Esta mañana preparando las lecturas de la misa de este viernes, me detuve precisamente en las palabras que ha predicado D. Andrés: hambre de escuchar la palabra de Dios. ¡Cuántas veces la he sentido! Y en estos momentos que vivo situaciones especiales, recibo este regalo; pues ya solo el deseo de ella, es para mi un precioso regalo y por eso también el final de la lectura de Amós, me dejó horrorizada pensando que un día puediese estar "vagando" sin encontrar esa Palabra que me alimenta y da vida. Esta Palabra igual que las de la homilía han llenado hoy mi corazón. Gracias.
Bonita renovación de los votos matrimoniales de Susana y Adriano,¡Enhorabuena por esa bonita familia! Me ha emocionado escuchar vuestras voces fuertes y seguras. Voces que creen en Dios, en la iglesia y en el Sacramento del Matrimonio. Que Dios os acompañe en la "barca" de vuestro matrimonio siempre, como hoy.
Es verdad Andrés, "cuando nos tocan la cartera nos tocan el corazón"...en que poco valoramos en ocasiones a los demás, nuestra relación con Dios, tantos valores humanos, que por el propio interés olvidamos en un momento. Este pasaje nunca me gustó mucho, aunque su enseñanza es buena y podría compararse a cualquier noticia de nuestros diarios cotidianos. Recordé por ejemplo, que ahora mismo "la droga y la prostitución" ayudan a la economía mermada de España. Me pregunto,¿no existe el mismo mal detrás de ambas, que antes del planteamiento que se hace con tanta "naturalidad" en estos momentos? Preferimos pasar por todo, por un buen beneficio. Me resulta dificil de comprender, pero parece que se ha encontrado un remedio para lo que antes eran unos vicios, y no pequeños. Si viésemos el mundo de dolor que esconden estas dos situaciones, creo que nos espantaríamos. Pero, preferimos no ver. Es más cómodo aprovechar ambas situaciones, la droga y la prostitución, que luchar contra ellas como un mal.
Esta mañana preparando las lecturas de la misa de este viernes, me detuve precisamente en las palabras que ha predicado D. Andrés: hambre de escuchar la palabra de Dios. ¡Cuántas veces la he sentido! Y en estos momentos que vivo situaciones especiales, recibo este regalo; pues ya solo el deseo de ella, es para mi un precioso regalo y por eso también el final de la lectura de Amós, me dejó horrorizada pensando que un día puediese estar "vagando" sin encontrar esa Palabra que me alimenta y da vida. Esta Palabra igual que las de la homilía han llenado hoy mi corazón. Gracias.
ResponderEliminarBonita renovación de los votos matrimoniales de Susana y Adriano,¡Enhorabuena por esa bonita familia! Me ha emocionado escuchar vuestras voces fuertes y seguras. Voces que creen en Dios, en la iglesia y en el Sacramento del Matrimonio. Que Dios os acompañe en la "barca" de vuestro matrimonio siempre, como hoy.
ResponderEliminarEs verdad Andrés, "cuando nos tocan la cartera nos tocan el corazón"...en que poco valoramos en ocasiones a los demás, nuestra relación con Dios, tantos valores humanos, que por el propio interés olvidamos en un momento.
ResponderEliminarEste pasaje nunca me gustó mucho, aunque su enseñanza es buena y podría compararse a cualquier noticia de nuestros diarios cotidianos. Recordé por ejemplo, que ahora mismo "la droga y la prostitución" ayudan a la economía mermada de España. Me pregunto,¿no existe el mismo mal detrás de ambas, que antes del planteamiento que se hace con tanta "naturalidad" en estos momentos? Preferimos pasar por todo, por un buen beneficio. Me resulta dificil de comprender, pero parece que se ha encontrado un remedio para lo que antes eran unos vicios, y no pequeños.
Si viésemos el mundo de dolor que esconden estas dos situaciones, creo que nos espantaríamos. Pero, preferimos no ver. Es más cómodo aprovechar ambas situaciones, la droga y la prostitución, que luchar contra ellas como un mal.