jueves, 27 de diciembre de 2012

Sagrada Familia (C)



30-12-2012                             SAGRADA FAMILIA (C)
Homilía de audio en MP3
Queridos hermanos:
            Celebramos hoy el día de la Sagrada Familia. ¿Recordáis la historia de Michela? En la primera parte de su relato nos decía: Mi papá y mi mamá me abandonaron en un hospital recién nacida. Viví mis primeros seis años de vida en un orfanato. Yo había conocido todo menos el amor, y cuando un niño no conoce el amor, es difícil que de adulto sepa dar amor”.
- Si a los niños, desde pequeños, nadie les enseña los valores indispensables del la humanidad: amor, paciencia, comprensión, perdón, responsabilidad…, es muy difícil que de adultos puedan vivirlos en su vida ordinaria.
- En efecto, la familia: los padres, hermanos, abuelos, tíos, primos… son una escuela de amor y de humanidad. Las personas que han crecido en familias en donde se respira y en donde se inculcan estos valores… se les nota inmediatamente. Vamos un ejemplo: En este año 2012 se celebró el Encuentro Mundial de las Familias. El Papa Benedicto XVI tuvo varias audiencias con familias de todas las partes del mundo. En una de ellas el Papa dialogó con una chica vietnamita sobre su infancia y ésta le contó lo siguiente: Pasamos “tiempos difíciles, pero el amor entre nosotros era tan grande que todo era superable, y las cosas pequeñas nos proporcionaban grandes alegrías. En nuestra casa la música fue muy importante. El Paraíso debe ser algo parecido a lo que fue mi infancia; así que espero ir como a mi casa cuando me vaya al otro mundo”.
            Pero no siempre se vive así en las familias. Ahí tenemos el caso de Michela y de tantas ‘Michelas’ que hay por el mundo. En muchas familias los gritos, las faltas de respeto, las agresiones físicas o psíquicas forman parte del día a día. Algunos de vosotros recordaréis aún aquel hecho sucedido hace unos años en Oviedo y que ya he contado: una maestra en su clase de niños de unos 8 años dijo a sus alumnos que dibujaran en un papel una escena con las primeras palabras que escuchaban al despertarse. La gran mayoría de los niños se dibujaron a sí mismos en la cama y abriendo a alguno de sus padres la habitación y diciéndoles que era hora de despertarse. Pero hubo un niño que hizo el mismo dibujo, pero puso en labios de su madre las siguientes palabras, las primeras que escuchaba de ella cada día al despertar: ‘O te levantas o te doy una ost…’
- Entonces, cuando no funciona la familia o no hay familia, es cuando Dios siembra por sí solo los valores y virtudes en los hombres necesarias para la convivencia humana y para que el hombre llegue a su plenitud en todos los aspectos de su vida. Veamos un ejemplo sencillo a través de un cuento, que se titula así: ‘La Navidad no es cuento’:
            “Se dice que, cuando los pastores se alejaron y la quietud volvió, el niño del pesebre levantó la cabeza y miró la puerta entreabierta. Un muchacho joven, tímido, estaba allí, temblando y temeroso.
        Acércate –le dijo Jesús– ¿Por qué tienes miedo?
        No me atrevo… no tengo nada para darte.
        Me gustaría que me des un regalo –dijo el recién nacido.
El pequeño intruso enrojeció de vergüenza y balbuceó:
        De verdad, no tengo nada…, nada es mío; si tuviera algo, algo mío, te lo daría… mira.
Y buscando en los bolsillos de su pantalón andrajoso, sacó una hoja de cuchillo herrumbrada que había encontrado.
        Es todo lo que tengo, si la quieres, te la doy…
        No –contestó Jesús–, guárdala. Querría que me dieras otra cosa. Me gustaría que me hicieras tres regalos. 
        Con gusto –dijo el muchacho–, pero ¿qué?
        Ofréceme el último de tus dibujos.
El chico, cohibido, enrojeció. Se acercó al pesebre y, para impedir que María y José lo oyeran, murmuró algo al oído del Niño Jesús:
        No puedo…, mi dibujo es muy malo... ¡nadie quiere mirarlo…!
        Justamente, por eso yo lo quiero… Siempre tienes que ofrecerme lo que los demás rechazan y lo que no les gusta de ti. Además quisiera que me dieras tu plato.
        Pero… ¡lo rompí esta mañana! –tartamudeó el chico.
        Por eso lo quiero… Debes ofrecerme siempre lo que está quebrado en tu vida, yo quiero arreglarlo… y ahora –insistió Jesús– repíteme la respuesta que le diste a tus padres cuando te preguntaron cómo habías roto el plato.
El rostro del muchacho se ensombreció; bajó la cabeza avergonzado y, tristemente, murmuró:
        Les mentí… Dije que el plato se me cayó de las manos, pero no era cierto… ¡Estaba enojado y lo tiré con rabia!
        Eso es lo que quería oírte decir –dijo Jesús– Dame siempre lo que hay de malo en tu vida, tus mentiras, tus calumnias, tus cobardías, tus crueldades. Yo voy a descargarte de ellas… No tienes necesidad de guardarlas… Quiero que seas feliz y siempre voy a perdonarte tus faltas. A partir de hoy me gustaría que vinieras todos los días a mi casa”.
(Ariel David Busso, Caminos de cielo limpio, Ed. Lumen).
Mirad los valores y virtudes que el Niño Jesús inculcó y sembró en el corazón de este chico:
* Dios no se avergüenza nunca de nosotros ni de nuestras pobres obras. Esto hace que nuestra autoestima crezca y que nos aceptamos tal y como somos; sin querer ser los primeros; sin que nos importe ser los últimos, pues Dios nos acepta, como deben hacer nuestros padres, siempre.
* Dios quiere y desea lo que está roto en nosotros, lo que no es valioso para nadie y ante nadie: nuestros fracasos, nuestros suspensos, nuestros errores, nuestros ‘platos rotos’,…
* Dios también quiere nuestras mentiras, nuestras rabias, nuestros pecados. Lo quiere todo… para perdonarnos todo… para aliviarnos de todo… para ser feliz en todos los momentos de nuestra vida.
* Y esto que hace Él con nosotros, quiere que nosotros lo hagamos con los demás. Por eso, en la segunda lectura nos dice: “Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro. El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo. Y por encima de todo esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada […] Y sed agradecidos. La palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; corregíos mutuamente”.
Así es como Él nos educa en su Santa Familia.

