jueves, 29 de mayo de 2014

Domingo de la Ascensión del Señor (A)



1-6-14                     DOMINGO DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR (A)

Homilía de audio en MP3
Queridos hermanos:
            ¿Alguna vez en la vida os habéis sentido solos? ¿Alguna vez habéis experimentado la soledad? Esa SOLEDAD que habéis vivido en vuestra vida en algunas ocasiones, ¿fue buscada o impuesta por las circunstancias o por las personas?
            - La definición más común de soledad es la de carencia de compañía y que se tiende a vincularla con estados de tristeza, desamor y negatividad. También es cierto que una soledad ocasional y deseada puede conllevar muchos beneficios.
            Se distingue varios tipos de soledad: a) la emocional, o ausencia de una relación intensa con otra persona que nos produzca satisfacción y seguridad. b) La social, que supone la no pertenencia a un grupo que ayude al individuo a compartir intereses y preocupaciones. Esta soledad está muy relacionada con la pérdida de relaciones con un conjunto de personas significativas en la vida del individuo y con las que se interactúa de forma regular. c) La soledad deseada y buscada por el individuo. Por ejemplo, los monjes la ven como una forma de iluminación espiritual. También abundan los filósofos que, además de recomendar llevar una vida tranquila y solitaria, ven la soledad como una forma de alcanzar la excelencia; así, Arthur Schopenhauer, sostenía que “la soledad es la suerte de todos los espíritus excelentes”. Igualmente Francis Beaumont decía: “El que vive retirado dentro de su inteligencia y espíritu, vive en el paraíso”. O Jean de La Bruyère aseveraba: “Todo nuestro mal proviene de no poder estar solos”. Y otra idea, ésta de María Zambrano: “Sólo en soledad se siente la sed de verdad”. También hay psicólogos y psiquiatras que recomiendan aprovechar y disfrutar de los ratos de soledad. Ello, porque la soledad “nos permite descubrirnos y darnos cuenta de quiénes somos y qué queremos”.
            Podemos sentirnos solos ante la ausencia de un ser querido. Cuando (por separación en la pareja, fallecimiento de un ser querido u otra causa) desaparece de nuestra vida alguien a quien hemos amado o que ocupaba un espacio importante en nuestra vida diaria, nos invade una particular sensación de soledad, un vacío que nos sume en la tristeza y la desesperanza. Nos vemos perdidos y sin referencias en las que antes nos apoyábamos para afrontar la vida. Somos seres sociales que necesitamos de los demás para hacernos a nosotros mismos. Y no sólo para cubrir nuestras necesidades de afecto y desarrollo personal, sino también para afianzar y revalidar nuestra autoestima, ya que ésta se genera cada día en la interrelación con las personas que nos rodean.
            Existe también una soledad social, es decir, la de quien apenas habla más que con su familia, sus compañeros de trabajo y sus vecinos es una soledad muy común en este mundo nuestro. Nos sentimos incapaces de contactar con un mínimo de confianza con quienes nos rodean, tenemos miedo de lo que nos hagan o de que nos rechacen. Plantamos un muro a nuestro alrededor, nos encerramos en nuestra pequeña célula (en ocasiones, incluso unipersonal) y vivimos el vacío que nosotros mismos creamos y que justificamos con planteamientos como “no me entienden”, “la gente sólo quiere hacerte daño”, “para lo único que les interesas es para sacarte algo”, “cada vez que confías en alguien, te llevas una puñalada”. Si la soledad es deseada, nada hay que objetar, aunque la situación entraña peligro: el ser humano es social por naturaleza y una red de amigos con la que compartir aficiones, preocupaciones y anhelos es un cimiento difícilmente sustituible para asentar una vida feliz. Esa soledad no deseada puede convertirse en angustia, si bien algunos se acostumbran a vivir solos. Se revestirá esta actitud de una apariencia de fortaleza, autosuficiencia, agresividad o timidez. Y todo, para esconder la inseguridad y el miedo a que no se nos quiera o no se nos respete. Hay también otras soledades indeseadas, como esas a las que se ven abocadas personas mayores, amas de casa, o quienes sufren ciertas enfermedades, incapacidades físicas o psicológicas o imperfecciones estéticas. Para iluminar este apartado, os reseñaré algunas frases: “Si eres orgulloso conviene que ames la soledad: los orgullosos siempre se quedan solos” (Amado Nervo). “No hay soledad más triste y afligida que la de un hombre sin amigos, sin los cuales el mundo es desierto; el que es incapaz de amistad, más tiene de bestia que de hombre” (Francis Bacon). “Un hombre solo siempre está en mala compañía” (Paul Valéry). “No es difícil llorar en soledad, pero es casi imposible reír solo” (Dulce María Loynaz).
            - Algunos de vosotros podéis preguntaros por qué hablo de la soledad en un día como hoy: festividad de la Ascensión de Jesús a los cielos. Pues ha sido un trozo de la primera lectura quien me dio la idea. Dice así: “Dicho esto, lo vieron levantarse, hasta que una nube se lo quitó de la vista. Mientras miraban fijos al cielo, viéndole irse, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: ‘Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que os ha dejado para subir al cielo volverá como le habéis visto marcharse’”.
            Sí, al leer este texto, pensé en la tremenda soledad con la que se quedarían los discípulos de Jesús. Un vacío grandísimo de una persona que había sido su centro, su razón de existir, su fe y su sentido de la vida. Primero se lo habían quitado con la crucifixión. Luego lo recuperaron con la resurrección y lo tuvieron consigo durante 40 días, pero, ahora, en este día de la Ascensión, Jesús se les va de nuevo y les deja huérfanos. Quien ha experimentado una soledad profunda[1], entenderá un poco o un mucho la soledad que sintieron esos discípulos de Jesús junto con María, la Madre de Jesús.
            Contra esta soledad, Jesús les (nos) da dos remedios: 1) En el evangelio les dice y nos dice: “Sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. Sí, Jesús está siempre con nosotros. Aprendamos a sentirlo a través de la fe. 2) También les (nos) promete al Espíritu Santo: “Dentro de pocos días vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo […] Cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros, recibiréis fuerza para ser mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los confines del mundo”. Del Espíritu Santo os hablaré en las homilías de los domingos siguientes: el 8 y el 15 de junio.
            - Otras frases sobre la soledad: “La soledad es el precio de la libertad” (Carmen Díez de Ribera). “Sin un corazón lleno de amor y sin unas manos generosas, es imposible curar a un hombre enfermo de soledad” (Teresa de Calcuta). “Quizá la mayor equivocación acerca de la soledad es que cada cual va por el mundo creyendo ser el único que la padece” (Jeanne Marie Laskas). “No hay mayor pobreza que la soledad” (Madre Teresa de Calcuta).

