15-8-2014 ASUNCION DE LA VIRGEN MARIA (A)
Queridos hermanos:
Cuando María
llegó a casa de su prima Isabel, ésta le dijo: “¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?” Sobre esta
frase quisiera articular la homilía de hoy.
- Existen
personas que tienen una gran sensibilidad y otras no tanto. Las primeras son personas a las que es muy
fácil hacer felices o darles una alegría, pues cualquier pequeño detalle,
gesto o palabra de cariño o de atención que se tenga con ellos les aporta una
gran alegría. También sucede al
contrario: a estas personas con tanta sensibilidad cualquier pequeño detalle,
gesto o palabra de menosprecio o de dureza puede herirlas. Recuerdo que en
una ocasión me contaba una mujer, a la que le había fallecido su abuelo, con el
que estaba muy unida, que su marido no había acudido al funeral de dicho abuelo
(tampoco había ido nunca este marido a visitar al abuelo de su mujer cuando
estuvo ingresado en el hospital). La razón que dio el marido para no ir al
funeral fue que había quedado anteriormente con sus amigos para ir en ese
momento de caza.
“Cuenta
una historia que un hombre trabajaba en una planta empacadora de carne en
Noruega. Un día terminando su horario de trabajo, fue a uno de los
refrigeradores para inspeccionar algo; de improviso, se le cerró la puerta con
el seguro y se quedó atrapado dentro del refrigerador. Golpeó fuertemente la puerta
y empezó a gritar, pero nadie lo escuchaba. La mayoría de los trabajadores se
habían ido a sus casas, y era casi imposible escucharlo por el grosor que tenía
esa puerta. Llevaba cinco horas en el refrigerador al borde de la muerte. De
repente, se abrió la puerta. El guardia de seguridad entró y lo rescató.
Después de esto, le preguntaron al guardia a qué se debió que se le ocurriera
abrir aquella puerta, si no era parte de su rutina de trabajo. Él lo explicó: ‘Llevo
trabajando en esta empresa 35 años; cientos de trabajadores entran a la planta
cada día, pero él es el único que me saluda en la mañana y se despide de mí en
las tardes. El resto de los trabajadores me tratan como si fuera invisible. Hoy
me dijo «hola» a la entrada, pero no escuché «hasta mañana». Yo espero por ese «hola,
buenos días», y por ese «ciao o hasta mañana» cada día. Sabiendo que todavía no se había despedido de mí, pensé que debía estar
en algún lugar del edificio, por lo que lo busqué y lo encontré”.
¿Qué aprendemos de esta historia? Pues que los detalles de educación,
el cariño y la sensibilidad de unos se pueden enseñar a los otros, y que los
otros pueden aprender de los unos.
- Pero la sensibilidad no sólo se aprende o
se enseña, igualmente se recibe, bien por la predisposición con la que uno
puede nacer hacia ella, bien por ser un don y un regalo de Dios. Nos dice
el evangelio que acabamos de escuchar que Isabel se llenó de Espíritu Santo y esto le aportó una gran sensibilidad para
captar las cosas de Dios. Por ello mismo, Isabel captó entonces que vino a
visitarla, no sólo su prima María, sino y sobre todo captó que en el vientre de
su prima estaba el Hijo de Dios. Por eso dijo: “¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?”. Además, con
la sensibilidad que le dio el Espíritu Santo Isabel igualmente percibió que su
prima ya no era simplemente su prima, sino que era además “LA MADRE DE MI SEÑOR”.
- En estos
días de atrás, mientras celebrábamos la novena de la Virgen del Carmen en Tapia
de Casariego y sobre todo en la Misa del día del Carmen y la posterior
procesión, creo que todos, casi todos o muchos fuimos capaces de captar cómo
nos visitaba la Madre de nuestro Señor Jesucristo. Sí, ésta es una verdad de fe
y de experiencia religiosa:
Si nos visita la Madre, nos visita el Hijo.
Si nos visita el Hijo, nos visita la Madre.
Quien ama al Hijo, ama a la Madre. Quien
ama a la Madre, ama al Hijo.
No pueden estar el Uno sin la Otra, ni la
Una sin el Otro.
La Virgen María
visitó a Isabel, pero también nos visita a todos nosotros. Pidamos a Dios que
nos dé la sensibilidad del Espíritu Santo, como lo hizo en su día con Isabel,
para que también nosotros captemos la presencia en nuestras vidas de María y de
su Hijo. Cuando eso sucede, enseguida nos damos cuenta porque aumenta en
nosotros la emoción, crece la fe, la alegría, la fuerza, la paz y el amor a
Dios, a su Madre y hacia el resto de los hombres. Y quienes han perdido la fe,
cuando les visita en su corazón Jesús y su Madre, esa fe florece de nuevo en su
interior.
¡Señor, danos la
sensibilidad del Espíritu Santo para que sepamos captar tus palabras y gestos
para con nosotros y para con los demás!
¡Señor, que
podamos captar cómo, en tantas ocasiones de la vida, nos visitan en nuestras
casas y en nuestros espíritus tu Hijo Jesús y tu Madre María!
