19-4-2015 DOMINGO III DE PASCUA (B)
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Homilía de audio en MP3
Queridos hermanos:
Homilía de audio en MP3
Queridos hermanos:
Estamos
celebrando la Pascua, es decir, el tiempo en que celebramos la resurrección de
Cristo Jesús. En tantas ocasiones los sacerdotes hablamos de estos temas desde
el punto de vista teológico, desde el punto de vista doctrinal… Pero también es
conveniente en ocasiones, en vez de hablar, escuchar lo que los cristianos ‘de
a pie’ dicen o preguntan sobre el tema de resurrección o sobre el tema de
después de la muerte.
En
la parroquia de Taramundi, hacia 1986, teníamos allí un grupo de reflexión de
adultos sobre la fe y tratábamos diversas cuestiones. Pues bien un día una
señora, madre de tres hijos entre 25 y 32 años, me preguntó lo siguiente:
‘Señor cura, ¿Vd. cree que en el cielo nos conoceremos?’ Yo sorprendido por la
pregunta, porque nunca me lo había planteado, después de pensarlo un poco le
respondí que sí, pues en el cielo ya no tendremos ninguna de las limitaciones
que aquí padecemos, seremos como Dios y conoceremos como Él conoce. Entonces la
señora me replicó que no creía que en el cielo nos conociéramos. Le pedí
explicaciones de esta postura suya y me dijo que ella tenía tres hijos; que a
los tres los había educado en los principios de la religión católica; que
ninguno iba a la Misa
dominical; que, según la Iglesia, faltar a Misa un domingo era pecado mortal,
pues se conculcaba el tercer mandamiento de la Ley de Dios al no santificar las fiestas; que no
le parecía que sus hijos fueran a cambiar; que, cuando ella muriera, contaba ir
al cielo y que lo primero que haría sería ir buscando a sus seres queridos ya
fallecidos para estar todos juntos. A medida que pasaran los años y sus otros
familiares fueran muriendo iría ella a recibirlos para traerlos a la parte del
cielo donde estaba ella y el resto de familiares para que estuvieran todos
juntos. Si con el paso de los años sus hijos no subían al cielo, porque sus
pecados contra el precepto dominical lo impidieran, entonces ella no podría ser
feliz en el cielo sabiendo que sus hijos estaban para toda la eternidad en el
infierno. Conclusión de esta señora: en el cielo no nos conoceremos.
Otra
duda que plantean en ocasiones algunas personas es la siguiente: si en el
cielo, después de la resurrección, ¿tendremos cuerpos como ahora o seremos
simplemente espíritus?
Más preguntas:
Si resucitamos, ¿lo haremos con el cuerpo que teníamos a los 80 años, cuando
nos morimos, o más bien con el cuerpo de los 40 años, o con el de los 20 años?
Otra duda: Si
alguien se quedó sin pierna a lo largo de su vida o le fue trasplantado el
corazón o el hígado de otro, ¿resucitará con pierna o sin ella, con su propio
corazón o con el del otro?
De todo esto, de la resurrección sabemos
poco o casi nada. Algunos datos se nos dan en el evangelio de hoy:
-
Cuando los discípulos vieron a Jesús resucitado, creían ver a un fantasma. ¿Por
qué? Porque había visto cómo le habían pegado, azotado, crucificado, asesinado,
atravesado con una lanza y enterrado en un sepulcro, y ahora… lo veían vivo, y
¡eso no podía ser! ¡Tenía que ser un fantasma! Por eso, los discípulos se
alarmaron y tenían dudas en su interior. Y
Jesús, para demostrarles que era Él, les dio dos clases de pruebas: físicas y
del entendimiento.
-
En cuanto a las pruebas físicas, 1)
Jesús les muestra las manos y los pies. ¿Por qué? Porque sus manos y sus pies
estaban horadados por los clavos que lo sujetaron a la cruz. 2) Además, les
dijo: “palpadme y daos cuenta de que un
fantasma no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo”. Pero los
discípulos seguían dudando y perplejos, por lo que Jesús les da otra prueba
física y 3) es que les pide de comer, y come delante de ellos un trozo de pez
asado. Este acto de comer, por parte de Jesús, nos suscita una nueva duda: Los
que hayan resucitado, ¿necesitan alimentarse como los que estamos aquí, en esta
vida terrena?
