20-9-2015 DOMINGO XXV TIEMPO ORDINARIO (B)
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Homilía de audio en MP3
Queridos hermanos:
Homilía de audio en MP3
Queridos hermanos:
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Dice Jesús en el evangelio de hoy: “Quien
quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos”.
En esta iglesia parroquial, ¿quién es el más importante de los que aquí
estamos? ¿Quién es el primero entre nosotros? Para responder a esta pregunta
podemos hacerlo desde distintas perspectivas: desde la riqueza y, entonces, el
más importante será el que tenga más dinero y más bienes; desde la fama y
entonces el más importante será el más conocido y respetado; desde los títulos
y los cargos y entonces el más importante será aquel que tenga en la pared de
su despacho más diplomas y nombramientos. Veamos ahora quién es el más
importante para la sociedad. En las revistas de ‘Hola’, ‘Semana’, en los
programas televisivos “del corazón” se nos dice quiénes son las gentes
importantes.
De
esta manera que estoy argumentando nos habla hoy la sociedad y el mundo. Pero
esta manera de pensar hace que haya primeros, vencedores, famosos, pero también
provoca la existencia de segundones, “tercerones”… y últimos. Si hay vencedores, es que hay también
vencidos. Si hay gente con éxito, es que hay gente fracasada. Hay gente que
nunca saldrá en las revistas del corazón, salvo que le toque la lotería, o
saldrá en el apartado de sucesos, si mata a la mujer o al marido o a los hijos.
Hace un tiempo me llamaba por teléfono una mujer, que tenía una hija estudiando
en la Universidad. Esta
chica se presentó a unos exámenes en septiembre y, de cuatro asignaturas,
aprobó tres. Cuando lo supo, esta chica se hundió. ¿Por qué? Se hundió sólo
pensando que otro alumno, que también se presentó a la asignatura que ella
suspendió, haya podido aprobar y, de este modo, ella quedará de menos ante él.
Sí, tiene miedo a quedar como una tonta, como una fracasada, como una
perdedora, como la última mona. ¿En qué hemos convertido este mundo, nuestra
sociedad para que la gente tenga miedo de aceptar que no somos mejores ni
peores por quedar por delante o por detrás de otras personas? Ya sabéis el
famoso refrán: “Más vale ser cabeza de
ratón que cola de león”.
- Una vez más
Jesús no quiere subirse a esta “rueda”, a este modo de pensar del mundo y de la
sociedad. Los apóstoles también estaban metidos en esta “rueda”: “por el camino habían discutido quién era el
más importante”. Jesús enseñó
entonces a sus discípulos y nos enseña ahora a nosotros. Nos pregunta quién
quiere ser el primero, el más importante, el vencedor…, y nos da la receta
infalible para llegar a ser esto: “Quien
quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos”.
Para ser el primero, ante Dios y ante los hombres, hemos de ser el último de
todos, hemos de servir a todos, hemos de quedar por locos y tontos, como S.
Francisco de Asís y la M.
Teresa de Calcuta en sus inicios. El primero renunció a sus
riquezas y honores, y a su futuro por Dios y por los hombres. Teresa renunció a
la seguridad del colegio y del convento para ir a las zonas más pobres de
Calcuta para estar con los más pobres. Y, efectivamente, siendo los últimos de
todos y los servidores de todos, se convirtieron en los primeros y la gente los
buscaba y admiraba: las multitudes seguían a S. Francisco, las multitudes
dieron a Teresa de Calcuta un adiós popular y general cuando falleció.
Sigue Jesús
enseñándonos en el evangelio de hoy a ser los últimos de todos y los servidores
de todos: “Y acercando a un niño, lo puso
en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: - El que acoge a un niño como éste en
mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que
me ha enviado”. En los tiempos de Jesús, los niños eran los que no valían,
los que no contaban…, eran los últimos. Pues Jesús coge a un niño y lo pone en
el centro, lo abraza, y dice que quien
abrace y acoja a un niño, a un enfermo de Alzheimer, a un anciano baboso… (al
último de la sociedad de hoy), entonces acoge al mismo Jesús, al mismo Dios. Y,
acogiendo al mismo Dios, que se hace último por nosotros y para nosotros,
pasaremos a ser también los últimos de todo y de todos… como Dios[1].
