miércoles, 29 de diciembre de 2021

Santa María, Madre de Dios (C)

1-1-2022                                SANTA MARIA, MADRE DE DIOS (C)

Num. 6, 22-27; Slm. 66; Gal. 4,4-7; Lc. 2, 16-21

Homilía en vídeo

Homilía de audio

Queridos hermanos:

            Celebramos hoy a Santa María, la Madre de Dios, la Madre de nuestro Salvador. Pero también hoy es el primer día del año 2022. Ayer terminó el 2021. María es Madre y Esposa. En el día de hoy quisiera hacer alguna referencia al amor esponsal. Y lo haré tomando como base una carta de amor entre esposos; concretamente una carta que un esposo dirige a su esposa. Confieso que tengo guardada esta carta desde hace años y siempre quise utilizarla en la homilía de una boda, pero, o no me parecía oportuno, o no iba a ser entendida. Ya aviso que es una carta dura, si se reflexiona un poco. Esta carta fue la ganadora del III Concurso Antonio Villalba de ‘Cartas de Amor’. No sé si fue tomada de la realidad o si fue un puro invento. Allá va:

“CARTA DE AMOR: Estimada Cristina:

Ayer recibí una misiva de tu abogado donde me invitaba a enumerar los bienes comunes, con el fin de comenzar el proceso de disolución de nuestro vínculo matrimonial. A continuación te remito dicha lista, para que puedas solicitar la certificación al Notario y tener listos todos los escritos antes de la comparecencia ante el tribunal.

Como verás, he dividido la lista en dos partes. Básicamente, un apartado con las cosas de nuestros cinco años de matrimonio con las que me gustaría quedarme y otra con las que te puedes quedar tú. Para cualquier duda o comentario, ya sabes que puedes llamarme al teléfono de la oficina (de ocho a cuatro) o al móvil (hasta las once) y estaré encantado de repasar la lista contigo.

Cosas a conservar:

- La carne de gallina que salpicó mis antebrazos cuando te vi por primera vez en la oficina.

- El leve rastro de perfume que quedó flotando en el ascensor una mañana, cuando te bajaste en la segunda planta, y yo aún no me atrevía a dirigirte la palabra.

- El movimiento de cabeza con el que aceptaste mi invitación a cenar.

- La mancha de rímel que dejaste en mi almohada la noche que por fin dormimos juntos.

- La promesa de que yo sería el único que besaría la constelación de pecas de tu pecho.

- El mordisco que dejé en tu hombro y tuviste que disimular con maquillaje porque tu vestido de novia tenía un escote de palabra de honor.

- Las gotas de lluvia que se enredaron en tu pelo durante nuestra luna de miel en Londres.

- Todas las horas que pasamos mirándonos, besándonos, hablando y tocándonos. (También las horas que pasé simplemente soñando o pensando en ti).

Cosas que puedes conservar tú:

- Los silencios.

- Aquellos besos tibios y emponzoñados, cuyo ingrediente principal era la rutina.

- El sabor acre de los insultos y reproches.

- La sensación de angustia al estirar la mano por la noche para descubrir que tu lado de la cama estaba vacío.

- Las náuseas que trepaban por mi garganta cada vez que notaba un olor extraño en tu ropa.

- El cosquilleo de mi sangre pudriéndose cada vez que te encerrabas en el baño a hablar por teléfono con él.

- Las lágrimas que me tragué cuando descubrí aquel arañazo ajeno en tu espalda.

- Jorge y Cecilia. Los nombres que nos gustaban para los hijos que nunca llegamos a tener.

Con respecto al resto de objetos que hemos adquirido y compartido durante nuestro matrimonio (el coche, la casa, etc.) solo comunicarte que puedes quedártelos todos. Al fin y al cabo solo son eso: objetos.

Por último, recordarte el nº de teléfono de mi abogado (...) para que tu letrado pueda contactar con él y ambos se ocupen de presentar el escrito de divorcio para ratificar nuestro convencimiento.

Afectuosamente, 

Roberto”.

¿Por qué fracasan los matrimonios? Yo he asistido a muchas bodas; he conocido a muchos novios… y todo es tan maravilloso…, o lo parece. ¿Por qué fracasan los matrimonios si se quieren tanto, si todo parece tan color de rosa, si hay tanto ilusión, si les avisas de posibles y futuros problemas en la relación y dicen que pueden afrontar con éxito eso que les dices…?

Los matrimonios fracasan por causas muy diversas. Cada pareja y cada matrimonio es un mundo. Además, lo que hoy se vive de un modo determinado, el año siguiente puede ser vivido de otro modo o puede no ser aguantado por uno de ellos o por ninguno de ellos. Lo que se vive de un modo determinado aquí (en Oviedo), pueden vivirlo de un modo muy distinto en otro lugar. Las personas cambian, los tiempos cambian, los lugares cambian, y el amor, el cariño, la pasión, lo que une a un hombre y a una mujer dura sólo un tiempo. Algunos dicen: “No hay por qué atarse para siempre. Eso no es humano, sino que es inhumano”.

Algunos matrimonios y relaciones entre un hombre y una mujer fracasan… porque nunca tenían que haberse casado, porque él o ella, o ambos no ‘valen’ para casados con esa persona o con ninguna persona.

Otros matrimonios y relaciones fracasan por no poner ambos los medios para profundizar y crecer juntos en su mutuo amor. Ah, es muy importante que, a la primera crisis o grieta entre los esposos, ambos se pongan manos a la obra para reparar el daño causado. En caso contrario, una pequeña gotera en el tejado, si no se repara, puede hacer que éste se venga abajo con toda la casa.

¿Cómo puede un matrimonio crecer al unísono en su mutuo amor? San Pablo da unas pautas concretas, que, si los matrimonios trataran de seguirlas, muchas rupturas no se producirían. “Vestíos de la misericordia entrañable, bondad, humildad, dulzura, comprensión. Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro […] Y por encima de todo esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada. Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón […] La palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza”. Sí, esta última recomendación de san Pablo es muy importante. Los esposos son seres humanos, limitados y pecadores. Su matrimonio solo lo pueden vivir si son ayudados en todo momento por la Gracia de Dios. Y esta Gracia viene muy especialmente si ambos esposo procuran vivir la fe y el amor a Dios, tanto individualmente como unidos entre sí.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario