20-5-2018 PENTECOSTES (B)
Celebramos hoy la festividad de
Pentecostés. Pensé en explicar hoy algunas cosas sobre el Espíritu Santo o
sobre las lecturas de la Biblia que acabamos de escuchar, pero, finalmente, he
decidido hacer hoy una homilía testimonial, es decir, escribir o hablar aquí de
cómo actúa el Espíritu Santo en una persona concreta. Y lo voy a hacer hoy,
domingo de Pentecostés y también el próximo domingo, día de la Santísima
Trinidad. Necesitamos modelos y ejemplos de carne y hueso, y cercanos en alguna
medida a nosotros para que veamos lo que hace Dios con sus hijos.
Voy a leeros un trozo
de la vida de Michela, una mujer italiana que ahora tendrá algo más de 50 años
de edad. Ella es un ejemplo vivo del perdón de Dios que nos busca en todo
momento y de la acción de su Espíritu. Es la propia Michela quien nos cuenta su
vida. Ella partía de una situación muy difícil: “La comunidad (religiosa) a la
que pertenezco nació en 1984, fundada por Chiara Amirante, que comenzó a llevar
la palabra de Dios a los puntos de muerte de la ciudad de Roma. Tantos jóvenes
que no conocían la palabra de Dios le pedían: «Chiara, sácanos de este
infierno».
Yo
no creía absolutamente nada en Dios. Yo llevo doce años en la comunidad. Tengo
40, pero cuando entré, no creía absolutamente nada en Dios. Creía que los
sacerdotes y las religiosas se hacían sacerdotes y religiosas por falta de
trabajo. Veía una Iglesia que sólo daba reglas. Una Iglesia que prohibía todo.
Además, yo me hacía una pregunta: «Si es verdad que Dios es amor, ¿por qué en
el mundo hay sufrimiento?»”
Ésta era su situación,
pero vamos a conocer la historia de Michela desde el principio: “Mi papá y mi mamá me abandonaron en un hospital
recién nacida. Viví mis primeros seis años de vida en un orfanato. Dos meses
después de que saliese de allí, el instituto fue clausurado por maltrato a
menores. Yo había conocido todo menos el amor, y cuando un niño no conoce el
amor, es difícil que de adulto sepa dar amor. Crecí rebelde. En la escuela era
instrumento de santificación para los profesores.
A
los 18 años ya eres mayor de edad en Italia, así que me fui de la casa en que
vivía. Pude hacerlo porque tenía un trabajo, una ocupación. Yo era chef de
cocina internacional, muy reconocida. Comencé a trabajar en Italia y el resto
de Europa y el dinero empezó a ser el dios de mi vida. Cuanto más tenía, mas
quería tener, pero a fin de mes no me quedaba nada.
