12-2-17 DOMINGO VI TIEMPO
ORDINARIO (A)
En el día de hoy celebramos la
Campaña de Manos Unidas y la colecta será destinada a sufragar un proyecto que
financiaremos las parroquias del occidente de Asturias, concretamente lo
arciprestazgos de Villaoril, el Eo y el Acebo. Se quiere construir unas aulas
en una escuela secundaria en el sur de Sierra Leona (África). El presupuesto
del proyecto es de 126.374 €. Se responsabilizarían las Hnas. Misioneras del
Santo Rosario.
Hay un principio que se tiene muy
claro en el Tercer Mundo y es que el hambre no se combate sólo con comida. Se
combate también con la educación de los niños, de los jóvenes, de todos los
habitantes de esos países y tierras.
- ¿Cómo está la
educación en Sierra Leona? En un informe de 2012 se decía: “Sierra Leona inició importantes
reformas a su sistema de enseñanza tras registrar uno de los peores resultados
académicos de África occidental. El primer paso será añadir un año de cursos a
la escuela secundaria a partir de 2013 y casi duplicar las horas diarias de
clase […] En 2008, apenas uno por ciento de los sierraleoneses que rindieron el
examen puntuaron por encima de lo que el Consejo de Examinación de África
Occidental considera el mínimo para aprobar en cinco materias, entre ellas
inglés y matemáticas […] La guerra civil contribuyó tanto directa como
indirectamente en los malos resultados de los exámenes de 2008. El conflicto,
entre 1990 y 2001, hizo que muchos estudiantes pasaran sus años de formación en
condiciones extremadamente difícil, con esporádicos cierres de colegios. Para
agravar la situación, profesores calificados abandonaron el país, y quienes los
reemplazaron fueron capacitados en programas de entrenamiento ‘intensivos’.
Aunque las condiciones mejoraron en los últimos años, todavía existe infraestructura
dañada por el conflicto, y siguen vigentes políticas adoptadas en tiempos de
guerra […] Una de las recomendaciones de la Comisión educativa fue añadir un
año a la educación secundaria superior (hasta ahora de tres años), e
incrementar la cantidad de horas diarias de clase, de cuatro a siete […] Imran
Sesay, estudiante de 18 años del Colegio Secundario Hermandad Musulmana,
integra el primer grupo de alumnos que deberán cursar un año extra. Pero como
él paga sus propias matrículas escolares, no cubiertas por el gobierno, no cree
que pueda afrontar otro año de estudios. En este país, los costos educativos
son de 25 dólares anuales. ‘Si añaden un año, tendré que renunciar’, dijo.
‘Estoy todos los días en las calles intentando reunir dinero para sobrevivir, y
al mismo tiempo pagar mis matrículas’”[1].
Es en este contexto
donde se ha de situar el proyecto de la construcción de las aulas se va a hacer
en Bo, capital de provincia y con una población 1.800.000 habitantes. Aquí hay
varias escuelas. Una de ellas la llevan las Misioneras del Santo Rosario y es
sólo para niñas. La educación secundaria tiene dos ciclos. Para el segundo
ciclo, en la escuela de las Misioneras, había 1.500 candidatas en septiembre de
2015 y sólo 350 plazas disponibles. Para el primer ciclo la situación era igual
de complicada. En esta escuela hay 1.500 alumnas, entre 10 y 15 años,
compartiendo 15 aulas, lo que supone una media de 100 alumnas por aula. Esto
dificulta mucho el aprendizaje. Además, el Ebola no está del todo controlado y
no se puede evitar el contacto físico en el aula. Por todo ello, se nos piden
ayuda para construir 8 aulas nuevas. Los beneficiarios (las chicas y sus
familias) participarán acarreando agua para la construcción, transportando
bloques y aportando piedras y otros materiales para los cimientos. El personal
administrativo también ayudará y las religiosas darán su parte, pero toda esta
colaboración sólo supone el 18,24 % del coste total. Para el resto se nos piden
la ayuda arriba mencionada. Los beneficiarios serán 520 alumnas y 42
profesores, que ocuparán las 8 aulas. (En la carta adjunta la religiosa nos
agradece de antemano la colaboración).
