jueves, 18 de octubre de 2018

Domingo XXIX del Tiempo Ordinario (B)


21-10-2018                            DOMINGO XXIX TIEMPO ORDINARIO (B)
Homilía en vídeo
Homilía de audio.
Queridos hermanos:
            - El lema de este año para el Domund es el siguiente: Cambia el mundo. La apuesta es audaz y atrevida. Produce una cierta sonrisa de incredulidad. Sin embargo, no es otra cosa que lo que hace la Iglesia desde su nacimiento.
El cambio que promueve el Domund nace del corazón donde ha entrado Dios. Desde un corazón que ama se vence el egoísmo, se deja de pensar únicamente en las necesidades propias y se comienza a pensar en las necesidades de los demás. Se sale, de las cuatro paredes del confort, al mundo sin fronteras. Una mirada a los pueblos evangelizados desde el minuto cero certifica que este cambio es posible, porque no se trata de planes que no se puedan abarcar, sino de acciones que se puedan realizar. Por eso, no se puede hablar de la evangelización como algo ‘teórico’, sino como una transformación real. Los misioneros realizan acciones concretas que han transformado la realidad de pueblos y personas con nombre y apellido. Solo desde esa ‘proximidad’ se va produciendo poco a poco el cambio global.
Y es que el gran cambio que transforma los corazones esclavizados por el individualismo, el encerramiento en pequeños mundos, la dependencia, la instalación, la repetición de esquemas ya prefijados, el dogmatismo, la nostalgia, el pesimismo, el refugio en las normas, llega a través de cambios pequeños, es posible y está al alcance de todos.
- El Domund es una Jornada universal que celebra la Iglesia Católica cada año en todo el mundo, el penúltimo domingo de octubre, para apoyar a los misioneros en su labor evangelizadora, desarrollada entre los más pobres. El Domund es una llamada a la responsabilidad de todos los cristianos en la evangelización. Es el día en que la Iglesia lanza una especial invitación a amar y apoyar la causa misionera. Los misioneros dan a conocer a todos el mensaje de Jesús, especialmente en aquellos lugares del mundo donde el Evangelio está en sus comienzos y la Iglesia aún no está asentada.
La actividad pastoral, asistencial y misionera de los territorios de misión depende de los donativos del Domund. Este día es una llamada a la colaboración económica de los fieles de todo el mundo. Las necesidades en la misión son muchas. Se han de construir iglesias y capillas; se han de comprar vehículos para la pastoral; se han de formar catequistas; se han de sostener diócesis y comunidades religiosas; se han de mantener hospitales, residencias de ancianos, orfanatos y comedores para personas necesitadas en todo el mundo.
En los territorios de misión la Iglesia sostiene casi 27.000 instituciones sociales, que representan el 24% de las de la Iglesia universal, y más de 119.000 instituciones educativas, que representa el 54,86 % del total de centros educativos que atiende la Iglesia en todo el mundo.
- Veamos ejemplos concretos de estas labores y de estas ayudas que llegan a través de la colecta del Domund:
* Un ejemplo son los 31.000 dólares recibidos por el Vicariato Apostólico de Awasa, Etiopía, tan castigado en años pasados por la guerra, la sequía y el hambre. O los 22.000 dólares enviados a Bangui, República Centroafricana, donde el 1 de mayo de 2018 eran asesinados un sacerdote y 15 fieles durante la misa. Estas ayudas se califican como ‘subsidios ordinarios’. Con ellos se da un alivio al día a día de la Iglesia en estos territorios de misión en los que las necesidades son infinitas y los medios pocos. Donde, en muchas ocasiones, la vida se vive ‘en emergencia’.
* La región angoleña de Kwito-Bié fue una de las más devastadas por la guerra que asoló Angola durante más de 40 años. Desde el 2002, desde la paz, los fieles angoleños y sus sacerdotes, han ido reconstruyendo poco a poco iglesias, misiones, dispensarios, escuelas, casas parroquiales… La labor de estos cristianos va cambiando la desolación de la guerra por la alegría de la paz y la reconciliación. El obispo de Kwito-Bié, agradece la generosidad de todos los católicos y cuenta que, con estas ayudas, se está terminando de arreglar todo el techo de la Parroquia del Carmen, en Katemo, con 12.000 dólares. También, con otros 20.000 dólares se ha rehabilitado la casa de los misioneros en Cachingues-Chitembo, la misión más antigua de la diócesis, fundada en 1892. Ya se terminó el techo de los locales parroquiales de Tchibembo, con 6.000 dólares. Incluso se tuvo que reconstruir la casa donde vive el obispo y algunos sacerdotes que atienden pastoralmente la ciudad de Kwito, con otros 16.000 dólares.