En
lo referente a todo lo que pertenece al mundo de la afectividad, era un
desastre. Tenía novios según la estación del año. Uno para el invierno, otro
para el verano…. Y me decía: «Yo el corazón no lo meto en esto». Eran novios de
usar y tirar, pero cada historia que pasaba, era una herida más que dejaba mi
corazón muy lastimado. Finalmente me enamoré de una persona que todas las
madres de familia soñarían para su propia hija. Era inteligente, bueno,
perfecto. Pero tenía un pequeño defecto: era un chico católico, un católico
convencido. Esto, para mí, solo suponía un defecto por una razón, porque cuando
yo le preguntaba cuando nos íbamos a ir a la cama, él me respondía: «Después
del matrimonio». Él empezó a hablarme de Dios, pero yo le dije: «Escucha Luca,
las relaciones de tres no funcionan. Somos tú y yo. Punto. Dios debe quedar
fuera». Él fingió seguirme la corriente. Cuando ya llevábamos dos años
saliendo, vino sin avisar una noche a mi casa. Era la primera vez en ese tiempo
que vino a mi casa, por lo que pensé: «Hoy lo hacemos». Pero él tenía otras
razones muy diferentes en su cabeza y me dijo: «Escucha, Michela, hablé con mi
padre espiritual, porque tengo intención de casarme contigo». Y me dijo: «Para
mí es importante el sacramento del matrimonio. Nos dan la posibilidad de
efectuar un matrimonio mixto donde tu declares ser no creyente, pero yo pueda
casarme contigo dentro de la Iglesia». Sólo le puse una condición: «Organiza tú
la boda». Pusimos una fecha y él comenzó a organizar todo. Era bonito, porque
de verdad es que Luca era un chico fantástico. Pero nunca me llegué a casar con
él. Falleció cuatro días antes de la fecha escogida. Poco después de comenzar
los preparativos, contrajo el VIH por culpa de una transfusión de sangre
contaminada. Ahí entré en contacto con la primera verdad de mí vida. Porque yo,
con el dinero, hasta ese día había comprado todo y a todos. Pero descubrí que
había una cosa que no podía comprar: la vida de mi novio. Eso para mí fue una
derrota. Luca partió para el paraíso cuatro días antes de nuestra boda y ahí se
me derrumbó el mundo.
Me
enfadé con Dios por haberme quitado a mis padres. Me enfadé con Dios por haber
sufrido tanta violencia desde pequeñita. Me enfadé con Dios por la muerte de
Luca. La noche de su funeral, me marché a la playa y allí mismo hice un juramento:
«Dios, si tú no existes, pasaré toda mi vida diciéndoselo a todo el mundo. Pero
si existes de verdad, empeñaré mi vida en destruirte».
Ahí
empezó mi guerra con Dios. Para buscar a Dios y saber si existía, me acerqué a
varias filosofías. Todo lo que era la New Age y el Reiki. Pero ahí no encontré
nada de la presencia de Dios. A todo esto, mi vida era triste y angustiosa.
Hasta que un día me propusieron comenzar psicoterapia. Yo pensé que si había
probado ya tantas cosas, podía probar eso también. Así que comencé a ir un día
a la semana. Poco a poco me iba sintiendo mejor en la consulta de aquella
doctora. Empecé a ir en vez de un día a la semana, dos días, luego tres, y
acabé teniendo cuatro sesiones semanales con ella. La psicoterapia se convirtió
en mi droga. El problema fue que esta doctora era en realidad una sacerdotisa
de una de las sectas satánicas más importantes de Italia. Y yo entré a formar
parte de ella, de la mano de mi doctora. Pasé ahí dos años de mi vida. Dos años
que me llevaron a perder mi dignidad de mujer, mi dignidad de ser humano. Allí
he visto muerte y violencia. Llegué a alcanzar la muerte del alma. Me convertí
en una auténtica marioneta manejada por manos satánicas.
