1-11-2015 TODOS LOS SANTOS (B)
A
pesar de celebrar hoy el día de “todos los santos”, sin embargo, en estas
parroquias del Concejo de Tapia de Casariego se usa esta jornada para visitar
los cementerios, y celebrar Misas y responsos por nuestros difuntos. Por ello,
he decidido predicar en un domingo anterior y en otro posterior sobre “los
santos”, concretamente sobre la vida de una santa: Santa Josefina Bakhita, y hoy voy a hacerlo sobre los difuntos y
nuestra relación con ellos.
-
Voy a partir de una anécdota que me ha contado una madre de familia hace ya
unos años, concretamente en junio de 2011. “Solo
te mando estas letras para comentarte la conversación que tuvimos Pablo (su
hijo, de unos 8 años) y yo después de
cenar. Me quedé gratamente sorprendida. No sabemos las conversaciones que
pueden tener entre sí los niños. Pablo,
me pregunta que por qué es’ San Pedro y San Pablo’ y no al revés. Yo le cuento
que San Pedro estuvo con Jesús y San Pablo vino después, pero que fue muy
importante, pues hizo muchos amigos para Jesús. Él me dice: ‘Yo también hago
amigos para Jesús’. Le pregunto: ‘Ah sí, ¿a quién?’ Y me cuenta que le dice a
su amigo Enol que si es bueno y se hace amigo de Jesús, no morirá y vivirá para
siempre. El amigo le dice que si van a ser zombis, y Pablo le dice que no, que
vivirán en el cielo con Jesús y con los amigos que ya murieron y los podemos
volver a ver”.
Este niño, Enol, seguramente nunca
había hablar a sus padres o familiares, ni tampoco en la escuela, de la vida
que puede existir después de la muerte de un hombre. Lo que más le sonaba a
‘después de la muerte’ era lo que había visto en la televisión o en los
videojuegos: los zombis. Los zombis, según las películas y los videojuegos, son
personas muertas que tienen un aspecto terrorífico, que caminan, que sólo
buscan morder y comer a los vivos, y que, si logran morder a un hombre vivo,
entonces éste se convierte a su vez en un zombi. Sin embargo, Pablo, que conoce
también, como niño que es, las películas de la televisión y los videojuegos
sobre los zombis, sabe distinguir perfectamente, por lo que escuchó a sus
padres y en la catecismo, entre un ‘zombi’ y un resucitado. Éste es el que, después de muerto, vive con Jesús en el
cielo y puede ver a los amigos y familiares que han muerto antes que él.
Como veis Pablo ha definido muy bien la fe de los cristianos para después de la
muerte.
- Desde los primeros tiempos de los
hombres sobre la tierra, éstos han creído en un más allá. Por eso, los primeros
hombres: neardentales y cromañones, han sepultado a sus muertos, no los han
dejado tirados en cualquier lado. ¿Qué quiere decir que han SEPULTADO a sus
muertos?: Pues que los han enterrado con vestidos, con sus atuendos preferidos,
con sus armas e incluso los han pintado de rojo (ocre), ya que la sangre era
fuente de vida y, al pintarlos de rojo, era una forma de desear que volvieran a
la vida y de ‘darles’ esa sangre necesaria para revivir. En algunos casos de
enterramiento de los hombres primitivos aparecen también trepanaciones en los
cráneos de los difuntos. Dicen los estudiosos que eso puede ser indicio de que
le abrían un agujero en la cabeza y les comían el cerebro para que su
sabiduría, su experiencia y su espíritu permaneciera con los vivos. Esta
trepanación, que a nosotros nos parece una barbaridad, sin embargo, es
igualmente una señal de la creencia en la pervivencia de los ya difuntos.
- Nosotros, que somos hombres y vivimos en pleno siglo XXI, que vemos
morir a nuestros seres queridos y que del mismo modo un día moriremos nosotros,
pensamos (y deseamos) que la vida no se
acaba aquí. Pensamos que los cuerpos muertos de nuestros seres queridos no
son despojos o carne enferma, envejecida y podrida para tirar a un lado del
camino. Pensamos que queremos cuidar esos cuerpos que un día contuvieron a las
personas que amamos y que seguimos amando y añorando. Ahora no les metemos en
su tumba o en su ataúd sus pertenencias, no les pintamos de rojo… como hacían
los hombres primitivos, pero sí que les ponemos un rosario, un crucifijo… Sí
que rezamos el rosario el día antes de su funeral. Sí que los llevamos a la
iglesia para celebrar la Misa. Sí que los llevamos luego en procesión al
cementerio y allí tenemos una oración de despedida. Sí que venimos diversos
momentos a lo largo del año a poner unas flores, a limpiar un poco sus tumbas,
a rezarles o a comentarles cómo van las cosas. Sí que venimos en el día de hoy,
una vez al año, a rezar por ellos o simplemente a recordarles.
- Pero esto no nos basta ni nos debe
bastar. Porque si nos bastase con esto, inmediatamente sacaríamos unas
conclusiones muy simplistas: 1) Ahora hacemos lo mismo que hace 65.000 años
cuando existió el hombre neardental. 2) O también nosotros hacemos unos ritos o
tenemos unas costumbres y otros hombres en otros lugares y tiempos tienen otras
costumbres (por ejemplo, en la India queman los cuerpos de los muertos en una
pira, o los echan directamente al Ganges, su río sagrado).
