11-12-2016 DOMINGO III ADVIENTO (A)
Estamos ya en el tercer domingo de
Adviento. Se le llama el domingo de la alegría.
¿Cuáles son los motivos más
habituales y normales para que estemos alegres? Tener un tiempo de vacaciones,
acudir a una fiesta civil o religiosa con familiares o amigos, que nuestro
equipo gane un partido, pasar una tarde agradable con amigos charlando,
conseguir un trabajo, sanar de alguna enfermedad, que nos regalen cosas que nos
gustan, hacer viajes, tener un hijo, que a los hijos les vaya bien… Estos
motivos son comunes a las personas que tenemos fe y a las personas que no
tienen fe.
¿Existe algunos otros motivos por
los que las personas creyentes, los cristianos nos alegremos? Los cristianos
podemos alegrarnos por hacer una peregrinación a Covadonga, por celebrar la
Misa y la procesión del Carmen en Tapia de Casariego, por asistir a la 1ª
Comunión de un hijo o de un nieto, porque un familiar muy cercano se bautice,
se case o reciba el sacramento de la Confirmación. Y todos estos motivos están
bien, pero yo pregunto por algo más interior.
Os preguntaría, no si la fe en
Jesucristo os aporta seguridad, confianza, paz, sabiduría, esperanza… Hoy quisiera preguntaros si la fe en
Jesucristo os aporta ALEGRIA. Dice un refrán que un santo triste es
un triste santo. Podemos preguntarnos si los que conviven con nosotros nos
tienen por personas alegres o por avinagrados. Es muy sencillo: si estamos
alegres, entonces es que Dios está en nosotros. Si estamos tristes, entonces es
que estamos tan encerrados en nosotros mismos que ni el mismo Dios puede
entrar.
¿De
dónde nos tiene que venir la alegría a los cristianos? ¿Del vino, de tener
salud, de tener dinero, de las fiestas, de que todo nos sale bien? NO. De
sentir y de saber el amor que Jesucristo nos tiene. De sentir y de saber el
perdón que Jesús nos da. De sentir y de saber que estamos destinados al Reino
de los Cielos. De sentir y de saber que Dios nos acepta y nos ama tal y como
somos. De sentir y de saber que Dios está a nuestro lado y presente entre
nosotros. De sentir y de saber que Dios está cerca, que Dios viene a nosotros
en esta Navidad ya cercana.
Nosotros, los cristianos, con estas
certezas que nos da la fe debemos ser testigos de la alegría allá donde
estamos: en el trabajo, en casa, con otras personas. El cristiano que espera en este Adviento de 2016 la venida
del Señor se le nota y da testimonio de ello. Mirad, por favor, este vídeo de
unos cristianos en Egipto que cantan y alaban a Dios sin miedo a estar en
inferioridad numérica en aquel país y que se les nota totalmente llenos de fe y
de amor a Jesús: https://www.youtube.com/watch?v=1Mymk63c8BY.
Quisiera proponeros para esta semana III de Adviento, en que
celebramos la alegría de nuestra fe y de la cercanía de Jesús, que hagamos
todos un compromiso de testimonio de alegría y de esperanza en Cristo. Este
testimonio ante los demás puede visualizarse y hacerse presente de varios
modos. Aquí van algunos ejemplos:
* Durante esta semana sabremos ver el lado bueno de las personas, las
cosas y los acontecimientos. Con esto voy a contaros un episodio, para mí
maravilloso, del que fui testigo el 2 de diciembre en una residencia de
ancianos. Fui a media tarde para celebrar la Misa y antes subí para tratar de
confesar y dar la Comunión a una persona. Alguien me había avisado para ello.
Subí y me encontré en una sala de comedor en la que estaban unos 50 ancianos
merendando y había sólo dos auxiliares dándoles la merienda. Pregunté a una
auxiliar, que estaba muy atareada, pero que me atendió con corrección y
amabilidad. Me dijo que la mujer que buscaba era precisamente la que ella tenía
a su lado. Me pidió perdón, pues los ancianos de aquella mesa acababan de tirar
el agua por la mesa, el suelo y las sillas. Y esta auxiliar estaba cogiendo una
taza nueva y poniéndosela delante de aquella señora. Pero no vi en ningún
momento en su gesto contrariedad, ira, impaciencia u otra cosa parecida. Pero
no era porque yo estuviera delante y porque tratara de disimular. No. Se veía
que era algo natural y habitual en esta auxiliar. Asimismo, cuando estaba
hablando con la anciana, sentí cómo en una mesa cercana hubo un ruido: una
cuchara le había caído al suelo a un anciano. Yo me levanté enseguida para
recogerla, e inmediatamente se acercó la auxiliar y me dijo: ‘No se moleste. Ya
le doy yo una cuchara limpia’. Esta auxiliar fue a un armario, cogió una
cuchara limpia y entonces se puso a dar el café al anciano, al que le temblaban
las manos. Ella lo hacía de modo ágil, pero con paciencia. Siempre supe que los
que trabajan en residencias de ancianos tienen mucho trabajo, hay poco personal
y el ambiente no es de lo más agradable. Bastantes residencias no tienen buena
fama, pero esta auxiliar me dio un ejemplo estupendo y maravilloso, y yo le di
las gracias a Dios por ello. Rezo por ella y le pido a Jesús que me ayude a ser
tan buen cura, como ella es buena en su trabajo de auxiliar en una residencia.
