013).
Son tantas las razones para saber que Dios existe, comparto alguna con vosotros:
ResponderEliminar• Hace años que sigo los pasos del párroco de Tapia; este sacerdote y su cariño hacia sus feligreses y su buen pastoreo,- allí donde le envíen- me confirma que Dios existe. Dios le concede muchos dones y él los entrega a cuántos tiene a su alrededor. Ahí está Dios.
• La alegría que me da la Fe. Esto viene de Alguien, y no es de mí, estoy segura. Dios me ha dado la Fe y ésta me llena de alegría.
• Cuando veo cómo las personas cambian, tienen actitudes fantásticas ante la adversidad o la enfermedad o la muerte de seres queridos y luego confiesan su Fe…Ahí tienen la razón de respuesta para sus vidas.. ahí ven a Dios. Y también yo.
• Cuando al acercarme a la Palabra de Dios con respeto y cariño, parece que toca mi corazón y me hace vibrar.. es una prueba de que Dios existe y está cerca de mí.
• Cuando hablo de Dios con mi nieto de siete años y me dice que quiere estar en silencio, pensando (delante de una imagen de la Virgen y de la Cruz); entonces mi corazón goza y los dos sabemos que Dios existe. Es la Fe. Esa Fe que es nuestra respuesta a un Dios que nos ama.
¡Cuánta cosas me confirman que Dios existe..!
Ojalá sepamos cuidar, agradecer y fortalecer nuestra Fe como el Don mas hermoso recibido.
¡Bendito sea Dios!