¡Señor, que
nosotros también visitemos, como lo hicieron, lo hacen y lo seguirán haciendo
Jesús y su Madre, los espíritus cansados, heridos y solitarios de tantas
personas que nos necesitan!
Amén !
ResponderEliminarQue hermosa Homilia .... Bellas palabras que me han llegado al corazón .... Como decía mi amada abuela cómportate siempre que cuando tengas que partir .... Jesús te susurré Mi Madre ya me ha hablado de ti .....y siempre ten una alma sensible porque en ella habita El Señor y cuando te topes van la frialdad de mucho eleva una oración ..porque don pobres de espíritu y tu oración los ayudara ...
Buena semana Andrés y un pedido especial el viernes operan a mi nuera es sencilla la cirugía pero si tu la tienes en tu oración me siento más tranquila ....gracias
Gracias, Any. Por supuesto que la encomendaré en mis oraciones y la pondré sobre el altar y ante María, nuestra Madre.
ResponderEliminarUn abrazo y que Dios te bendiga
ResponderEliminarEl Papa Francisco dijo:
«Piensen en una madre soltera que va a la Iglesia o a la parroquia, y le dice al secretario: “QUIERO BAUTIZAR A MI HIJO”
y el que la atiende le dice: “No, no se puede, porque Ud. no se ha casado...”
Tengamos en cuenta que esta madre tuvo el valor para continuar con un embarazo. ¿Y con qué se encuentra? ¡Con una puerta cerrada!
Y así, si seguimos este camino y con esta actitud, no estamos haciendo bien a la gente, al Pueblo de Dios.
Jesús creó los siete sacramentos. Y con este tipo de actitud creamos un octavo: ¡el sacramento de la aduana pastoral!
QUIEN SE ACERCA A LA IGLESIA DEBE ENCONTRAR PUERTAS ABIERTAS Y NO FISCALES DE LA FE.»
El papa Francisco acaba de decir:
"Necesitamos santos sin velo, sin sotana. Necesitamos santos de jeans y zapatillas.
Necesitamos santos que vayan al cine, escuchen música y paseen con sus amigos.
Necesitamos santos que coloquen a Dios en primer lugar y que sobresalgan en la Universidad.
Necesitamos santos que busquen tiempo para rezar cada día y que sepan enamorarse en la pureza y castidad, o que consagren su castidad.
Necesitamos santos modernos, santos del siglo XXI con una espiritualidad insertada en nuestro tiempo.
Necesitamos santos comprometidos con los pobres y los necesarios cambios sociales.
Necesitamos santos que vivan en el mundo, se santifiquen en el mundo y que no tengan miedo de vivir en el mundo.
Necesitamos santos que tomen Coca Cola y coman hot-dogs, que sean internautas, que escuchen iPod.
Necesitamos santos que amen la Eucaristía y que no tengan vergüenza de tomar una cerveza o comer pizza el fin de semana con los amigos.
Necesitamos santos a los que les guste el cine, el teatro, la música, la danza, el deporte.
Necesitamos santos sociables, abiertos, normales, amigos, alegres, compañeros.
Necesitamos santos que estén en el mundo y que sepan saborear las cosas puras y buenas del mundo, pero sin ser mundanos.»
Cuanto más leo al Papa Francisco, más asocio su forma de expresarse con la forma de escribir y de predicar de D. Andrés. directo, coloquial, humano, sencillo. No le importa ser politicamente correcto o incorrecto. Da gusto, merece la pena escuchar a quien predica llamando al pan pan, y al vino..... Escuchar al que te dice las verdades a la car, quien te incomoda, quien te revuelve t interior para qué salgas de tu engolado confotmismo y de tu vanidad sutil de creerte mejor que nadie, de permitirte el lujo de dar limosna, de sentirte, también en lo espiritual superior a los demás.
ResponderEliminarNo tengo más remedio que acordarme de cuatro mequetrefes que exigían no sê qué milongas para predicar. Sermones bonitos, insípidos, propios de bienquedas, para linsonja de engreídos y farsantes. Qué es que el Papa Francisco lo hace mal. Lomhace divinamente bien.
D. Andrés, el,tiempmy el Papa (me llamará Vd. blasfema) le están dando la razón. entre santos anda el juego. Y los mequetrefes que tan ignorantes criticaban, tendrán que calar para siempre.
Bueno, un reproche cariñoso al Papa; en esta tierra, despuès de las injusticias laborales vividas yo ya no pruebo esa bebida que tanto ha fastidiado a muchos trabajadores.
ResponderEliminarQuè razón tiene la aportaciòn sobre la forma de predicar de D. Andrés y el Papa. Habrán tomado nota esos mequetrefes que tanta ignorancia soltaban? Claro que el tiempo le está dando la razon a los que pesábamos como seguimosmpensando, aquí, en Tapia y en Roma.
ResponderEliminarNecesitamos santos modernos, santos del siglo XXI con una espiritualidad insertada en nuestro tiempo.
ResponderEliminarQue vengan a Tapia!!!!!!!!
Excelente la anécdota Andrés. gracias por compartirla. cuánto nos enseña! y pensar que ningún detalle de amabilidad se pierde en el corazón de quien lo regalamos.
ResponderEliminarSer amable nos puede salvar al vida.