2-10-2019 DOMINGO XXVII TIEMPO ORDINARIO (C)
Ha terminado el período vacacional y
comenzamos el curso 2016-2017. ¿Qué nos depararán estos meses venideros? No
hablo en el ámbito social y político, sino más bien en el personal: es decir,
en los ámbitos familiares, de amistades y sobre todo en el ámbito espiritual.
¿Qué regalos nos hará el Señor durante este curso que está comenzando? ¿Qué
dones y gracias repartirá entre nosotros? ¿Avanzaremos un poco más en nuestra
vida de fe y en nuestra vida cristiana?
- Me gustaría que, en este curso,
Dios entrara un poco más en nuestro espíritu. ¿Cómo? Pues con cosas muy
sencillas. Más que hacer grandes cosas o muchas cosas pienso que se trata de
cambiar algunas percepciones de la vida, y ello implica cambios interiores, que
luego salen al exterior en nuestros hechos, gestos o palabras. Vamos con un
sencillo ejemplo: el otro día, al regresar del cementerio con un chico de la
funeraria, éste me comentó: “Como decía
un jefe mío: ‘Bueno, un día más de trabajo y un día menos de vida’”.
Inmediatamente me di cuenta de que esta expresión es correcta…, desde el punto de vista humano. En
efecto, en este día hemos estado trabajando, por lo tanto echemos en nuestra
contabilidad particular ‘un día más de trabajo’. Asimismo, en este día hemos
agotado 24 horas más de nuestra vida terrenal y ya nos falta una jornada menos
para morir. Pero visto desde el punto de
vista de Dios, la frase tendría que ser más o menos así: “1) Un día más de trabajo… para el bien de
mi familia, para el bien de la sociedad. Un día más colaborando con Dios en
esta maravillosa creación que Él nos ha regalado. 2) Sí, es verdad, también un
día menos de vida terrenal; sí, porque nacemos para morir. 3) Sin embargo, y
esto es lo fundamental, un día menos para llegar a la VIDA ETERNA. Sí, ya nos
falta menos para llegar a su Reino y a los brazos de Dios”. Así redactado
este párrafo, la frase primera y el hombre que la pronuncia se despojan de todo
el fatalismo que rezumaban las ideas de aquel jefe del chico de la funeraria y con este nuevo párrafo se llena de
esperanza el hombre que vive en este
mundo.
En el siguiente hecho que os narro
se ven claramente las diferencias de dos personas que actúan, una solamente
desde el punto de vista humano, y otra desde el punto de vista divino: “Un turista en la India visitó un hospital
de leprosos. Allí vio a una religiosa curando las carnes podridas de un pobre
leproso. Asqueado frente a lo que tenía delante le dijo a la religiosa: ‘Yo no
haría eso que Vd. está haciendo ni por un millón de dólares’. Ella respondió:
‘Vea Vd., ni yo tampoco lo haría ni por un millón de dólares’. Asombrado el
turista le preguntó: ‘¿Cuánto le pagan por hacerlo?’ La religiosa dibujó una
sonrisa de felicidad y como quien no da importancia a las palabras le
respondió: ‘No me pagan nada. Lo hago por amor’”. En efecto, desde el punto
de vista humano, aquel turista tenía toda la razón para ver en el trabajo de la
religiosa una tarea de asco, que se repetía día tras día y que le iba quitando
días, semanas y meses de su vida terrena sin que la condujera a nada nuevo ni
bueno. Pero la religiosa, que veía su trabajo desde el punto de vista de Dios,
era capaz de vivir aquellos mismos hechos, que para el turista eran horribles,
como un regalo a su corazón. Sí, cuando uno hace las cosas por amor y por Dios,
recibe uno mucho más de lo que puede dar.
- Decía un poco más arriba que me
gustaría que, en este curso, Dios entrara un poco más en nuestro espíritu.
¿Cómo? En la segunda lectura que acabamos de escuchar san Pablo nos propone
algunas pautas (él se lo decía a Timoteo, pero podemos poner cada uno nuestro
propio nombre): “Reaviva el don de Dios,
que recibiste […]; porque Dios no nos ha dado un espíritu cobarde, sino un
espíritu de energía, amor y buen juicio. No te avergüences de dar testimonio de
nuestro Señor y de mí, su prisionero. Toma parte en los duros trabajos del
Evangelio, según la fuerza de Dios”.
* Todos hemos recibido de parte de
Dios una serie de dones y carismas para nuestro bien y para bien de todos:
¡¡Reavivemos esos dones y carismas y no dejemos que se mueran o que se pudran
dentro de nosotros!!
* A todos nosotros Dios nos ha dado
un espíritu y un ánimo de amor, de buen juicio y de energía. ¡¡No nos
acomplejemos ante la sociedad, ante las personas que nos rodean!! ¡¡Es mucho
más grande lo que nos da Dios que lo que nos da el mundo!!
* Dios no se avergüenza nunca de
nosotros: seamos viejos o jóvenes, santos o pecadores, ricos o pobres, sanos o
enfermos, listos o tontos… ¡¡Tampoco nos avergoncemos nosotros de Dios y de su
santo Evangelio y de sus Palabras!!