Tenemos dos
opciones: a) podemos seguir la sabiduría del mundo (la de las revistas del
corazón) y procurar ser vencedores, ganadores, primeros, los más importantes o
famosos. Esta sabiduría produce envidias, peleas, desórdenes, luchas,
conflictos, codicias, ambiciones…; b) podemos seguir la sabiduría de Dios y ser
los últimos. Como nos dice la segunda lectura, la sabiduría de Dios tiene como
frutos la paz, la comprensión, la docilidad, nos llena de misericordia y de
buenas obras para con los otros, nos otorga la sinceridad en nuestras acciones,
en nuestras palabras y en nuestras intenciones.
Una vez que he
explicado todo lo anterior, vuelvo a plantear la pregunta que hice al principio
de esta homilía: En esta iglesia parroquial, ¿quién es el más importante de los
que aquí estamos? ¿Quién es el primero entre nosotros? Pero no a los ojos de
esta sociedad, sino a los ojos de Dios.
[1] Estamos hablando de la humildad y en ella hay
una serie de grados de menor a mayor. (Copio del P. Alonso Rodríguez):”Llevar
bien todas las ocasiones que se me ofrecieren de humildad; y en esto tengo que
ir creciendo y subiendo por estos tres grados: 1º Llevándolas con paciencia;
2º con prontitud y facilidad; 3º con gozo y alegría. Y no tengo de parar hasta
tener gozo y regocijo en ser despreciado y tenido en poco, por parecer e imitar
a Cristo nuestro Redentor, que quiso ser despreciado y tenido en poco por mí”.
Gracias Andres porque ya mi pregunta queda mas que contestada,ahora solo falta la ayuda del cielo para llevarlo a la practica,porque como dice San Pablo cuando quiero hacer el bien hay dentro de mi otra fuerza que me inclina al mal,
ResponderEliminarJesús nos dice, quién quiera ser el primero que sea el último,y yo me pregunto,¿cuantos de los que yo conozco es el último?.Todos buscamos un buen puesto de trabajo,tener una buena casa,tener buenas amistades,los que no piensan como yo me estorban,estar demasiado pendientes de lo nuestro,tener fama,muchos diplomas,,tener gente a nuestro servicio como segundos,no pagarles el salario justo,nos cansamos de cuidar a nuestros mayores,enfadarnos por las herencias entonces¿ante los ojos de Dios somos vencedores o vencidos?.Yo ante los ojos de Dios,soy una más, importante como hija,pero no soy la última como Él quiere que sea,¿que me falta?.Un abrazo amig@s espero que seáis mejor que yo,y que seamos humildes a la hora de valorarnos.
ResponderEliminarEn este mundo que nos tocó vivir, nos estamos haciendo la competencia constantemente,porque la sociedad y la inercia de la vida nos lleva, mejor dicho no dejamos llevar. ¿ A dónde nos lleva ?, la verdad es que no sabemos muy bien a donde,pero sobre todo a figurar, a que nos vean, queremos ser famosos, en lo que sea, la cuestión es destacar, Pero... ¿ Cuantos héroes anónimos existen ?, muchos, lo que pasa es que por eso... porque son anónimos no los conocemos, pero estamos a diario encontrándonos con ellos: las madre que cuidan niños, los que cuidan a las personas mayores, a esas personas que su enfermedad les borra la memoria, Esas entran en ese modelo que Jesús nos presenta, han venido como El a servir y no a ser servido. A ti Señor, ayúdanos a ser humildes sin mas.
ResponderEliminarMe quedo con esta palabras tuyas para tener en cuentas..reflexionar sobre ellas y dar lo mejor de mi ante Dios !
ResponderEliminarla sabiduría de Dios tiene como frutos la paz, la comprensión, la docilidad, nos llena de misericordia y de buenas obras para con los otros, nos otorga la sinceridad en nuestras acciones, en nuestras palabras y en nuestras intenciones.
