jueves, 16 de febrero de 2012

Domingo VII del Tiempo Ordinario (B)

19-2-2012 DOMINGO VII TIEMPO ORDINARIO (B)

Is. 43, 18-19.21-22.24b-25; Sal. 40; 2 Co. 1, 18-22; Mc. 2, 1-12


Homilía de audio en MP3

Queridos hermanos:

Celebramos hoy el último domingo del tiempo ordinario antes de la Cuaresma. El próximo miércoles será Miércoles de Ceniza y ya entraremos en el tiempo phttp://www.blogger.com/img/blank.gifenitencial por excelencia para los católicos.

Nos habla el evangelio del famoso caso del paralítico que fue presentado ante Jesús a través del tejado. Sin embargo, hoy no me quisiera fijar ni en el paralítico, ni en su curación milagrosa, ni en el perdón de sus pecados, ni en los escribas que murmuraban para sus adentros. No.

Quienes llevamos un tiempo profundizando en la Escritura nos vamos dando cuenta de que la Palabra de Dios es tan rica que podemos fijarnos en uno solo de los aspectos o de las frases del evangelio para descubrir algo maravilloso y que tiene plena vigencia para nuestro tiempo de hoy y para nuestras vidas. Digo todo esto por lo siguiente:

* Hoy quisiera fijarme en los cuatro porteadores del paralítico. Sí, habéis entendido bien: en los cuatro porteadores. Veamos lo que nos dice hoy el evangelio sobre ellos: “Llegaron cuatro llevando un paralítico y, como no podían meterlo, por el gentío, levantaron unas tejas encima de donde estaba Jesús, abrieron un boquete y descolgaron la camilla con el paralítico. Viendo Jesús la fe que tenían”.

- Estos cuatro hombres podían ser unos amigos o familiares del enfermo que animaron al mismo a ir donde Jesús para que lo curara. Habrían escuchado los milagros curativos que hacía Jesús con tantas personas y pensaron que también podría curar al amigo o pariente paralítico. Éste quizás estaría ya harto de andar de un sitio para otro buscando médicos y sanadores, y pudo resistirse en un primer momento, pero los cuatro le cogieron en volandas y, queriendo o no, lo llevaron al lado de Jesús.

- También pudo suceder que quien escuchó hablar de Jesús y de sus milagros curativos fue el paralítico, y deseando ser sanado, insistió a estos cuatro amigos y/o parientes para que lo llevaran al lado de Jesús. Quizás no lo hicieron en un principio de muy buena gana, pero finalmente lo llevaron.

- Sí es cierto que estos cuatro pudieron ir de mala o de buena gana con el enfermo, pero, una vez puestos manos a la obra, quisieron hacerlo bien hasta el final. Por eso nos dice el evangelio que, al llegar a donde estaba Jesús, vieron una gran muchedumbre que les impedía acercarse a él. Pero no por eso cejaron en su empeño. En efecto, los cuatro vieron el tipo de construcción de la casa en donde estaba Jesús y se subieron a ella, levantaron las tejas y, con unas cuerdas que encontrarían por allí, descolgaron al paralítico y lo pusieron ante Jesús.

- La última frase en la que me fijaré es ésta: “Viendo Jesús la fe que tenían”. No sé si al principio iban de mala gana los cuatro porteadores o el paralítico; lo que sí es cierto es que, a medida que iban caminando y llegando a donde estaba Jesús, hablaron entre sí, y el ansia y la ilusión hizo que creciera en los cinco la fe. Cuando Jesús alaba la fe, no se refirió únicamente al paralítico, sino a todo el grupo. Pues la frase viene en plural y no en singular. En efecto, dice el evangelio: “Viendo Jesús la fe que tenían”. Y no dice en modo alguno: “Viendo Jesús la fe que tenía” (el paralítico).

* Permitirme contaros ahora, una vez más, un cuento que tiene que ver con las ideas que trato de resaltar hoy aquí: “El sultán sale una mañana rodeado de su fastuosa corte. A poco de salir encuentran a un campesino, que planta afanoso una palmera. El sultán se detiene al verlo y le pregunta asombrado:

-Oh, anciano, plantas esta palmera y no sabes quiénes comerán su fruto. Muchos años necesita para que madure y tu vida se acerca a su término.

El anciano lo mira bondadosamente y luego le contesta:

-Oh, sultán. Plantaron y comimos; plantemos para que coman.

