4-2-2018 DOMINGO V
TIEMPO ORDINARIO (B)
Aunque
propiamente la jornada mundial del enfermo es el próximo domingo 11 de febrero,
sin embargo, voy a hacer hoy la homilía sobre ello. Así, el domingo 11 lo
dedicaré todo ello a la Campaña contra el Hambre.
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La Palabra de Dios de hoy y el enfermo.
La enfermedad forma parte del ser humano. Todos hemos estado enfermos alguna
vez. Todos vamos a estar enfermos alguna vez. Quizás ahora mismo, algunos o
muchos de nosotros estamos enfermos. Escuchemos lo que decía Job, quizás el
enfermo más famoso de la Biblia, en la primera lectura de hoy: “El hombre está en la tierra cumpliendo un
servicio, sus días son los de un jornalero […] Al acostarme pienso: ¿Cuándo me
levantaré? Se alarga la noche y me harto de dar vueltas hasta el alba. Mis días
corren más que la lanzadera, y se consumen sin esperanza. Recuerda que mi vida
es un soplo, y que mis ojos no verán más la dicha”.
Asimismo
el Evangelio nos presenta con mucha frecuencia a enfermos que se acercan a
Jesús o a Jesús que se acerca a los enfermos. Jesús se preocupa de ellos, se
acerca a ellos, los consuela y los cura… en el exterior y en el interior, pues
para Jesús son más graves las enfermedades interiores (del espíritu) que las
exteriores (las físicas o las mentales). En el Evangelio de hoy se nos dice: “La suegra de Simón estaba en cama con
fiebre, y se lo dijeron. Jesús se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se
le pasó la fiebre y se puso a servirles. Al anochecer, cuando se puso el sol,
le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba
a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males”.
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Vamos a escuchar-leer a un enfermo que
habla de la muerte. Supongo que habéis oído hablar de Steve Jobs,
cofundador de la empresa Apple. Él murió de cáncer en octubre de 2011 a los 56
años. En el año 2005 dio una conferencia en
la Universidad de Stanford ante los estudiantes. Les habló sobre varias cosas.
Una de estas cosas fue sobre la muerte. (Jobs era budista, por lo que sus
palabras dicen verdad, pero desconocen el evangelio de Jesús. Jobs dijo esto: “Mi tercera historia es sobre la muerte. Recordar que voy a morir pronto es la
herramienta más importante que haya encontrado para ayudarme a tomar las
grandes decisiones de mi vida. Porque prácticamente todo, las
expectativas de los demás, el orgullo, el miedo al ridículo o al fracaso se
desvanecen frente a la muerte, dejando sólo lo que es importante. Recordar que
vas a morir es la mejor manera que conozco de evitar la trampa de pensar que
tienes algo que perder. Ya estás desnudo. No hay razón para no seguir tu
corazón.
Hace
casi un año me diagnosticaron cáncer. Me hicieron un chequeo a las 07:30 de la
mañana y mostraba claramente un tumor en el páncreas. Ni siquiera sabía qué era
el páncreas. Los doctores me dijeron que era casi seguro que se trataba de un
cáncer incurable, y que mi esperanza de vida sería de tres a seis meses. Mi
médico me aconsejó que me fuera a casa y que dejara zanjados mis asuntos, la
forma médica de decir: ‘prepárate para morir’. Significa intentar decirles a
tus hijos en unos pocos meses lo que ibas a decirles en diez años. Significa
asegurarte de que todo queda atado y bien atado para que sea lo más fácil
posible para tu familia. Significa decir adiós.
Viví
todo un día con ese diagnóstico. Luego, a última hora de la tarde me hicieron
la biopsia, metiéndome un endoscopio por la garganta, a través del estómago y
del duodeno, pincharon el páncreas con una aguja para obtener algunas células
del tumor. Yo estaba sedado, pero mi esposa que estaba ahí, me dijo que cuando
vio las células al microscopio, el médico comenzó a llorar porque resultó ser
una forma muy rara de cáncer pancreático que se puede curar con cirugía. Me
operaron y ahora estoy bien.
