26-11-17 JESUCRISTO,
REY DEL UNIVERSO (A)
En el Prefacio de la Misa de
Jesucristo, Rey del Universo, se define y describe al Reino de Dios como un
Reino de verdad y de vida, de santidad y de gracia, de justicia, de amor y de
paz. Un Reino que es eterno y universal, pero también un Reino que no es de
este mundo. Este Reino es don de Dios, pero también es tarea nuestra.
En la homilía de hoy quisiera
centrarme en el Reino de la Verdad. Jesús nos dice en el evangelio: “Yo
soy el Camino, la Verdad y la
Vida. Nadie va al Padre si no es por mí” (Jn. 14, 6). Si queremos llegar a
Dios, hemos de ir por Jesús y a través de Jesús. Si queremos estar con Jesús,
hemos de estar con la Verdad. En otro momento Jesús nos dice: “La
Verdad os hará libres” (Jn. 8, 32).
¿Buscamos
la verdad, caminamos en la verdad, vivimos la verdad, aceptamos la verdad?[1]
- Desde hace pocos años ha aparecido
en el mundo una palabra nueva, que en diciembre de este año será incluida en el
Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española: la ‘posverdad’.
La
‘posverdad’ quiere
decir que “las aseveraciones dejan de
basarse en hechos objetivos, para apelar a las emociones, creencias o deseos
del público”.
Así a la hora de crear y modelar opinión pública, los hechos objetivos tienen
menos influencia que las apelaciones a las emociones y a las creencias
personales. Con esta nueva palabra se quiere decir que “el que algo aparente ser verdad es más importante que la propia
verdad”. Para algunos autores la ‘posverdad’ es sencillamente mentira,
estafa o falsedad encubiertas con el término políticamente correcto de ‘posverdad’,
que ocultaría la manipulación y la propaganda[2].
Esta dinámica de la ‘posverdad’
funciona en muchos ámbitos de la vida: en la política, en la economía, en la
sociedad, en los medios de comunicación social.... Por ejemplo, durante la
última campaña presidencial en Estados Unidos y en la campaña del Brexit en el
Reino Unido se utilizó mucho la palabra ‘posverdad’. Un rasgo definitorio de la
política de la ‘posverdad’ es que los activistas continúan repitiendo sus
puntos de discusión, incluso si estos son encontrados falsos por los medios de
comunicación o por expertos independientes.
La ‘posverdad’ supone un
emborronamiento de la frontera entre la verdad y la mentira, y crea una tercera
categoría distinta a las dos anteriores. Una en la que un hecho, ficticio o no,
es aceptado de antemano por el simple hecho de encajar con nuestros esquemas
mentales. Así, en el ámbito de la
psicología, se dice que existe un estado de tensión y conflicto interno que
notamos cuando la realidad choca con nuestras creencias. Cuando se produce,
entonces intentamos resolver la situación reajustando el encaje entre ese
sistema de creencias y la información que nos llega del exterior; mucha veces, elegimos
manipular la realidad para mantener lo primero tal y como está.
¿Y qué es lo que aporta la ‘posverdad’?
La posibilidad de crear un contexto en el que la verdad y la contrastación y
presentación de pruebas se valore tan poco que puedan subsistir todo
tipo de mentiras e ideas sin pies ni cabeza. En el mundo de la ‘posverdad’
literalmente cualquier idea puede dar paso a un discurso válido sobre lo que
ocurre en la realidad, siempre y cuando los altavoces por los que se transmite
sean lo suficientemente potentes. Saber si es verdadera o no, está de más.
- Hasta aquí se acaba de exponer, un
poco por alto, lo que dicen algunos estudiosos (politólogos, sociólogos,
psicólogos, lingüistas…) sobre esta palabra de la ‘posverdad’ y todo lo que
conlleva. Pero ahora vamos a tratar de examinar y profundizar todo esto en
nuestra vida y en nuestra fe.
