San Isidro, labrador
San Isidro es por
excelencia el patrón de los campesinos, es el santo a quienes muchos acuden
para que llueva y los madrileños le tienen un especial aprecio porque es su
patrón. La mayoría de personas que han escrito sobre la vida del santo sitúan
su nacimiento a finales del siglo XI, y la fecha en que muchos se han puesto de
acuerdo es en la de 1080 en Madrid. Isidro fue un hombre ejemplar, de buen
corazón y muy bondadoso con los más necesitados.
Parece ser que una de las primeras ocupaciones de Isidro fue la de pocero,
o sea, cavar pozos, al servicio de la familia Vera hasta que se trasladó a
trabajar a Torrelaguna, donde contrajo matrimonio con una chica del pueblo
llamada María Toribia, conocida más tarde con el nombre de Santa María de la
Cabeza, también declarada santa. Fruto de su matrimonio tuvieron un hijo
llamado Illán. Al cabo de unos años la familia regresó a Madrid, para cuidar
las tierras de la familia Vargas. Fue en ese momento cuando Isidro realizó las
tareas de labrador y pasase a ser conocido popularmente como "Isidro
labrador". Falleció en el año 1130.
Tradiciones. Sobre la
figura del santo se han vestido muchas narraciones populares. La más conocida
de ellas es la que nos presenta a un hombre muy piadoso que muy a menudo tenía
que soportar las burlas de sus vecinos porque cada día iba a la iglesia antes
de salir a labrar el campo. A veces, Isidro llegaba algunos minutos tarde al
trabajo y sus compañeros lo denunciaron al patrón por holgazán. Juan de Vargas,
que así se llamaba el propietario de la finca, lo quiso comprobar por sí mismo,
y un buen día se escondió tras unos matorrales situados a medio camino entre la
iglesia y el campo. Al salir del templo le recriminó su actitud. Cuando
llegaron al campo, su patrón vio por sorpresa que los bueyes estaban arando
ellos solos la parte que le correspondía al buen Isidro. El patrón entendió
aquél hecho como un prodigio del cielo.
También es conocida "la olla de San Isidro". Se cuenta que cada
año san Isidro organizaba una gran comida popular donde eran invitados los más
pobres y marginados de Madrid. Sin embargo, en una ocasión el número de
presentes superó lo previsto y la comida que habían preparado no llegaba ni a
la mitad de los convocados. Isidro metió el puchero en la olla y la comida se
multiplicó "milagrosamente", hubo para todos y más.
Así mismo, hay un relato que nos dice que en un año de sequía y temiendo
por la rentabilidad de la hacienda de su patrón, Isidro con un golpe de su
arada hizo salir un chorro de agua del campo. Salió tanta agua de allí que pudo
abastecer toda la ciudad de Madrid.
Amor a los animales. Durante
toda su vida de labrador tuvo un gran aprecio con los animales. En ningún
momento maltrató a los bueyes y a los otros animales de trabajo de la hacienda,
todo al contrario. Existe una leyenda que explica que una día de invierno y
mientras se dirigía al molino con un saco de grano sintió compasión de los
pájaros que en la nieve ya no encontraban alimento y que estaban a punto de
morir. Isidro limpió un pedazo de tierra apartando la nieve y vació allí la
mitad del saco. Al llegar al molino resultó que el saco estaba tan lleno de
grano como antes.
La beatificación de Isidro tuvo lugar el 14 de abril de 1619, y tres años
más tarde, el 12 de marzo de 1622, el Papa Gregorio XV lo canonizaría.
Devoción. El
aprecio a San Isidro es notable para todas aquellas personas que trabajan en el
campo, por lo tanto es el patrón de los campesinos y de los viticultores, así
como de los ingenieros técnicos agrícolas.
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