viernes, 8 de septiembre de 2017

Santina de Covadonga



8-9-2017                                 NTRA. SRA. DE COVADONGA
1ª Lect: Cant. 2, 10.14; Responsorial: Lc. 1, 46-55;
2ª Lect: Ap. 11, 19ª; 12, 1.3-6ª.10ab; Evang: Lc. 1, 39-47
Homilía de audio
Queridos hermanos:
            En las lecturas que acabamos de escuchar vemos cómo se dicen cosas muy hermosas y que se refieren todas ellas a la Virgen María. Así en la 1ª lectura se lee: “Levántate, amada mía, hermosa mía, ven a mí. Paloma mía […] déjame ver tu figura, déjame oír tu voz: tu voz es dulce, tu figura es hermosa.” En la 2ª lectura se lee también de la Virgen: “Una mujer vestida de sol, la luna por pedestal, coronada de doce estrellas.” Y en el Evangelio: “¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! […] ¡Dichosa tú, que has creído!”
            La Virgen María es la mujer más piropeada de todo el mundo. No ha ganado ningún premio de Miss Mundo o de Miss Universo, pero ha sido y es la mujer más admirada e invocada de todos los tiempos. Si os parece, vamos a repasar algunos de los “piropos” de la letanía del rosario e ir viendo algo de su significado, pues con frecuencia pasamos sobre ellos sin apenas fijarnos ni enterarnos:
            - Santa María. Ruega por nosotros. María es el modelo de santidad para todos los cristianos de todos los tiempos. Santo no es el que hace grandes cosas o grandes milagros. Santo es aquel que permite a Dios hacer en él su voluntad. Así, ella le dijo al ángel: “Hágase en mí, según tu voluntad.” Por tanto, no hay que hacer cosas por Dios ni para Dios, sino que hemos de consentir que Él haga en nosotros su voluntad y derrame en nosotros su misericordia, y de nosotros se contagiará a los demás. Esto sucedió de un modo especial en María Virgen.
            - Santa Madre de Dios. Ruega por nosotros. María es una criatura humana. Ha nacido de padre y madre, como nosotros. Ha sido esposa y ha sido madre, como tantas mujeres a lo largo de todo el mundo y de todos los tiempos. Pero ha sido la única que ha llevado en su vientre a Dios, a la segunda persona de la Santísima Trinidad, al Verbo Encarnado. Y esta verdad es totalmente incomprensible para nosotros. Todo un Dios, que no puede ser abarcado por el universo entero y, sin embargo, cupo en el vientre de una mujer, de María. Por eso, ella es la mujer y la madre por excelencia.
            - Santa Virgen de las vírgenes. Ruega por nosotros. María es mujer. María es madre y María es virgen a la vez. Esto humanamente es imposible. Una mujer, o es madre o es virgen, pero madre y virgen a la vez no puede ser. Pero esto que “no puede ser”…, ha sido en María. Ella ha sido madre, pues en sus entrañas llevó una criatura durante nueves meses, dio a luz a un varón y lo amamantó, como tantas madres han hecho a lo largo de los tiempos. Es decir, María ha sido una verdadera madre. Pero ella ha sido a la vez virgen. Virgen porque ningún varón la penetró, ningún varón la hizo suya, ni la poseyó. Ningún varón rompió su himen, ni su integridad, ya que ella era y es totalmente de Dios. Nos lo dice la Escritura: “Antes de vivir juntos (María y José), resultó que (María) había concebido por la acción del Espíritu Santo” (Mt. 1, 18b). La virginidad no significa simplemente conservar una integridad física, sino también y sobre todo significa una entrega absoluta por parte del ser humano al Otro, a Dios. Así, María es Virgen de las vírgenes, porque conservó su integridad y, especialmente, porque era totalmente de Dios con un corazón indiviso. Por eso, en la 1ª lectura el Amado, es decir, Dios dice a María: “Levántate, amada mía, hermosa mía, ven a mí. Paloma mía […] déjame ver tu figura, déjame oír tu voz: tu voz es dulce, tu figura es hermosa.”
            - Madre de Cristo. Ruega por nosotros. Cristo es una palabra griega que significa el Ungido, es decir, el elegido y designado por Dios para los hombres. La existencia de María no tiene sentido por sí misma. Su misión es ser receptora de la Semilla divina; su misión es la de alimentar, cuidar, educar, acoger a esa Semilla salvadora. Pero María no se queda egoístamente con este Ungido, con este Cristo, sino que cumplido el tiempo lo entrega a Dios; lo deja marchar de su lado para que Cristo desempeñe su cometido entre los hombres.
- Madre sin corrupción. Ruega por nosotros. En el mes de julio me pidieron que acudiera al cementerio del Salvador (Oviedo) para asistir a la exhumación de los restos de Isaac Díaz y de su mujer. Él fue enterrado en 1970 y ella hacia 1992. Ya quedaba muy poco de ellos. Unos pocos huesos y muy frágiles, que se deshacían entre las manos. ¿Sabéis cómo sucede la cremación de los cadáveres? Se meten en el horno crematorio y después de la quema, se coge únicamente el esqueleto, tirando el resto, y se tritura. Por lo tanto, lo que se entrega como cenizas a los familiares es el esqueleto triturado. Pues bien, María murió como criatura humana que era, pero su cuerpo no experimentó la corrupción del sepulcro. Tampoco experimentó la cremación del fuego. Ella fue preservada de las consecuencias de la muerte (“polvo eres y en polvo te convertirás” [Gen. 3, 19b]), ya que fue asunta por Dios y por su Hijo Santísimo al Cielo de forma inmediata a su fallecimiento.
- Madre inmaculada. Ruega por nosotros. María no experimentó la corrupción de la muerte física, pero tampoco experimentó la corrupción de la muerte espiritual a consecuencia de los pecados. En efecto, cada vez que pecamos, nuestro muere en nuestro interior. Y María, por una especial gracia de Dios no padeció el pecado original en su concepción (por eso es Inmaculada), y tampoco padeció el pecado personal a lo largo de su vida, pues ésta fue de una santidad admirable: en todo momento en ella se cumplió enteramente la voluntad divina sin ningún obstáculo por su parte.
            Y podíamos seguir profundizando en otras expresiones de la letanía. Aunque lo importante de ellas, más que saber su significado, es saborearlas al decirlas y expresarlas con sentimiento, como cuando una madre dice cosas sin mucho sentido a su hijo pequeño, pero con todo su corazón.

2 comentarios:

  1. Ni querido cura de Tapia,

    Que la Santina de Covadonga te premie por tantos piropos como le dedicas y no sólo a través de la oración. Ella, que sabe lo que tiene que hacer, ruegue por nosotros.
    Gracias por tu trabajo, como siempre.
    Buena semana y un abrazo para cada un@

    ResponderEliminar
  2. Y bendito es el fruto de Tu vientre JESUS.
    Que la Virgen de Covadonga, nos acompañe y nos guíe,en nuestro caminar. Y su manto nos cobije.
    Muchas veces pienso en ella, envolviendo la tierra con su manto y protegiéndonos.Un abrazo .

    ResponderEliminar