La
noche de Navidad de 1996, durante un rito, me dijeron que existía la
posibilidad de ser la sacerdotisa de una secta, en una ciudad de Italia. En ese
mundo sólo importa el poder, el tener, por lo que yo acepté, pero para ser la
sacerdotisa tenía que afrontar una prueba de filiación, de pertenencia. Me
dijeron: «En Roma hay una joven, de nombre Chiara, que ha fundado hace poco
tiempo una comunidad. Está muy protegida por la Iglesia y para nosotros es un
obstáculo, porque acerca a muchos jóvenes a Dios. Si tú verdaderamente quieres
pertenecer a nosotros y tener el poder, debes hacer una cosa: mata a Chiara». Y
acepté. La noche del 5 de enero de 1997 partí hacia Roma. Me habían dado toda
la información de dónde encontrar a Chiara y yo me dirigí a su casa, a la sede
de la comunidad. A las 20.00 horas llegué hasta la puerta y sin dudar,
convencida de lo que iba hacer, toqué el timbre. Lo que ocurrió entonces lo
tengo que contar desde el testimonio de Chiara, quien no me conocía
absolutamente de nada, como es obvio. Chiara cuenta siempre que, en ese
momento, en su corazón escuchó una voz, la voz de la Virgen María que le decía:
«Abre tú la puerta, que es una hija mía que tiene una gran necesidad». Chiara
se levantó, caminó apresurada hasta la puerta a cuyo otro lado la esperaba yo,
y cuando abrió la puerta hizo una sola cosa. Me abrazó y me dijo: «Bienvenida,
hija mía. Por fin has llegado a tu casa». Ese abrazo cambió mi vida. Fue un
abrazo indeleble que llegó a mi corazón. Fue más allá de mi cuerpo, de mis
brazos. Yo no pude reaccionar, no pude moverme, no pude hacer nada. Chiara me
desarmó absolutamente con ese abrazo, con su mirada. Me llevó dentro, a su
pequeña habitación y comenzamos a hablar. Ella me preguntó cómo estaba, y yo
sin decir ninguna palabra le entregué el arma con el que la iba a matar. Se lo
conté y le dije: «Chiara, para mí ya no hay esperanza». Ella me respondió:
«¡Sí, sí que hay esperanza, porque el amor ha vencido a la muerte! ¡Hay
esperanza para ti, porque hubo quien dio la vida por ti! ¡Y Jesús te ama!». Yo
le contesté: «Chiara, yo les conozco. Sé cómo son. Tengo poco tiempo. Me
matarán y te matarán a ti también». «No, Michela –respondió Chiara muy firme-.
No lo harán, porque María te quiso en esta casa». Y en aquella casa me quedé”.
Está claro que no hacen faltan palabras, el recibimiento en silencio, la mirada clara, donde el corazón sale por los ojos, ese abrazo, ese beso, ese tocar de manos, lo dice todo tan claro, como ese agua transparente que fluye, y llega al mar. Ese mar son los que con nuestro amor llegan a conocer a Dios.Le pido a Dios, que me ayude a llegar a los demás, con su mirada, su abrazo y su tocar de manos. Un abrazo.
ResponderEliminarBuenos dias ... no hacen falta palabras despues de leer este testimonio tan solo decir Amen ¡¡¡¡¡
ResponderEliminarEspiritu Santo ven ¡¡¡¡¡¡¡¡¡
me has dejado con la piel de pollo con esta homilia .. ¡¡que grande es el poder del Señor y con Nuestra Madre nada podara sucedernos .....
como decia el Padre Pio.... El atajo seguro para llegar a Dios es Nuestra Madre ..
feliz Pentecostes¡¡¡¡¡Un abrazo Ana
D Andrés impresionante su relato, pero que quiere que le diga se palpa en la formación de nuestra Iglesia , se palpa en cómo el Sr la ayuda y en estos últimos papas que se han percatado de los signos de los tiempos y an salido a su encuentro llamando nuestra vuelta a la conversión del corazón, son todos enviados por Dios y nos llaman y han sido capaces de pedir perdón por errores cometidos, eso en nuestra sociedad no lo hace más que ellos y los que aman de corazón a Dios los políticos, ejecutivos....no lo dicen.
ResponderEliminarLas apariciones de la virgen Fátima, Lourdes...quien escucha , quien,. Son llamadas del Amor De Dios que nos piden nos demos cuenta de los tiempos que vivimos y que nuestro corazón se silencie y penetre en la Verdad bien expresada en el Evangelio y conservada por su Iglesia.
Casos de conversión como los de esta chica claro que los hay por acción del Espíritu Santo , uno que llama también la atención es el de Oscar Wilde y todos ellos nos conducen a la esperanza : Dios nos Ama y nos buscará una y mil veces , a cada uno de nosotros , pero que agradable sería o mejor dicho gratificante poder intentar corresponder a su amor en vida y poderle decir aunque no hubiera infierno te temiera , aunque no hubiera cielo yo te amara.