[1] Quien ha perdido un ser querido por fallecimiento, quien se ha separado y le han apartado a sus hijos de su lado, quien ha tenido que irse lejos de su ciudad, de su nación a trabajar, quien, como una niña familiar mía, es acosada en el colegio y no sale al recreo para que no la insulten ni la peguen, y tenga que cambiar de colegio para huir de esas agresiones, quien no se sienta amado o no se sienta capaz de entablar relaciones con otras personas, quien…

9 comentarios:

  1. Porque anochece ya, porque es tarde, Dios mío; porque temo perder las huellas del camino, no me dejes tan solo y quédate conmigo.
    Porque he sido rebelde y he buscado el peligro, y escudriñé curioso las cumbres y el abismo; perdóname, Señor, y quédate conmigo.
    Porque ardo en sed de ti, y en hambre de tu trigo; ven, siéntate a mi mesa, bendice el pan y el vino. ¡Qué aprisa cae la tarde! ¡Quédate al fin conmigo!
    (Himno de Vísperas)

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  2. Buenas tardes .... Hablando de soledad .... ! Todo un tema ...En la soledad y el silencio es cdo escuchas lo que dice tu alma !......eso es lo que siento ...la peor soledad que un hombre puede tener es la falta de Fe dentro de su corazón pues la falta de Dios causa la más tremenda soledad de espíritu ! Y recuerdo la frase de Santa Teresa Quien. dios tiene nada le falta ....

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  3. Hermosísimo texto Don Andrés.

