3-5-20 DOMINGO IV DE PASCUA (A)
En
el día de hoy coinciden dos celebraciones: por una parte, hoy es el día del
Buen Pastor y, por otra, hoy es la Jornada Mundial de oración por las
vocaciones.
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Sí, hoy es el día del Buen Pastor.
¿Quién es el Buen Pastor? Pues está clarísimo: para nosotros el Buen Pastor es
Jesús. Los obispos, los sacerdotes, los diáconos, los religiosos, los
catequistas, los padres de familia… somos la encarnación en la tierra del único
Buen Pastor: de Jesús. Dios Padre ha puesto en nuestras manos a sus hijos (las
ovejas). A unos les ha puesto en sus manos los fieles de una diócesis, a otros
los de unas parroquias, a otros los de unos colegios o asilos de ancianos, a
otros los niños o jóvenes de primera comunión o confirmación, a otros los hijos
que han engendrado con su amor… Pero
estos hijos, estas ovejas pertenecen primeramente y sobre todo a Dios Padre, y
hemos de atenderlos como nos enseña el mismo Jesús, el Buen Pastor por
excelencia.
Sí, los cristianos
hemos de identificarnos cada vez más con Cristo Jesús, para que Su Voz sea
nuestra voz, Sus Manos sean nuestras manos, Sus Ojos sean nuestros ojos, Sus
Sentimientos sean nuestros sentimientos, Su Fe sea nuestra fe, Su Amor sea
nuestro amor… y así, de este modo, cuando hablemos a los demás de Dios, nos escucharan
porque… reconocerán la Voz de Jesús, nuestro verdadero Pastor.
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Mirando a Jesús, Buen Pastor ¿cuáles son algunas de las cualidades que nosotros
hemos de tener como pastores?
1) El buen pastor es aquel que respeta la libertad de cada oveja, de cada
hijo de Dios. Hay una parte que me maravilla de la parábola del hijo
pródigo, y es cuando el padre (Dios) respeta la decisión errónea del hijo
pequeño: “El menor de ellos dijo a su
padre: ‘Padre, dame la parte de herencia que me corresponde’. Y el padre les
repartió sus bienes” (Lc. 15, 12). Si Dios respeta la libertad de sus hijos,
incluso en camino hacia el pecado, ¿quién somos nosotros para no respetar la
libertad de nuestras ovejas? Pero, ¿qué significa ese respeto de la libertad?:
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Respetar la libertad no significa simplemente dejar que hagan lo que quieran.
NO.
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Respetar la libertad de los demás significa, a mi entender, DEJAR QUE ASUMAN
LAS CONSECUENCIAS DE SUS ACTOS, QUE APRENDAN Y PRACTIQUEN LA RESPONSABILIDAD.
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Además, respetar la libertad también significa NO MANIPULAR DESDE LA POSICIÓN
DOMINANTE DEL PASTOR (obispo, párroco, padre de familia…) o desde la mayor
sabiduría o mayor poder económico.
2)
El buen pastor perdona las debilidades y
cura las enfermedades de las ovejas. Esto se hace sobre todo desde el
cariño, desde la cercanía constante, desde el respeto, desde la experiencia de
haber sido el propio pastor perdonado por Jesús en sus debilidades y curado en
sus enfermedades. Afirmo categóricamente que nadie puede perdonar debilidades,
si antes no ha percibido la experiencia de haber sido perdonado por Dios él
mismo en sus debilidades; nadie puede curar a los demás, si antes no ha
percibido la experiencia de haber sido curado por Dios uno mismo en sus
enfermedades. “Lo que gratis habéis
recibido, dadlo gratis” (Mt. 10, 8).
3)
El buen pastor pierde de sí mismo para
que las ovejas ganen. Pierde su tiempo, sus fuerzas, su dinero y sus
bienes, su descanso, su fama, su salud, su familia, sus aficiones, su vida para
que las ovejas (feligreses de las diócesis, de los colegios, de las parroquias,
de los catecismos, los hijos de su sangre) ganen tiempo, fuerzas, dinero,
bienes, descanso, fama, salud, familia, aficiones, VIDA. Dice Jesús: “yo he
venido para que tengan vida y la tengan abundante” (Jn. 10, 10).