Otro caso: me han puesto hace pocos
días un mensaje en el que me hablan de un hombre de Oviedo, con unos 40 años de
edad, casado y padre de hijos, y que tiene un cáncer a la cabeza. Me dicen: “N está muy grave, esperando el final; ayer
entró en coma, y les dijeron (a él y a la mujer) que ya no despertaría; pero
como quien tiene la última palabra es el Señor, hoy por la mañana despertó muy
lúcido, y parece que así pasó parte del día. De todas maneras, el pronóstico es
que será cuestión de dos o tres días. A mí me da muchísima pena, la última vez
que le vi, hace un mes, no le conocí, tan hinchado y desfigurado estaba. Según
me han dicho es impresionante como han afrontado esta situación, él y su
esposa; con una fe total y aceptación de la voluntad de Dios”. Lo bueno aquí no es la enfermedad, ni la muerte ni
el dolor, sino como, en medio de todo este dolor, de toda esa enfermedad y de
esa muerte, que quizás ya se ha
producido a estas alturas, este hombre y
su mujer lo están viviendo (lo han vivido) “con
una fe total y aceptación de la voluntad de Dios”.
* Saber decir cosas buenas y agradables a los demás.
* Sonreír a todos.
Que Dios nos ayude a llevar a cabo
este compromiso semanal.
Buenos días a poner en práctica todo lo leído ! Buenos días hoy 8 de diciembre preparamos la casa para una nueva Navidad... cuantas ilusiones vividas y el recuerdo siempre vivo de mi abuela decorando el árbol de la Navidad junto a mi padre por ello todos los 8 de diciembre lo hago con mucho amor y esperanza es cómo preparar la casa por fuera para la llegada de un gran invitado y por dentro día a día !
ResponderEliminarles dejo una bella historia
Que la Luz no deje de Brillar
Las cuatro velas se consumían lentamente. El ambiente estaba tan silencioso que se podía oír el diálogo que mantenían entre ellas...
La primera dijo:
- ¡YO SOY LA PAZ! Las personas no consiguen mantener mi luz, creo que me apagaré. Y poco a poco, su fuego se apagó.
La segunda dijo: - ¡YO ME LLAMO FE! Las personas no quieren saber nada de mí. Soy muy débil y no tiene sentido seguir dando luz. Cuando terminó de hablar, una brisa pasó suavemente sobre ella y se apagó.
Con mucha tristeza la tercera vela manifestó: - ¡YO SOY EL AMOR! No tengo fuerzas para seguir encendida. Todos me dejan de lado, se olvidan hasta de sus seres queridos. Y sin esperar más, se apago.
De repente...
Entró un niño y vio las tres velas apagadas.
-¿Qué es esto? Ustedes debían estar encendidas hasta el final. Lleno de tristeza, el niño comenzó a llorar...
Entonces la cuarta vela habló: No tengas miedo, mientras yo tenga fuego podremos encender a las demás. - ¡YO SOY LA ESPERANZA!
Con los ojos brillantes, tomó la vela encendida… Y volvió a darles luz a las demás
En primer lugar,gracias Ana,es precioso lo que nos hablas de las velas.Mientras tengamos una vela encendida,las demás si se apagaron, pueden volver encenderse en el momento menos pensado. Nunca se debe perder la esperanza.Y hablando de la homilía de D. Andrés, pienso que los que tenemos fe,debemos tener la sonrisa a flor de piel,eso indicará que hay alguien que nos hace feliz,y que nos llena de cosas que no se pueden sentir,sin tener en el corazón a Jesús.Yo sonrío mucho,y me dicen ,nos das alegría.Los demás deben notar en nosotros algo diferente.Así que esta Navidad sonriamos, porqué aunque tengamos problemas,pensemos que hay personas,que tienen muchos más. Un abrazo y os mando un abrazo y una sonrisa.
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ResponderEliminarGRACIAS POR TU SONRISA, FELI!! NOS HA LLEGADO NÍTIDA, FRANCA Y ¡¡PRECIOSA!!
UN GRAN ABRAZO A TODOS.
Gracias Pepitina, no debemos ser unos cristianos tristes. Cuantas personas están esperando una sonrisa, y más de los que creemos en Jesús.Mi corazón está alegre,por lo que se avecina,la NAVIDAD,el nacimiento del SALVADOR.
ResponderEliminarPrecioso el relato delas velas Pepitina ,ojalá se nos quedaran encendidas todo el año con alegria en nuestros corazones .La fe en JESUCRISTO es un regalo del Cielo ,no se puede explicar con palabras ,la alegria de sentirse perdonada y qurida por EL ,eso es muy grande ,por eso en los momentos tristes ,cuanto nos reconforta el tener su esperanza ,por ello todos los dias le doy gracis y le digo JESÚS que nunca me falte tu fe .
ResponderEliminarFELÍZ NAVIDAD UN ABRAZO.
Me cofundí de nombre ,fué Ana lo de las velas "perdón"un abrazo para las dos
ResponderEliminarOtra jugosa homilía y bonitos comentarios, a mi lo que me sugiere el Señor, es "copiar a Sta. Teresa" SOLO DIOS BASTA, SOLO EL LLENA, SOLO EL SACIA; el resto son cacharritos como dice nuestro páter. Un gran abrazo y que Dios os bendiga a todos
ResponderEliminarQue homilia tan profunda,me ha hecho reflexionar sobre como es mi fe,si la alegria que hay en mi vida es producto de sentirme amada,perdonada,de la cercania de Dios,de saber que me espera,etc,o si va y viene con lo que me ocurre cada dia,y hay mucha labor que desarrollar, gracias Andres por ser el faro que ilumina los dias de niebla y las noches oscuras de nuestras almas,que Dios le bendiga y le de las fuerzas necesarias para conducir el rebaño,muchas felicidades para todos,un abrazo
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