5-7-2015 DOMINGO XIV TIEMPO ORDINARIO (B)
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Homilía de audio en MP3
Queridos hermanos:
Homilía de audio en MP3
Queridos hermanos:
Parece
que hoy estamos en unos tiempos muy duros para predicar el evangelio, para
hablar sobre Dios y de parte de Dios. Pero esto también ocurría durante el
tiempo del Antiguo Testamento e igualmente en los tiempos de Jesús. En efecto,
en la 1ª lectura se nos dice cómo Dios enviaba al profeta Ezequiel (unos 500
años antes de Cristo) a predicar a un pueblo rebelde contra Dios. Era un pueblo
de gente testaruda y obstinada, nos narra la lectura.
En el
evangelio de hoy se nos cuenta el caso de Jesús, cuando fue a predicar a su
pueblo y la gente murmuraba de Él. El evangelio nos dice que “desconfiaban de él”. Y Jesús, al contar
el suceso, dice que “lo despreciaban”, “y
se extrañó de su falta de fe” (Mc. 6, 6). Jesús tuvo que marcharse de
Nazaret con un rotundo fracaso en su predicación. No le fue fácil a Él hablar
de Dios y de las cosas de Dios.
Cinco son las
características de la gente que no quiere escuchar el evangelio de Dios, según
nos dicen estas lecturas: 1) Son rebeldes, 2) ofenden a Dios con sus palabras,
obras, pensamientos y omisiones, 3) son testarudos, 4) son obstinados y 5)
desprecian al que habla de parte de Dios o lo que dice sobre Dios. Y estas
características las tenemos todos los que nos cerramos a Dios y a sus palabras.
Es lo mismo que sean gentes de 500 años antes de Cristo, que sean gentes del
tiempo de Cristo o que seamos gentes de 2015 años después de Cristo.
1) Somos rebeldes cuando renegamos de
Aquel que nos dio la vida y nos alejamos de Él. Somos rebeldes cuando echamos
las culpas de todo a los demás, y a Dios, y nunca nos preguntamos qué parte de
culpa tenemos nosotros en lo que sucede a nuestro alrededor. Voy a leeros un
episodio que llegó a mis manos hace ya algún tiempo: “Un hombre fue a una barbería a cortarse el cabello y recortarse la
barba. Como es costumbre en estos casos entabló una amena conversación con la
persona que le atendía. Hablaban de tantas cosas y tocaron muchos temas. De
pronto, tocaron el tema de Dios. El barbero dijo:
- Fíjese,
caballero, que yo no creo que Dios exista, como usted dice.
- Pero,
¿por qué dice usted eso? -pregunta el cliente.
-
Pues es muy fácil, basta con salir a la calle para darse cuenta de que Dios no
existe. O... dígame, ¿acaso si Dios existiera, habría tantos enfermos? ¿Habría
niños abandonados? Si Dios existiera, no habría sufrimiento ni tanto dolor para
la humanidad. Yo no puedo pensar que exista un Dios que permita todas estas
cosas.
El
cliente se quedó pensando un momento, pero no quiso responder para evitar una
discusión. El barbero terminó su trabajo y el cliente salió del negocio. Recién
abandonaba la barbería, vio en la calle a un hombre con la barba y el cabello
largo; al parecer hacía mucho tiempo que no se lo cortaba y se veía muy
desarreglado. Entonces entró de nuevo a la barbería y le dijo al barbero:
- ¿Sabe
una cosa? Los barberos no existen.
- ¿Cómo
que no existen? -pregunta el barbero- Si aquí estoy yo y soy barbero.
-
¡No! -dijo el cliente- no existen, porque si existieran no habría personas con
el pelo y la barba tan larga como la de ese hombre que va por la calle.
-
Ah, los barberos si existen, lo que pasa es que esas personas no vienen a mí.
-
¡Exacto! -dijo el cliente- Ése es el
punto. Dios sí existe, lo que pasa es que las personas no van hacia Él y no le
buscan, por eso hay tanto dolor y miseria”.
2) Ofendemos a Dios cuando seguimos los
impulsos de nuestro egoísmo, de nuestra comodidad, de nuestra ira, de nuestras
apetencias y pasamos por encima de los demás y de Dios.
3-4) Somos testarudos y obstinados cuando
Dios nos da miles de oportunidades y de gracias y nosotros las desaprovechamos
una y mil veces. Me contaban hace un tiempo el caso de una mujer de unos 58
años, que fue a hacer una prueba al hospital y en medio de ella, por el
contraste que le inyectaron, cayó redonda y estuvo en coma varios días. ¡Casi
se muere! ¡La sacaron adelante de milagro! Esta señora tenía una fe mediocre y,
al despertar del coma, vino un familiar cercano a visitarla y lo primero que la
enferma le preguntó al familiar fue que cómo iban unos armarios que le había
encargado. Como se ve, ¡no aprendemos ni al mismo borde de la muerte!
5) Despreciamos a Dios, sus mensajes y sus
mensajeros cuando nos burlamos, cuando hacemos caricatura de ellos y cuando no
les damos importancia. Hace unos días hablaba con una chica que está casada
civilmente y que no tiene a su hijo bautizado. El niño va a la escuela y ve que
otros niños acuden al catecismo para hacer la 1ª Comunión. Este niño quiere también
hacer la 1ª Comunión, quiere ir al catecismo y quiere bautizarse. Se le
pregunta que por qué y contesta que para ser bueno como Jesús[1].