4)
El buen pastor sabe dónde está el peligro, las aguas turbias y los pastos
dañinos y los evita.
5)
El buen pastor se atreve con los lobos.
6)
El buen pastor da seguridad y confianza, sus ovejas no temen.
7)
El buen pastor colma a sus ovejas de riqueza y seguridad.
8)
El buen pastor lava a las ovejas y las sienta a su mesa.
9)
El buen pastor no quiere separarse de sus ovejas, y las lleva a la Casa del
Padre, donde “habitarán por años sin
término” (Slm. 23, 6).
*
Pero lo mismo que existen buenos pastores, también
hay malos pastores.
1)
El mal pastor ve su labor como una
profesión, no como una vocación. Por eso, simplemente ‘cumple’ con su
ministerio de obispo, de párroco, de profesor, de catequista, de padre…, pero
sin unción ni apasionamiento.
2)
El mal pastor se ama más a sí mismo que
a las ovejas. Esto conlleva que ese pastor busca su interés, su comodidad,
su conveniencia, y no lo que necesitan las ovejas. Y es que este mal pastor usa
las ovejas para medrar y adquirir prestigio. Es un mercenario.
3)
El mal pastor ama a las ovejas para que
estas le amen. Es decir, se está buscando a sí mismo y, cuando las ovejas
no le amen, o no le sirvan para sus intereses, o sean un estorbo, simplemente
las apartará de su lado y las dejará en la estacada.
4)
El mal pastor guía a las ovejas desde arriba, desde lejos y no huele a oveja.
5)
El mal pastor abandona las ovejas cuando barrunta cercanía de lobos.
6)
El mal pastor no nota ni siente la pérdida de una oveja.
7)
El mal pastor agobia y tiraniza a las ovejas.
8)
El mal pastor no escucha a las ovejas ni les da oportunidades de participación.
9)
El mal pastor piensa que el rebaño es suyo y trata de suplantar a Jesús.
*
Ya para terminar quería compartir con vosotros que, durante este confinamiento
por el Covid-19, me dediqué a preparar unas catequesis sobre san Francisco de Sales
y, entre otras cosas, descubrí estás frases suyas que os copio a continuación
por si os pueden ayudar, como me ayudaron a mí. Este santo es un modelo del único
Buen Pastor: Jesús.
“No
nos enojemos en el camino unos contra otros; caminemos con nuestros hermanos y
compañeros con dulzura, paz y amor; y te lo digo con toda claridad y sin
excepción alguna: no te enojes jamás, si es posible; por ningún pretexto des en
tu corazón entrada al enojo”.
“Aprendamos
a abandonar actitudes de juez y volvernos más misericordiosos”.
“El
deseo de la represalia – el origen de tanta violencia en el mundo – cede
espacio al perdón. Nos hacemos hacedores de paz en el hogar y en la sociedad”.
“Las
palabras duras que callamos, son nuestras esclavas. Las palabras
indebidas que decimos son nuestras tiranas. Que nuestro hablar sea poco y
amable, dulce, lleno de bondad”.
“Solo
confía en Él y Él continuará conduciéndote seguramente a través de todo. Donde
no puedas caminar, Él te cargará en los brazos”.
“No
te preocupes por lo que pueda ocurrir mañana, el mismo Padre eterno que
cuida de ti hoy, se encargará de ti mañana y todos los días. Te protegerá
del sufrimiento, o te dará la fuerza infalible para soportarlo. Quédate pues en
paz, y aleja todos los pensamientos de angustia”.
Mucho hay para celebrar este domingo, el día del buen Pastor, el día de la madre, el comienzo del mes de la Virgen... pero sobre todo debemos celebrar la vida que es un regalo de Dios y si nos ponemos en sus manos todo llegará a buen puerto.
ResponderEliminarGracias y buena semana para todos.