    Me ha encantado tb su homilía de la amistad. Se la he regalado a la gente que quiero vía guachup. (La palabra inglesa es larguísima ;)

    El cura maravillas ¿sólo? Está revolucionando la manera de evangelizar.... y que bonito que en la soledad y descanso después de un día de trabajo, en tu hogar y tu rincón, y sin salir de casa...vivir la palabra de Dios tan activamente! enhorabuena de nuevo!

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  4. La Soledad. Es un tema de gran actualidad, que le agradecemos que haya tocado D. Andrés. Vivimos en el siglo de las Comunicaciones y tenemos tanta soledad personal, familiar y social; también espiritualmente. Es un mal de nuestra sociedad que ocasiona mucho dolor. Es buena la frase de la M. Teresa de Calcuta desde su experiencia en socorrer a los pobres:"No hay mayor pobreza que la soledad". Es un problema que se da incluso en medio de las familias y no debería ocurrir el que un anciano o un joven o una ama de casa se sientan solos por no ser valorados o apreciados como son. Y creo que ocurre mucho.
    Mi mayor compasión es hacia estas personas que sufren soledad y no tienen fe, pues les falta tener a quien agarrarse.
    Es una buena homilía, real y actual. Gracias, sabe usted dar en el clavo y plantearnos la fe desde la vida misma.

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  5. Siempre imaginé a María en silencio y en soledad. "Ese Silencio y Soledad sonoras..como son las cosas de Dios" porque ambos son requeridos para hallarle a El, para escucharle en el fondo del alma. La Virgen,no duda en llevarnos a ese Jesús, Palabra de Dios, hecha carne en sus entrañas.
    Bonita fiesta la de María en su Visitación.
    ¡qué pena no tener hoy sábado una corta homilía sobre ella!
    HIMNO
    Y salta el pequeño Juan
    en el seno de Isabel.
    Duerme en el tuyo Jesús.
    Todos se salvan por él.

    Cuando el ángel se alejó,
    María salió al camino.
    Dios ya estaba entre los hombres.
    ¿Cómo tenerle escondido?

    Ya la semilla de Dios
    crecía en su blando seno.
    Y un apóstol no es apóstol
    si no es también mensajero.

    Llevaba a Dios en su entraña
    como una preeucaristía.
    ¡Ah, qué procesión del Corpus
    la que se inició aquel día!

    Y, al saludar a su prima,
    Juan en el seno saltó.
    Que Jesús tenía prisa
    de empezar su salvación.

    Desde entonces, quien te mira
    siente el corazón saltar.
    Sigue salvando, Señor,
    a quien te logre encontrar. Amén

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  6. "ANDRES ES ANDRES". LOS HABITANTES DE TAPIA DE CASATIEGO TIENEN QUE SENTIRSE ALEGRES POR TENER UN CURA CURA, QUE LES DICE LA PALABLA DE DIOS DE FORMA QUE LA ENTIENDAN TODOS. MUCHAS MISAS CON PRIMERAS COMUNIONES HE SIDO INVITADO, PERO COMO LA DE HOY NINGUNA. "ENHORABUENA"

