jueves, 25 de octubre de 2012

Domingo XXX del Tiempo Ordinario (B)



28-10-2012                 DOMINGO XXX TIEMPO ORDINARIO (B)
Homilía de audio en MP3
Queridos hermanos:
            En la homilía de hoy quisiera hablaros sobre el precioso salmo que acabamos de escuchar: el salmo 125.
            A) En primer lugar hemos de situar históricamente la composición de este salmo: Nabucodonosor había arrasado Jerusalén y se había llevado cautivos a Babilonia a casi todos los judíos. En esta ciudad habían sufrido mucho los desterrados y se acordaban constantemente de su país ansiando regresar. Lo ansiaban, como la mujer que os contaba el otro día suspira por la vuelta del marido, que la ha dejado "tirada" en la casa; lo ansiaban, como el enfermo que busca la salud perdida; lo ansiaban, como los emigrantes en países extraños que desean volver a sus hogares... Pero pasaban los años, algunos iban muriéndose y tenían que ser enterrados en tierra extranjera y la vuelta "a casa" cada vez estaba más lejos. Mas, de repente, un día el nuevo rey persa les permite volver a Jerusalén. Rápidamente los judíos empaquetan sus cosas, cogen a su familia y retornan a Israel. Y es en esta situación cuando el pueblo de Israel experimentó una parte de este salmo 125: "Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos parecía soñar: la boca se nos llenaba de risas, la lengua de cantares. Hasta los gentiles decían: «El Señor ha estado grande con ellos». El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres".
            Sí, los judíos cantaban y reían porque regresaban a sus casas, a sus ciudades y a su tierra. Sí, los judíos cantaban y reían, y las gentes que los veían pasar, al conocer su historia, se alegraban por ellos y reconocían que el Dios de los judíos les estaba ayudando muchísimo. Sí, los judíos decían y cantaban: "El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres".
            Sin embargo, no todo fue alegría: 1) Al llegar a su tierra, a sus pueblos y ciudades, a su tierra... toda sus antiguas pertenencias estaban ocupadas por otras personas: algunos eran judíos, que Nabucodonosor no había llevado desterrados, y otros eran gentes extranjeras traídas por ese rey y que habian ocupado aquellas casas y aquellas tierras. Fuera como fuera, ni unos ni otros estaban dispuestos a devolver a aquellos que llegaban lo que les había pertenecido hacía ya unos 80 años. NO. Sólo unos pocos de los recién llegados recuperaron sus pertenencias. Los demás tuvieron que adaptarse a la nueva situación: malvivir, construir nuevas casas, que eran peores que las que les habían "robado" aquellos advenedizos, y luchar para salir adelante.
            2) Por otra parte, los recién llegados se encontraron con el hecho de que los extranjeros y los judíos que ocupaban sus tierras, sus casas y sus ciudades creían en otros dioses o seguían creyendo en Dios (Yahvé), pero a su modo. Esto también les hacía sufrir bastante.
            3) Y muchos de los que volvieron empezaron a quejarse interior y exteriormente de su situación y a echar la culpa a Dios (Yahvé); empezaron a pensar que quizás no había sido tan buena idea el regresar a Israel, que quizás hubiera sido mejor quedarse en Babilonia, como sí habían hecho unos pocos de los judíos desterrados. Ahora aquéllos estarían mejor y ellos se encontraban allí pasando penalidades sin fin.
            Y es entonces cuando uno de los judíos que había regresado de Babilonia, habiendo sido inspirado por Dios, compone este bello salmo. Este salmista les recuerda cómo se alegraron, cómo cantaron, cómo se rieron al saber que volvían a Israel y cómo estuvieron así durante todo el viaje de vuelta. El salmista les quiere dar, de parte de Yahvé, ESPERANZA. Ahora lloran, pero reirán: "Los que sembraban con lágrimas cosechan entre cantares. Al ir, iba llorando, llevando la semilla; al volver, vuelve cantando, trayendo sus gavillas". Sí, ahora lloran porque no tienen nada. ¿Nada? Tienen las semillas de fe y de Dios; tienen las semillas de trigo y de uvas y de aceitunas...; tienen las semillas de sus habilidades como trabajadores... ¡Tienen tantas semillas en sus manos! El salmista les dice de parte de Yahvé que las siembren y entonces, y sólo entonces, es semillas darán frutos. Y en ese momento podrán cantar: "Al ir, iba llorando, llevando la semilla; al volver, vuelve cantando, trayendo sus gavillas". Y así sucedió con el tiempo.
            B) Ahora vamos a aplicar este salmo 125 a todos nosotros. Cada uno de nosotros conoce su propia situación de dolores y de preocupaciones: en tantas ocasiones nos sentimos como desterrados y no aceptamos nuestra historia personal (familia, trabajo, carácter, vivienda, enfermedad, la edad que tenemos...); en tantas ocasiones sentimos cómo hemos sido tratados injustamente o nos han robado lo que es nuestro (la herencia, un puesto de trabajo mejor, la fama...); en tantas ocasiones pensamos y/o experimentamos que Dios no nos ha tratado bien; en tantas ocasiones nos podemos sentir reflejados en estos judíos a los que antes aludí. Tengamos ESPERANZA. Todo cambiará. Tenemos nuestras lágrimas y semillas de Dios en nuestras manos: "Al ir, iba llorando, llevando la semilla..." En un primer momento pensamos que estamos viviendo una auténtica desgracia, pero, vivida desde la experiencia de Dios y una vez superada, nos damos cuenta que el fruto, la ganancia, la madurez y la fe conseguidas superan con mucho a todo el mal que hemos pasado. Y entonces reconocemos que ha sido Dios quien nos ha acompañado en todo momento y, por eso, seguimos cantando: “El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres”.

