miércoles, 22 de mayo de 2019

Domingo VI de Pascua (C)


26-5-2019                              DOMINGO VI DE PASCUA (C)

Homilía en vídeo
Homilía de audio.
Queridos hermanos:
            - Hace años un turista fue a visitar en un país lejano a un hombre famoso por su santidad de vida y por su sabiduría. Al turista le sorprendió mucho que la casa de aquel hombre fuera solo una habitación, limpia y ordenada, y que únicamente contenía un catre, una mesa, dos sillas y unos libros.
‘¿Rabino’, le preguntó el turista, ‘dónde están los muebles?’ El sabio le contestó con la siguiente pregunta: ‘¿Y dónde están los suyos?’
‘¿Mis muebles? Yo solo soy un turista; estoy aquí de paso’. Y entonces a su vez el sabio le contestó: ‘Yo también estoy de paso’.
El sábado pasado celebré la Misa de san Isidro en la parroquia de Campos y Salave. Una de las ideas que prediqué en la homilía fue la siguiente: Os voy a contar un secreto, y es que sufre lo mismo el hombre que tiene fe que el que no la tiene, padece un cáncer el hombre creyente y el ateo, pierde el trabajo el hombre creyente y el ateo, fracasa en su matrimonio, con sus hijos… el hombre que tiene fe y el que no la tiene, no aprueban las oposiciones lo mismo los hijos y nietos de los que tienen fe que los familiares de los que no la tienen. Nadie puede tener o buscar la fe para que no le venga algo malo en la vida. Cuando terminó la Misa, vino a la sacristía un hombre que no es de esta parroquia ni del concejo, y me decía que con mis palabras tenía para una semana de reflexión. Asimismo me contaba este hombre el caso de una sobrina suya de 52 años, a la que acababa de enterrar, y que dejaba marido y una hija. Y el marido le preguntaba a este hombre que cómo Dios hacía estas cosas.
Sí, para entender todo esto que acabo de decir hemos de verlo desde la perspectiva del hombre sabio del principio: Estamos de paso, debemos considerarnos como turistas que hemos de llevar a cuestas lo imprescindible y, sobre todo, hemos de saber que en cualquier momento podemos ser llevados de este mundo. Hace pocos días moría un sacerdote en Gijón con 62 años. Era compañero de curso del obispo de Astorga. Este habló esa misma mañana del fallecimiento con la familia del sacerdote difunto y les dijo que al día siguiente los vería en persona y asistiría al funeral en Gijón. No pudo ser…, porque a las 17 horas de ese mismo día moría el obispo de un infarto. Sí, estamos de paso.
Las personas del mundo oriental ven la muerte como algo natural. Siempre la tienen presente. Sin embargo, las personas de nuestro mundo occidental vemos la muerte como una desgracia tremenda. Por ello, a nosotros nos cuesta morir, nos cuesta dejar este mundo, y echamos sapos y culebras contra ese Dios que permite o fabrica la muerte de niños, de padres, de personas inocentes. Ante la muerte, nos quejamos y protestamos, pues en realidad no creemos que haya otro mundo después de este. Por eso absolutizamos la vida, la salud, la juventud, la fuerza, el pasarlo bien, el tener cosas. Como consecuencia de todo esto somos codiciosos (queremos tener siempre más y más); estamos llenos de miedos a que nos quiten las cosas, a caer en la enfermedad, a morir; dudamos de Dios o directamente vivimos de espaldas a Él.
- El domingo pasado os decía que Jesús había comenzado en el evangelio de entonces a despedirse de sus discípulos. Hoy Jesús sigue con sus palabras de despedida. Jesús también estaba de paso y ahora está de mudanzas. Cumplida su misión deja la casa de la tierra y se muda a la casa del cielo, a la derecha del Padre.
Dice Jesús en el evangelio de hoy: “El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él”. Hoy el Señor te da la oportunidad, una vez más, de decorar tu casa, tu morada, tu corazón con los muebles que desees:
+ Puedes ir a IKEA y coger muebles baratos y funcionales. Amuebla tu vivienda por poco dinero.
+ Puedes ir a otra mueblería de más postín y coger muebles de madera buena y no de conglomerado. Puedes coger muebles baratos que te duren un tiempo o puedes elegir muebles mejores que te duren para siempre.
+ O también puedes amueblar tu casa y tu corazón de Dios y de sus Palabras. Dios siempre fue nómada, compañero de camino de su pueblo. Dios sigue viajando en busca de una morada en el corazón de los hombres.
Conclusiones que podemos sacar en el día de hoy:
1) Nosotros, los hombres, nos instalamos y nos acomodamos tan profundamente, que ya no queremos movernos; ni siquiera la promesa del cielo y la tierra nueva nos interesan. Este es un peligro muy real y que nos afecta a todos en nuestro mundo occidental.
2) Nuestra fe en Jesucristo resucitado no nos hace ilusos; sí nos hace hombres esperanzados. No nos quita la ansiedad ante la mudanza final, pero sí nos da valor para ese tránsito final. No elimina las turbulencias que sufrimos en este mundo cambiante, pero sí nos da la paz. “La paz os dejo, mi paz os doy. No os la doy como la del mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde”.
3) Si Dios ocupa realmente nuestro corazón, si Dios hace morada en nosotros, si nuestros muebles son las Palabras de Dios y no las cosas materiales, entonces sabremos de verdad que estamos de paso y no sentiremos tanto nuestra partida de este mundo ni la de los que nos rodean. Es mucho mejor el otro mundo que este. En el otro mundo ya no estaremos de paso, porque es la meta final de toda la humanidad y de cada hombre en particular.
¡Que el miedo y la cobardía huyan de nosotros!
¡Que la paz de Jesús, no la del mundo, llene completamente nuestro ser!

1 comentario:

  1. Esta homilía me ha hecho pensar las cosas de modo diferente, cómo lo importante no es tener, acumular, atesorar muebles, bienes,...Lo verdaderamente importante es escuchar y CREER la palabra de Dios, fiarnos de Él, y no dudar sobre la vida que hay después de la muerte, que tanto nos cuesta aceptar. Quizás porque esa verdad, es tan grande y maravillosa que nos parece increíble, y nos resistimos a creer ciegamente en su existencia.
    Ojalá la Paz del Señor venga a nosotros y sepamos atesorar buenas obras y vivir con la alegría de la fe, sabiendo que aquí sólo estamos de paso, y que nuestra meta es la Vida eterna.
    Gracias por su maravillosa homilía.

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