25-3-2018 DOMINGO
DE RAMOS (B)
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Hace unos años me contaron la historia de un hombre, de unos cincuenta y tantos
años y con una fe muy grande en Cristo. Estaba enfermo de los riñones, y no le
funcionaban. Sabéis que los riñones tienen como misión purificar nuestro
organismo de las toxinas y otros elementos nocivos, y expulsarlos de nuestro
cuerpo por la orina. Como a él no le funcionaban los riñones, tenían que hacerle
la diálisis periódicamente. Creo que es bastante molesto. Pues bien, este
hombre estaba en el hospital con grandes dolores, se veía morir de lo mal que
se encontraba. A su lado había también otros enfermos con muchos sufrimientos.
Este hombre enfermo de los riñones hablaba a todos de Jesucristo y les enseñaba
un crucifijo pequeño que llevaba y besaba cada poco. Uno a su lado le decía: “Yo
hace mucho que no oigo hablar de esas historias. ¡Déjame en paz!” Esto se
lo respetó, pero a fuerza de oírle hablar con otros: médicos, enfermeras/os,
enfermos, familiares…, este hombre descreído poco a poco, cuando más le
arreciaban los dolores, le pedía al enfermo creyente el crucifijo. El otro se
lo pasaba en medio de grandes esfuerzos. Aquél lo besaba y se lo devolvía. En
aquel hospital la gente empezó a pedir confesiones, comuniones, a bautizarse, y
se comenzó a orar todos los días. Y todo porque un hombre que esperaba un
trasplante de riñón habló de Cristo y mostraba un pequeño crucifijo.
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En el convento de Sta. Gema de Oviedo (monjas pasionistas), cada 14 de mes se
reúne mucha gente. Una vez una señora, que vino al monasterio en esta fecha y con
mucho sufrimiento, le contó sus penas a la superiora del convento. Y ésta le
dijo: “Cuando quieras desahogar coge un crucifijo y cuéntale a él todas tus
cosas”. Cuando volvió aquella señora le dijo a la monja que aquello
funcionaba, que se sentía con más fuerza, con más paz.
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¿Qué tiene este Cristo, este hombre en
la cruz que no se ha podido salvar a sí mismo y, sin embargo, alienta y anima a
tanta gente durante tantos siglos antes de nosotros, ahora y lo seguirá
haciendo por siempre?
¿Quién es este Cristo que todo el mundo le
gritaba en la entrada en Jerusalén: “¡Viva, bendito el que viene en nombre
del Señor!” y al viernes siguiente le gritaban: “¡Crucifícalo!”?
A
este Cristo vamos a irlo acompañando durante todos estos días santos:
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Lo acompañaremos el Jueves Santo, cuando instituye la Santa Cena con sus
discípulos.
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Lo acompañaremos el Viernes Santo, cuando es entregado y muere en la cruz,
siendo después enterrado como un muerto cualquiera.
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Lo acompañaremos ell Sábado Santo, en la Misa más importante de todo el año,
más que la Misa del Corpus, más que la Misa de Ntra. Sra. del Carmen, que la de
la Porteiría, que la de… En esa Misa del Sábado Santo celebraremos su
resurrección, su vuelta a la Vida.
¡Que Dios nos conceda vivir con
devoción y fervor estos días santos!
El Domingo de Ramos,los cristianos celebramos la entrada de Jesús en Jerusalén,y lo aclamamos como Hijo de Dios. Es el fin de la Cuaresma,para entrar en la Semana Santa.Me acuerdo de cuando era niña que íbamos con nuestro ramo de laurel y olivo.Después mis padres iban a buscar el agua bendita.Bendecían las prados,las tierras.Y decían afuera toda la maldición,que aquí viene el agua bendita y el Ramo de la pasión.Bueno cuando era niña y siempre fui y voy con mi ramo.
ResponderEliminarLa víspera de Ramos,va mi marido a buscar el laurel más florido,es un día especial.A ver si bendecimos también los corazones,para que haya mucho más amor.De verdad se necesita tanto!!!.
Ayer una amiga y yo, fuimos a un lugar donde hay mucha tristeza,personas olvidadas,y al salir comentamos, hoy tuvimos a Jesús en nuestros brazos.Se necesitaban muchos abrazos,caricias y palabras. Un abrazo y que al bendecir con nuestro ramo el agua bendita, florezcan flores en nuestros corazones.
Buenos días !soy Ana de argentina Me has echo pensar y mucho ....como así también recordar ...hace muchos años tuve una mala praxis en un parto y me llevo a tener tres paros cardiacos debido a la hemorragia interna ....cuando desperté en la terapia tenía en mi brazo pegada con cinta una cruz que llevaba en mi cuello y la enfermera que le rezaba ..... ella me dijo El Señor en esta cruz te ha salvado ....por tus niños ...mi emoción fue tremenda y me trajo a la memoria que en situaciones riesgosas de mi vida ( de casualidad vaya uno a decir ...) siempre la he tenido conmigo ....siento hoy que es el Señor que a la hora de elegir qué medalla ponerme ....me indica que ponerme . El quiere protegerme atraves de ella .....
ResponderEliminarLes deseo un hermoso Domingo de Ramos y mi deseo que Jesús entre en estas pascuas en sus hogares y corazones
Ana
Tengo que ponerlo como anónimo pues de otra forma no me deja