13-4-2017 JUEVES
SANTO (A)
En el día de hoy, Jueves Santo, la Iglesia celebra tres acontecimientos
que se dieron durante la Cena del Señor con sus apóstoles y discípulos: en
primer lugar, fue un acto de amor
por parte de Jesús simbolizado en la entrega de su Cuerpo y de su Sangre, y en
el lavatorio de los pies. En segundo lugar, Jesús instituyó la Eucaristía para alimento y santificación de sus
discípulos. En tercer lugar, Jesús
instituyó a sus apóstoles como obispos, como sacerdotes del Pueblo de Dios.
- En el día de hoy
quiero detenerme en este primer aspecto. Jesús
entrega su Cuerpo y su Sangre como acto supremo de amor.
El
amor es la palabra que mejor define a Jesús y la vida que llevó entre nosotros:
Por amor a Dios Padre, Jesús dejó el cielo y se vistió de humanidad,
de limitaciones, de hambre y de sed. Por
amor a Dios Padre, Jesús se hizo hombre, se hizo niño, se hizo pobre...
Por
amor, Jesús nos entregó la Palabra de su Padre de Dios. Palabra que da
Vida, que da Luz, que da Paz, que da Sentido a nuestros dolores y enfermedades…
Por
amor, Jesús dio de comer a los hambrientos, curó a los enfermos, consoló a
los tristes, perdonó a los pecadores, dio compañía a los que estaban en
soledad…
Por
amor, Jesús entregó su Cuerpo para ser golpeado, escupido, abofeteado,
flagelado, horadado, comido…
Por
amor, Jesús entregó su Sangre para ser derramada, pisoteada, burlada,
desechada, bebida…
- Cuando los hombres se acercan a Jesús y aprenden de Él, se convierten
en santos y aman como Él y dicen cosas como éstas:
“Señor,
Cuando tenga hambre, dame alguien que necesite comida.
Cuando tenga hambre, dame alguien que necesite comida.
Cuando tenga sed, mándame alguien
que necesite una bebida.
Cuando tenga frío, mándame
alguien que necesite calor.
Cuando tenga un disgusto,
preséntame alguien que necesite consuelo.
Cuando mi cruz se haga pesada, haz
que comparta la cruz de otro.
Cuando esté pobre, ponme cerca de
alguien necesitado.
Cuando me falte tiempo, dame
alguien que necesite unos minutos míos.
Cuando sufra una humillación,
dame la ocasión de alabar a alguien.
Cuando esté desanimado, mándame
alguien a quien tenga que dar ánimo.
Cuando sienta necesidad de la
comprensión de los demás, mándame alguien que necesite la mía.
Cuando sienta necesidad de que me
cuiden, mándame alguien a quien tenga que cuidar.
Cuando piense en mí mismo, atrae
mi atención hacia otra persona.
Hazme digno, Señor, de servir a
mis hermanos, que viven y mueren pobres y hambrientos en este mundo de hoy.
Dales,
a través de mis manos, el pan de cada día; y dales paz y alegría, gracias a mi
amor comprensivo”. Madre Teresa de Calcuta
- Hace un tiempo una persona me
decía que estaba en medio de una gran depresión. El mejor remedio contra todos
estos males nos lo da Jesús en el día de hoy, Jueves Santo: No pienses tanto en ti. Piensa en los demás, ama a los
demás, da la vida por los demás, vive para los demás, Y TAMBIEN PARA DIOS.
Si piensas sólo en ti, te ahogarás en tu YO. Si vives sólo para ti,
estarás muerto por dentro. Si no estás pendiente de los demás, estarás muy
solo. Si eres egoísta, la depresión se apoderará de ti en un momento o en otro.
Cristo nos enseña a vivir, no solo como
creyentes, sino también como seres humanos, pues lo uno está en lo otro y
viceversa. Y el amor es la columna que recorre y sostiene toda esta vida.
Cuando las cosas se hacen con amor y por amor, el mundo se ve d otro color, Jesús camina a nuestro lado y hasta todo se ve distinto. Qué bueno sería que los que nos llamamos creyentes viviésemos bajo el prisma del AMOR. Deberíamos rezar unos por otros para llevar a cabo la palabra, yo lo voy a hacer. Feliz S.Santa. Andrés, graciaaaas por estas homilías
ResponderEliminar