La madre le dijo que si quiere puede bautizarse, puede ir al catecismo y puede
después hacer la 1ª Comunión y, si más adelante, lo quiere dejar, pues que lo
deje: ‘total la religión católica es tan floja, que uno puede pensar una cosa y
hacer otra’. ¡Esta es la idea que tiene mucha gente, fuera y dentro de la
Iglesia, de la fe católica!
¿Qué
hemos de hacer ante tanta gente que no quiere escuchar, ante tanta gente que
pasa de la fe, de la Iglesia, de Dios, de Jesucristo, de la Virgen María? Dios le
dice al profeta que les hable de su parte, “te
hagan caso o no te hagan caso” (Ez. 2, 5). Y eso mismo nos lo dice a nosotros.
Lo mismo que Dios no se cansa de
intervenir cerca de sus hijos y de hablarles al corazón y de hacerles el bien,
nosotros (sacerdotes y seglares, es decir, creyentes en Dios) hemos de seguir
hablando de Dios con nuestras palabras y con nuestras obras, nos hagan caso o
no nos hagan caso.
Pero
también es verdad que no sólo los que no creen en Dios o los que no vienen a la
Misa pueden ser rebeldes, pueden ofender a Dios, pueden ser tercos y
obstinados, puede despreciar a Dios y a su mensaje. También nosotros, los
sacerdotes, los seglares, los creyentes y practicantes podemos ser y somos
rebeldes, ofendemos a Dios, somos tercos y obstinados, y despreciamos a Dios y
su mensaje.
¿Qué hemos de hacer para no caer en ello?
Pues lo contrario, es decir, dóciles a la acción del Espíritu Santo en
nosotros, obradores del bien en todo momento, abiertos a la escucha de Dios y
de los demás, y no burlarnos de Dios y de su mensaje, sino acogerlo con
alegría, prontitud y pureza de corazón.
Termino
con una frase que leí hace muy poco y que me pareció estupenda y con una gran
riqueza y verdad. Ahí os va:
¡ALIMENTA TU FE Y LA DUDA MORIRA DE HAMBRE!
[1] Recuerdo que, cuando dijo a su madre que
quería hacer la 1ª Comunión, ella le indicó que entonces debía de ir al
catecismo y, como no sabía qué era eso preguntó: “Mamá, ¿y eso duele?”
Padre: yo creo que sobre esto tendríamos que reflexionar todos bastante,no poco.en primer lugar todos los que decimos que somos creyentes,¿ damos testimonio de ello?se nos nota en algo? ,en mucho en poco,somos desprendidos,somos humildes cercanos?,me refiero a los fieles ,pero también a los sacerdotes obispos etc.No sirve solo decir ,yo soy creyente,es mejor que digan,mira est@ es creyente,trabaja,con palabra y obra.Posiblemente se acercasen más a la vida de Jesús,como era Él,era pobre, de los pobres y para los pobres,andaba entre los pecadores,no se avergonzaba de nadie ,ni de nada,yo que tuve la suerte de llegar a Él,lo admiro y cada vez lo quiero más y más,por eso pienso que lo que hago vale de muy poco,y que no llego a los demás ,me gustaría no tener que decir soy cristiana,y que dijesen ,esa es Cristiana,porqué da el ejemplo de Jesús.Bueno hermanos del blog,no sé, si esto viene al caso que especifica D. Andrés,pero ahí va.Nos queda mucho que hacer.Un abrazo a todos y que Dios nos ayude.
ResponderEliminarMuchas veces los que somos creyentes ... Tenemos falta de compromiso con El Señor ..y sabes que es lo peor ..es que siempre buscamos una escusa o pretexto ..... Y lo peor es que muchas veces hasta nosotros la creemos .... Muy buena tu palabra ..como siempre me llevas a la reflexión .... Buena semana para todos
ResponderEliminarPara ti Andrés un fuerte abrazo lleno de gratitud
Si ,estamos en tiempos difíciles para predicar el evangelio y hablar de DIOS ,parece o mejor dicho "no está de moda" y ésta es la que por desgracia mueve al mundo .A JESÚS en aquellos tiempos claro que tampoco le fue fácil ,a parte de falta de fe tampoco interesaba lo que decía porque iba en contra de lo que pensaban y lo que hacían por eso no lo querían escuchar , y hoy después de 2000 años tampoco interesa , porque sería dar un cambio radical en nuestras vidas ,siendo humildes dando amor de corazón a nuestros semejantes ,ayudar ,dar limosna al pobre ,consolar al triste ,estar siempre atentos ante los problemas de los demás por si podemos hacer algo por ellos
ResponderEliminarEn fin hay tantas cosas que deberíamos hacer y más todavía los que nos confesamos CRISTIANOS ,soy muy consciente de que se nos tenía que notar .HAY que pedirle a JESÚS que nos ayude que nos hace mucha falta su fuerza para ir cambiando y así de alguna manera ilusionar a los demás en el SEÑOR .Que así sea .
Es asi Padre! pero muchos y muchos creemos en Dios firmemente y sabemos que es él quien nos mantiene de pie.
ResponderEliminarMuchas gracias por insistir y estar ahi
Un abrazo,
Muy interesante sigo sus homilías.
ResponderEliminarUn saludo
ENCUENTRO MUY UTILES LAS HOMILIAS TRADUCIDAS AL INGLES ME AYUDAN EN MI TRABAJO PASTORAL ESPECIALMENTE LOS DOMINGOS.
ResponderEliminarQUE EL SENOR LE BENDIGA POR SU ESFUERZO POR HACER LLEGAR LA BUENA DEL SENOR