8-4-2018 DOMINGO II DE
PASCUA (B)
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En el evangelio de hoy se nos narra el encuentro que tuvo Jesús con sus
discípulos 8 días después del domingo de Pascua. En este día sucedió el
episodio del apóstol Tomás y de Jesús. Cuando, finalmente, Tomás cree y acepta
la resurrección de Jesús, y esto solamente porque lo ha visto con sus propios
ojos y lo ha tocado con sus propias manos, es entonces cuando dice Jesús
aquellas palabras tan famosas y que sirven para todos nosotros: “Jesús le dijo: ‘¿Porque me has visto has
creído? Dichosos los que crean sin haber visto’”.
Está
claro que ninguno de los que estamos aquí hemos estado físicamente al lado de
Jesús, ni hemos escuchado sensiblemente sus palabras en nuestros oídos, ni le
hemos tocado físicamente, pero, sin embargo, todos los que estamos aquí creemos en Jesús como nuestro Dios, como
nuestro Señor y como nuestro Salvador. Por lo tanto, en nosotros se están
cumpliendo estas palabras del evangelio de hoy: “Dichosos los que crean sin haber visto”.
A finales del siglo XIX hubo una serie de
avances técnicos, que hicieron creer a muchos que tales avances iban a
solucionar todos los problemas de los hombres. La confianza en el hombre y en
sus posibilidades se volvió ilimitada. Se llegó a creer que iban a desaparecer
todas las enfermedades, toda el hambre, etc. La religión sería ya algo inútil.
La religión se miraba como algo oscurantista, de la Edad Media y a los
creyentes como pobres hombres: incultos y que vivían engañados. De esta época
procede una anécdota, que ahora os narro: Ocurrió en 1892. Un señor de unos 70
años viajaba en el tren, teniendo a su lado a un joven universitario, que leía
su libro de Ciencias. El caballero, a su vez, leía un libro de portada negra. El
joven percibió que se trataba de la Biblia y que estaba abierta en el Evangelio
de Marcos. Sin mucha ceremonia, el muchacho interrumpió la lectura del caballero
y le preguntó: - Señor, ¿usted todavía cree en ese libro lleno de fábulas y
cuentos? - Sí, mas no es un libro de cuentos, es la Palabra de Dios. ¿Estoy
equivocado? - Pero claro que lo está. Creo que usted, señor, debería estudiar
Historia Universal. Vería que la Revolución Francesa, ocurrida hace más de
100 años, mostró la miopía de la religión. Solamente personas sin cultura
todavía creen que Dios hizo el mundo en 6 días. Usted, señor, debería conocer
un poco más lo que nuestros científicos dicen de todo eso. - Y... ¿es eso mismo
lo que nuestros científicos dicen sobre la Biblia? - Bien, como voy a bajar en
la próxima estación, no tengo tiempo de explicarle, pero déjeme su tarjeta con
su dirección para mandarle material científico por correo con la máxima
urgencia. El caballero entonces, con mucha paciencia, abrió cuidadosamente el
bolsillo derecho de su bolso y le dio su tarjeta al muchacho. Cuando éste leyó
lo que allí decía, salió cabizbajo, sintiéndose peor que una ameba. En la
tarjeta decía:
Profesor Doctor Louis
Pasteur
Director General del
Instituto de Investigaciones Científicas
Universidad Nacional
de Francia
De
Louis Pasteur es esta frase: “Un
poco de ciencia nos aparta de Dios. Mucha, nos aproxima”.
Tomás y tanta gente tienen las cosas
‘claras’. Existe lo que vemos, lo que tocamos, lo que comprendemos. Lo demás no
existe. De acuerdo. Entonces, ¿por qué tenemos todo y de todo, pero no somos
felices? ¿Qué nos falta? ¿Por qué, cuando Dios entra en nuestro corazón, nos
damos cuenta de que todo lo demás es corto, temporal y no sacia? Nos lo dice
Jesús: dichosos seremos si creemos. Dichosos seremos si creemos sin haber
visto. Dios lo cambia todo. No
abandonemos el gran privilegio que tenemos con nuestra fe. Perderíamos lo mejor
que tenemos.
Hay una frase que me ha gustado mucho desde la primera vez que la
escuché y que dice así: “¡Alimenta tu fe y la duda morirá de hambre!”
Sí, si tenemos dudas de fe, quizás es porque no hemos alimentado
suficientemente nuestra fe con dedicación, entrega y búsqueda de Dios. Pero si
alimentamos nuestra fe cada día, nada ni
nadie nos la podrán arrebatar.
- En la primera lectura se nos dicen
hoy también unas palabras preciosas, que describen la vida de los primeros
discípulos de Jesús: “En
el grupo de los creyentes todos pensaban y sentían lo mismo: lo poseían todo en
común […] Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con
mucho valor […] Ninguno pasaba necesidad, pues los que poseían tierras o casas
las vendían, traían el dinero y lo ponían a disposición de los apóstoles; luego
se distribuía según lo que necesitaba cada uno”. Es muy importante que nos miremos en este espejo,
pues aquí se nos dice cómo se comportaban los cristianos hace 2000 años, cómo
tenemos que comportarnos hoy y cómo se han de comportar los cristianos del
futuro. No podemos desviarnos de este modelo, pues perderíamos el núcleo de
nuestro seguimiento de Jesús.