Hay algo más en su homilia que Chiara , fundadora de los focolares y por tanto me supongo mujer de silencio interior capaz de percibir las mociones internas del Espíritu y de actuar de forma idónea por lo mismo, dentro de los focolares han vuelto muchos a Dios.
Esta este novio catolico y fiel seguidor de Cristo, convencido estoy de sus oraciones por su novia e incluso de la aceptación de una enfermedad fatídicamente contraída y no solo aceptada sino también unida a Nuestro Sr Jesucristo y ofrecida como mínimo por quien amaba ydeeaba lo mejor para ella. Nuestro Sr vaya que la recibió y actuo de una forma en este caso visible.
Pero el mal y su forma de extenderse me impresiona , un psicóloga que es sacerdotisa de una secta satánicamente y ....porque psicóloga, quien va al psicólogo(.Pregunto ) personas dañadas , antes se buscaba la cura de una herida en el Sr y su Palabra ahora en el pscolog, Es astuto el mal conduciendo por ese camino a est chica hasta la secta satánicamente.
Y francamente si me pongo ha realizar análisis de psicólogos famosos ha los que se ha seguido han hecho daño a la persona como tal, pues la persona ha sido creada con una vocación, una llama a ser de verdad persona y esto sé es cuando uno se va dejando construir a semejanzar del que nos creo a su Imagen .
Que pena que esta sociedad se deje engañar por no saber guardar silencio y en el leer , escuchar, la Verdad.
Sin embargo la mentira entra por todas las ventanas y no nos preocupamos de cerrarlas porque es más fácil por muchos motivos.
El Mal ha sido a vencido , la muerte ha sido vencida Jesús ha resucitado , y nos envía su Espíritu El es nuestro salvador, pero no nuestro raptor ,libre nos creo , libre nos quiere y se que sin obligar conduce hacia El , pidámosles por ello, unamos nuestr vida a la suya , optemos siempre por El vivamos en su amor , y antes de pensar en convertir a otros convirtamos pidámosle que nos moldee y cuando El guste seremos su instrumento sepámoslo o no
Y evitemos ocasiones de que el mal penetre sin que nos demos ni cuenta , que eso es lo grave, creer que lo malo es bueno y creer en muchos casos que la Iglesia está anticuada y por eso pobrecita no se da cuenta de nada,
Largo ha sido pero da tanto que pensar que agradecerme que corte . Ha sido un sermón muy fuerte
en muchos aspectos El Espíritu Actúa abriros ,confiaz si ese es el mensaje de DAndres pero no lo resumáis y punto penetrar
En mi cabeza daba vueltas y al final.....lo he manifestado, mal quizás pero ahí tenéis D. Andrés para corregir o aclarar si le preguntáis.
En esa confianza escribo
IMPRSIONANTE TESTIMONIO!!!
ResponderEliminarMuchas gracias a D. Andrés por contarnos esta historia.
Creo que la mejor predicación es el testimonio, poder ver y tocar aquello que se nos predica y en lo que creemos; y aquí tenemos un ejemplo clarísimo de la actuación del Espíritu Santo, de la resurrección de Jesus en la vida de una persona concreta, Michela; una joven que experimentó la "muerte" del ser, la muerte del alma, como ella misma confiesa; y llegó a esta situación usando de su libertad; veo claramente que a pesar de nuestras equivocaciones el Espíritu siempre está cerca, buscando la ocasión propicia para echar la "red" e impedir que nos ahoguemos. Para eso murió y resucito Cristo, para que, a pesar de nuestras equivocaciones, hacer lo imposible por llevarnos con El a disfrutar de ese AMOR incomparable.
Gracias sean dadas a Dios Padre todopoderoso, a Jesucristo que se hizo hombre para salvarnos, y al Espíritu Santo consolador que viene a fortalecrnos, darnos la sabiduría y discernimiento necesarios para saber escuchar y actuar.
Un abrazo a todos