jueves, 10 de enero de 2013

Bautismo del Señor (C)



13-1-2013                               BAUTISMO DEL SEÑOR (C)

Homilía del Bautismo del Señor from gerardoperezdiaz on GodTube.

Homilía de audio en MP3
Queridos hermanos:
            Homilía de la preparación o catequesis para el Bautismo.
            El domingo pasado, día de la Epifanía del Señor, leíamos el evangelio en el que se nos narraba la visita que los magos de oriente hicieron al Niño Jesús, recién nacido. En el domingo de hoy, día del Bautismo del Señor, se nos narra el comienzo de la vida pública de Jesús.
En el evangelio de San Lucas leemos: “Cuando Jesús comenzó su ministerio, tenía unos treinta años…” (Lc. 3, 23). Pero, ¿qué fue lo sucedió entre el episodio de los Magos, cuando Jesús estaba recién nacido, y el inicio de la vida pública de Jesús? ¿Qué fue de la vida de Jesús durante esos 30 años? En el evangelio sólo se nos dan dos datos: a) que Jesús fue con sus padres a Egipto y estuvo allí sus primeros años de vida, y b) que, habiendo regresado a Nazaret y con 12 años de edad, estuvo en una peregrinación con José y María en el templo de Jerusalén.
            Estos vacíos en la vida de Jesús han querido ser rellenados por los que se denominan los evangelios apócrifos, es decir, escritos sobre la vida de Jesús, pero que no se consideraron por la primitiva Iglesia como inspirados por Dios. Veamos un ejemplo en el evangelio apócrifo de Tomás: “El hijo de Anás, el escriba, se encontraba allí, y, con una rama de sauce, dispersaba las aguas que Jesús había reunido. Y Jesús, viendo lo que ocurría, se encolerizó, y le dijo: ‘Insensato, injusto e impío, ¿qué mal te han hecho estas fosas y estas aguas? He aquí que ahora te secarás como un árbol, y no tendrás ni raíz, ni hojas, ni fruto’. E inmediatamente aquel niño se secó por entero. Y Jesús se fue de allí, y volvió a la casa de José. Pero los padres del muchacho muerto lo tomaron en sus brazos, llorando su juventud, y lo llevaron a José, a quien reprocharon tener un hijo que hacía tales cosas. Otra vez, Jesús atravesaba la aldea, y un niño que corría, chocó en su espalda. Y Jesús, irritado, exclamó: ‘No continuarás tu camino’. Y, acto seguido, el niño cayó muerto. Y algunas personas, que habían visto lo ocurrido, se preguntaron: ‘¿De dónde procede este niño, que cada una de sus palabras se realiza tan pronto?’ Y los padres del niño muerto fueron a encontrar a José, y se le quejaron, diciendo: ‘Con semejante hijo no puedes habitar con nosotros en la aldea, donde debes enseñarle a bendecir, y no a maldecir, porque mata a nuestros hijos’”. ¿A que es muy duro y negativo lo que aquí se dice sobre Jesús?
            Bien, descartados los evangelios apócrifos como fuentes de la vida de juventud de Jesús, ya que sus hechos no se corresponden con lo que Él nos predicó e hizo en su vida pública[1], ¿qué podríamos decir de la vida oculta de Jesús? Esto nos interesa porque en el evangelio se nos dice que Dios proclamó desde el cielo a Jesús de este modo: “Tú eres mi Hijo, el amado, el predilecto”. Sí, las lecturas de hoy nos dicen de Jesús que Él abrirá los ojos de los ciegos, que sacará a los hombres de sus prisiones (físicas, psicológicas, morales y espirituales), que les dará luz, y que no quebrará la caña cascada ni apagará el pábilo vacilante[2]… Jesús hará eso a partir de los 30 años, a partir de que comience su vida pública, pero –vuelvo a repetir– ¿qué hizo antes de cumplir los 30 años? Muy sencillo: Jesús se estuvo preparando para esta tarea ingente que el Padre le había encomendado. En cuanto verdadero Dios, Jesús ya estaba preparado. En cuanto verdadero hombre, Jesús tenía que prepararse. Lo mismo que, cuando un adulto se quiere bautizar, ha de realizar una catequesis, un catecumenado preparatorio, también Jesús tuvo que hacer una “catequesis” preparatoria durante 30 años para ser bautizado en el Jordán y para desarrollar la misión a la que había sido llamado por Dios Padre.
