jueves, 23 de febrero de 2012

Domingo I de Cuaresma (B)

26-2-2012 DOMINGO I CUARESMA (B)

Gn. 9, 8-15; Sal. 24; 1 Pe. 3, 18-22; Mc. 1, 12-15


Homilía de audio en MP3

Queridos hermanos:

* “En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto”. Así comienza el evangelio del primer domingo de Cuaresma. En este tiempo también el Espíritu y la Iglesia nos empujan a nosotros, los cristianos, al desierto. Antes de entrar en el mercado laboral, los recién licenciados en derecho han de acudir a la escuela de práctica jurídica o pasar un tiempo en un bufete como pasantes; los recién licenciados en medicina hacen el MIR y luego un tiempo de residencia para preparar y practicar la especialidad; los recién titulados en la formación profesional han de hacer prácticas; antes de realizar una carrera o una prueba deportiva el deportista se entrena; antes de leer la tesis doctoral hay que pasar horas y horas trabajándola en las bibliotecas o en la labor de campo o en casa redactando capítulo tras capítulo, y así podemos seguir diciendo otros ejemplos. Del mismo modo sucede en el ámbito religioso: antes de empezar con la predicación del evangelio, Jesús fue empujado por el Espíritu al desierto como preparación previa. Ésta se llama Cuaresma en atención a los 40 días que pasó Jesús en el desierto y a los 40 años que pasó el pueblo de Israel en el desierto disponiéndose para entrar en la tierra prometida. Ya lo dice el refrán: “el que algo quiere, algo le cuesta”.

El resumen que nos hace el evangelista San Marcos de aquellos 40 días de Jesús es brevísimo, pero nos enumera todos los ingredientes de la particular Cuaresma de Jesús: 1) Se dejó “tentar por Satanás”, y con esta expresión se alude a las dificultades de tipo espiritual por las que tuvo que pasar: percibió sus debilidades, sus limitaciones, sus soledades, sus miedos, sus incertidumbres, pero también percibió, como nos narra el evangelio de San Mateo sobre este episodio, las tentaciones de adorar a otros dioses distintos de Dios Padre, o las tentaciones de buscar atajos de hacer milagros para conquistar los sentidos externos de la gente, pero no el corazón de la gente. 2) Jesús “vivía entre alimañas”; estas palabras aluden a las dificultades de tipo material que pasó en aquel tiempo, como son los peligros de las fieras, del hambre, de la sed, del frío, del calor… 3) “Los ángeles le servían”. Aquí se nos dice que también Jesús pasó por momentos de consuelo, de paz, de luz, de fuerza, de ánimo.

La Cuaresma nuestra (ese ser empujados por el Espíritu para entrar en el desierto) puede quedar en algo puramente ritual: que nos impongan la ceniza, abstenernos de comer carne los viernes de la Cuaresma, ayunar el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo, y poco más. Sin embargo, seguramente que hay personas que están pasando (o han pasado) por esta Cuaresma, por este desierto con las circunstancias de vida que tienen (o que tuvieron):

- cuando un hombre se queda en paro y no tiene que llevar de comer a su familia o ya lleva 4 impagos de la hipoteca de su casa, se pregunta qué sentido tiene su vida y su fe en Dios;

- cuando una persona está enferma con dolores continuos, visitando médicos y sin mejoría ni perspectiva de ella;

- cuando una persona ha llegado a los 75 u 80 años y vive sola y se siente sola;

- cuando uno sufre una violencia extrema, como por ejemplo, el padre Alfredo Delp, detenido por la Gestapo nazi en 1944 y ahorcado, con otros dos, al año siguiente. Durante su prisión fue meditando en el Veni Sancte Spiritus (¡Ven, Espíritu Santo!) y escribió esto: “Las colinas eternas están allí, de donde viene la salvación. Su socorro está presto, aguarda, viene. Dios me lo muestra cada día y mi vida entera es ahora un testimonio de ello. Todo lo que yo creía tener seguridad en mí mismo, de astucia y de habilidad ha volado hecho añicos bajo el peso de la violencia y de aquello que me era opuesto. Estos meses de cautiverio han roto mi resistencia física y otras muchas cosas en mí. Sin embargo, he vivido horas maravillosas. Dios ha tomado todo en su mano y sé ahora implorar y esperar el socorro y la fuerza de las colinas eternas.