1) Se nos dice que los primeros cristianos compartían sus
bienes entre sí. Ninguno pasaba necesidad, pues los que tenían entregaban
de lo suyo a quienes no tenían. Lo mismo que una familia atiende a los miembros
de la misma más necesitados, lo mismo que unos padres atienden las necesidades
de sus hijos, lo mismo que unos hijos atienden las necesidades de sus padres…
Pues de igual manera, los cristianos, que formamos parte de la gran Familia de
Dios, hemos de compartir lo que tenemos, que no es nuestro, sino de Dios, con
aquellos hermanos que pasan hambre, sed, frío, soledad, sufrimiento, desnudez.
Esto nos lo recuerda el evangelista san Juan, cuando nos dice: “” (1ª Jn. 4, 20).
2) Los primeros cristianos no tenían
miedo a nada; sólo al pecado, pero no a los hombres ni a lo que dijeran los
hombres. Por eso, los primeros
cristianos decían y vivían la resurrección de Jesús abiertamente: el que
había muerto estaba vivo, el fracasado había triunfado. Sí, Jesús vive y nos da
vida, nos da luz, nos da calor, nos da fuerza, nos da paz, nos perdona y da
sentido a nuestras vidas. Nuestros templos están medio vacíos, y sin gente
joven, pero eso no quita fuerza y verdad a la resurrección de Jesús. Cuando
Jesús entraba triunfante en Jerusalén el domingo de ramos, los discípulos
gritaban y cantaban alborozados. Los sumos sacerdotes judíos quisieron
callarlos y exigieron a Jesús que los acallara, pero Jesús les replicó: “” (Lc. 19, 40). Sí, no debemos callarnos, pero, si lo
hiciéramos, entonces gritarían sin miedo alguno las piedras y la creación
entera.
3) Cuando se dice en la primera
lectura que los primeros cristianos pensaban y sentían lo mismo, no se refiere
a que todos votaran al mismo partido político, o que tuvieran en común el mismo
equipo de fútbol, o que les gustara la misma comida… No se refiere a esto. No.
Cada uno tenía sus propias ideas y experiencias y gustos, pero todo ello
quedaba en segundo lugar ante Dios y las cosas de Dios. Era más importante para ellos lo que les unía que los que les separaba.
Esto era totalmente secundario, aquello era lo fundamental. Y lo que les unía
era la misma fe y el mismo amor a Dios.
Dichosos los que crean sin haber visto.¿Que falta nos hace ver?, si lo conocemos por su palabra, por su bondad,por su ejemplo,por su misericordia.Por acercarse a los que menos tienen,a los que sufren por la causa que sea.Él, nos envuelve con un manto de amor,que más queremos ver?.Yo, no puedo vivir sin Él,lo necesito tanto. Me llena de vida,de alegría,cuando doy un bajón,me anima me levanta a través de otras personas.Te veo en mi pensamiento,en mi vida cotidiana.¿Por qué la gente no cree en Él?.
ResponderEliminar¿Será porque nosotros no damos testimonio y ejemplo de buenos discípulos?.Porqué todo en Él es perfecto y bueno.Un abrazo y feliz semana.
Creo que a veces se nos exige demasiada fe para creer sin ver;
ResponderEliminar-creer que tenemos un Padre misericordioso pendiente de nosotros.
-creer que Jesús está realmente vivo en la Eucaristía.
-creer que los sacramentos de la Iglesia son eficaces.
-creer todo lo que enseña la Iglesia es lo correcto.
Creer en tantas cosas, cuando la experiencia cotidiana dice lo contrario (la propia y la del mundo en general). Parece que cuanto uno más intenta acercarse a Dios, este es esquivo, se aleja, cuánto más ruega, más inexorable lo encuentra; me parece que se nos exige demasiada fe.
Es que tenemos una fe débil.Enseguida cogemos todo a la tremenda.Nos enfadamos a la mínima.Dios mío lo tenemos todo,y por cualquier cosa salta la chispa y hacemos un incendio,un incendio que después de apagarse ,siempre queda alguna chispa. Que pena!!!.¿Que nos pasa a los cristianos,donde está este don de Dios,que es la fe?.Que el Señor me de prudencia,para no herir.Un beso.
ResponderEliminarYo también,a veces y ahora , siento el cansancio del caminar, pero nuestro caminar lo podemos ver reflejado en el libro del Éxodo y los Isrraelitas llegaron a la tierra prometida a pesar de ......
ResponderEliminarCreer sin ver...... Puedo ver a Dios Padre en su hijo Jesús y si dudo .......como hombres descorazonados, abatidos, sin estudios previos,es decir sin la sabiduría de aquella época , tras la muerte en Cruz de su líder, salen valientemente a decir que aquel que habían matado en la Cruz ha resucitado y piden al pueblo que crean y creen......:El libro de los hechos nos dice mucho. Se ve patente la accion del Espíritu mas todo es negable .
Pedir aumento de Fe una y mil veces y agarrarse o pedir ser agarrados por el Sr creo que es la receta para los baches o túneles en el caminar.
Y dejar a Dios ser Dios creo que es también muy importante y recordad lo por el dicho en el AT mis caminos no son vuestros caminos.Aprendamos a seguir sus caminos que bien claro esta en Quien es El Camino, La Verdad y La Vida y aunque nada entendamos de lo que pasa cuando queremos acercarnos y parece que nos alejamos agarrémonos a El , Nuestras apreciaciones por sentimientos no definen nuestra Fe .
Lecturas de la homilia del papa en este Domingo de la Misericordia quizás también nos puede ayudar en este nuestro caminar