Ya lo dice El Evangelio, los últimos serán los primeros...Jesús era JESUS, jamás presumió de nada y era el HIJO DE DIOS, Pero en los tiempos que corren nos damos cuenta de la fantasía que hay, la presunción, el figurar, el aparentar, el no saber estar, el estar contra todo y contra nada. ¿ Qué es lo que se quiere ? , a ciencia cierta no lo se´. Pero me fijo en lo siguiente: cuando te encuentras con un personaje, que destaca en la materia que sea,no presume, es sencillo,habla con todo el mundo, en difinitiva se entrega a los demás, ahí tenemos un buen ejemplo a seguir.
ResponderEliminarAdemás ahora en los último tiempos, se oye cada cosa que deja a uno con la boca abierta y sin ganas de cerrarla, van quien diga mas barbaridades.
Amig@s del blog:Os quiero poner una pequeña redacción ,sobre el inicio del curso 2015 - 2016 de caritas.Fue presidida por el Obispo de Siguenza D. Atilano.
ResponderEliminarEn primer lugar,su gratitud por haber servido a la evangelización de la iglesia,estando al lado de los más necesitados.También nos dijo que era muy importante estar en reflexión y resituar la misión de caritas.Que no vale solo dar comida,pagos de luz,agua etc,que eso está muy bien, pero que hay nuevas necesidades ,y hoy en día la más importante es la SOLEDAD.Tener ardor de nuevos métodos,ponerse en actitud de escuchar a Jesucristo,sino partimos de la escucha,con gozo y alegría el futuro que nos espera ,no sera bueno..hay tres cosas elementales ANUNCIO,CELEBRACIÓN DE LA LITURGIA,TESTIMONIO DE LA CARIDAD.Dentro de la acción evangelizadora de la iglesia.¿ QUIÉN ES DIOS?
AMOR.La caridad demuestra la cara de Dios,significa mostrar el amor a los demás a través de Cristo.
Que los sacerdotes ,laicos ,y personas cristianas, que no vale solo con oír misa.Que necesitamos para ver estás pobrezas,OÍR,ESCUCHAR CON EL CORAZÓN EL CLAMOR DE LOS POBRES,NECESITADOS,Y EXCLUIDOS DE LA SOCIEDAD,QUE ESTÁN TIRADOS EN EL CAMINO,Y PREVENIR PARA NO DEJARLES CAER EN EL CAMINO,Y AYUDAR A RECUPERARSE Y A ENCONTRAR UNA SALIDA.Que tenemos que crear conciencia de cara al futuro,la iglesia tiene que asumir el reto de nuevas pobrezas.
MALTRATO A LAS MUJERES,REFUGIADOS,ANCIANOS,SOLEDAD E INMIGRACIÓN.Aunque quizás no lo explique bien ,lo que quiero es que os llegue al corazón como me llegó a mí.Un abrazo hermanos y a trabajar.Ah,y de pequeña redacción nada.
Gracias feli por darme cuenta de la reunion. Estoy de acuerdo en que tenemos que dedicar una parte de nuestro tiempo a escuchar a los demas.sobre todo a los que estsn solos.aunque te cuenten dos veves seguida lo mismo. A ver si tenemos un rato y nos vemos para que nos pueda contar todo con mas detalle
ResponderEliminarGracias a ti,y cuando quieras tomamos ese café y hablamos sobre el tema.
ResponderEliminarQue razón teneis, uno de los grandes problemas actuales, es la soledad,y no solo de los mayores hay muchas personas, jóvenes, solas por el " mundo " y lo peor es que no se dan cuenta,
ResponderEliminarMas que una " pastoral de enfermos " había que crear una de " acompañar ",de acompañar a esos que están solos,Tiene razón D. Atilano, a veces la comida les sobra, pero falta la compañía, Pensar en crear algo así. MUchas veces no hace falta ni hablar, con escuchar es suficiente.
Paco, y tod@s los que queráis,podemos hablar con D.Andrés,para reunirnos,y hacer un grupo para acompañar un rato a las personas que D. Andrés sepa que quieren compañia,yo estoy dispuesta y ya sé de alguna persona más.Un abrazo.
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