7 comentarios:

  1. Buen dia hermanos ¡¡¡ Buen dia Andres ..
    Creo profundamente que El Señor no ns da mas carga de la que sabe podemos llevar .... no es fscil ante una situcion dificil de pensar en ello ..hay que dejar que corra un poco en agua ..detenernos a pensar y lo comprenderemos .. no digo que sea facil pero confaindo en El ... y sintiendonos sostenidos de su mano todo es sera mas facil ... de soportar y enfrentar .
    "".Al ir, iba llorando,
    llevando la semilla;
    al volver, vuelve cantando,
    trayendo sus gavillas""
    como dice en Salmo

    Tengan un lindo fin de semana con paz en el corazon ¡

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  2. El mensaje de la homilía de hoy me llegó en el momento justo, es curioso, Dios siempre nos sorprende con su Palabra. Nos dices Andrés; “que quisieras hablaros sobre el precioso salmo 125”: Este es un salmo como otros muchos, hasta hoy, al leerlo no me decía gran cosa, no sabía aplicarlo a mi vida. El conocer lo que le movió al salmista a escribirlo uno se implica en él y al meditarlo va haciendo suya cada palabra, nos va invadiendo y llenando de gozo y cada vez se les va tomando más gusto.

    Toda la homilía me gustó pero en especial el apartado B), la última parte, sí, EL SEÑOR HA ESTADO GRANDE CON NOSOTROS, Y ESTAMOS ALEGRES. Muchas gracias Andrés por ayudarnos a ver con más claridad la Palabra de Dios, y de esa manera ir llevándola a la vida.

    Hoy quisiera tener un recuerdo para el ciego Bartimeo; el relato nos invita a seguir su ejemplo y encontrarnos con Jesús de todas las maneras posibles, de suerte que también nosotros podamos experimentar con Jesús la Luz verdadera y la fuente de nuestra fuerza, mientras seguimos en su camino.

    Señor, hoy te acercas a mi como Luz. Te has hecho el encontradizo para decirme ¡Ánimo! ¿Que necesitas?
    No te veo, llevo mucha tierra en los ojos, pero siento tus pasos.
    Te agradezco que seas Tú el que se me acerque. Me da miedo seguir caminando, tropezar, por eso estoy sentado al borde del camino.

    Te lo pido, Jesús, no te alejes, óyeme. Yo también estoy ciega... Llevo tierra en los ojos, ¡No te veo! Muchas cosas me impiden mirarte. Gracias, porque mi petición es importante para ti y te detienes a escucharme.

    Gracias porque al acercarte a mí, me permites ponerme a tu lado. Ya no tengo miedo a tropezar. ¡Tú eres mí seguridad! Quiero aprovecharme de todas mis faltas, para conocer lo poco que soy. Quiero que mi pecado me ayude a ver tu misericordia infinita. Eres Tú mismo el que me abre los ojos, el que me cura mí ceguera y me hace descubrir el don de la LUZ. Jesús, yo también, como Bartimeo, quiero seguirte por el camino.
    Un abrazo y os deseo que tengáis una buena semana.