- A continuación quisiera decir
algunas palabras del lema de este año en la Campaña contra el Hambre: “El mundo no necesita más comida. Necesita
más gente comprometida”. Hay cientos de millones de personas que
pasan hambre en el mundo. De hecho, el hambre mata a más personas cada año que
el sida, la malaria y la tuberculosis juntos. Aquí van algunas cifras: Dos
tercios del total de personas que pasan hambre se encuentran en Asia, ya que es
el continente más poblado. Sin embargo, es el África subsahariana la región del
mundo donde se encuentra el porcentaje más alto de hambrientos: una de cada
cuatro personas está desnutrida. La desnutrición es la causa del 45% de las
muertes de niños y niñas menores de cinco años, más de tres millones cada año.
En estos países hay 66 millones de niños y niñas que asisten al colegio con
hambre. Solo en África hay 23 millones.
Por otra parte, hay un gran
problema de desperdicio de alimentos, tanto en la producción, transformación y
almacenamiento -que se da sobre todo en los países en desarrollo-, como en la
distribución y en el consumo. En efecto 1.300 millones de toneladas de
alimentos aptos para el consumo acaban en la basura cada año, lo que supone
aproximadamente un tercio de la producción total de alimentos. Una pérdida y
desperdicio ligados a estilos de vida individualistas, centrados en el consumo.
Y, como dice el Papa Francisco, “los
alimentos que se tiran a la basura son
alimentos que se roban de la mesa del
pobre”.
Antes de la agroindustria, las
sociedades rurales, especialmente en África, América y Asia, mantuvieron una
agricultura tradicional (con diversidad de semillas) y una ganadería (con
diversidad de razas) menos productivas, pero más compatibles con la
biodiversidad y con la necesidad de conservación de los recursos naturales,
conscientes de que es la disponibilidad de recursos la que aseguraría su
supervivencia. Era un modelo agrícola que basaba su funcionalidad en la gestión
de los suelos –especialmente con la técnica del barbecho para facilitar
fertilidad y evitar erosión–; la cría de ganado para consumo y fuerza de
trabajo como animales de tiro; la pluviometría para el acceso al agua; los
aprovechamientos forestales como leña, frutos silvestres, pesca y caza. En
general, se trataba de una actividad agrícola dirigida a disponer de alimentos
para consumo humano, minimizando los impactos negativos sobre el medio
ambiente, especialmente la quema de rastrojos. Eventualmente, esta producción
de alimentos de consumo era compatible con la producción de bienes de
exportación (café, cacao, algodón, etc.), pero siempre dentro del mismo modelo
de producción agrícola.
Desde la segunda mitad del siglo XX,
la agroindustria como modelo de producción a la vez intensivo y extensivo,
apoyada en la mecanización agraria, ha transformado el modo de producción de
alimentos, su accesibilidad, su destino y la magnitud de su impacto
medioambiental. No obstante, si bien la producción de alimentos duplica a la
población mundial, hay 800 millones de personas que no pueden acceder a ellos. Y
el método de la agroindustria está acabando con el planeta y sus recursos.
En Manos Unidas quieren
comprometerse este año en: 1) hacer ver que los alimentos han dejado de ser
comida para saciar el hambre de las personas, para convertirse en un activo
financiero más con el que muchos inversionistas pueden especular para ganar
dinero. 2) Quieren sensibilizar a la población sobre el alto nivel de consumo
que refuerza modelos agroindustriales con consecuencias medioambientales; y
capacitar a las comunidades sobre técnicas de mejora de la productividad
agrícola compatible con la sostenibilidad medioambiental y de conservación de
las cosechas. 3) Quieren promover un sistema alimentario que permita un
aprovechamiento integral de la producción, evitando la pérdida y desperdicio de
alimentos. Para ello apoyan prácticas agrícolas adecuadas de cosecha, de
transformación, de transporte y conservación; y desean fomentar un consumo
responsable y una vida más solidaria y sostenible mediante un cambio de hábitos
de compra y consumo.