            Y en el día de hoy quisiera destacar dos ideas: 1) La necesidad que tenemos los hombres de vivir una vida tranquila, serena, rutinaria, sencilla, es decir, una vida normal. A veces podemos pensar que los grandes hombres han hecho grandes gestas, y esto es así; pero estos hombres han podido realizarlas porque han llevado una vida bastante normal durante la mayor parte de su vida. En nuestra existencia puede haber un 5% de hechos extraordinarios, pero el resto 95% es una vida compuesta de hechos normales y repetidos. 2) La vida “rutinaria” nos prepara para las grandes decisiones y acontecimientos. Sin esa preparación, los hombres no podríamos llegar a hacer cosas importantes. Un título universitario conseguido en una graduación es el resultado final de muchas horas… de estudios, de clases, de privaciones, de errores, de logros… Una amistad es el resultado de tanto tiempo dedicado al amigo, de tantos momentos en los que se compartió lo bueno y lo malo, de tantos momentos en que se perdonó y se fue perdonado, de tantos momentos en que se amó y se fue amado…
            Jesús no fue simplemente un hombre que ya estaba tan preparado para la misión del Padre a los 30 años, como a los 15 años, como a los 4 años de edad. Él necesitó prepararse y ser preparado para cumplir lo que se nos dice en las lecturas de hoy. Ciertamente no sabemos qué sucedió durante los 30 años primeros de vida de Jesús. Pero lo que sí podemos suponer es que, como nos dice la Escritura, Jesús vivió bajo la autoridad de sus padres siendo un buen hijo. Jesús trabajó y ayudó en casa para traer el pan a la mesa. Jesús respetó y amó a sus padres. Jesús oró y pasó tiempo hablando con su Padre Dios. Jesús practicó las virtudes humanas de la paciencia, de la laboriosidad, de la responsabilidad, de la honestidad, de la veracidad, de la austeridad; y también practicó las virtudes de la caridad, de la esperanza, de la fe, del amor a Dios y a los que le rodeaban. Jesús vivió, sufrió y experimentó la vida ordinaria con los hombres de su tiempo y que estaban a su alrededor. Jesús acudió a la sinagoga semanalmente a escuchar la Sagrada Escritura: los profetas, los salmos, los hechos del pueblo de Israel en Egipto y antes de Egipto…
            Una vez que Jesús estuvo preparado y hubo hecho la “catequesis” para el Bautismo, entonces fue empujado por el Espíritu Santo hasta el Jordán para ser bautizado por su primo Juan el Bautista.
            A modo de conclusión quisiera subrayar hoy dos cosas:
            1) Aceptemos y amemos nuestra bendita vida ordinaria, que supone la mayor parte de los años de nuestra existencia. No estemos intentado hacer o que nos sucedan cosas extraordinarias a cada instante. De los 33 años de vida de Jesús, 30 los vivió de un modo ordinario y rutinario.
            2) Aprovechemos esta bendita rutina, que forma la mayor parte de nuestra vida, para prepararnos a responder a la voluntad de Dios en las grandes ocasiones y en el día a día de nuestra vida.