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  7. Francamente interesante esta homilía del día de la Ascensión del Señor.
    Hablar de soledad no es fácil, ya que como muy bien dices, hay muchas clases de soledad. En la que sin duda en ocasiones nos hemos encontrado todos.
    En mi vida, porque el Señor lo ha dispuesto así, he experimentado muchos tipos de soledad, desde la ausencia de un padre a edad temprana, porque el Señor le llamó a su lado, pasando por la traición, el desamor, la partida de mis hijas para formar su propia familia, y también la marcha a la casa del Padre, de mi esposo y de mi madre.
    Todas ellas han dejado un gran vacío en mi alma, una herida que, aún hoy, tantas veces duele y sangra haciéndomelos presentes.
    ¿Habéis experimentado alguna vez la soledad en compañía? Estar rodeado de personas, incluso cercanas, y sentirte totalmente sola? ser una especie de "muñeca" a la que han colocado en un lugar, y se siente simplemente, un adorno, un bulto, pero nada necesario ni importante para nadie? os puedo asegurar que es muy duro.
    No quiero alargarme demasiado en este comentario, así que dejaré de lado el hablar de mas soledades.
    Hoy quiero dar gracias a Dios y bendecirle, porque he visto a lo largo de mi vida que, no me ha faltado un Padre, ni he carecido de amor, ni nunca he estado sola ni abandonada, El, ha suplido con creces todas estas carencias, siempre ha estado ahí, siempre me ha amado, incluso en mis infidelidades hacia El; ha sabido llenarme de amor profundo. Quiere esto decir que, todo esto lo he vivido sin sufrimientos? nada mas lejos de la verdad!, he sufrido y sufro mucho, pero siento que un hombro potente, se une al mío para llevar esta cruz tan pesada, en ocasiones. Gracias Señor.
    Quiero darle gracias también por la familia que me dio, mis hijas y mis nietos, que mucho se cuidan de que no me sienta sola; ¡Que Dios los bendiga, y bendiga sus hogares!
    También por las personas concretas que, con su cercanía y su cariño, han sabido hacerme mas dulce la vida de cada día.
    ¡Que bien entiendo a los apóstoles en el momento de la Ascensión!
    Que el Señor nos conceda a todos, esperar con alegría y espectación, a ese Espíritu Santo prometido; que El nos ayude a entender nuestra historia de salvación, y nos conceda la fuerza necesaria, para seguir cada día unidos a la Vid verdadera que da vida a los sarmientos.
    Gracias, muchas gracias a todos, y que el Señor os bendiga.
    BENDITO SEA DIOS

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  8. Nos habla Chony de esa dolorosa "soledad en compañía", pues la sientes aun rodeada de personas. Me parece que es muy corriente sentirla hoy día por la forma de vivir tan agitada a la que nos fuerza nuestra sociedad y el mundo de alrededor. Muchas personas del entorno incluso a su manera te aprecian o acompañan pero no nos llenan pues deseamos una profundidad que esos encuentros no saben aportarnos.
    Y siempre acabamos volviendo a la experiencia de encuentro vivida con el Señor, pues Él es el único que nos llena, nos sigue eligiendo día a día y nos ama como somos y en profundidad, con un amor bello y nuevo. Y desde ese encuentro con Él nos volvemos al Grupo o Comunidad eclesial en la que estemos, donde al menos hablamos una misma lengua, pues sin ese compartir la vida, la soledad se haría insoportable en muchos momentos.
    Agradezco a Dios la fe nuevamente, siempre estoy haciéndolo...y uno mi oración a cuántos sufren por esa soledad que duele, por tan distintas razones como pueden existir.
    Hay un texto de la M. Teresa de Calcuta, ORACION PARA APRENDER A AMAR, que va en esta línea y resulta muy consolador. Cuando la encuentre la envío al Blog.
    Buena semana para todos en buena compañía o en mejor soledad.

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  9. ¡Encontrada!
    También la SOLEDAD tiene su lugar en esta oración:Cuando me duela mucho mi soledad, dame alguien que necesite mi compañía, mi ternura, mi palabra.

    ORACION PARA APRENDER A AMAR
    Señor, cuando tenga hambre, dame alguien que necesite comida;
    Cuando tenga sed, dame alguien que precise agua;
    Cuando sienta frío, dame alguien que necesite calor.
    Cuando sufra, dame alguien que necesita consuelo;
    Cuando mi cruz parezca pesada, déjame compartir la cruz del otro;
    Cuando me vea pobre, pon a mi lado algún necesitado.
    Cuando no tenga tiempo, dame alguien que precise de mis minutos;
    Cuando sufra humillación, dame ocasión para elogiar a alguien;
    Cuando esté desanimado, dame alguien para darle nuevos ánimos.
    Cuando quiera que los otros me comprendan, dame alguien que necesite de mi comprensión;
    Cuando sienta necesidad de que cuiden de mí, dame alguien a quien pueda atender;
    Cuando piense en mí mismo, vuelve mi atención hacia otra persona.
    Haznos dignos, Señor, de servir a nuestros hermanos;
    Dales, a través de nuestras manos, no sólo el pan de cada día, también nuestro amor misericordioso, imagen del tuyo.

    -Madre Teresa de Calcuta M.C.

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