a) Quien vive en la ‘posverdad’ vive
más en el subjetivismo que en lo puramente objetivo. Ante cualquier suceso se
provoca en esa persona una reacción de aceptación o de rechazo. Así, algo es
verdad, si le gusta; algo no es cierto, si no le gusta. Uno de los ejemplos que
he visto con más frecuencia es éste (se podrían decir muchos más): Un chico/a
se encandila (se enamora) de otro/a y todo el mundo le advierte de que no le
conviene (por tener caracteres muy diversos, por tener problemas graves de
alcoholismo, o enfermedades mentales, o trayectorias conflictivas, o
personalidades egoístas o inmaduras…), pero como esa persona ‘encandilada’ vive
de la ‘posverdad’ (es que le gusta mucho), no acepta aquello que le dicen; en
sus planes o en su cabeza no entra que los amigos o familiares que le avisan
puedan tener razón o que pueda fracasar su relación. Por eso, cuando más
adelante la realidad se impone, cuando aparece la cruda verdad, esa persona
‘encandilada’ se rompe, porque ha vivido eso en la ‘posverdad’. Así es como
vive mucha gente de cara a los estudios (consecuencias: carreras sin terminar y
varias carreras comenzadas), al trabajo (consecuencias: abandonar un puesto o
empresa por una quimera, que nunca cumple las expectativas que uno había puesto
en ello), a su relación con la cuestión económica (consecuencias: vivir por
encima de las propias posibilidades y endeudarse de un modo desmesurado), en
las relaciones de otras personas (consecuencias: pérdida de libertad,
dependencias, descubrimiento un día de que uno no tiene amigos o familia)…
Vivir
en la verdad supone aceptar las propias limitaciones y las limitaciones de los
que nos rodean. Vivir en la verdad supone saber que no tenemos respuesta para
todo ni para todas las situaciones. Vivir en la verdad supone tener capacidad
de escucha, de abrirse al otro. Vivir en la verdad supone dejar de lado la terquedad,
la soberbia, el orgullo. Vivir la verdad supone ser humilde. Vivir en la verdad
supone saber que las cosas, las personas y las situaciones son lo que son,
independientemente de que me gusten o no.
b) Igualmente en muchas ocasiones nos acercamos a Dios y a las cosas de
Dios desde la perspectiva de la ‘posverdad’ (me gusta o no me gusta, me
convence o no me convence). Si no me gusta o no me convence, entonces no es
cierto.
Dios se adecúa siempre a nosotros,
tiene paciencia con nosotros, nos espera siempre, pero Él nos enseña la verdad:
la Verdad absoluta. Lo que es, lo que ha sido, lo que será. Las personas que
tratan de vivir de acuerdo con la verdad son personas más estables, más libres,
más felices, más serenas, más honestas… Aquí podemos poner a los santos, pero
también a todas aquellas personas que, aunque no lleguen a los niveles de los
santos, sí que poseen parcelas muy importantes de estas virtudes o situaciones.
Quien
vive en Dios o procura vivir en Él, rechaza la mentira, la simulación, el
engaño…, y busca la verdad en todo momento.
[1] Quizás la homilía de hoy
nos suene un poco rara, o distinta a otras homilías, pero creo que es
importante.
[2] Se me vienen a la mente algunas de
las frases de Josepf Goebbels, ministro de Propaganda de la Alemania Nazi: “Una mentira repetida adecuadamente mil
veces se convierte en verdad”; “miente,
miente, miente que algo quedará. Cuanto más grande sea la mentira más gente la
creerá”; “cargar sobre el adversario
los propios errores o defectos, respondiendo al ataque con el ataque. Si no
puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”; “toda propaganda debe ser popular, adaptando
su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto
más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a
realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión
escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar”.
Mi querido cura de Tapia,
ResponderEliminarDespués de la verdad solo viene aceptarla, acatarla, proclamarla, admitirla. Nada más. Me parece peligroso aceptar el vocablo y sobre todo con esas definiciones tan cargadas de subjetivismo, ello conlleva que no seré responsable de mis actos porque todo dependerá de cómo lo he vivido yo. Sin embargo, los hechos son los hechos y no dependen de quién lo esté viviendo o viendo. Una violación es una violación por mucha posverdad que se le aplique y, matar a una persona, es un asesinato por muy posverdad que me digan en la radio o en la tele.
Gracias por tu trabajo y por enseñarnos el Evangelio desde el lado más práctico de la vida, desde la verdad con mayúsculas, sin andar con subterfugios.
Un abrazo para cada un@
Jesucristo Rey del universo.Ese reino no es de riquezas,es un reino de justicia y de amor.Cristo,el camino ,la verdad y la vida.¿La pregunta es fácil buscamos la verdad?.Porque creo que de ahí viene la palabra posverdad. Que es una verdad a nuestra conveniencia.Hacemos argumentos, discursos para quedar a gusto.No sé si esto viene al caso,pero oigo a muchas personas comentar ,yo no confieso y comulgo igual,porque ni robo ni mato,no sé si lo creen o no,pero lo hacen y quedan tan contentas. Esto viene al caso que solo hay una verdad,que es la que nos dejó Jesucristo.Que encontremos ese camino,que es el único que nos da la felicidad,el camino de la verdad el camino de Dios.Es duro y difícil,por eso muchas veces la manipulamos.
ResponderEliminarUn abrazo,que Dios nos bendiga