Por lo que Jesús nos ha dicho, nosotros
no nos quedamos como los hombres primitivos: neardentales y cromañones, u otros
hombres de nuestro tiempo sólo en darles tierra o en quemarlos, en hacerles
unos ritos funerarios, en hacer un poco de oración, en recordarles… Nosotros,
los cristianos, hacemos algo más.
¿Qué nos aporta de más nuestra fe en Jesucristo
sobre los difuntos? (Tampoco trato de dar ahora aquí un tratado de
alta teología). Nos lo decía Pablo al inicio de esta homilía: Pablo “le dice
a su amigo Enol que si es bueno y se hace amigo de Jesús, no morirá y vivirá
para siempre […] que vivirán en el cielo con Jesús y con los amigos que ya
murieron y los podemos volver a ver”.
* En muchas ocasiones se nos dice que no se sabe si hay algo después de
la muerte, porque nadie volvió de allí para contárnoslo. Pues esto no es
cierto, porque el mismo Jesús vino de lo que hay después de la muerte, tanto al
nacer como al resucitar, tras su fallecimiento en la cruz.
* Jesús nos dice claramente en varias ocasiones que, después de nuestra
muerte, sigue habiendo vida. No como la que conocemos ahora, pero sí que
viviremos.
* Jesús nos dice que esa nueva vida será bella, sin dolores, sin
envejecimientos, sin más muertes, sin injusticias…
* Jesús nos dice que, para acceder a esa VIDA, como nos cuenta Pablo,
hemos de ser buenos y hacernos amigos de Jesús durante nuestra vida en la
tierra.
* Jesús nos dice, como nos cuenta Pablo, que esa VIDA será para siempre
y nunca se acabará. Nunca más tendremos que separarnos de nuestros seres
queridos.
* Jesús nos dice, como nos cuenta Pablo, que no importa tanto dónde
vamos a estar, sino CON QUIÉN VAMOS A ESTAR. Pues vamos a estar con Jesús, con
Dios, con nuestros amigos ya difuntos, con nuestros familiares ya difuntos, con
tantos hombres y mujeres que vivieron antes que nosotros y que fueron amigos de
Jesús y ahora lo serán nuestros, y esto será PARA SIEMPRE.
* Jesús nos dice que, desde donde Él está, nos está ayudando ahora
mismo junto con sus amigos, es decir, junto con los santos.
* Jesús nos dice que, desde donde nosotros estamos, podemos ayudar a
los que murieron ya y no murieron como amigos de Jesús. Y esta ayuda la hacemos
con la Misa por ellos y cuando pedimos a
Dios que les perdone sus pecados y que los lleve al cielo. Por eso, esta
celebración, más que del RECUERDO de nuestros difuntos, tiene que ser la
celebración DE LA COMUNICACIÓN CON NUESTROS DIFUNTOS.
Como me reconforta esta homilia. Todas me ayudan pero ésta sobre manera. Todo lo que nos dice es afortunadamente en lo que creo, es lo que me hace tener esperanza y levantarme cada día y dar gracias a DIOS. Por todo esto, por tantas cosas y por el regalo que DIOS me dio "LA FE".
ResponderEliminarQue DIOS lo bendiga DON ANDRÉS
Espero que mi Señor,cuando yo muera me acoja,con mis virtudes y mis defectos,y junto a Él pueda ver y sentir a mis seres queridos.Y mientras tanto rezar por ellos y por los que no tienen quién les rece.
ResponderEliminar!lEVÁNTANOS,OH DIOS PODEROSO HIJO DE DIOS,PARA PODER VER MÁS ALLÁ,ENJUGA NUESTROS OJOS
PARA PODER MIRAR CON LUZ MÁS CLARA;
ACÉRCANOS A TI,PARA SENTIRNOS JUNTO A TI,
Y HALLARNOS CERCA DE NUESTROS SERES QUERIDOS,QUE ESTÁN CONTIGO.
Dios nos bendiga. Un abrazo.
Cuando murió mi suegra, nos dejó una carta que decía "¡Os espero en el Cielo, no me falléis! Es muy fácil llegar, sólo tenéis que cumplir los Mandamientos de la Ley de Dios, así como los Sacramentos y los Mandamientos de la Santa Madre Iglesia." En aquel momento, me sorprendió mucho la firmeza de su fe, y que le pareciera tan sencillo ir al Cielo, cuando a mí me parecía una cosa dificilísima, y casi fuera de mi alcance.
ResponderEliminarAhora, que yo también tengo una fe firme, sé que tenía razón, es muy fácil llegar: sólo tenemos que quererlo de corazón, e intentarlo con todas nuestras fuerzas. El resto lo pondrán Dios, y esos familiares, ya santos, que están constantemente tirando de nosotros para que no nos echemos atrás.
Nos están esperando en el Cielo, así que: ¡Adelante, no les podemos fallar!
Gracias por esta homilía, me ha gustado mucho. Yo también hablo con mis muertos. Sentir la presencia y el amor de las personas que ya viven para siempre en el Amor de Dios, es uno de los motores que mueven mi vida.
ResponderEliminarUn abrazo.