14-5-17 DOMINGO
V DE PASCUA (A)
El
otro domingo examinábamos aquellos derechos y deberes que los fieles, por el
hecho de haber sido bautizados, tienen en la Iglesia Católica. Hoy volvemos
sobre el mismo tema y seguimos conociendo más…:
- Todos los fieles tienen el derecho de recibir los bienes espirituales
de la Iglesia, especialmente los sacramentos y la Palabra de Dios (LG. 37)
y, por lo tanto, los pastores tenemos la grave obligación de entregárselos.
Hace un tiempo estuvo en Oviedo un sacerdote peruano, que había venido a
aprender cómo se llevaban los tribunales eclesiásticos. Me contó que, estando
tiempo atrás en una parroquia de Estados Unidos, habiendo celebrado una Misa en
dicha parroquia y habiendo predicado en ella, fueron a la sacristía un grupo de
fieles al terminar la Misa y le preguntaron que de dónde había sacado las ideas
que había dicho en la homilía. Él contestó que del libro de un teólogo que
había estado leyendo la semana anterior. A esto le replicaron los fieles que,
por favor, otro día no hablase en la Misa de las ideas de ese teólogo o de
otro, ni siquiera de sus propias ideas. La gente que iba a la Misa quería
escuchar la Palabra de Dios y no ideas u ocurrencias de los hombres, aunque
fuesen hombres eclesiásticos. También le dijeron que, si alguna vez querían
escuchar esas ideas de teólogos, ya le pedirían que les diera una charla, pero
fuera de la Misa. ¿Por qué narro este caso? Pues porque entiendo que nosotros,
los que tenemos el sacerdocio ministerial, estamos al servicio de los fieles y
sólo somos administradores de la Palabra de Dios, pero nunca somos propietarios
de dicha Palabra. Por lo tanto, debemos comunicar a los fieles la Palabra de
Dios y no “la nuestra ”.
A veces existe la costumbre de sustituir en las liturgias la Palabra de Dios
por poesías o trozos de escritos humanos. Estos podrán estar presentes en la
liturgia, pero nunca podrán ni deberán sustituir a la Palabra de Dios. Del
mismo modo se ha de afirmar que los ministros sagrados somos administradores de
la gracia sacramental, pero nunca propietarios de dicha gracia. Así, debemos
entregar a los fieles la gracia de Dios a través de los sacramentos, lo cual no
significa que los pastores demos a los fieles todos los sacramentos sin
necesidad de una preparación o disposición adecuada. NO. Se trata de un derecho
de los fieles, pero no es un derecho absoluto, sino que este derecho está
regulado por el Señor y por la experiencia de tantos siglos de la Iglesia.
Habría que seguir matizando más cosas sobre este derecho de los fieles, pero
creo que la idea central del mismo está clara.
-
Todos los fieles tienen el derecho a
elegir libremente su estado de vida (GS 29). El viernes por la mañana me
llamó un sacerdote de Gijón para preguntarme cómo debía de hacer ante una mujer
que le pedía “darse de baja de la Iglesia” (apostasía, la cual implica el
rechazo de Dios y de la Iglesia o, al menos, el rechazo de la Iglesia y del
Dios predicado por ésta). La Iglesia no es una secta: uno puede entrar
libremente y puede salir libremente. Pero esta libertad exige e implica por
parte de los fieles conocimiento, búsqueda, preparación, responsabilidad,
coherencia… No puedo entrar en la Iglesia o salirme de ella, si antes no he
hecho un proceso de profundización y de búsqueda de la verdad y del sentido de
mi vida. Luego he de actuar responsablemente asumiendo las consecuencias.
Después tengo que ser coherente con aquello que he decidido y hablado. Por
ejemplo, no entiendo cómo unas personas critican la riqueza de la Iglesia y, a
la hora de casarse, eligen los edificios más vistosos y “ricos” de la Iglesia
para contraer matrimonio. No. Si critican la riqueza de la Iglesia y luego
quieren casarse “por la Iglesia”, por favor, que lo hagan en los templos más
humildes, pobres y de ladrillo que tiene esa Iglesia, por ejemplo, en el bajo
comercial que sirve de templo en un barrio de Avilés (El Pozón), en el que, cuando tiran de la
cadena en el piso de arriba, se oye todo en el templo, en plena Misa.
Bien, una vez que uno ha buscado,
ha profundizado, ha decidido… la Iglesia le reconoce la libertad para elegir su
estado de vida. Por eso, nadie puede ser coaccionado para casarse o no casarse,
para entrar en una congregación religiosa o en el seminario. Nadie debe ni
puede coaccionar a los fieles para entrar o para salir de un grupo religioso o
una asociación de fieles. Y aquí se han hecho y se hacen auténticas
barbaridades. En nombre de Dios o de la dirección espiritual o de la
obediencia, y todo ello mal entendido, se puede coaccionar la conciencia de la
gente. Podemos y debemos ayudar a que
los fieles busquen, profundicen, decidan…; podemos aconsejar, pero siempre,
siempre la decisión última ha de quedar en manos de los fieles. Esta es la
auténtica libertad que Cristo ha querido para nosotros. Ahí tenemos el ejemplo
que nos dejó con la parábola del hijo pródigo: Dios le deja en libertad para
marcharse y en libertad para volver. Esta es la manera de actuar de nuestro
Dios y nosotros hemos de hacer del mismo modo.
Yo,pienso como esos parroquianos de Estados Unidos...,En la S.Misa, a mi me gusta que me hablen de la palabra de Dios y de la fe en Jesucristo ;cuanto mayor sea la fe,el sentimiento , la luz y la devoción con que lo transmitan mejor;mucho mejor. No se llega a conocer a Jesús lo suficiente nunca,y a Dios Padre mucho menos.Por eso no me canso de oir hablar de Ellos. A las personas(sacerdotes)que llevan a Jesús dentro, que tienen una experiencia de Dios,me encanta escucharlas, me llenan el alma y el corazón... Feliz jueves,un abrazo para todos!!!
ResponderEliminarP.D. los teólogos para otro momento ...
Jesús nos da toda la libertad para poder elegir ,eso es precioso ,porque Jesús es libertad,pero una libertad exigente,"eres o no eres",elige,pero si estás conmigo,ama,ayuda,no te paralices.Respecto,a la riqueza de la iglesia, muchas personas la ven rica. También creo que tenemos que preguntarnos el porqué. Como dijo Jesús,hay que buscar a las ovejas que están fuera del redil,y no ver todo lo malo de ellas.Quizás la iglesia que somos todos,nos falta pobreza ,humildad,caridad, en total amor. Quiero a Jesús mucho,cada vez más,porque sé,que Él,es el camino al Padre.Pidamos para poder ver las cosas claras,y no cegarnos con otras que no son tan claras. También creo que el Papa Francisco,está cambiando muchas cosas.Que Dios le dé mucha salud y fuerza. Un abrazo.
ResponderEliminarDespues de escucharle solo me queda dar gracias a Dios por los Pastores valientes,que solo se preocupan de mostrar el camino que nos lleva al Padre,muchas gracias por vivir su vocacion,sin importarle nada mas que Dios,
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