Respecto a este último punto el
Papa Francisco propone en el número 211 de su Carta Laudato Si, sobre la ecología, una serie de acciones individuales
para cuidar la creación: 1) Abrigarse un poco en lugar de encender la
calefacción. 2) Reducir el consumo de agua. 3) Separar los residuos. 4) Cocinar
sólo lo razonable para evitar desperdiciar alimentos (y añado yo: comprar sólo
lo razonable, no dejar que se pierdan alimentos que vayan a caducar y no
aprovechar la compra de ‘ofertas’, que en muchas ocasiones se pierden). 5)
Apagar las luces innecesarias. 6) Reutilizar y reciclar.
[1]
http://www.ipsnoticias.net/2012/03/educacion-sierra-leona-a-estudiar-mas/
Buenos dias !,,l como tu dices el mundo necesita gente que se comprometa ...que deje de vivir solo pensando en el hoy y ahora ...se necesita tener valores ....ética ....que los padres sean padres y estén pues hay mucho descontrol !,,, mucho egoísmo !,, mucha gente liviana de cocos mucho light en el camino.
ResponderEliminarNo perdamos la esperanza
Me gustan las explicaciones que nos das en Campañas como esta de Manos Unidas, o sobre Misiones etc..Nos introduces en lo que significan realmente y tu invitación nos lleva a actuar. Gracias,Pater
ResponderEliminarBuen finde amigos.
Que necesarios son estos proyectos para tantas personas con falta de todo.Os voy a contar una anécdota,que me pasó el otro día, fui a caminar,y me entró una pájara,que pensé que no podía llegar a casa,me pasa bastantes veces,y entonces era tanta la debilidad que sentía,que me recordó a todas esas personas que mueren de hambre,por Dios, que horrible tiene que ser esa muerte.Me pregunto,como en el siglo 21,no tengan agua potable,alimentos,vacunas,escuelas,hospitales etc.Por eso ya que los gobiernos no se preocupan de estás cosas,las personas de bien debemos de ayudar y preocuparnos de nuestros hermanos,no solo para lavar nuestras conciencias,sino por amor y misericordia,y pensar porqué el mundo está tan mal repartido.Un abrazo y que Manos Unidas,pueda seguir haciendo,tanto bien a tantas personas.
ResponderEliminarQuerido Cura de Tapia,
ResponderEliminarGracias por tu trabajo que nos acerca una vez más a la realidad del prójimo. Ojalá ese proyecto llegue a puerto y prometo colaborar en aquello que está en mi mano. A primera vista parece que no puedo colaborar en nada pero no es así, cada uno de nosotros podemos ayudar a que las cosas mejoren.
Gracias de nuevo.
Un abrazo para cada un@
Preciosa Homilía Padre ,que bien ha explicado la situación que hoy sigue habiendo en el mundo por causa de la pobrza,y muy bien también la explicación de Manos Unidas ,pues aun hoy después de cincuenta años de su fundación , y de su trabajo transparente ,hay gente que tiene miedo a que no llegue el dinero a su fin.
ResponderEliminarTiene mucha razón el lema de éste año cómo el de tantos otros ,claro que no se puede despilfarrar pero tenemos que comprometernos .Mirar yo conocí a una señora que cuando tenia pan del dia anterior se comia ,no lo tiraba decia que habia mucha gente muriendo de hambre y ¿que hacia? El dinero que ahorraba del pan lo metia en un bote y lo daba en limosna . Que ejemplo ,ahorremos pero para compartir y unamos nuestras manos .
Un abrazo