El sultán se admira de tan grande generosidad y le entrega cien monedas de plata, que el anciano toma haciendo una reverencia y luego dice:

-¿Has visto, oh rey, cuán pronto ha dado fruto la palmera?

Más y más asombrado, el sultán, al ver cómo tiene sabia salida para todo un hombre de campo, le entrega otras cien monedas. El ingenioso viejo las besa y luego contesta prontamente:

- Oh, sultán, lo más extraordinario de todo es que generalmente una palmera sólo da fruto una vez al año y la mía me ha dado dos en menos de una hora.

Maravillado está el sultán con esta nueva salida, ríe y exclama dirigiéndose a sus acompañantes:

- ¡Vamos, vamos pronto! Si estamos aquí un poco más de tiempo, este buen hombre se quedará con mi bolsa a fuerza de ingenio”.

Normalmente en un cuento la parte más importante: la moraleja o la enseñanza está al final, pero yo hoy quiero fijarme en las primeras palabras del anciano labrador, pues en ellas, a mi entender, está el meollo de todo: “Oh, sultán. Plantaron y comimos; plantemos para que coman.

* Bien, pues ahora saquemos las conclusiones de las enseñanzas que acabamos de escuchar para nuestra vida:

- Al meditar sobre este evangelio quizás en varias ocasiones nos hemos visto como el paralítico curado por Jesús. Y eso es cierto, pero también podemos y debemos ser los porteadores, que se ofrecen y animan al enfermo para que se acerque a Jesús.

- Los porteadores animan y ayudan, pero ellos reciben mucho más de lo que dan. Ellos recibieron y aumentaron su fe. El mismo Jesús se lo reconoció. Lo mismo pasará en nosotros cuando ayudemos a la gente: recibiremos mucho más de lo que podamos dar a los demás.

- El refrán de todo porteador, es decir, de todo hombre que ayuda a otro semejante es y ha de ser al del cuento: “Plantaron y comimos; plantemos para que coman”. Primero otros nos ayudaron desinteresadamente a nosotros y gracias a eso estamos donde estamos, pues ahora ayudemos nosotros a otros también desinteresadamente.

9 comentarios:

  1. Que hermosa homilía, muy profunda y al mismo tiempo, estimulante, parece que me esta llevando a actuar, a no quedarme parada.

    Que asombroso el ejemplo de estos cuatro portadores del paralítico, ellos están seguros de lo que desean, que no quiere decir que les fuera fácil. Con que coraje y confianza, fueron venciendo todos los obstáculos que se les presentan no se rinden caminaron con dificultad, se habían propuesto una meta y lucharon hasta conseguirla, acercarlo a Jesús.

    Como se sentirían al llegar junto a Jesús, él detiene su predicación. Le perdona sus pecados y a continuación cura al paralítico. Jesús no ve sólo las cosas exteriores, ve en el corazón de las personas; no cura sólo el cuerpo, también cura el alma, cura la persona por entero: da fuerza física, quita el peso del pecado. Nos cura de todo y nos llena de energía.

    Como me gustó el cuento que nos narras hoy, además recoge muy bien el sentido de los puntos que hoy tocas, que verdad es: “plantaron y comimos plantamos para que coman”. Que distinto seria todo si fuésemos conscientes de ello.

    Si amo a los demás, si estoy enamorada de Jesús, no tendré miedo de hablar ni de manifestar como él me llena y como da sentido a mi vida. Siempre que me acerco a un enfermo veo reflejado el verdadero rostro de Jesús, y al despedirme de ellos me doy cuenta de lo poco que di y lo mucho que recibí.
    Un abrazo para todo y feliz semana.

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  2. Hola Andrés, me llevé una alegre sorpresa cuando abro el correo y veo la homilía, tuve un lapsus en pensar que no lo harías por los ejercicios.
    "Plantaron y comimos: plantemos para que coman".
    A mí me dice que necesitamos unos de otros y lo importante es, como bien dices, ayudarnos desinteresadamente. Esto es "Servir a Dios". Todo cuanto se haga por los demás a Él se lo hacemos. Pido a Dios que sepa ayudar a los demás desinteresadamente, con amor y servirle a Él siempre.

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  3. "Plantaron y comimos, plantamos para que coman", un slogan precioso para popularizar.