La persona que reconoce su pobreza, que aleja de sí toda autosuficiencia y todo orgullo, incluso el de sus harapos, el hombre que se presenta desnudo delante de Dios, sin velos y en su indigencia, ese hombre conoce los milagros del amor y de la misericordia; desde la consolación del corazón y la iluminación del espíritu hasta el apaciguamiento del hambre y de la sed.

Repetidas veces, en la agitación y sufrimientos de estos últimos meses, plegado bajo el peso de la violencia, he sentido de golpe que la paz y el gozo espirituales invadían mi alma con la fuerza victoriosa del sol que se levanta […] Sólo podemos reconocer y amar a Dios si Dios nos toma y nos arranca de nuestro egoísmo […] Entonces viviremos en la verdad y el amor de Dios llegará a convertirse en el corazón viviente del mundo”. En este texto vemos los frutos que puede dar el desierto en nosotros, los hombres.

* Otra forma de entrar en este desierto, al que somos empujados por el Espíritu de Jesús, es hacer un plan de Cuaresma. Este plan ha de tener estas características:

1) Ser factible. Hemos de proponernos pocas cosas y que estén a nuestro alcance. Es mejor proponerse pocas cosas y cumplirlas, que muchas y hacer la mitad. Es mejor proponerme algo sencillo y realizable, que algo inalcanzable o difícil. Ejemplo: si fumamos dos cajetillas al día y nos proponemos no fumar nada en la Cuaresma, creo que “nos hemos pasado”.

2) Que sea medular. Es decir, que busque quitar algunos defectos o pecados que son centrales en nosotros. En unos será la soberbia, en otros la mentira, en otros la codicia, en otros la pereza, en otros la lengua, en otros la lujuria, en otros la gula, en otros la desidia espiritual… Podemos atacar directamente alguno de estos pecados o, si vemos que somos muy débiles contra ellos, buscaremos otros más fáciles, pero que nos ayuden a fortalecer nuestra voluntad para en otro momento abordar ya dichos defectos centrales en nosotros.

3) Ha de ser flexible. Podemos proponernos hacer una tarea durante toda la Cuaresma (no tomar café), o puede ser que la tarea la hagamos durante un día o medio día. Si un día fallamos, no pasa nada. Al día siguiente comenzamos de nuevo. Si un día hay un acontecimiento o circunstancia extraordinaria que nos impida realizar el propósito, no pasa nada. Al día siguiente comenzamos de nuevo. Ya lo decía Jesús: “es el sábado para el hombre y no el hombre para el sábado”.

4) Ha de ser don y regalo de Dios. El plan de Cuaresma tiene un ingrediente muy importante en el esfuerzo y la voluntad del cristiano, pero sobre todo es don y gracia de Dios. Por eso, el plan ha de ser orado, suplicado y pedido al Señor:

¡Señor, que tus ángeles me sirvan, me acompañen y guíen,

como hicieron con Jesús en el desierto!

6 comentarios:

  1. ESTA HOMILIA LE VOY A DAR UN HOMENAJE. SABES LO QUE VOY HACERLE: PLASTIFICARLA Y PONERLA EN MI CASA EN LA ENTRADA QUE ES PEQUEÑITA Y LAS PERSONAS QUE ME VISITAN LA LEAN,PORQUE ESTÀ PRECIOSA,CON SU CONTENIDO Y REDACTADA POR TI,ME GUSTA MUCHO

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  2. La homilía de hoy me entusiasma, parece como si a uno se le cargarán las pilas, para hacer el camino ligero de equipaje.

    “El ejemplo de Jesús es para todos los cristianos un estimulo y una gracia para no dejarnos llevar por los engaños personales o sociales de conseguir lo más fácil, La vida no es fácil. Y cuando se nos presenta así, seguro que algún mal provoca a corto plazo.”

    Lo que nos describes del Padre Alfredo Delp; Me emocionó, y uno se queda paralizado al leerlo. En la vida la manera de actuar, en determinadas ocasiones, no se improvisa, todos nuestros comportamientos llevan con sigo una trayectoria, un aprendizaje.

    Andrés, el plan que nos describes para esta Cuaresma, me parece muy asequible y necesario.
    Para mí la Cuaresma, es un tiempo propicio, que dispone a la persona para hacer mejor lo que debe hacer, digamos que es un tiempo de entrenamiento, para luego practicarlo durante nuestra vida.