7 comentarios:

  1. Buenos días Andrés, me ha gustado mucho la homilía.
    Dices: Si a los niños desde pequeños nadie les enseña los valores indispensables de la humanidad: amor, paciencia, comprensión,perdón, responsabilidad... es muy difícil que de adultos puedan vivirlos en su vida ordinaria.
    Nací en un ambiente de riñas, insultos, falta de respeto, etc. Pero también notaba la presencia de Dios en mi casa, en mí, desde que era bebé, pues tengo recuerdos de muy pequeña, siendo bebé aunque me digan que es imposible, yo los tengo. Bien, mi abuela rezaba mucho y eso me lo inculcó y hacía que la presencia de Dios y La Virgen estuvieran presentes en mi casa. Dices también:
    "Entonces, cuando no funciona la familia o no hay familia, es cuando Dios siembra por sí solo los valores y virtudes".
    Así lo he vivido yo, veo que Dios me ha ido educando siempre. A pesar de todo el sufrimiento que se vivía en mi casa que no era poco, siempre tuve el consuelo de Dios, tengo muy buenos recuerdos de la infancia donde veo la mano de Dios en mí y me hace bien recordarlos sobre todo cuando tengo luchas acudo a ellos en algunos momentos y me alivian. Cuando la familia falla, Dios está ahí, pero hay que dejarle. Yo me siento privilegiada, pues siendo tan pequeña no sé si yo le dejaba o no educarme, solo sé que lo hizo y lo hace. Le doy gracias por ello.

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  2. Gracias Andrés : Solamente puedo ofrecer a Jesús este EGO.- Sé que le gusta mi regalo, porque va lleno de amor y de petición.-Lo primero que oía en mi niñez era una oración.- Mi abuelo al terminar la cena tomaba en sus manos el Rosario, y, todos en familía lo rezábamos.-

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  3. mariangeles desde valdemoro (madrid)
    la historia de Michela es preciosa.
    doy gracias a Dios proque mis padres me enseñaron a creer en Él y amarle.
    en estas navidades le pido que ILUMINE AL MUNDO Y QUE NOS DÉ LA PAZ Y EL AMOR QUE TANTO NECESITAMOS
    ¡¡FELIZ NAVIDAD !!

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  4. Que hermosa esta Homilia ¡¡¡¡Y cuanta verdad dicen tus palabras ..La infancia es la etapa mas importante en el desrrollo de los niños .. es que cuando en ellas recibes amor .. con todo lo que esto implica junto a una buena educacion .. y una familia que te guia es como si te dieran una vacuna para poder transitar en la vida con fortaleza y esperanza .. De niña fue tanto el amor basado en el respeto .. la tolerancia .la paciancia .. y el saber que habia quien estuviese detras mio .. ya sea para corregirme como para alentarme y felicitarme .. que gracias a la familia que Dios me dio luego he podido afrontar la vida .. ya sea en los momentos muy duros .. como en los gloriosos .. es por ello que hoy a mis 57 años no hay dia que no agradesca a Dios por la familia que El elijio para que me guiara .. sin ellos hoy no seria nada .. pues fue alli donde aprendi que El Señor me llevaria siempre de la mano ...me enseñaron a amarlo¡¡¡ Creo que cdo la familia falla Dios no nos abandona .. lo que si hay que estar predispuesto a escucharlo .. y a seguirlo .. debe ser mucho mas dificil sin apoyo pero con Fe, de su mano y asombrandonos dia a dia de las maravillas de la vida se puede lograr
    Voy a compartir esta homilia con mis amigos y familia ¡¡¡
    Dios te bendiga

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  5. ¡¡¡Que bella homilía la de hoy, Andrés!!! Sobre todo la segunda parte, al meditarla una se va vaciando, de todo aquello que sobra, al tiempo que se va llenando de ese “no se que” que sólo Dios sabe dar.