* Dios siempre está a nuestro lado.
Siempre nos escucha, siempre nos ama, siempre nos perdona, siempre nos alienta…
¡¡Participemos también con Él en anunciar el Evangelio a todas las gentes!!
Pensemos qué podemos hacer nosotros este curso 2016-2017 por Dios, por el
Evangelio, por su santa Iglesia, por la parroquia, por las gentes que nos
rodean… Hay ancianos y enfermos que visitar. Hay sagrarios que visitar. Hay
pobres que atender. Hay niños que educar en la catequesis. Hay Misas que
alegrar con nuestra participación activa y no podemos estar sólo como los
bancos. En nuestros trabajos seamos diligentes y honrados. En nuestras familias
seamos cariñosos y entregados. En el vecindario seamos participativos y
generosos. ¡¡Que se note que nuestra fe en Jesucristo sale al exterior en
palabras, acciones y gestos!!
En este curso en las parroquias del
concejo de Tapia de Casariego habrá catequesis de niños, de confirmación,
formación de laicos, celebraciones de la Palabra, Eucaristías, coro parroquial,
Caritas, Manos Unidas, grupo de visita a enfermos y ancianos, un taller de oración (Ignacio
Larrañaga), ejercicios espirituales, Cursillo de Cristiandad, Cofradía de Ntra.
Sra. de los Dolores y del santo Cristo, rezo del rosario, limpieza de los
templos, peregrinaciones, adoración ante el Santísimo… Podemos escoger en qué
participar y así cumpliremos el mandato de Dios a través de su apóstol san
Pablo: “Reaviva el don de Dios, que
recibiste […]; porque Dios no nos ha dado un espíritu cobarde, sino un espíritu
de energía, amor y buen juicio. No te avergüences de dar testimonio de nuestro
Señor y de mí, su prisionero. Toma parte en los duros trabajos del Evangelio,
según la fuerza de Dios”.
Y al terminar el curso 2016-2017
podremos cumplir lo que nos dice hoy Jesús en el Evangelio: “Cuando
hayáis hecho todo lo mandado, decid: ‘Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo
que teníamos que hacer’”.
Andrés tus palabras me llegan en estos momentos como el bálsamo que cura,como la tabla de salvación que en un mar agitado te lleva a la orilla y te salva.para este nuevo curso que comienza le pido a Dios serenidad y luz para desarrollar ese don o dones que dices que todos recibimos gratuitamente y así tenemos que darlo. Gracias por la ayuda que recibimos con tus homilías que son palabras de Dios.un saludo cordial.
ResponderEliminarGracias Andres porque sus palabras han sido para mi como un balsamo que cura las heridas.como la tabla de salvacion, en un mar encrespado por los problemas.la enfermedad y nuestros propios erroresy que te lleva a la orilla donde te encuentras seguro;
ResponderEliminarencontrarse con Dios y fiarse de El es lo que nos salva y nos da fuerzas para luchar dia a dia y asi hallamos el consuelo necesario;aDios le pido luz para ver los dones que de El he recibido y practicarlos;un saludo afectuoso.
En este curso que está comenzando ,pido a DIOS que me ilumine para ver lo que puedo hacer espiritualmente por mi Señor y por los demás, gracias a DIOS me siento con muchas ganas de hacer cosas,trabajar por lo que el SEÑOR sin duda me está pidiendo .
ResponderEliminarOjalá me guíe por aquel que yo valga .
Como Ud nos dice todos tenemos el don que el SEÑOR nos dió y hay que ponerlo a dar fruto .Os deseo a todos la paz del SEÑOR ,creo que es lo más bello,un abrazo .
Yo, en este comienzo de curso,te pido Dios que me pongas personas en el camino,a quién pueda dar un saludo, un hola, un abrazo,un trozo de pan,una visita,y que mi cara llena de fe y alegría,sea evangelizadora,para los que están perdidos y fuera del redil de Jesús.Él era a los que buscaba.Un abrazo para tod@s
ResponderEliminarLa homilía de este próximo domingo en la que, entre otras cosas, nos anima a comenzar el nuevo curso con un plan de participación en diversas tareas, ha golpeado mi conciencia.
ResponderEliminarPara quienes por nuestras circunstancias no podemos realizar actividades físicas, he pensado que puede haber alternativas: HACER AGRADABLE LA VIDA A LOS DEMÁS; interesándonos en sus necesidades y preocupaciones, acompañándoles, escuchándoles, tomando parte en sus inquietudes, poniendo a su disposición nuestro tiempo y la ayuda que podamos prestarles…. Que vean que sus cosas nos interesan.. en definitiva: que se sientan queridos (como nos gusta a todos).
Así, al final de nuestra vida, sí podríamos decirle al Señor: “Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer….”
Muchas gracias D. Andrés, por todo lo que nos ayuda a ser mejor personas. Que Dios le bendiga.
Creo que son palabras llenas de Esperanza las de esta homilía. Gracias, Pater.
ResponderEliminarBuen comienzo de Curso para todos.