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  3. Hola Andrès: He recibido tu homilia del Domingo XXX y queria decirte que me encantò tu explicaciòn sobre la composiciòn del salmo 125; es la manera de que los salmos nos digan algo, ya que todos tendràn su "historia".
    ¿Seria posible que de vez en cuando la homilia fuese por este lado?
    Te dirè que la imprimi y se la pasè a una monja que el
    pròximo lunes va a recibir la tercera sesiòn de quimio, que significa estar aislada durante un mes (tiene leucemia). El otro dìa fui a visitarla al colegio me decia la paz que sentìa, la alegria interior y exterior con la que vivia, lo grande que
    era la oraciòn, y cómo se sintiò reconfortada sintiendo esa
    "corriente" orante.
    Por todo eso, me pareciò que este salmo le venia como anillo al dedo.

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  4. Hola Andrés:
    Leo su homilía desde Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.
    Iré mañana a pasar el díaal Plan 3000, el barrio empobrecido en que malviven 350.000 habitan llegados de Tierras Altas. El barrio en que trabaja Nicolás Castellanos con todos los voluntarios de Hombres Nuevos.
    Desde aquí la palabra, el salmo 125, suena y sabe distinta: a ver cuando cambia la suerte de tanta gente que vive sumida en la pobreza.
    De nuevo gracias por su envío.

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  5. Tras conocer la historia en que se desarrolla el salmo, que fácil es escucharlo como voz de Dios que nos habla hoy, en nuestros dias.De no tener ese conocimiento para poder profundizarlo, me hubiera quedado con ese bonito estribillo que hoy rezábamos en Misa:
    "El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres", sin darle mas vueltas. ¡Que no es poco!! Porque Sí, es grande el Señor, y Sí, está con nosotros aunque a veces no le sintamos.
    Pero, sí es cierto que orándo este salmo, parece que la Esperanza ha crecido un poco..cuando contemplamos nuestras vidas con gran cantidad de sombras, que parece que a veces no nos permiten ver la luz.
    Es tiempo de sembrar,- siempre la siembra está en nuestro presente, - aquello que un día deseo recoger - lo vea o no lo vea crecido- esto llena mi presente.El poner al servicio de los demás cuánto Dios me ha dado,me hace sentir que colaboro sembrando en otros lo que Él desea a través mio y me da alegría. Siempre es momento de siembra, para un futuro...y siempre lo es también para elevar el corazón desde ese bonita verso: "El Señor está grande con nosotros y estamos alegres", porque a pesar de las dificultades de la siembra Él siempre se hace presente de alguna forma. Y, si toca recoger fruto,-que quizás otros han sembrado- pues ¡Bendito sea! y nuevamente entonamos cómo ¡Él Señor ha estado grande con nosotros y seguimos alegres!

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  6. El salmo 125, no cuenta sólo la historia de los judíos, sino que cuenta también la historia de cada uno de nosotros.
    Estos días, reflexionando sobre mi vida, he recordado muchos momentos de dolor, de tristeza, de dificultades, que no entendí cuando ocurrieron, pero que pasados los años, tienen otros significados. Algunas tristezas, con el tiempo se convirtieron en alegrías, otras simplemente sirvieron para forjar mi carácter.
    Todavía me queda mucho dolor que no entiendo, y que quizá no entienda nunca, pero estoy contenta, porque sé y he comprobado que el Señor a lo largo de mi vida me ha acompañado y guiado, me ha ayudado siempre, y me ha dado más alegrías que tristezas.
    Por eso, yo también digo: "Gritad de alegría, regocijaos, proclamad, alabad y decid: el Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres".
    Un abrazo.

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  7. Gracias D. Andrés por hablarnos de ese Salmo 125 de forma tan diferente. Su explicación, ha dado respuesta a muchas situaciones de mi vida. Siempre he creído que el Señor me guió por sendas difíciles y sentí su protección en momentos duros de mi camino, ahora tengo muy claro que... " El ha estado grande conmigo".

    Aunque es una extrapolación personal, pienso que nuestra Comunidad de las 11, estaba triste y rota por el cambio tan brusco que sufrimos, hoy estoy segura de que ha sido para bien de todos y de D. Andrés de forma especial. Estamos unidos, felices de ver como nuestro Pater lo está, y me atrevo a decir que entre los miembros de la Comunidad se han establecido nuevos vínculos afectivos, que son compartidos con los parroquianos de La Peña. En fin, estamos en tiempos de siembra, personalmente, tengo una gran esperanza en que todos estos acontecimientos que vivimos, nos traerán paz y serán unos catalizadores magníficos de nuestra fe. El Señor ha estado grande con nosotros.

    Un fuerte abrazo para D. Andrés, para los hermanos del blog, la Comunidad de las 11 y los feligreses de La Peña.
    Feliz y Santa semana para todos.
    Aloya.

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