    Te pido, Señor, una conciencia buena de tal manera que siga tus caminos y me lleven a practicar el bien sin mirar a quién.

    Un abrazo para todo y santa semana.

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  3. Desde este momento me propongo seguir tu homilia ¡¡¡y llevarla a mi hogar ...tratando de transmitirla a todos lo que por aqui pasen ... se que va a ser dificl .Mi desierto o momento de quietud .y oracion es la 15 horas todos los dias ..mi abuela me enseño que esa era la hora del angelus .. es alli donde trato de conectar mi alma con el Señor .. en un profundo silencio .. y siento como El se hace presente ...
    Esta tu oracion sera la mia cada mañana
    Señor, que tus ángeles me sirvan, me acompañen y guíen,
    como hicieron con Jesús en el desierto!
    Gracias Andres ¡¡¡en momentos dificles tu das Luz a mi camino .. con tus palabras ..

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  4. ¡Entrar en el desiero! todas las cuaresmas de mi vida (o casi todas) lo he intentado. Pero aún no lo he conseguido. Me he quedado en la entrada por mis imperfecciones.
    Jesús dentro... y yo fuera.
    Me he quedado en la puerta, no por mis defectos sino por la imperfección de no avanzar, de no abrir la puerta.

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  5. Andrés: Ante la homilía que hoy nos has regalado, me quedo sin palabras; Dios por tus labios me anima y anima a muchas personas a ser coherentes con nuestra vida, y con nuestra vocación. Ante mi fragilidad y mi falta de generosidad algunas veces siento por tu medio lo humano y comprensivo que es Jesús. “Si algún día fallamos, no pasa nada. Al día siguiente comenzamos de nuevo”.
    Señor Jesús danos a todos tus hijos la gracia de vivir una cuaresma “conscientes y coherentes” del gran amor que nos tienes, por nosotros moriste en una cruz, recibe como de un hijo pequeño nuestros insignificantes sacrificios pero que quieren ser medulares para que nuestra vida cambie, para que nos dejemos “Empujar por tu Espíritu” y así Resucitemos contigo a una vida nueva.
    Andrés gracias por tus ayudas tan sencillas, humanas y espirituales. Para todos los de la comunidad de las once y los del blog os deseo una cuaresma vivida como un regalo de Dios que nos ayuda a vivir Resucitados

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  6. Realmente nuestra vida es un continuo Desierto salpicado por las tentaciones de Satanás, las alimañas y los ángeles…incluso cada día que vivimos, ¿no tiene, acaso, estos elementos en tantas ocasiones? Ese vivir cada día entre la tentación de Satanás y la Gracia de Dios que me trae la victoria; entre mi debilidad y pecado y Su Misericordia que siempre me acompaña y sostiene, me muestran cómo sin Él nada soy y nada puedo; por eso encuentro sentido a mi vida en esas palabras del sacerdote que da su testimonio desde el campo de concentración: "Sólo podemos reconocer y amar a Dios si Dios nos toma y nos arranca de nuestro egoísmo […] Entonces viviremos en la verdad y el amor de Dios llegará a convertirse en el corazón viviente del mundo”.
    Me gustan esos elementos que deben formar parte de nuestros buenos propósitos, porque en ocasiones al no cumplirlos nos desanimamos…Me quedo con el último de ellos, que me da gozo y paz: Ha de ser don y gracia de Dios. Y como todo Don lleva consigo una Tarea – por mi parte-, me anima a fortalecer mi voluntad sabiendo que no estoy sola, que el Señor ha dado el primer paso con Su Don y Su Gracia.
    Encuentro práctico e importante también recordar que "Si un día fallamos, no pasa nada. Al día siguiente comenzamos de nuevo."
    Pero es el Desierto vivido en el Silencio/Soledad el que mejor nos asemeja al vivido por Jesús y donde sintiendo mas nuestra debilidad y limitación, también la fuerza de Dios actua de forma especial en nosotros bien como luz, bien como fortaleza, lágrimas (por nuestros pecados)o gozo por percibir Su ternura y presencia. Por eso, bien en Cuaresma, como tiempo propio, o en cuando lo permiten mi situación, me hace tanto bien el poder retirarme al Desierto, aunque sólo sea por un día.Silenciarme, Escuchar, Percibir, Estar..
    Pienso que cuando Él me da la ocasión de tener estos cortos retiros es porque los desea para mi y porque los necesito para mi vida con Él.
    ¡Santa Semana amigos!

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