[1] Recordad que en la segunda lectura, cuando San Pedro nos habla de Jesús, dice de Él: “Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien. Si Jesús pasó su vida haciendo el bien, como nos dice San Pedro, no pudo Jesús, siendo niño, haberse encolerizado fácilmente contra los demás, ni pudo insultarles con palabras como “insensato, injusto, impío”, ni pudo haber matado a unos niños que jugaban con las aguas de un arroyo o que accidentalmente chocaron contra Él.
[2] Está imagen está tomada por el profeta Isaías de los juicios israelitas en los que estaba encendida una mecha o puesta una caña. Si el acusado era declarado culpable, se significaba esta culpabilidad apagando la mecha o rompiendo la caña. Con esta imagen el profeta quiere decir que, cuando a uno van a declararlo culpable y por ello tiene la mecha humeante o la caña cascada, el elegido de Dios (Jesús) no apagará dicha mecha ni terminará de romper tal caña, pues siempre procurará salvar al hombre.

10 comentarios:

  1. Buenos dias ¡¡¡ como tu sabes Andres mientras desayuno leeo tu palabra ¡¡¡y me he quedado perpleja ¡¡ como diria mi abuela nada es casual ¡ Hace unos dias que me vengo levantando caida .. cansada un poco de la rutina del ama de casa .. de estar sola mucho tiempo .. extrañando a mis hijos que ya han voldado del hogar ¡¡ y me siento terrible ¡¡¡ desganada ... al leer la homilia me dado un vuelco el corazon ...y me ha hecho pensar ¡¡¡ Dios mio no he vivido en vano .. pues decidi dedicarme a la crianza de mis niñso y a la vida del hogar ..dejando de lado mi profesion .. y los frutos han sido maginificos .. ahora en la madurez tengo una linda familia .. espero dia a dia a mi esposo con la cena y la casa en orden ¡¡¡ que mas puedo pedir y fue alli donde me di cuenta que mi rutina es muy rica ..pues lo que hago lo realizo con amor .. y tengo tiempo para mi oracion diaria .. para rezar El Santo Rosario a las 15 ¡¡¡para mis manualidades ¡¡ por ello me has dado una abrazo desde tu palabra .. Cdo dices...1) Aceptemos y amemos nuestra bendita vida ordinaria, que supone la mayor parte de los años de nuestra existencia. No estemos intentado hacer o que nos sucedan cosas extraordinarias a cada instante. De los 33 años de vida de Jesús, 30 los vivió de un modo ordinario y rutinario.
    2) Aprovechemos esta bendita rutina, que forma la mayor parte de nuestra vida, para prepararnos a responder a la voluntad de Dios en las grandes ocasiones y en el día a día de nuestra vida.
    Gracias Andres ¡¡¡¡¡¡llegue a qui con murriña y me voy con una sonrisa ¡¡¡en el alma ¡¡

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  2. Andrés
    Gracias por esta hermosa homilía. No cabe duda de que nuestro Señor Jesucristo quiso compartir con nosotros la vida ordinaria y por eso amó profundamente la condición humana. Qué amor tan profundo en esos años de silencio entre María y José.

    Dios te bendiga Andrés.

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  3. Efectivamente, como tu dices Andrés; “no sabemos lo que pasó en los primeros 30 años de la vida de Jesús, en cuanto verdadero hombre”, pero conociendo lo que fue su vida a partir de ahí, tuvo que haber sido el hijo modelo, como tu lo describes en la homilía. Jesús como hombre a lo largo de su vida, tendría que ir adquiriendo cada vez más de manera más clara, una conciencia viva de su relación con Dios, por medio de la oración, que con toda seguridad seria una oración frecuente e intensa, además tendría que ir descubriendo su propia vocación.
    . ¿Cómo sería la oración de Jesús? Si la fe es precisamente la relación con Dios, Jesús es el hombre que más fe ha tenido, porque es el que ha tenido la relación más estrecha con Dios.

    Muchas gracias Andrés por tratar este tema en la homilía de hoy, gracias a eso he pasado entera la película de toda mi vida un par de veces, lo que fue y lo que es en este momento, si la miro humanamente siento cierta pena, porque me parece que tantas veces camine dando “tumbos” y un tanto distraída, pero al mirarla con los ojos de Dios, cambia totalmente de color. En mi vida hubo etapas muy tristes y muy difíciles, pero hoy estoy segura que el buen Dios siempre estuvo a mi lado, aunque yo no lo entendiera, ni lo percibiera... Si, “bendita vida ordinaria y rutinaria”, cuando se cumple con amor y al servicio de los demás.

    Y hoy quisiera romper una lanza en favor de las amas de casa, ya que es lo que vengo haciendo desde los 9 años, pienso que humanamente, la mayoría de las veces somos muy poco valoradas por aquellos que reciben nuestros servicios de 24 horas interrumpidas, a mi modo de ver, la labor del ama de casa mirándola con los ojos de Dios, me parece preciosa, y de un gran valor, considero que es un lujo el poder disfrutar de tales servicios ¿No os parece?
    Un abrazo para todos y que tengáis una buena semana.

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  4. Esta homilía me ha removido profundamente. Yo pienso que es evidente que Jesús tuvo una infancia, una adolescencia y una juventud ejemplares, especiales, y que se resumen en esos 3 años de vida pública donde su preparación, humanidad, sabiduría y bondad están fuera de toda duda, y me imagino su vida hasta los 30 años en compañía de sus padres, y veo a María y a José como modelos de lo cotidiano, pero siendo testigos de lo excepcional ¿cuantos momentos extraordinarios vivirían al lado de Jesús como un regalo del cielo?