    ¡Cuánto mejor nos iría -en todos los sentidos, no sólo en el espiritual-sino lo hicieramos nuestro.

    Que los "ejercicios" os sean de provecho.

    Un abrazo para cada un@.

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  4. Mucho amaban a su amigo o familiar!,eso no se hace de la noche a la mañana es la consecuencia de querer lo mejor para que el sufrimiento del "otro" termine-Es frecuente que,cuando se conoce el mal físico de alguien,todos tratemos de encontrar los méjores médicos y remedios, pero no así, es mi opinión, cuando ves que el dolor viene de la falta de Dios ,y como consecuencia el proceder es de envidia,cólera,avaricia.vamos de los siete pecados capitales, y en los tiempos de Jesús la enfermedad se decía que era un castigo del pecado, de ahí que estos porteadores. querian,sobre todo que se amigo o familiar fuera feliz y acuden,a quien de oidas,sabian que era el "mejor"su ingenio,su perseverancia,su esfuerzo da el resultado apetecido y es "curado" de todo porque ¿quién se resiste ante un milagro así? las consecuencias no se pueden reducir sólo al cuerpo.Plantar en el día a día para que despues coman, necesita mucha fe y mucha ayuda de ese Gran Médico del alma que es Jesús.Paz

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  5. Hermosa tus palabras .. y si Andres en la vida una debe actuar no quedarse parada o quieta .. y con ese andar llevar la ayuda, el cariño lo que el otro necesita.. Recuerdo cdo en el año 1995 una prima hermana mia se enfermo de cancer en el cerebro. tenia 47 años ... hacia mucho no teniamos contacto pero al enterarme algo me dijo ve al hospital a verla .. al vernos nos emocionamos .. y desde ese momento arregle mi vida para cuidarla por las mañanas durante un año ... se sabia que el fienl era irremediable .. muchos me decian estas agotada ..pero yo decia .. "No saben lo cerca que me siento de Dios cdo llego por la mañana a su casa y la encuentro llorando y cdo me voy al mediodia la dejo sonriendo .. es alli donde Jesus desee que este .. no importa el final ... no importa mi cansancio .. importa llevarle amor .. y lo mas lindo ella no podia casi hablar entonce juntas rezabamos el padre nuestro .... sentia que le llevaba un poco de Jesus ¡¡Se que descansa en paz y su sonrisa esta en mi vida hasta que Dios permita que nos volvermos a encontrar ¡¡¡
    Buena semana para todos amigos del alma
    ¡¡¡

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  6. ¡¡Qué ambiente tan familiar, acogedor y agradable el que se ha vivido en los Ejercicios E. de Meres!! Se nota en la voz del predicador, del “porteador”. Se nota que muchos los hemos recordado en nuestra oración.
    En el audio al finalizar, es precioso y de gran enseñanza, el testimonio que nos cuentas, Pater, vivido en Taramundi….De forma muy gráfica nos hace vivir ese “Plantaron y comimos; plantemos para que coman”, del cuento. Además qué cierto es, que debemos escuchar siempre antes que cualquier otra cosa como, hacernos un juicio, tomar cualquier decisión o incluso tener un pensamiento..Hay situaciones en que todo ello precede a nuestra escucha y entonces, ¡qué fácil equivocarnos!
    Tras esta homilía mi pensamiento ha recorrido nombre, rostros, situaciones que me han hecho agradecer a Dios inmensamente Su Amor hacia mi poniendo todo ello en mi vida, por la riqueza, crecimiento y acercamiento a Él que han significado; algunos de ellos sin percatarse de ello. Esto da sentido a ese: Lo recibido gratis, entrégalo gratuitamente. (mas o menos ese es el sentido)
    ¡¡Cuánto he comido, he crecido, he vivido gracias a lo recibido de personas incluso anónimas hoy para mí!! Pido a Dios que las bendiga eternamente.
    ¡Cuánto deseo seguir plantando, para que otros reciban al menos una parte de cuánto yo he recibido y de lo que me he beneficiado!! ¡Gracias, Señor!
    Plantemos hermanos, sembremos….El Señor se ocupará del resto. ¡Cuántas veces lo hemos comprobado en nuestras vidas!!
    Que Dios te siga bendiciendo con sus Dones, Pater, que pones al servicio de Su Iglesia, de todos y cada uno de nosotros.
    Buena semana para todos. Buen descanso para nuestro “porteador” que se lo ha ganado.