    Con la Sagrada Familia comenzó la historia más hermosa de la humanidad. La familia escuela de fe y de gratuidad: esta claro que entre los posibles instrumentos para hacer llegar los valores y la acción de la fe a los hijos, niños y jóvenes, la familia es fundamental, es insustituible.

    “Por otra parte, la gran asignatura de la gratitud, como reflejo del ser mismo de Dios, no se aprende en ninguna escuela mejor que en la familia, La gratuidad es la cualidad de saber darlo todo sin esperar nada a cambio, el don de dar y recibir las cosas gratuitamente, por voluntad libre y voluntaria, sin ninguna coacción de obligatoriedad. Y este es el entusiasmado proyecto de una familia cristiana”.

    El cuento que nos narras, Andrés, es precioso, y yo me siento atrapada en el ‘interior del muchacho’ y todo lo que Jesús le va pidiendo, siento que es a mí a quien me lo pide..., sí, un día y otro y otro, hasta el final de mi vida, que gozada...

    Los cuatro puntos finales son impresionantes, una se queda encogida ante esa inmensa ternura del buen Dios. Después de haber pecado, Dios nos ofrece un plan de redención que es mejor que sino hubiéramos pecado. La conversión, como dimensión de la fe, como decías tu, Andrés, en domingos anteriores; “no es un solo acto, un momento, sino un proceso”. Que significa la modificación de la forma de pensar y el cambio de actitud hacia el exterior. De ahí la importancia de cuestionar nuestra fe para ver que tiene que aumentar continuamente y que su nivel actual muy pronto tendrá que resultar insuficiente. Ahora comprendo lo que “alguien” me decía hace unos días; que “yo hoy no soy la misma de ayer, y mañana tampoco soy la misa de hoy” esto es posible solo con la gracia de Dios.
    Un fuerte abrazo para tod@s y cada un@. Os deseo, ¡¡¡¡UNA MUY BUENA, SALIDA Y ENTRADA DE AÑO!!!
    María

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  6. la familia es para mi el cordón umbilical que me mantiene viva y que me conecta con el resto de la humanidad, empezamos por familiares de familiares, por amigos de familiares y terminamos por todos los seres que nos rodean, amigos o no. En el núcleo familiar se gesta nuestra vida y las experiencias de la niñez, como dice D. Andrés, quedan marcadas a fuego, para bien o para mal, de ahí la vital importancia de transmitir a nuestros niños los valores y las enseñanzas que harán de ellos, hombres y mujeres sensatos, sensibles, amables, trabajadores coherentes y especialmente buenos cristianos, esto último será la resultante de todos los valores inculcados. Los padres tenemos la difícil tarea de forjar seres humanos para el futuro, de hacer cantera para mejorar sus vidas y las del resto de nuestros semejantes, en realidad, Dios nos hace totalmente partícipes de la Obra de su Creación, me sigue impresionando colaborar con el mismo Dios en tan extraordinaria tarea.
    Una vez más le doy gracias al Señor por los padres maravillosos que he tenido, por sus enseñanzas y su esfuerzo para transmitirme sobre todo la Fe y la sensibilidad, ambas me ayudaron a sentir emoción, pasión, cariño sincero, solidaridad y amor por mi prójimo, incluso a mi pesar, no me puedo quejar.

    Gracias D. Andrés por su Homilía y especialmente por la enseñanzas que tomo de ella.

    ¡Un fuerte abrazo y feliz año 2013 para todos!

    Aloya


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  7. Hoy día de la Sagrada familia leí tu homilía , me sirvió de medio para la oración, es hermoso el cuento que transcribes, pero más que hermoso es el contenido y aplicación , al menos a mí propia vida. También cada mañana Jesús se asoma a mi ventana y me dice “acércate” ¿ Por qué tienes miedo? Y muchas veces no me atrevo porque tampoco yo tengo nada bueno para darle; Y Hoy también a mí me decía : dame los platos rotos para arreglarlos. Y de verdad, Andrés, esto me da paz y ánimo para seguir a pesar de mis desaciertos diarios. Gracias, porque el Señor a través de ti quiere renovar y fortalecer mi fe, con este texto fuiste luz del Niño Dios para mí en este momento. Ojalá que sea para muchas personas. Soy consciente que estoy en un momento un tanto pendular, tan pronto el desanimo me puede, como una pequeña lectura, un rato de oración , un corto silencio son suficientes para de nuevo reanimarme y darme cuenta de la cercanía del Señor en mi vida.

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