También ha sido necesario ayudar a las religiosas, cuyas casas casi desaparecieron durante la guerra. Ellas son el alma de las obras asistenciales de la Iglesia en Kwito-Bié. Se enviaron 8.000 dólares para reparaciones en la casa de las Hermanas de Nuestra Señora de La Salette. También se ha ayudado a las Consoladoras de Jesús Sumo y Eterno Sacerdote, con 5.000 dólares. También se ha reconstruido la casa de las Consoladoras de Jesús, en Entre-Ríos, con 18.000 dólares, una casa que literalmente había desaparecido.
La situación actual no es buena, sobre todo para los más pobres, con una crisis económica y una fuerte inflación, pero al menos hay paz. La diócesis, para ayudar a los que más lo necesitan, está lanzando experiencias agrícolas, además de otras iniciativas que ayuden poco a poco a ‘cambiar el mundo’.
* Gohana es una pequeña misión situada a unos 100 kilómetros de Delhi. Apenas son diecisiete las familias católicas de esta fervorosa comunidad, cuya asistencia a Misa es del 100%. Las celebraciones tienen lugar en pequeña capilla. Han solicitado una ayuda de 8.000 dólares para construir una capilla más grande para la misión. La diócesis compró el terreno para la construcción. Las familias pusieron sobre la mesa su aportación, nada menos que 3.046 dólares, una fortuna para un barrio pobre, y con los 8.000 dólares enviados por colectas de España se ha levantado la capilla. Desde Gohana han escrito una carta agradeciendo el dinero y contando que ya hay 20 catecúmenos que acuden a la capilla buscando instrucción cristiana.
* La Iglesia católica en Sudán busca poner las bases para su futuro a través del respaldo a las vocaciones sacerdotales. Con las colectas del Domund se han ayudado a terminar sus estudios a tres sacerdotes sudaneses. En Sudán, desgraciadamente no hay un seminario donde puedan formarse, por lo que, con 13.500 dólares se ha financiado sus estudios y su estancia en Nairobi, Kenia.
            * El vicariato Apostólico de Puyo, situado en la selva amazónica de Ecuador se le ayuda con esta colecta. Al obispo del vicariato, el burgalés Rafael Cob, le ha tocado pastorear una iglesia pobre y anunciar a Jesucristo entre múltiples dificultades. Una de ellas, y no de las menores, son los desplazamientos para visitar a las comunidades dispersas en la selva. En ocasiones, el obispo puede tardar días en llegar a su destino o sufrir el crecimiento de un río que hace imposible la navegabilidad. De hecho, la última petición que el obispo ha hecho es para comprar una canoa. “El mayor desafío es el de los recursos humanos”, explica el obispo. Al ser tan difícil acceder a las comunidades, es necesario que haya gente que viva con ellas. “Las religiosas hacen una evangelización directa, porque son las que viven con los indígenas. Los sacerdotes somos itinerantes y visitamos las comunidades cuando podemos, en ocasiones pasan meses antes de que podamos regresar”, afirma. “Por eso, es necesario formar a los catequistas indígenas, que transmitan la fe en su propia lengua. Los donativos del Domund también nos ayudan con esto”. El vicariato organiza encuentros para formar a los catequistas, para que ellos a su vez puedan llevar el Evangelio a sus paisanos.
Todos los esfuerzos del obispo misionero se ven compensados cuando suceden escenas como éstas: “Visité la choza donde el enfermo yace en el duro suelo; es Juanito con su cáncer, espera nuestra bendición y el perdón de sus pecados para partir al paraíso y lo hace poniendo los ojos fijos en el crucifijo”. O esa otra: “aquel viejito indígena Wanpuch, que siempre buscó la venganza y hoy sabe perdonar y te dice: «yo quiero ser cristiano, bautizarme y casarme por la Iglesia»”.

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