5-4-2020 DOMINGO DE
RAMOS (A)
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En esta semana celebraremos los misterios principales de nuestra fe: la pasión,
muerte y resurrección de Jesucristo, nuestro Dios y Señor. La semana empieza
por el Domingo de Ramos, en donde Jesús es elevado a la cima de su popularidad
entre la gente: “La
multitud extendió sus mantos por el camino; algunos cortaban ramas de árboles y
alfombraban la calzada. Y la gente que iba delante y detrás gritaba: ‘¡Hosanna
al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en el
cielo!’” Pero, a partir de aquí, Jesús entra en barrena respecto a
su popularidad y en menos de una semana acaba apresado, abandonado, insultado,
condenado y ajusticiado. Jesús va perdiendo y le van quitando todo lo que
tenía, y esto le sucede en menos de 24 horas: el tiempo que va desde el jueves
por la noche hasta el viernes, a primera hora de la tarde. A Jesús se le
machaca físicamente, se le quita cualquier apoyo humano; aparentemente todo el
mundo (de toda orden y condición) está en contra de Él, y ni siquiera Dios
parece estar presente en Él:
-
Jesús es machacado físicamente:
1) En primer lugar
Jesús hace un ofrecimiento de toda su
carne, de su cuerpo, y de toda su
sangre en lo que se conocerá más adelante como la Institución de la
Eucaristía: “Tomad,
comed: esto es mi cuerpo [...] esta es mi sangre derramada por todos”.
2) En el huerto de
los Olivos a Jesús lo detienen soldados y gente que viene con espadas y palos.
Dice el evangelio que le echaron mano y
lo harían de mala manera. Empezaba el calvario físico para Jesús.
3) En casa de Caifás
a Jesús “le escupieron a la cara y lo abofetearon;
otros lo golpearon, diciendo: ’Haz de
profeta, Mesías; ¿quién te ha pegado?’”
4) Para
llevarlo hasta Pilatos a Jesús lo ataron
y a empujones lo fueron llevando como un trofeo por las calles atestadas de
gente. Tanto sufrimiento físico le estarían infligiendo a Jesús, que hasta el
mismo Judas sintió un gran remordimiento, y quiso dar marcha atrás en aquella
locura de sadismo contra una persona.
5)
Pilatos lo manda azotar por sus
soldados. Estos le dieron un buen “repaso” para prepararlo para la crucifixión.
De un modo muy crudo es descrito por el evangelista: “Los soldados del gobernador se llevaron a Jesús al pretorio y
reunieron alrededor de él a toda la compañía: lo desnudaron y le pusieron un
manto de color púrpura y, trenzando una corona de espinas, se la ciñeron a la
cabeza y le pusieron una caña en la mano derecha. Y, doblando ante él la
rodilla, se burlaban de él […] luego le escupían, le quitaban la caña y le
golpeaban con ella la cabeza”.
6)
Finalmente, ya lo crucificaron. Le
dieron muerte y de un modo atroz: atravesando con clavos sus manos y sus pies,
y dejando que colgara de un madero hasta que todo acabara.
-
Las personas humanas somos hombres en relación. Un hombre aislado y
completamente solitario acaba mal. Cuando llegamos nuevos a un sitio y vemos
alguien conocido, se nos alegra el semblante. Nos necesitamos unos a otros.
Pues bien, Jesús en pocas horas es
despojado de sus amigos y de sus seres más queridos:
1) Nos dice el
evangelio que el primero en marcharse de su lado fue Judas, y lo hizo con una traición. No solo abandonó a Jesús, sino
que lo vendió por unas monedas.
2) Luego Pedro, Santiago y Juan no fueron
capaces de velar con Jesús y acompañarle en su dolor y en su angustia. Se
dormían. Su sueño era más fuerte que el dolor y el miedo de su amigo Jesús.
3) Cuando detuvieron
a Jesús en el huerto de los Olivos, nos dice el evangelio que “en aquel momento todos los discípulos lo abandonaron y
huyeron”. Ya no le quedó nadie. Ya estaba
Jesús completamente solo y a merced de sus captores.
4) Es
verdad que Pedro siguió a Jesús con
el poco valor que le quedaba, pero, en cuanto se vio pillado, juró y perjuró
que no conocía a aquel hombre. Ahora sí que estaba Jesús completamente solo.
5) San
Mateo quiere resaltar tanto la soledad de Jesús en aquellos momentos que reseña
la presencia de algunas mujeres,
pero… ellas estaban lejos y no al pie de la cruz.
6)
Después del fallecimiento de Jesús, ya aparece José de Arimatea, mas él viene, no a ayudar a un vivo, sino a
enterrar a un muerto.
-
En el relato de la pasión de Jesús parece que todos se pusieron de acuerdo para machacarlo:
1) Los sumos sacerdotes intrigaban para
prender a Jesús y acabar con Él.
2) “Un tropel de gente,
con espadas y palos, mandado por los
sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo” entró en el huerto
de los Olivos para apresar a Jesús.
3) Cuando lo
llevaron a casa de Caifás, allí Jesús se encontró con los escribas y ancianos, y “los sumos sacerdotes y el sanedrín en pleno buscaban un
falso testimonio contra Jesús para condenarlo a muerte y no lo encontraban, a
pesar de los muchos falsos testigos
que comparecían”.
4)
Todavía existía una posibilidad de librar a Jesús. Había costumbre de librar a
un preso en las fiestas de la Pascua judía por parte de los romanos. Pilatos
plantea esta posibilidad y da a elegir a la gente entre Jesús y Barrabás: “los sumos sacerdotes y los ancianos
convencieron a la gente que pidieran
el indulto de Barrabás y la muerte de Jesús”.
5) Hemos
visto antes cómo los soldados romanos
se ensañaron contra Jesús con los azotes, los palos en la cabeza cubierta de la
corona de espinas y las burlas.
6)
Cuando Jesús está en la cruz, sigue toda
la gente concitada contra Él: “Los
que pasaban lo injuriaban […] los sumos sacerdotes con los escribas y los
ancianos se burlaban también […] hasta los bandidos que estaban crucificados con
él lo insultaban”. Otro evangelista nos dice que uno de los ladrones
crucificados lo defendió, pero en el texto que acabamos de leer hoy de san
Mateo se nos dice que los dos bandidos insultaban a Jesús. Durante los tres
años de vida pública de Jesús, con su paso entre la gente, provocaba
mayoritariamente simpatía y buenos sentimientos, pero en estas 24 horas, entre
el Jueves Santo y el Viernes Santo, parecía que una rabia instintiva y
asesina se iba apoderando de todos los que iban teniendo contacto con Jesús:
TODOS CONTRA UN SOLO HOMBRE. Aquello parecía obra de Satanás.
-
Cuando uno se ve atacado y asaltado por todo y por todos, cuando no hay remedio
por ningún lado, solo le queda el recurso a Dios, que a Jesús parece no hacerle mucho caso:
1) Jesús acudió a Él
en el huerto de los Olivos y le
suplicaba: “Me
muero de tristeza […] Padre mío, si es posible, que pase y se aleje de mí ese
cáliz. Pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que tú quieres […] Padre mío,
si este cáliz no puede pasar sin que yo lo beba, hágase tu voluntad”.
2) Estando en la cruz, Jesús se dirige de nuevo a su
Padre Dios y le pregunta que por qué lo ha abandonado, y a continuación le
entrega lo único que le quedaba: su espíritu.
SÍ, JESÚS MURIÓ
MACHACADO Y ABANDONADO POR TODOS.
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