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  7. Siempre que escucho este evangelio, por supuesto me veo reflejada en el paralitico, necesitada de ser sanada de tantas parálisis que me "impiden"dar, caminar, ayudar etc. Pero siempre me llamó la atención la actitud de los porteadores, porque pienso que, mucha confianza habrían de tener en el poder de Jesús; habría sido "normal" que al llegar a la casa en que se encontraba Jesús, y ver la imposibilidad de acercarse con el enfermo, para que pudiera "curarlo" no se desaniman, y buscan la forma de poder llegar a El; y creo yo que, no debió de ser fácil el romper el tejado para que a través de hueco, pudieran meter una camilla. No cabe duda de que se esforzaron y confiaron en aquel Hombre del que sin duda habían oído hablar, y de los prodigios que realizaba; así que no cejaron en su empeño.
    Así lo ve el Señor: "Viendo Jesús la fe que tenían". está claro una vez mas que, lo que importa es la fe, es lo que nos salva.
    Me parece hermosísimo el cuento: Plantaron y comimos, plantemos para que coman. Me recuerda esa cita en que dice: lo que recibisteis gratis, dadlo gratis.
    En muchas ocasiones dando catequesis he pensado: Creo que es perder el tiempo, al darme cuenta de que esos niños, solo escuchaban hablar de Dios en ese rato que pasaban en la parroquia, una hora a la semana, puesto que sus padres, en la mayoría de los casos no tenían mucho interés, solo buscaban cubrir un trámite para que su hij@ pudiera hacer la primera comunión, que para la mayoría parecía ser un acto social, y no daban importancia al sacramento.
    Pero el Espíritu me decía: Tu siembra, esparce la semilla, es lo que tienes que hacer; el regarla y cuidarla para que de su fruto es cosa del Señor; porque lo mas fácil es que tu nunca verás si ha florecido.
    Así que solo habría de pensar en que, lo que recibí gratis, habría de darlo gratis. Plantaron y comimos, plantemos para que coman.
    Confío en que esa semilla antes o después florecerá, y dará el fruto
    apetecido.
    Así creo que nunca debo dar por baldío todo aquello que pueda hacer por amor a Jesucristo y a los hermanos.
    Muchas gracias de nuevo Andrés, El Señor te acompañe siempre.
    Animo hermanos, a plantar se ha dicho; otros tienen que comer, ya que se encuentran hambrientos.
    BENDITO SEA DIOS.

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  8. Sabes, me llegó la homilía de audio ayer. Te he escuchado y me encantó; es preciosa, para volver sobre ella una y otra vez; es increíble lo que puede cundir una madeja tirando tú del hilo. Que Dios te bendiga y te siga enriqueciendo con ese don.
    Un abrazo muy fuerte.

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  9. Tienes toda la razón Pepitina,doy fe de que en Meres era una delicia estar, aunque por poco tiempo si pude escuchar a D. Andrés en dos bellísimas y esclarecedoras intervenciones. Efectivamente nuestro querido Pater sabe cómo hacernos descubrir matices del Evangelio y de las Escrituras que al menos en mi caso, me pasaron siempre desapercibidos, y una vez que los conoces cobran una dimensión diferente, aleccionadora, casi de sonrojo.

    En este Evangelio de hoy descubro con D. Andrés el papel que pudieron haber tenido los porteadores, y cómo en mi vida he tenido momentos de sujetar la camilla del dolor ajeno, y cómo en otras ocasiones, las más, han sido otros los que me han llevado a mí en volandas para aliviar mis contratiempos. Siempre escuché de mis mayores la frase de que "el que siembra recoge". Estoy profundamente agradecida a Dios porque estoy segura que mi siembra ha sido escasa, y sin embargo es mucho lo que recojo, y es que el amor de nuestro Padre, multiplica cualquier pequeña buena acción que yo haga, si es que hago alguna ¡Ojalá que pueda al menos hacer una mínima siembra fructífiera en mi vida para ayudar a seguir llevando la camilla de mi hermano!

    Meres ha sido un espacio de encuentro, de oración y enseñanza inigualable gracias al trabajo dedicado y exhaustivo de D. Andrés, es un magnífico porteador de camillas, el amor a su Señor Jesús hace el resto.

    Un abrazo para todos, y feliz semana.
    Aloya

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