    Yo quiero vivir esa rutina de la que nos habla D. Andrés, y vivirla también como un verdadero regalo de Dios. Cada día al despertarme, mi primer pensamiento es para el Señor, y le hablo de todo lo que me gustaría hacer durante ese día, de los buenos propósitos, etc., otra cosa, es como van transcurriendo las horas posteriores, me doy cuenta de que no soy dueña de nada, y menos de mi tiempo y de las sorpresas de la vida, así que comienzo como norma con espíritu alegre y positivo, viendo que en cada problema, se esconde la semilla del crecimiento personal.

    Muchas gracias D. Andrés, sus enseñanzas siempre son una bendición para mí.

    Un fuerte abrazo y una feliz semana en paz, para todos los hermanos del blog, de la comunidad de las 11 y para los feligreses de la Peña.

    Aloya

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  5. Me ha parecido preciosa la homilía, e interesante.
    En varias ocasiones me he preguntado como habría sido la vida de Jesús hasta los treinta años; como nada se nos dice en los evangelios, imaginaba que, habría sido normal; viviendo con sus padres, ayudándolos, y formándose como los niños de su época; eso si, siempre pensé que su vida habría sido intachable, por lo que en nada responde a lo que nos narran los apócrifos.
    Me alegra esta aclaración que hoy nos hace D. Andrés, ha sido una vida normal; y es que yo muchas veces caigo en el desánimo y en la tentación de pensar que, mi vida rutinaria no le sirve para mucho al Señor, ni a mi, para llenar mis manos con algo digno de presentar a Dios. Tengo la sensación de que nada aporto a los que me rodean, y por tanto es una vida vacía y estéril, de la que no se podrá recoger ningún fruto. Esto me angustia, porque se que el Señor me ha puesto aquí para algo concreto, para dar fruto, y fruto abundante.
    Es cierto que El me ha puesto en medio de una familia, y creo que mi misión está precisamente en ese ambiente; y que lo que debo aportarles a mis hijos y nietos, ha de ser mi testimonio constante de amor a Dios, al menos de mi deseo de amarle; que ellos me vean feliz cada día con sus acontecimientos, cuando son alegres y cuando son duros de afrontar, y que no por eso, pierdo la paz, porque esta me la regala Jesús por el amor que me tiene.
    Yo hoy quiero dar gracias a Dios por mi vida normal, por poder estar ahí cuando alguno de ellos me necesita, aunque ya todos estén en sus propios hogares, lo que no impide que la unión familiar, sea cada día mas fuerte si cabe.
    Gracias Andrés por tanto como nos aportas, y por la ilusión que pones en tu trabajo pastoral.
    Queridos hermanos, que el Señor nos conceda cada día el poder bendecirle a través de nuestra rutina.
    BENDITO SEA DIOS.

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  6. La frase que más me gustó fue: "Que pasó haciendo el bien, porque Dios estaba con Él.
    Ojalá vivamos nuestra vida normal de tal manera que un día lo digan de nosotros.
    Un abrazo.

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  7. Como dice un comentario:
    "que el Señor nos conceda cada día el poder bendecirle a través de nuestra rutina.
    BENDITO SEA DIOS."
    Santa semana para todos en nuestra bendecida rutina.

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  8. Como dice un comentario:
    "que el Señor nos conceda cada día el poder bendecirle a través de nuestra rutina.
    BENDITO SEA DIOS."
    Santa semana para todos en nuestra bendecida rutina.

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  9. Al terminar San Lucas de contarnos la infancia de Jesús, leemos" Y el niño crecía en sabiduría y gracia ante Dios y ante los hombres", creo que en esas palabras se encuentra la incognita de la vida de Jesús durante 30 años, así como también la nuestra, en esa rutina -que en ocasiones nos desespera y en otras la deseamos, como al terminar las fiestas navideñas o del verano, que por lo que significan sobretodo para las amas de casa, nos dejan agotadas y con deseos de regresar "a lo de siempre".
    Bonita homilía, pater. Aunque llega tarde mi comentario, la he tenido muy presente estos días.
    Nuestra gran suerte, la de los creyentes, es vivir ese día a día, desde Dios y con Él, sabiendo que contempla nuestras obras con ternura de Padre. Así, como Jesús, podemos ir creciendo en ese realizar Su Voluntad, con Su Gracia y Su presencia.
    Qué paseis buena semana, amigos.

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  10. Esta homilía me hace recordar que “nuestra vida ordinaria bien hecha”, (que tantas veces parece tan monótona y rutinaria), es en realidad la que me ayuda a construir los peldaños de la escalera que va dirección al cielo que es la META de todo cristiano..

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