Nadie quiere morir. Ni
siquiera la gente que quiere llegar al cielo quiere morir para estar ahí. Y sin
embargo, la muerte es el destino que
todos compartimos. Nadie ha escapado de ella, y así tiene que ser,
porque la muerte es posiblemente el
mejor invento de la vida. Es el agente de cambio de la vida. Retira lo viejo para dar lugar a lo nuevo. Ahora
mismo, lo nuevo son ustedes, pero dentro de no demasiado tiempo, de forma
gradual, se irán convirtiendo en lo viejo y serán apartados. Lamento ser tan
dramático, pero es demasiado cierto.
El
tiempo es demasiado limitado, así que
no lo gasten viviendo la vida de otro. No se dejen atrapar por el dogma que es
vivir según los resultados de los pensamientos de otros. No dejen que el
ruido de las opiniones de los demás ahogue sus propias voces interiores. Todo
lo demás es secundario”.
- Reflexiones CRISTIANAS sobre
la enfermedad, sobre los enfermos, sobre las familias de los enfermos:
* Las
transformaciones sociales de nuestro siglo han cambiado profundamente las
condiciones del enfermo. En muchas situaciones la ciencia da una esperanza
razonable de curación, o al menos prolonga en mucho los tiempos de evolución
del mal, en caso de enfermedades incurables. Pero la enfermedad, como la muerte, no está aún, y jamás lo estará, del todo
derrotada. Forma parte de la condición humana. La fe cristiana puede aliviar
esta condición y darle también un sentido y un valor.
* Después de la larga
hospitalización que siguió al atentado en la Plaza de San Pedro, el Papa Juan
Pablo II escribió una carta sobre el dolor, en la que, entre otras cosas,
decía: “Sufrir significa hacerse
particularmente receptivos, particularmente abiertos a la acción de las fuerzas
salvíficas de Dios, ofrecidas a la humanidad en Cristo” (Cf. Salvifici doloris, n. 23). La enfermedad y el sufrimiento abren entre
nosotros y Jesús en la cruz un canal de comunicación del todo especial.
* Toda persona normalmente vive en una familia y, cuando cae enferma, es toda
la familia la que se ve afectada profundamente, se ve alterado el ritmo de su
vida, con lo que unas optan por sacrificar parte de su vida social y
profesional para acompañar al familiar enfermo; otras lo abandonan o soportan
como una carga. En toda esta situación,
también la familia necesita, por tanto, atención y apoyo. Porque la familia
tiene un papel insustituible en la atención integral al enfermo, que conviene
conocer, valorar y fomentar. Porque la familia cristiana ha de ser, también en
esta situación, la Iglesia doméstica que acoge, consuela y alivia al enfermo en
el nombre del Señor.
Cuando mi marido estuvo enfermo, me acuerdo perfectamente de las palabras del doctor,Jesús hay malas noticias,nadie dijo la palabra cáncer,mi marido dijo tengo que poner quimio?.la respuesta fue SI.En un segundo de tu vida todo cambia. Sobre todo cuando me dijo el doctor solo queda rezar.
ResponderEliminarTambién me acuerdo de las palabras que le dijo mi marido al médico,Doctor,no me importa sufrir aunque quede en una silla de ruedas y solo me queden ojos para ver a mis hijos crecer,porque tengo tantas cosas que enseñarles,yo me crié sin padre,(le murió cuando tenía 1 año,y hay tantas preguntas y respuestas que recibir.Pero esa lección,nos enseñó a valorar tantas cosas importantes,entre ellas, el dejar de comernos el mundo con el egoísmo de tener,amontonar,porque cuando te viene una de estas lo vendes todo para curar o curarte,y te das cuenta,de que te mueres igual y el dinero no sirve para nada. sabéis una cosa, que yo solo tenía a alguien muy importante en mi vida,solo Él podía ayudarme Jesús de mi corazón,pasase lo que pasase Él me ayudaría.Mi marido está con nosotros . Un abrazo, y valoremos lo que es realmente importante.Noto de falta muchos escritos y todos ellos son lecciones que nos ayudan.