- En cuanto a las pruebas del entendimiento, Jesús les
habla del porqué de su muerte y de su resurrección. Pero los discípulos no
pueden entender este “porqué” sin la ayuda de Dios, por eso Jesús “les abrió el entendimiento para comprender
las Escrituras”. No se está hablando aquí de un entendimiento puramente
intelectual, sino y sobre todo espiritual. Mucha gente escucha el evangelio o la Biblia, y se queda igual
que si no la hubiera escuchado. Otras personas pueden entender intelectualmente
las cosas que se le dicen, pero, cuando el Espíritu Santo nos toca en lo más
profundo de nuestro ser, entonces nos pasará como a los discípulos de Emaús que
exclamaron: “¿No nos ardía el corazón cuando nos explicaba las Escrituras?” (Lc. 24, 32). Porque una cosa es que comprendamos intelectualmente algo por nosotros
mismos o porque nos lo explique un sacerdote u otra persona, y otra muy
distinta es cuando es Dios
mismo el que nos da el sentido de sus Palabras o de los acontecimientos de la
vida que nos suceden o que suceden a nuestro alrededor. Cuando es Dios mismo
quien habla en nuestro interior, entonces “arde nuestro corazón”.
¿Son
más importantes las pruebas físicas o las del entendimiento? Pues son estas
últimas y ello por dos razones.
La primera porque nos lo dice el
mismo Señor en el evangelio: en la parábola del rico Epulón y del pobre Lázaro,
a fin de que los hermanos del rico no vinieran al infierno, éste pide a Abrahán
que Lázaro, ya difunto, se presente en la tierra para que se conviertan. Es
decir, la prueba física sería suficiente para que creyeran: “No, padre Abrahán, si se les presenta un
muerto, se convertirán”. Pero la respuesta de Abrahán es ésta: “Si no escuchan a Moisés y a los profetas (si
no escuchan la Escritura
y creen en ella), tampoco harán caso
aunque resucite un muerto” (Lc 16, 30-31). La segunda razón de por qué las pruebas del entendimiento son más
importantes que las pruebas físicas es porque nosotros sólo podemos creer por
aquéllas y no por éstas; en efecto, nosotros, los que ahora estamos en este
templo de Tapia de Casariego, no hemos visto a Jesús comer pez asado, ni hemos
visto sus pies y manos horadados, ni hemos palpado su carne y sus huesos. Si
nosotros creemos, es porque el Espíritu Santo nos ha abierto el entendimiento
para aceptar el hecho de la muerte y resurrección de Cristo.
Yo creo ,que es que nosotros pensamos como personas y nuestra inteligencia es la que es,por listos que seámos siempre vamos a pensar como humanos,no como divinos.La vida con Cristo,está en otra dimensión diferente a nuestro pensar,Yo pienso,que grande es tener un hijo en el vientre,si no se ve no se podría creer,por lo tanto ,no sé como voy a estar con el Señor en el cielo,ni donde está el cielo,pero,mi alma se va a encontrar con Él y la felicidad de verme rodeados de los míos.Menudo rollo que solté Padre Andrés,es que es muy difícil de explicar,espero que comprendáis lo que quiero decir,aunque casi no lo entiendo yo.
ResponderEliminarBuenos días .....,que tema difícil de entender y de decir .... Me ha quedado un rollo en mente difícil explicar ..lo meditare y pensare en calma ..... Gracias por hacerme pensar ..
ResponderEliminarHace mucho tiempo, te hice una pregunta P. Andrés y me respondiste: No lo sé. También esperaba, al ir leyendo la homilía,que por cierto no recibí hoy en mi correo, la misma respuesta que encontré en la nota final.
ResponderEliminarEn aquella ocasión, se me aclaró algo muy importante para mi, recién estrenada en dirección espiritual; vi a un sacerdote humilde, que reconocía qué sabía y qué no sabía responder. Aquello fue para mi más enriquecedor que si me hubieses aclarado la duda. Hoy tengo esa misma sensación. He vuelto a encontrarme con un sacerdote humilde y con más sabiduría que entonces. Doy gracias a Dios por haberte puesto en mi camino un día y le pido que abra mi entendimiento para comprender las Escrituras y con ello, la voluntad de Dios para mí en estos momentos de mi vida.
No suelo hacerme preguntas de este tipo, pues me atengo a lo que las Escrituras me dicen y en ellas, tengo lo suficiente para creer y vivir mi fe. También esto lo agradezco. Y más aún, el que mi corazón arda con frecuencia ante la Palabra leída, orada y guardada.
Este evangelio se ha convertido para mí, como veis en una acción de gracias por tantos bienes recibidos.
Que paseis buena semana.
Yo boy a dar mi humilde opinión.
ResponderEliminarLo primero ,que JESUS jamás nadie lo a podido pillar en ninguna mentira ni contradicción,y eso que bastante lo han intentado ,por lo cual yo me fio de El y de su mensage firmemente .
Lo segundo ,se que el dia que lleguemos a EL será tan maravilloso que no nos lo podemos imaginar pero algo muy hermoso nos tiene el SEÑOR preparado yconfio en que todos vamos a estar juntos yrebosantes de alegria con EL .hermanos esto es lo que yo cro y siento.Un fuerte abrazo.
Anonimo
ResponderEliminarLos misterios de Dios son dificiles de comprender para los humanos
Por eso yo le pido mucha fe
En este momento de mi vida la necesito mas que nunca